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ESTADOS UNIDOS Y SUS ALIADOS EUROPEOS REVIVEN LA GUERRA FRÍA CONTRA RUSIA: EN UCRANIA Y SIRIA PODRÍA DESATARSE LA TERCERA GUERRA MUNDIAL

Miércoles 15 de marzo de 2017 por CEPRID

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA, PAZ CONTRA LA GUERRA

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Estados Unidos y sus aliados de la Unión Europea con la OTAN reavivaron la Guerra Fría entre Occidente contra Rusia, que podría ser el preámbulo de una Tercera Guerra Mundial que, según expertos de diversa ideología, ya comenzó a gestarse en Medio Oriente con la guerra civil en Siria y en Ucrania por el asunto de Crimea y la región de Dombás.

Ninguna persona regularmente informada puede desconocer que Occidente, liderado por Estados Unidos, está decidido a enfrentar a Rusia porque no desea, ni puede permitir que ninguna otra potencia opaque la hegemonía imperialista y ponga en riesgo su carácter de potencia unipolar.

Las provocaciones a la Federación Rusa han sido y son permanentes. “El conflicto en la cuenca del Dónets - región del Dombás – en el sudeste ucraniano, ha mostrado desde sus inicios en febrero del año 2014, cuando fue derrocado el presidente Ucraniano Viktor Yanukóvich, por fuerzas nacionalistas apoyadas por Washington y la Unión Europea (UE), que el objetivo final es establecer una política de cerco contra el gobierno ruso de Vladimir Putin. Washington y la Unión Europea (UE), tienen el objetivo final de establecer una política de cerco contra el Gobierno ruso de Vladimir Putin.

La geopolítica internacional en esta área del mundo, decía Jofré que “en materia de conformación de arquitectura de alianzas tiene, como elementos principales de análisis: primero, las dinámicas económicas, con la presencia de una China pujante y dotada de estrategias globales de desarrollo, que incluyen a Rusia mediante la conformación de un eje de integración, que ha dado importantes pasos de avances en materia monetaria, inversiones, proyectos de infraestructura e incluso conversaciones en el plano militar. En segundo lugar, la fuerte crisis económica europea, que ha dotado a Alemania de una hegemonía indiscutible en la UE, que la impulsa a buscar espacios de inversión y mercado para su producción industrial al margen de las presiones estadounidenses. Y, en tercer lugar, la realidad de un débil apoyo a las decisiones en política exterior de Washington, que avizoran más dificultades que posibilidades de éxito en este objetivo de doblegar a Moscú.

Recordemos, que en febrero del año 2014 fuerzas ultranacionalista ucranianas, agrupadas en torno a los movimientos paneuropeos, contrarios a la decisión de concretar esfuerzos de cooperación con Rusia, derrocan al ex presidente Ucraniano Viktor Yanukovich, tras una serie de movilizaciones sociales, ampliamente difundidas por los medios de comunicación occidentales. El Euromaidán, como se le denominó comunicacionalmente, expresó el éxito de los esfuerzos desplegados por las Organizaciones Gubernamentales estadounidenses, instituciones como la USAID, como también figuras políticas como la ex Secretaria Adjunta Para Asuntos Europeos Victoria Nuland, que definieron una agenda de trabajo – desde el lejano año 1991 – para establecer una política de cerco contra Rusia y en especial en la última década contra los gobiernos de Vladimir Putin, considerado un enemigo de temer y necesario de aplastar, por parte de los análisis estratégicos de la Casa Blanca y el Pentágono.

El nombre de Victoria Nuland y su labor representa el tipo de trabajo que Washington suele ejecutar contra aquellos países que están en su radar de enemigos. Esta diplomática neoconservadora, ex consejera en política exterior del vicepresidente Dick Cheney, ex embajadora ante la OTAN, cumplió su papel de halcona con tanto esmero, dedicación y eficiencia, que durante el primer mandato presidencial de Barack Obama, la ex Secretaria de Estado y candidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton la nombró portavoz del Departamento de Estado. En 2013, el actual secretario de Estado John Kerry la puso a cargo de los asuntos europeos desde el cual dirigió las operaciones de desestabilización contra el gobierno de Yanukovich, su caída y los trabajos de cerco a la Federación Rusa.

La Sra. Nuland, en declaraciones efectuadas a la cadena de noticias estadounidense CNN, tras la caía de Yanukovich reconoció la participación de su gobierno en el proceso de desestabilización de Ucrania “Estados Unidos ha invertido cerca de 5.000 millones de dólares en Ucrania desde 1991, desde que se convirtió en un Estado independiente después de la desintegración de la Unión Soviética. Este dinero se ha gastado para apoyar las aspiraciones del pueblo ucraniano, que quiere tener un gobierno fuerte y democrático que represente sus intereses”

Washington, con Nuland, con la OTAN, con sus socios de la UE, con Petro Poroshenko entre otros, está empeñado en provocar a Moscú, consolidar un bloque de países que lo apoye en la intensificación de las sanciones contra el gobierno de Putin, ampliarlas y tratar de ahogar la economía rusa. Apoyar militar, política y económicamente al régimen de Kiev, usado como punta de lanza en la política de agresión, donde se ha sumado con todo su poder militar y económico, la OTAN utilizando para ello una vieja y conocida cantinela respecto a la responsabilidad de Moscú en el conflicto de la región del Dombás, ocultando deliberadamente que fue el gobierno de Barack Obama y un Congreso cómplice, quienes orquestaron el Golpe de Estado que depuso a un gobierno legalmente electo, bajo la idea de expandir la OTAN, obligando a Rusia a responder militar y económicamente las agresiones imperialistas y de sus socios en la región de Dombás y en Crimea con poblaciones, cultura y economía rusas.

En diversas publicaciones aparecidas en medios occidentales se destaca que son los problemas de Dombás, Crimea, (Ucrania convertida en títere del imperio y sus aliados europeos) los que han actuado como detonante de un conflicto geopolítico, que ha hecho concluir a algunos analistas, como es el caso del historiador estadounidense Stephen Cohen que expresaba que “hace dieciocho meses empezó una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia. Hemos entrado en una confrontación muy peligrosa, debido a la situación de Ucrania, que por su gravedad, se puede comparar con la crisis de los misiles en Cuba. Es obvio que en occidente y en Kiev hay personas influyentes que no quieren que el conflicto en Ucrania se resuelva”

Por su parte, el Semanario norteamericano The Nation va más allá de los temores de Cohen y sostiene que Estados Unidos y los halcones de ese país avanzan hacia una guerra contra Rusia “el partido de la guerra en Estados Unidos, que incluye a legisladores principalmente republicanos, pero también demócratas, funcionarios de gobierno, medios de comunicación, miembros del complejo-militar industrial, están ejerciendo una presión implacable para desatar un conflicto con Moscú poniendo como excusa la crisis en Ucrania…crisis que no tiene una solución militar”.

En ese contexto, Moscú considera que la administración estadounidense y sus líderes de opinión más belicosos – tanto en el área política como militar – están efectivamente utilizando la crisis en Ucrania como un pretexto, que le ha servido para ampliar su presencia militar en la región, involucrando en ello a países como Polonia, los países bálticos y la propia Ucrania, que fueron parte del derruido Bloque Socialista liderado por la ex Unión Soviética hasta inicios de los años 90 del siglo XX. Y en esta conducta, los medios de comunicación estadounidense cumplen un papel amplificador del partido de la guerra en una lucha ideológica y comunicacional donde tratan de presentar el trabajo de los medios de comunicación rusos, como RT y Spuntnik, por ejemplo, como medios de propaganda de la política del Kremlin, como si The New York Times, The Washington Post o The Wall Street Journal hicieran un trabajo impoluto, sin que se denote la línea neocons de sus editoriales y artículos políticos. Los medios son elementos centrales en la lucha política, ideológica y en el campo de batallar su papel cumple una función de ser un arma más”.

Nikolái Litovkin,en RBTH sostenía que Kiev ha expresado su deseo de unirse a la misión de la OTAN en el Mar Negro. El Ministerio de Asuntos Exteriores Serguéi Lavrov declaró que Moscú tomará “las contramedidas adecuadas”. ¿Qué acciones concretas podría emprender Rusia?

El ministro de Defensa de Ucrania, Stepán Poltorak, presentó una hoja de ruta para las reformas del sector militar que deberían mejorar las condiciones del ejército ucraniano hasta 2020 y equipararlas a las normas de la OTAN, en la cumbre de esta organización celebrada en Varsovia en junio de2016. Como resultado, algunos países del bloque se propusieron para destinar ayuda económica adicional a Kiev, al tiempo que mostraban su absoluto apoyo a la política del país.

Entre sus próximos planes, Ucrania anunció su adhesión a la misión de la OTAN para patrullar el Mar Negro junto con Turquía, Rumanía y Bulgaria, que baña las costas de todos estos países, además de Rusia.

Este paso ha intranquilizado a Moscú, y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia se ha apresurado a declarar que tratará esta nueva idea de su vecino del sur “con toda la seriedad y cautela que sean necesarias”.

“Seguimos atentamente este debate y esperamos que no conlleve un aumento del peligro en esta región. Nos reservamos el derecho a tomar unas contramedidas adecuadas”, declaraba a la agencia de información RIA Novosti el viceministro de Asuntos Exteriores, Grigori Karasin.

Ucrania lleva tiempo declarando su deseo de unirse a la OTAN y formar parte de Europa. El país está aprovechando cualquier oportunidad de participar en las maniobras militares del bloque para mostrar su compromiso con sus políticas.

El asunto en el Mar Negro se torna muy peligroso. Litovkin expresaba que las maniobras de los buques de la OTAN y de Rusia en el Mar Negro es algo así como “nadar en una piscina pequeña en la que las bordas de los barcos chocan unas contra otras todo el tiempo”.

El experto Litovkin recuerda que Rusia ha modernizado el parque de aviación de combate en Crimea y ha enviado a la región aviones Su-30SM de la generación 4+, capaces de lanzar misiles antibuque. Además, en la península se han desplegado sistemas de misiles costeros con misiles de crucero Bal y Bastion, que pueden derribar objetivos nada más salir del estrecho del Bósforo, el que une el Mar Negro con el Mediterráneo y está controlado por Turquía.

“Rusia también está desplegando radares de nueva generación capaces de controlar la situación acuática, subacuática y aérea en la región. Estamos llevando a cabo una modernización a gran escala de la flota del Mar Negro, que recientemente ha recibido un submarino equipado con misiles de crucero Kalibr, con un alcance de vuelo de hasta 2.500 km”, añade Litovkin.

Según el experto, en caso de extrema necesidad Moscú podría desplegar en la península bombarderos estratégicos de largo alcance Tu-22M3.

El analista internacional Pablo Jofré sostiene que Washington y la Unión Europea (UE), tienen el objetivo final de establecer una política de cerco contra el Gobierno ruso de Vladimir Putin.

En ese contexto, Moscú considera que la administración estadounidense y sus líderes de opinión más belicosos – tanto en el área política como militar – están efectivamente utilizando la crisis en Ucrania como un pretexto, que le ha servido para ampliar su presencia militar en la región, involucrando en ello a países como Polonia, los países bálticos y la propia Ucrania, que fueron parte del derruido Bloque Socialista liderado por la ex Unión Soviética hasta inicios de los años 90 del siglo XX. Y en esta conducta, los medios de comunicación estadounidense cumplen un papel amplificador del partido de la guerra en una lucha ideológica y comunicacional donde tratan de presentar el trabajo de los medios de comunicación rusos, como RT y Spuntnik, por ejemplo, como medios de propaganda de la política del Kremlin, como si The New York Times, The Washington Post o The Wall Street Journal hicieran un trabajo impoluto, sin que se denote la línea neocons de sus editoriales y artículos políticos. Los medios son elementos centrales en la lucha política, ideológica y en el campo de batallar su papel cumple una función de ser un arma más.

En lo militar, la operación de ampliación de la OTAN hacia el este, para cercar a Rusia, fue establecida en la Cumbre de la alianza noratlántica, celebrada en la ciudad galesa de Newport en septiembre del año 2014. Al mismo tiempo, se fijaron las líneas estratégicas de largo plazo, para así contener el desarrollo político, militar y económico de Moscú pero también de China, de tal manera de evitar que estos gigantes puedan rivalizar con Estados Unidos y sus aliados. En el caso específico de China, Washington se ha encargado de exacerbar las tensiones en la zona del denominado Mar de la China, sobre todo con Japón e involucrando a Australia y Corea del Sur, a través de los llamados contratos de asociación.

El experto y diplomático “Stoltenberg ha dado cuenta que los ejercicios militares de guerra realizados en Polonia han sido muy valiosos y representan “el mayor refuerzo en la defensa de Europa desde la época de la Guerra Fría en momentos que la OTAN se enfrenta a retos derivados del comportamiento de una más asertiva Rusia que mediante una decisión peligrosa, injustificada y desestabilizante intenta reforzar su arsenal misilístico”. En ese escenario, con una OTAN que ha ampliado su campo de negocios y ha dado un giro a Asia, Ucrania cumple una función de laboratorio de intervención y fija los alcances del hasta dónde llegar en las presiones a Rusia. La intervención de Washington, a pesar de los intentos de su administración y medios de comunicación de negarlo han sido evidentes en el derrocamiento de Yanukovich y la consolidación de un régimen ultranacionalista, donde los elementos fascistas han consolidado el control del gobierno de Petro Poroshenko.

LA RESPUESTA DE RUSIA

Moscú ha aceptado el desafío de Estados Unidos y la política de expansión de la OTAN, los ejercicios militares de países miembros de la alianza noratlántica en la frontera con Rusia, el apoyo al gobierno ultranacionalista de Kiev y las políticas de sanciones establecidas contra Moscú. Y para ello ha iniciado su propio programa de respuesta a las provocaciones y acciones de Washington y sus socios: reforzar el arsenal de misiles intercontinentales dotados de ojivas nucleares – conocidos como ICBM por su sigla en inglés – que despertó de inmediato la alarma de los países europeos, que temen verse enfrentado a una nueva guerra fría cuando se creía terminada tras la caída de los socialismos reales, expresadas simbólicamente con el derrumbe del Muro de Berlín en noviembre del año 1989. El Presidente ruso, Vladimir Putin señaló que la modernización de 40 misiles balísticos intercontinentales “es nuestra respuesta a un informe de Estados Unidos donde se ha considerado, peligrosamente, la posibilidad de desplegar armas pesadas a muy poca distancia de las fronteras de Rusia”.

Los temores de Putin se vieron confirmados, pocos días después, cuando el Secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter del gobierno de Obama anunció que Estados Unidos desplegaría vehículos blindados, artillería pesada y elementos de vigilancia en Bulgaria, Polonia y Rumania e incluso en Alemania, según el jefe del pentágono. “Parea fines del año 2015 tendremos desplegadas más de mil unidades de material bélico, incluidos varios centenares de vehículos blindados” preciso Carter, violando de ese modo el espíritu de los acuerdos de Minks, que precisó la prohibición de instalar armamento pesado en las inmediaciones de la región en conflicto. Más aún cuando las denuncias de Moscú apuntan a que el suministro de armas al gobierno de Kiev, a través de países como Polonia se han intensificado.

La posición de Petras es maximizada, por analistas como Paul Craig Robert – ex subsecretario del Tesoro en la administración Reagan – para quien la mejor solución para Ucrania es una intervención directa de Rusia “En mi opinión, Washington no quiere que el tema de Ucrania se determine de manera diplomática y razonable. Podría ser el caso que la mejor jugada de Rusia sea ocupar de inmediato los territorios rusos de Ucrania y reabsorberlos a Rusia, de donde vinieron. Esto debe hacerse antes de que los EE.UU. y sus títeres de la OTAN se preparen para la guerra. Es más difícil para Washington iniciar una guerra cuando ya se han perdido los objetivos de la misma. Rusia va a ser demonizada con la infinita propaganda de Washington, si reabsorbe sus territorios tradicionales. Si Rusia permite que estos territorios sean reprimidos por Washington, el prestigio y autoridad del Gobierno ruso se derrumbarán. Tal vez, eso es con lo que Washington está contando”

Por su parte, el presidente ruso Wladimir Putin, ha criticado permanentemente las peligrosas acciones de provocación de Estados Unidos y la OTAN “La OTAN, sostiene Putin, está desarrollando una fuerza de reacción rápida y ampliando sus fuerzas, presencia militar e infraestructura en nuestras narices. También hemos sido testigos de los intentos de romper la paridad nuclear y de forzar la creación del segmento de defensa antimisiles europeo y del Asia-pacífico. La salida de Estados Unidos del Tratado ABM ha derribado las bases mismas del moderno sistema de seguridad” A pesar de ello ha afirmado Putin nadie podrá intimidar ni ejercer presión sobre Rusia, nadie ha podido ni podrá hacerlo ya que para todas las amenazas internas y externas a la seguridad nacional siempre hemos tenido y siempre tendremos una respuesta adecuada”

Otro foco de intensas preocupaciones es Sira, pero por qué se empieza a hablar de la Tercera Guerra Mundial en Siria?

Asad cree que el conflicto sirio es el escenario de una guerra global mayor que se está gestando por las diferencias entre Rusia y Estados Unidos, pero no es el único que apoya esa tesis

Iñaki Pardo Torregrosa desde Barcelona, decía que Bashar el Asad afirmó en una entrevista con el diario ruso Komsomólskaya Pravda que la guerra que vive su país desde hace cinco años forma parte de un conflicto más generalizado que se está gestando, una Tercera Guerra Mundial; y que es resultado del diferente enfoque de Rusia y Estados Unidos sobre la cuestión del terrorismo. "Se siente en el aire el olor a guerra... pero esto aún no es un enfrentamiento directo. Aunque (este conflicto) tiene elementos terroristas, políticos y militares", respondió El Asad a la pregunta de si cree que el mundo va hacia una tercera guerra mundial. “A día de hoy observamos una situación parecida a la Guerra Fría y es más, creo que los países occidentales, especialmente Estados Unidos, nunca cesaron la guerra fría, ni siquiera tras la desintegración de la Unión Soviética", señala el mandatario sirio.

Pero Asad no es el único que opina así. De hecho, The Telegraph ya decía hace un año que cualquier día podía empezar la Tercera Guerra Mundial y mucho se ha hablado de Guerra Fría desde 2013 por las tensiones entre Occidente y Rusia. La agencia Reuters se planteaba en abril que la temida contienda quizá ya había empezado en Siria e Irak.

El papa Francisco ha hablado en más de una ocasión de “Guerra Mundial por partes” o de “Tercera Guerra Mundial” con “guerras zonales”. Incluso en el Consejo de Seguridad de la ONU, en medio de un lío técnico y de concepto, llegó a hablarse de Guerra Mundial en noviembre del año pasado.

El viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmuş, ha advertido en una entrevista con la agencia oficial turca que recoge The Independent que esas guerras de poder entre las dos potencias pueden llegar a un enfrentamiento regional más amplio y reavivar la Guerra Fría en todo el mundo.

Asad señala: Siria como uno de los escenarios de ese proceso, uno de los más importantes, y afirma que la actual escalada del conflicto tiene por "objetivo principal conservar la hegemonía estadounidense sobre el mundo".

En el avispero de Siria no sólo se enfrentan por partes grupos rebeldes, kurdos, yihadistas y el ejército. Hay varias potencias extranjeras con tropas y fuerzas especiales desplegadas sobre el terreno e interviene una coalición internacional con bombardeos aéreos, además de la aviación siria y la de Rusia.

"Rusia, Irán y Hizbulah son nuestros socios permanentes y están aquí de manera legal. Combaten contra los terroristas, pero hay otros países que se entrometen para apoyar a los terroristas. El problema no es el número de actores (que intervienen en el conflicto), el principal problema es el terrorismo", dijo el presidente Asad en la entrevista con el rotativo ruso.

EL BELICOSO TRUMP

El emperador de turno del imperio yanqui, el presidente Donald Trump con su desaforado populismo, es una real amenaza para la paz mundial al anunciar que es un “momento histórico” para Estados Unidos que recuperará su carácter de potencia única en el mundo. En su locura belicista, Trump ha manifestado: “Tenemos que ganar. Tenemos que empezar a ganar guerras de nuevo”

Un halcón en la Casa Blanca es un peligro para la supervivencia de la humanidad. Así lo demuestra al prometer un nuevo aumento al abultado y multimillonario presupuesto para la Defensa que será “compensado con recortes de gasto en otras agencias federaleds y en asistencia a terceros países .

En un encuentro con la Asociación Nacional de Gobernadores en la Casa Blanca, detalló que ese proyecto presupuestario “de seguridad nacional, incluirá el incremento histórico en el gasto de Defensa, para reconstruir a las mermadas Fuerza Armadas".

El presupuesto militar de Estados Unidos tendría un aumento del 10% que equivale a 54.000 millones de dólares ya que se estima que en el año 2016, el presupuesto militar del imperio alcanzó la suma de 590.000 millones de dólares.

Trump cree que el aumento en el presupuesto de Defensa, debe destinarse a la modernización del arsenal nuclear. ¡Alguien puede imaginar a ese peligroso populista que hoy es el presidente de Estados Unidos, con el maletín nuclear en sus manos?

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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