CEPRID

JULIÁN ASSANGE EN LA MIRA DEL IMPERIO, DEL GOBIERNO DE L. MORENO Y DE LAS DERECHAS

Miércoles 23 de enero de 2019 por CEPRID

COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA

Julian Assange, el periodista fundador de WikiLeaks, que difundió alrededor de 100.000 documentos clasificados de Estados Unidos en 2010, fue inculpado por el imperio por haber destapado la cloaca intervencionista e injerencista en todo el planeta al que ha asolado con guerras, asesinatos, genocidio, desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, crímenes de lesa humanidad. Desde entonces Julián Assange está en la mira del imperio y ahora, también, del gobierno del Ecuador que preside Lenin Moreno y de las derechas cipayas, deshumanizadas por el poder del dólar.

"Por error" de difusión, se acaba de descubrir que fiscales del Departamento de Justicia estadounidense, han imputado a Julian Assange, por delitos que se desconocen, pero, sin embargo, todos los "cargos criminales" estarán relacionados por publicar en el 2010 una filtración masiva de documentos gubernamentales.

La imputación de Assange pone en riesgo su seguridad sicológica, física e inclusive la vida, porque su situación de asilado en la embajada de Ecuador en Londres, se complica desde que Lenín Moreno afirmara que es "una piedra en el zapato", seguramente para agradar a Estados Unidos, ya sea por sus propios deseos o por mandato de las derechas que son las que en realidad gobiernan en el Ecuador.

Moreno acusó a Assange de que su situación había llegado a un punto crítico al acusarle de violar el acuerdo de no injerencia en los asuntos de terceros países. Con la imputación de cargos criminales por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, Assange debe responder ante un tribunal estadounidense, pero primero debe ser detenido y extraditado, lo que es imposible si el gobierno de Moreno respeta la Constitución que prohíbe la extradición de cualquier ciudadano ecuatoriano al extranjero.

Hasta donde se sabe, el Departamento de Justicia ha confirmado que la Fiscalía ha inculpado a Assange, sin precisar los cargos que se le imputan. La tarea de detener, extraditar e inculpar a Assange arranca desde que la Administración Obama consideraba acusarle de violar la ley de espionaje, robo de material gubernamental o conspirar junto con Chelsea Manning, condenado por la sustracción de documentos clasificados. Se dijo que la imputación debía mantenerse en estricta reserva "debido a la sofisticación del acusado y la publicidad que rodea al caso, ningún otro procedimiento podría mantener confidencial el hecho de que Julian Assange ha sido imputado". Por tanto, se recomienda mantener los cargos en secreto hasta que Assange "sea detenido y ya no pueda evitar su arresto y extradición" por los cargos criminales presentados contra él.

No será fácil para Estados Unidos extraditar y acusar a Assange porque, además, varias asociaciones de defensa de la libertad de prensa y de los derechos civiles se han posicionado contra la posible detención de Assange. Señalan que "La persecución del señor Assange por las publicaciones de WikiLeaks sería inédita y crearía un precedente que permitiría llevar a cabo investigaciones penales a los medios de prensa", según concepción de la Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU). Esta es también la línea de defensa de Assange: "Que el gobierno presente cargos contra alguien por publicar información veraz es una senda peligrosa para la democracia", advirtió el abogado estadounidense, Barry Pollack.

Se ha señalado que los cargos que se mantienen en secreto habrían sido revelados por la fiscal adjunta Kellen Dwyer cuando archivaba un caso separado y urgía a un juez a que mantuviera clasificado aquel archivo. Esa fiscal dijo que "debido a la sofisticación del acusado y la publicidad que rodea el caso, es improbable que otro procedimiento pueda mantener secreto el hecho de que Assange fue inculpado", Además, esa fiscal habría sostenido que la acusación "debe permanecer clasificada hasta que Assange sea arrestado". La acusación de Assange en Estados Unidos podría tener implicaciones en la pesquisa que adelanta el fiscal especial Robert Mueller sobre una presunta colusión de la campaña presidencial de Donald Trump de 2016 y Rusia.

ASSANGE ES CIUDADANO ECUATORIANO

Assange no puede ser extraditado a Estados Unidos ni a ningún otro país, porque es ciudadano ecuatoriano. De tal manera que si la fiscal adjunta Kellen Dwyer considera que los cargos deben mantenerse clasificados "hasta que Assange sea arrestado", debe esperar sentada si el gobierno del presidente L. Moreno acata el derecho internacional sobre el asilo y respeta las disposiciones constitucionales del Ecuador que prohíben que un ciudadano ecuatoriano sea extraditado.

Julián Assange es ciudadano ecuatoriano por naturalización legalmente concedida según se desprende del extenso oficio dirigido por el Canciller Valencia a la Presidenta de la Asamblea Nacional y una asambleísta que cuestiona esa naturalización y que aspira el fin del asilo y la entrega a Estados Unidos.

El canciller Valencia de Ecuador –en el documento indicado-, decía que Assange solicitó la nacionalidad ecuatoriana mediante carta de naturalización fechada el 16 de septiembre de 2017 por las siguientes razones: "a), por su labor al frente de la organización Wikileaks; b) la persecución sufrida desde Estados Unidos; c) La causa sueca y la detención en Londres, d) El asilo político conferido por el Ecuador; e) La indefinición jurídica en la embajada pro varios años; f) El Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU; g) Opiniones Consultivas ante la Corte Interamericana; h) La revelación de materia relativa al espionaje masivo de la CIA: e, i) Las manifestaciones públicas de acciones inminentes.

Entre los fundamentos de derecho para el otorgamiento de la naturalización a Assange se destacan, entre otros: El dictamen jurídico emitido por Salazar Granja, Coordinador General de Asesoría Jurídica del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Acta de entrevista para obtener la naturalización ecuatoriana, Dictamen Jurídico emitido por el Viceministro de Movilidad Humana que señala que existe suficiente fundamento jurídico que respalda la decisión de otorgar carta de naturalización a Assange, Acuerdo de Naturalización publicado en el Registro Oficial No. 148 de 28 de noviembre de 2017, la resolución de 12 de diciembre de 2017 que otorgó la carta de naturalización a Assange...

Por lo tanto, es absolutamente legítima la naturalización de Julián Assange como ciudadano ecuatoriano que pretende ser desconocida por la asambleísta socialcristiana y por las derechas que acatan las órdenes imperiales que, junto a Moreno que pretende congraciarse con el imperio gobiernan el Ecuador declaró que Assange era "una piedra en el zapato" con lo que expresaba la decisión de deshacerse de periodista australiano-ecuatoriano.

La idea del presidente Moreno de acabar con el asilo de Assange es entusiastamente respaldad por las derechas políticas y económicas que no desean causar ni el más leve roce al imperio yanqui y a su socio Reino Unido, porque más que los derechos humanos y la vida de Assange les importa los negocios y el servilismo cipayo.

Así, durante seis años, la actual asambleísta socialcristiana Paola Vintimilla, jamás se refirió a Julián Assange que permanece asilado en la Embajada del Ecuador en Londres. Sólo después de su viaje a Estados Unidos y de recibir a la delegación de congresistas estadounidenses el 20 de septiembre pasado, comenzó a exigir que se retire la nacionalidad ecuatoriana a J. Assange, que se le entregue a la justicia británica y hasta solicitó a la Contraloría que audite los gastos del asilo.

¿Por qué la asambleísta Vintimilla de pronto sintió tanto odio al fundador de Wikileaks que reveló los sucios secretos del impero? Esa asambleísta pide la cabeza de Assange y que se la entregue en bandeja de plata, al mejor estilo bíblico, pero previamente exige que se le retire la nacionalidad ecuatoriana otorgada el 12 de diciembre de 2017 "porque aparentemente no tendría la calidad de asilado". ¿A esa política socialcristiana sólo le interesa quedar acatar las órdenes imperiales?

De ninguna manera se podría decir que es mera coincidencia su preocupación por Assange, surgida después de que la delegación de congresistas estadounidenses presidida por el senador Ed Royce visitara la Asamblea Nacional. P. Vintimilla pertenece al Grupo de amistad con Estados Unidos, como los asambleístas Flores y Donoso. En esa reunión, la senadora Norma Torres dijo: También está el tema de Julian Assange, queremos seguir avanzando en ese tema y que él ya no tenga la ciudadanía ecuatoriana. Este es un tema importante para Estados Unidos", añadió. En ese sentido se pronunció el senador Terry Sewell al decir: "el tema de Julián Assange es importante para nosotros, queremos fortalecer nuestra seguridad y las instituciones de la prensa...". Después de esa visita-órdenes, la asambleísta Vintimilla, lo mismo que las derechas políticas y económica arreciaron sus diatribas contra Assange.

La naturalización con cedida por el Ecuador a Assange es legal y en su calidad de ciudadano ecuatoriano tiene derechos irrenunciables. No puede ser extraditado a Estados Unidos en donde quizá le espere pena de muerte. ¿El presidente Moreno querrá sobre su conciencia esa condena, igual que el acucioso Canciller, según extensa carta dirigida a Vintimilla y Presidenta de la Asamblea?

En esa comunicación, el canciller Valencia señala que "Gran Bretaña ha reiterado al Ecuador que una vez que el señor Assange salga der la Embajada, será procesado y eventualmente deberá cumplir la pena que le sea impuesta. Sólo después de entonces, manifiesta el Reino Unido, el señor Assange podrá viajar libremente al país que elija", pero el Reino Unido no da ninguna garantía para que Assange no sea deportado a Estados Unidos. Sin embargo, ha expresado que no deportará a Assange a ningún Estado que tenga pena de muerte y en Estados Unidos existen varios Estados que han suprimido de sus legislaciones la pena de muerte, pero no la condena a cadena perpetua.

ASSANGE CAYÓ EN LA TRAMPA DE LA CIA

El fundador de Wikileaks, Julián Assange se convirtió en celebridad mundial al difundir alrededor de cien mil cables que contenían los sucios secretos del imperio enviados por las embajadas de Estados Unidos desperdigadas por el mundo. Cada cable era firmado por el embajador (a), pero sus primicias, observaciones, datos, informaciones de gobiernos, personalidades y países eran recogidos por los infaltables agentes de la CIA que, además, imponían sus criterios y opiniones, inclusive para denigrar, insultar, calumniar, satirizar a presidentes, jefes de gobierno, comandantes y oficiales de fuerzas armadas y policiales, políticos y periodistas.

Los cables de Wikileaks causaron asombro, estupor, repudios, indignaciones y muchos sustos, y en el caso ecuatoriano ocasionaron la expulsión de la embajadora Hodgges y la consiguiente ruptura de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Ecuador.

Que alguien se atreviera a exponer los trapos sucios de Washington, celosamente, guardados como top secret, era impensable e inadmisible y, ciertamente, había odio o resquemor contra Julián Assange desde la divulgación del video sobre la matanza perpetrada desde un helicóptero yanqui a civiles inocentes y, entre ellos, a periodistas, en Irak.

Desde entonces, el mundo comenzó a mirar de otra manera a Estados Unidos al comprender que el defensor de libertades y derechos humanos los violaba en cada país intervenido militarmente, o en cada lugar en donde había una base militar yanqui. Comprendía las verdaderas intenciones de Estados Unidos al invadir Irak, Afganistán y la famosa "primavera árabe" creada por Occidente, para apoderarse de las riquezas, en particular, las energéticas de los países árabes.

Al tiempo que Assange se convertía en polémica celebridad, admirada u odiada, también se convertía en enemigo público de extrema peligrosidad para Estados Unidos que fue desnudado y mostradas sus miserias y vergüenzas en cada cable publicado.

Es lógico que comenzara una persecución implacable a Julián Assange, hoy periodista australiano-ecuatoriano, que se propuso enseñar al mundo la verdadera cara de banqueros y financistas, los crímenes imperiales, el desconocimiento o pisoteo sistemático de la moral, la ética y del derecho internacional por parte de la Casa Blanca, en cada injerencia o brutal invasión armada con la consiguiente ocupación militar.

En cuanto celebridad, Julián Assange fue buscado e invitado por universidades, escuelas y facultades de periodismo u organizaciones profesionales de periodistas a que dictara conferencias o participara en foros y mesas redondas. Es fácil deducir que los servicios secretos de Estados Unidos y, en especial la CIA, anduvieran tras sus pasos y mucho más cuando en el año 2010 detuvieron al soldado Bradley Manning acusado de ser el autor de la entrega de los cables reservados al fundador de Wikileaks. Manning está encerrado en una cárcel de Estados Unidos por más de 860 días. Permanecía incomunicado y sin fórmula de juicio, nada menos que en el país ícono de los derechos humanos. ¿Qué pasaría con Julián Assange si logran detenerlo y llevarlo a Estados Unidos?

A medida que avanza el tiempo y se reúnen más datos, la hipótesis de que Julián Assange cayó en una trampa hábilmente montada por la CIA, comienza a convertirse en certeza si se considera que el periodista accedió a información valiosa y generalmente ocultada tras los sellos de reservada o secreta. Demostró que es muy peligroso divulgarla en todo el mundo si en el proceso logró destapar las pestilentes actuaciones de gobiernos, mercados, instituciones financieras-bancarias o crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Desdeñando peligros para su seguridad personal, Assange aceptó una invitación para viajar a Suecia a dictar conferencias, pero previamente le habían advertido que se cuidara porque podría caer en "las trampas del sexo." Y el fundador de wikileaks, con advertencia de por medio, parece que cayó redondo en una de esas trampas.

"Dos mujeres se presentaron como admiradoras suyas en una conferencia que el incauto Assange dio en Suecia, se lo camelaron y lo invitaron a su casa, se subraya en una crónica de Cuabadebate. Poco después las autoridades suecas presentaron contra Assange cuatro cargos, los cuales se desprenden de las declaraciones de las dos denunciantes: 1º: "Coerción ilegal", porque Assange al parecer usó el peso de su cuerpo para "forzar" sexualmente a su "víctima" (es decir, se puso encima). 2º: "Molestar sexualmente" a una de las denunciantes por tener sexo con ella sin preservativo. 3º: "Molestar deliberadamente" a la denunciante "de una manera designada a violar su integridad sexual", porque según parece, Assange tuvo la osadía de llamarla otro día para volver a quedar con ella. Y 4º: Tener "sexo por sorpresa" sin preservativo con la segunda denunciante. Es decir, lo que viene siendo el aquí te pillo, aquí te mato".

Esas dos mujeres que lo acusaron de violación fueron la periodista sueca, de origen cubano, Annita Ardin, la "demandante oficial", y su amiga Sofía Wilen, a quien según sus propias declaraciones "le costó mucho trabajo llevarse a Assange a la cama", pese a que fue ella la primera en quejarse de "abuso sexual" a la policía.

El periodista-investigador Jerry Robalino informaba que la periodista Annita Ardin, una de las mujeres que acusa al fundador de Wikileaks, Julian Assange, de delitos sexuales parece haber trabajado con un grupo que tiene conexiones con la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de los Estados Unidos.

James D. Catlin, un abogado que representó recientemente a Assange, afirmó que la investigación por delito sexual contra el fundador WikiLeaks se basa en afirmaciones de que no usó condones durante sus relaciones sexuales con dos mujeres suecas.

Fuentes de la Fiscalía sueca dijeron AOL News que Assange no era buscado por violación como se ha informado, sino por algo llamado "sexo por sorpresa" o "sexo inesperado".

Anna Ardin tiene "vínculos con grupos financiados por Estados Unidos contra Fidel Castro y por grupos anticomunistas", de acuerdo con una investigación publicada por Israel Shamir y Paul Bennett, en CounterPunch. Ardin, nacida en Cuba, trabajó a favor de "Las Damas de Blanco", un grupo de mujeres que se oponen al gobierno cubano.

Shamir y Bennett también describen a Ardin como una supuesta "izquierdista" que "publicó diatribas anti-Castro en lengua sueca para la Revista Asignaturas Cubanas difundida por Misceláneas de Cuba." El profesor Michael Seltzer afirmó que el grupo está dirigido por Carlos Alberto Montaner, un hombre vinculado con la CIA.

Shamir y Bennett señalaron que "Las Damas de Blanco reciben financiamiento del gobierno de los EE.UU. y cuentan entre sus partidarios con Luis Posada Carriles".

Un documento desclasificado en 1976 reveló que Posada era entonces agente de la CIA y sus abogados han sostenido que mantuvo vínculos con la agencia por 25 años. Ha estado vinculado a ataques terroristas que mataron a decenas de personas.

Ardin "está vinculada a militantes por la equidad de género en la Universidad de Uppsula, que optaron por asociarse con ese grupo de mujeres cubanas financiado por EE.UU. y apoyado abiertamente por terroristas y asesinos de masas", observó Kirk James Murphy en Firedoglake.

En agosto, Assange le dijo a Al Jazzeera que las acusaciones eran "claramente una campaña de desprestigio". "Se nos ha advertido que, por ejemplo, que el Pentágono está planeando usar trucos sucios para destruir nuestro trabajo", dijo Assange al diario sueco Aftonbladet.

El abogado Catlin señaló que tanto Ardin com Sofía Wilén, la segunda acusadora, enviaron mensajes SMS y tweets alardeando de sus conquistas después de las supuestas "violaciones".

"En el caso de Ardin está claro que hasta hizo una fiesta en honor a Assange en su apartamento después de que él cometiera "el delito" y ella aseguró a sus seguidores en Twitter que él era "una de las personas más simpáticas e inteligentes del mundo, ¡es increíble!", escribió. (El mensaje en sueco original está borrado del Twitter de Anna Ardin, sin embargo, fue publicado por un bloguero sueco.

En otro reportaje se dice que Assange huyó desde hace tiempo porque si acaba en Suecia sabe que puede acabar en EEUU, donde se le acusa de destapar secretos -vergüenzas- de Estado, y eso le puede costar en "el país de la libertad", la pena de muerte o cadena perpetua.

También resulta que la tal Annita Ardin es muy amiga del secretario general de las juventudes democristianas de Suecia, Jens Aron Modig, precisamente el compañero de viaje del dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular Ángel Carromero, el español que estuvo preso en Cuba acusado de homicidio imprudente de dos disidentes cubanos.

Resulta además que hay muchísimos antiguos indicios de que la tal Anna Ardin es agente de la CIA desde hace tiempo y resulta que también estuvo en Cuba antes que su amigo Jens, en 2004, con idénticos objetivos: alentar y financiar a la disidencia cubana, informaba Cubadebate.

Por su parte, el periodista Ricardo Cubillos Rodriguez, escribía en EFE: "La publicación por el diario The Guardian de detalles de los cargos sexuales presentados por dos mujeres suecas contra el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha causado gran indignación en sus abogados y entre sus partidarios. En una acción que sorprendió a todo el mundo, el diario británico elegido por Assange para publicar las filtraciones reveló documentos de la policía sueca en los que se acusa a Assange de haber agredido sexualmente a las mujeres con las que hizo el amor durante su estancia en ese país. Según el dominical "The Sunday Telegraph", el abogado sueco de Assange, Bjorn Hurting, va a presentar una queja formal a las autoridades de ese país, a las que exigirá que investiguen cómo ha llegado esa información a dominio público.

"No sé quién ha dado esos documentos a la prensa, pero el propósito está claro: presentar una mala imagen de Julian", dijo el abogado de Assange. En un editorial, The Guardian defendió el sábado su decisión de publicar detalles del contenido de los documentos policiales que incriminan al hombre que ha ayudado a las ventas de ese periódico al ofrecerle las filtraciones de WikiLeaks.

Vaughan Smith, el periodista que ha decidido acoger a Assange en una mansión de su propiedad mientras se tramitaba la extradición, se preguntó si la intención de The Guardian al revelar esos detalles incriminatorios, no sería aplacar a las autoridades por haber publicado antes los documentos filtrados a Wikileaks.

El conocido periodista y documentalista australiano John Pilger escribía en el dominical "The Independent on Sunday" que, después del supuesto asalto sexual sufrido, una de las mujeres confesó que se había sentido "abandonada" cuando, tras hacer el amor, Asssange la dejó en la cama para ponerse a trabajar en su ordenador.

"Sea o no una conspiración de la CIA, comenta Pilger, lo cierto es que se ha denigrado a Assange. Los detalles proporcionados por las mujeres están en Internet. Y sus serios enemigos de Washington se han visto animados a seguir su viciosa campaña contra su persona".

Los críticos del asilo niegan a Assange su calidad de periodista y hasta lo acusan de conseguir la información difundida de forma ilícita, pero si cualquier periodista en verdad profesional, ¿si hubiese tenido la oportunidad que tupo Assange, se habría guardado la información? Muchos, tal vez, hubiesen corrido a la embajada yanqui más cercana para "avisar" que circula esa información y, tal vez, hubiesen recibido premios de sus amos de la CIA o de cualquier otra agencia del imperio.

El desenlace de este drama está muy lejos de llegar a su fin desde que el 19 de junio de 2012, Julian Assange se refugió en la embajada de la República del Ecuador en Londres, Inglaterra, y solicitó asilo político. "El gobierno ecuatoriano afirmó haber analizado la petición de asilo en términos de defensa de los derechos humanos más que por cuestiones meramente políticas, considerando que la vida de Assange peligra con una hipotética extradición a Estados Unidos, donde está vigente la pena de muerte. En agosto de 2016, después de un intento de asalto a la sede diplomática de Ecuador en Londres, donde se encuentra resguardado Julian Assange, Ecuador reiteró su compromiso de proteger su vida. El 28 de marzo de 2018 después de que Julian Assange opinara en redes sociales sobre temas políticos, el gobierno ecuatoriano le retiró todas sus comunicaciones y acceso a Internet. La causa es, supuestamente, violar el requerimiento de no intervenir en asuntos de política internacional.

En enero del 2018, el presidente Moreno reconoció que el asilo de Assange le "causa más de una molestia" a su gobierno.

En mayo de 2017 Suecia decide cerrar la causa por supuesta violación contra Julian Assange. La fiscalía sueca informó que el archivo no se debe a que se haya aclarado la inocencia de Assange, sino a las dificultades que ha supuesto para el procedimiento el que el fundador de WikiLeaks permanezca refugiado en la citada embajada.

El Pentágono de los Estados Unidos mantiene un enfrentamiento con Assange debido a las filtraciones hechas por WikiLeaks que le afectan más directamente: Ataque aéreo en Bagdad del 12 de julio de 2007, Diarios de la Guerra de Afganistán y los Registros de la Guerra de Iraq, denunciando delitos consentidos por el Pentágono, han supuesto para Assange una rigurosa presión mediática, diplomática y legal. Assange, como cabeza visible de WikiLeaks, se ha convertido en la nueva imagen del periodista combativo, al mostrar las infracciones de la guerra contra el terrorismo emprendida por el gobierno de los Estados Unidos y sus aliados, y concretada en la guerra de Afganistán y la guerra de Iraq.

El gobierno del Ecuador acosa a Julián Assange. Ha dispuesto que el asilado pague todos sus gastos, incluidas las visitas médicas, ha limitado el espacio físico, ha limitado las visitas hasta de sus abogados y debe cumplir un estricto "protocolo". Finalmente ha dicho que "por acto humanitario", no le cobrará la comida de cada día.

El imperio contra Assange se topa con la férrea resistencia del periodista encerrado en un pequeño espacio de la Embajada del Ecuador en Londres, pero también se topa con el apoyo de intelectuales, periodistas, organizaciones de la sociedad civil y movimientos sociales de todo el mundo que decidieron apoyar a Julián Assange lo que, también, implica al gobierno del Ecuador.


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