Es hora de que Occidente se haga a un lado

Mahbubani Mahbubani

CEPRID

Hace un tiempo escribí un libro llamado "La Gran Convergencia". Combiné mi experiencia personal como Representante Permanente de Singapur ante las Naciones Unidas durante diez años para hablar sobre cuestiones de gobernanza global, y creo que me he especializado en ella. ¿Cuál es el estado actual de la gobernanza global? Creo que el mundo está en serios problemas. Por un lado, la demanda mundial de gobernanza global está aumentando marcadamente, pero por otro lado, la oferta de gobernanza global está disminuyendo. Esto es como una paradoja: en el mercado económico, según la relación entre oferta y demanda, cuando la demanda aumenta, la oferta debería aumentar, pero en el campo de la gobernanza global, la oferta y la demanda son inversamente proporcionales. ¿Por qué esto es así?

Primero, ¿por qué está aumentando la necesidad de una gobernanza global? La razón más simple es que el mundo se está reduciendo constantemente. Vivimos en un mundo cada vez más reducido e interdependiente. El proceso de globalización de los últimos cien o doscientos años ha unido a países de todo el mundo y lo ha hecho más pequeño a través de conexiones comerciales y económicas. El ex Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que vivimos en una aldea global. Al mismo tiempo, la tecnología también está reduciendo nuestro mundo. Hoy en día, no importa lo que suceda en cualquier rincón de la tierra, podemos recibir noticias de inmediato. Ya sea un terremoto en Japón o el conflicto palestino-israelí, podemos saberlo de inmediato. La distancia entre el tiempo y el espacio ha cambiado, ha desaparecido.

Al mismo tiempo, este pequeño mundo plantea muchos desafíos comunes a toda la humanidad.

Vimos claramente que durante la epidemia de COVID-19, el virus se propagó desde este rincón del mundo a otro rincón de la tierra; también pudimos ver la amenaza del cambio climático a la Tierra, y el cambio climático afectará a todos los países del mundo y ningún país es inmune. A medida que el mundo se hace más pequeño, necesitamos una mayor gobernanza global.

En mi libro propuse una simple "teoría del barco". En el pasado, había 8.000 millones de personas en el planeta, que vivían en 193 países diferentes. Era como si viviéramos en 193 barcos diferentes. Si un barco está infectado con COVID-19, los demás barcos no se infectarán porque están separados. Pero, de hecho, el nuevo coronavirus se propagó a todas partes del mundo instantáneamente, lo que demuestra que los 8.000 millones de personas que habitan la Tierra ya no viven en 193 barcos diferentes, sino que viven en el mismo barco, en 193 camarotes diferentes pero dentro del mismo barco Cuando todos están en el mismo barco, no es necesario asignar un capitán o una tripulación a cada camarote, pero el capitán y la tripulación deben garantizar la seguridad de todo el barco, lo que explica por qué necesitamos una mayor gobernanza global.

La siguiente pregunta es: ¿por qué está disminuyendo la oferta de gobernanza global? La respuesta a esta pregunta es muy compleja y se refleja principalmente en tres aspectos.

La primera razón es que muchas de las instituciones de gobernanza global del mundo actual, ya sean las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, o incluso la Organización Mundial del Comercio, o su predecesor, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio, son organizaciones creadas por Occidente y, de alguna manera, puede considerarse que son como un "regalo" que Occidente pensó que había dado a los países no occidentales cuando se mostró complaciente después del final de la Segunda Guerra Mundial.

Los países occidentales ganaron una tremenda confianza después de su victoria en la Segunda Guerra Mundial y establecieron muchas instituciones globales, lo que de hecho fue algo bueno en ese momento. Pero en 2023, el mundo es completamente diferente.

Cada vez más países occidentales se sienten incómodos y se dan cuenta de que la era de dominio occidental en la historia mundial está llegando a su fin. Y cuando se sienten incómodos, no pueden proporcionar el liderazgo necesario para construir instituciones de gobernanza global. Esta es la razón por la que los países occidentales ya no ejercen el liderazgo en la gobernanza global como lo hacían antes.

La segunda razón de la disminución de la oferta de gobernanza global es que Estados Unidos, que se considera Occidente e incluso la potencia más grande del mundo, alguna vez fue un líder en gobernanza global, pero ahora está ocupado arrastrando a China a la competencia geopolítica. Por tanto, la situación actual es complicada.

Estados Unidos quiere seguir manteniendo su estatus como la mayor potencia del mundo. Si esta es la principal prioridad de Estados Unidos, entonces obviamente, mientras esté ocupado con esta competencia geopolítica, no tendrá energía para proporcionar liderazgo en la gobernanza global y ya no podrá unir a los países del mundo. Hasta cierto punto, está pasando. Esta competencia geopolítica divide al mundo. Esta es la segunda razón de la disminución de la oferta de gobernanza global.

La tercera razón es que la gran mayoría de la población mundial vive en el Sur Global, lo que representa el 88% de la población mundial, y está ocupada lidiando con sus propios problemas apremiantes. Por lo tanto, cuando se enfrentan a problemas de gobernanza global, ni siquiera los países del Sur Global tienen la capacidad de reemplazar inmediatamente al antiguo liderazgo de Occidente.

En última instancia, ¿significa esto que la gobernanza global ha fracasado? ¿Significa que debemos rendirnos y admitir que la gobernanza global no tiene remedio?

No soy pesimista, soy optimista y creo firmemente que existen soluciones a los dilemas de la gobernanza global. Hay mucho que podemos hacer. Por ejemplo, creo que es hora de que Occidente deje de dominar las instituciones de gobernanza global.

Pongamos un ejemplo sencillo: los años 40 ya están muy lejos para nosotros, pero en aquella época establecimos una serie de principios, como que el Fondo Monetario Internacional debería estar siempre dirigido por los europeos, y el Banco Mundial debería estar siempre dirigido por los estadounidenses. Es posible que estos principios tuvieran sentido cuando dominaban el mundo, pero hoy en día, la participación mundial de la economía occidental ha disminuido significativamente.

La opción más inteligente para Occidente debería ser liderar conjuntamente el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial con otros países: debería permitir que los no estadounidenses administren el Banco Mundial y que los no europeos administren el Fondo Monetario Internacional. Esto es algo fácil y los países occidentales también deben hacer este esfuerzo.

Al mismo tiempo, Occidente también puede aprender a cooperar más con China. China ha creado muchas organizaciones globales que son beneficiosas para el bienestar global. Sabemos que el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura ha sido muy eficaz y el Nuevo Banco de Desarrollo cofundado por los países BRICS también ha sido muy fructífero. Otra decisión acertada para Occidente es alentar al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial a cooperar con estas instituciones emergentes, para que el mundo se convierta en un lugar mejor.

Ya sea el mundo u Occidente, existen soluciones claras y factibles para crear un mejor entorno de gobernanza global. Mi pregunta es: ¿cuál es la visión de China para la gobernanza global en el siglo XXI? El ascenso de China ya no es un secreto. Con el ascenso de China, muchos países del mundo esperan que China proporcione un liderazgo más fuerte en la gobernanza global.

Mahbubani Mahbubani, decano fundador de la Escuela de Políticas Públicas Lee Kuan Yew de la Universidad Nacional de Singapur y ex embajador de Singapur ante las Naciones Unidas.