China y América Latina: De cálido apretón de manos a efusivo abrazo
Viernes 28 de octubre de 2011 por CEPRID
Zhang Yuanpei
Xinhua
La primera década de este siglo, a la que los círculos gubernamentales y académicos de China y América Latina y el Caribe (ALC) han calificado de época "sorprendente y apasionante" para las relaciones entre ambas partes, tuvo como panorama principal la entrada masiva de productos con el sello "Hecho en China" en un mercado potencial y, en sentido contrario, las crecientes exportaciones de recursos naturales.
Entrando en el nuevo decenio, la degradación de la calificación crediticia de Estados Unidos y la persistente crisis de la deuda en Europa han generado volatilidad e incertidumbre a nivel mundial, pero los vínculos económicos entre China, que registró un crecimiento anual del 9,6 por ciento en el primer semestre de este año, y la región latinoamericana, cuya economía apunta a lograr un aumento del 4,7 por ciento en 2011, avanzan con paso firme hacia una cooperación más estrecha, que seguramente pasará sin problemas del esquema de "zapatilla por cobre" a uno de "tren por avión".
Sin embargo, ese futuro mejor de los lazos sino-latinoamericanos basado en una agenda comercial impetuosa, se enfrenta también a serios desafíos, que radican principalmente en la diversificación de las exportaciones de Latinoamérica, la resolución con beneficio mutuo de las disputas comerciales y el aumento de las inversiones de ambas partes en diversos sectores, todos pro y contras de un nexo entre dos gigantes en desarrollo que va pasando rápidamente de un simple apretón de manos a un efusivo abrazo.
UNA DÉCADA FRUCTÍFERA
El 6 de abril de 2001, el entonces presidente chino, Jiang Zemin, pronunció un discurso en la sede de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en Santiago de Chile, en el que dijo que el volumen del comercio bilateral entre China y ALC había llegado a 12.600 millones de dólares en 2000, un récord histórico.
Diez años después, el 10 de junio de 2011, y en el mismo escenario, el vicepresidente chino, Xi Jinping, dio otro discurso, en el cual calificó los diez años pasados como "una década de unidad, desarrollo común y amistad profunda entre China y América Latina".
Según estadísticas del ministerio chino de Comercio, en 2001 el comercio bilateral se situó en menos de 15.000 millones de dólares, pero ya en 2010, el volumen comercial alcanzó los 183.068 millones, es decir que experimentó un crecimiento anual promedio del 28,4 por ciento.
China se ha convertido en el mayor socio comercial de Brasil y Chile y el segundo mayor de Argentina, Costa Rica y Cuba, según un documento dado a conocer en octubre pasado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en el marco de la IV Cumbre Empresarial China-América Latina.
"Las relaciones con China en la década pasada le han permitido a muchas naciones latinoamericanas lograr no solamente un crecimiento económico acelerado, sino también una diversificación de sus relaciones comerciales, permitiéndoles alejarse de Estados Unidos, una meta que la región ha perseguido por largo tiempo para disminuir la influencia de ese país", dijo David R. Mares, director del Centro para los Estudios de Iberia y América Latina de la Universidad de California San Diego, en una entrevista vía correo electrónico con Xinhua.
Se estima que las grandes compañías de China invirtieron más de 15.000 millones de dólares en la región en 2010, convirtiéndole en el tercer país con más inversiones en ALC, con una participación del 9 por ciento, sólo superado por Estados Unidos (17 por ciento) y los Países Bajos (13 por ciento), explica el informe "La República Popular China y América Latina y el Caribe: hacia una nueva fase en el vínculo económico y comercial", presentado por la CEPAL con ocasión de la visita de Xi.
La primera década del siglo XXI también constituye los primeros diez años de China en la Organización Mundial del Comercio (OMC). Su ingreso se produjo el 11 de diciembre de 2001.
"La adhesión de China a la OMC ha promovido las relaciones comerciales entre China y América Latina y el Caribe, y ha impulsado la firma de tratados de libre comercio (TLCs) entre China y varios países de la región", destacó Xu Shicheng, investigador del Instituto de Estudios de América Latina de la Academia de Ciencias Sociales de China, en entrevista con Xinhua.
"Desde la entrada en el nuevo siglo, el presidente Hu Jintao ha llevado a cabo cuatro visitas a América Latina. China ha establecido asociaciones estratégicas con Brasil, Venezuela, México, Argentina y Perú", dijo Yang Wanming, director general del departamento de América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores en una entrevista con Xinhua, vía correo electrónico.
China ha suscrito TLCs con Chile (2005), Perú (2009) y Costa Rica (2010), con el objetivo de que las preferencias arancelarias propias de este tipo de convenios permitan elevar la competitividad de las exportaciones en los dos sentidos.
El acuerdo entre Costa Rica y China, que entró en vigor el pasado 1 de agosto, "no sólo asegura el acceso de los productos costarricenses al mercado de la segunda mayor economía del mundo, sino que también genera condiciones favorables y nuevas plataformas para la internacionalización de las empresas chinas", dijo a Xinhua el embajador de ese país centroamericano en Beijing, Marco Vinicio Ruíz.
En noviembre de 2008, y con ocasión de la visita del presidente Hu a Perú, Costa Rica y Cuba, el gobierno chino publicó un Libro Blanco sobre las relaciones entre China y ALC, documento oficial que cubre variados ámbitos de la agenda bilateral, tales como economía, comercio, cultura, defensa, turismo, deportes y cooperación.
Con éste, "China ha trazado una estrategia para el corto, mediano y largo plazo en su relación con América Latina", señaló Enrique Dussel Peters, profesor del Centro de Estudios China-México de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dussel Peters destacó: "Estamos viviendo un auge entre las relaciones de América Latina y China en forma muy sustantiva. Es una relación muy diferente, donde hace diez años eran vecinos distantes y hoy en día son vecinos muy cercanos".
DE LA TIERRA AL CIELO
El primer tren eléctrico de unidades múltiples (EMU, por sus siglas en inglés), fabricado en China especialmente para las líneas del metro de Río de Janeiro, Brasil, y que estará listo para ser enviado a ese país a tiempo para el Mundial de Fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, fue dado a conocer el pasado 7 de junio en la provincia nororiental china de Jilin. Se trata del primero de su tipo que entra en el mercado suramericano.
Y justo en esos días, el vicepresidente Xi visitaba Cuba, el primer país latinoamericano que estableció relaciones diplomáticas con China, en el marco de una gira que buscaba enfatizar la creciente cooperación de beneficio mutuo entre ésta y Latinoamérica, y que aparte de la isla y de Chile, también incluyó a Uruguay.
Además de Brasil, Changchun Railway Vehicles Co., una de las firmas chinas que producen trenes de alta velocidad, firmó otros dos contratos con empresas del sector en Argentina, gracias a los cuales exportará 279 trenes para las líneas de metro de Buenos Aires y 220 trenes de pasajeros.
Las exportaciones de EMU y trenes de metro desarrollados y fabricados en China representan una tendencia nueva del comercio exterior del país asiático, que busca modificar la imagen de fabricante de productos baratos, un punto que el vicepresidente se esforzó en dejar bastante claro durante su intervención ante la CEPAL.
China desea trabajar con los países de ALC para enfocarse en el impulso del desarrollo integral, profundo, equilibrado y sostenible de su cooperación, con el objetivo de acrecentar, en los dos sentidos, las exportaciones de productos de alto valor agregado, expandir la escala del comercio y optimizar la estructura comercial, dijo Xi.
Tres meses atrás, durante la primera visita de Estado a China de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, desde que asumió el cargo, en enero de este año, los dos países firmaron un comunicado conjunto y numerosos convenios económicos, incluido un pedido de compra de 35 aviones comerciales Embraer 190.
Hasta el 30 de abril de 2011, el gigante brasileño de la aviación había logrado confirmar los pedidos de 135 jets para el mercado chino, de los cuales alrededor de 90 aeronaves ya habían sido entregadas a sus compradores, según el portal de Embraer en internet.
El director para China de Embraer, Guan Dongyuan, previó en la IV Cumbre Empresarial China-América Latina que en los diez años venideros China necesitará 470 aviones comerciales, con un valor de 40.000 millones de dólares, una oportunidad que Embraer tratará de aprovechar al máximo.
"China exporta productos manufacturados de creciente nivel tecnológico. Del total de las exportaciones chinas a ALC en 2009, el 52,87 por ciento puede considerarse de nivel tecnológico medio y alto (en contraste con niveles cercanos al 19 por ciento en 1995)", dijo Dussel Peters, citado por la revista "China Hoy".
La exportación más reciente de productos chinos de alto nivel tecnológico la constituye un satélite de telecomunicaciones que estará listo para su lanzamiento dentro de tres años. La construcción del satélite Tupac Katari, nombrado así en homenaje a un héroe indígena del siglo XVIII que luchó contra los colonizadores españoles, beneficiará al pueblo boliviano, dijo en Beijing el presidente de ese país, Evo Morales, el pasado 10 de agosto, en la ceremonia de presentación del proyecto de cooperación espacial China-Bolivia.
Aparte de los intercambios de productos de valor agregado, los lazos comerciales bilaterales se han extendido al terreno financiero. Uno de los puntos culminantes de esta estrategia fue el ingreso de China como accionista al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en 2009.
La Corporación Interamericana de Inversiones (CII), una institución financiera multilateral miembro del Grupo BID, y el Banco de China, firmaron el pasado 13 de septiembre un acuerdo recíproco de financiamiento que permitirá a las empresas de América Latina que deseen hacer negocios con China obtener un crédito a corto plazo en yuanes, o Renminbi, la moneda china. Se trata de la primera fuente de financiamiento en Renminbi que recibe la institución interamericana, y de un avance importante en el marco de la cooperación financiera entre América Latina y China.
PERSPECTIVAS PARA UN FUTURO MEJOR
Mientras a finales de la década pasada el mundo enfrentaba la peor crisis económica desde la Gran Depresión, el volumen comercial entre China y América Latina se recuperó rápidamente en 2010, y llegó a un nivel sin precedentes tras la breve caída registrada en 2009, cuando las exportaciones de ALC se contrajeron hacia todos los destinos, salvo en dirección al país asiático.
De acuerdo con la edición Primavera 2011 del Informe de la Situación del Comercio Exterior de China, publicado por el Ministerio de Comercio en abril, el comercio bilateral entre China y ALC registró en el primer trimestre de este año un crecimiento interanual del 44 por ciento, situándose en 47.900 millones de dólares.
"Si la demanda de China creciera sólo a la mitad del ritmo registrado en esta década, este país superaría a la Unión Europea en 2014 y pasaría a ser el segundo mayor mercado para las exportaciones de la región. En el caso de las importaciones, se prevé un comportamiento similar, por lo que China superaría a la UE en 2015", dice el informe de la CEPAL.
Sin embargo, "las exportaciones chinas están compuestas principalmente de bienes manufacturados, en tanto las de ALC son, sobre todo, materias primas. Esto dificulta tanto el potencial de las alianzas empresariales sino-latinoamericanas como (una) inserción más eficaz de los países de la región en las cadenas productivas de Asia y el Pacífico", afirmó Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Aunque el comercio bilateral entre China y ALC se ha desarrollado de forma acelerada, la participación de América Latina y el Caribe sólo representa cerca del 6 por ciento del volumen total del comercio exterior del país asiático, lo que "sigue siendo un nivel relativamente reducido en comparación con el de otras regiones", indicó Xu Shicheng.
América Latina y el Caribe constituyen un importante destino para la inversión extranjera directa (IED) de China, pero hasta finales de 2009, ésta estaba excesivamente concentrada en los paraísos fiscales, según el informe de CEPAL.
"Ultimamente, un creciente número de grandes empresas chinas que operan en los sectores de los recursos naturales y las manufacturas ha invertido en la región, pero el monto y el alcance de las actividades de esas empresas siguen siendo limitados", agrega el documento.
Desde la irrupción de la reciente crisis económica mundial, las importaciones provenientes de China han sido objeto de investigaciones antidumping o antisubsidio en varios países de ALC. Incluso, el pasado 28 de junio la ministra argentina de Industria, Débora Giorgi, propuso abiertamente el establecimiento de barreras conjuntas de comercio exterior en el Mercado Común del Sur (Mercosur), para limitar las importaciones chinas.
Con todos los desafíos a los que se enfrenta la relación económica y comercial entre China y ALC, ya está lo suficientemente madura para dar un salto de calidad, según la CEPAL. Esta percepción es compartida en China, como lo demuestra el hecho de que el vicepresidente Xi dijera en su discurso que la segunda década de este siglo ofrecerá nuevas oportunidades para que ambas partes impulsen sus relaciones y se conviertan en mejores socios.
En el mismo sentido se pronunció Yang Wanming, de la cancillería, al decir que las relaciones bilaterales entre China y América Latina se encuentran en "un nuevo punto de partida" en la historia. "Siendo dos de las economías más dinámicas del planeta para impulsar el crecimiento mundial, la cooperación bilateral refuerza evidentemente el desarrollo económico de cada una de las dos partes", sostuvo el experto.
El embajador Ruíz, por su parte, sostuvo que el actual es "un momento oportuno" para establecer más comercio y desarrollo con Asia, y particularmente con el mercado en expansión de China. "Necesitamos el acceso a la fuente de capital que ofrece China, que tiene muchísimos recursos financieros invertidos en bonos del Tesoro estadounidenses", para invertir en más proyectos en América Latina, porque Estados Unidos, que es uno de los destinos más importantes para los productos latinoamericanos, no es por ahora el más dinámico, como tampoco lo es la Unión Europea.
La CEPAL, en su informe, recomienda que los países de ALC redoblen sus esfuerzos para diversificar las ventas a China, incorporándoles más valor y conocimientos, para promover inversiones latinoamericanas en China que faciliten una mayor presencia regional en las cadenas de valor asiáticas, estructuradas en torno a China.
Como se mencionó, China ya formuló, en su Libro Blanco, una política exterior hacia América Latina y el Caribe. Así que este parece ser el momento apropiado para que la región responda con un documento del mismo estilo que defina los lineamientos de un acercamiento estratégico a China, sugiere el informe de la comisión.
Con el fin de desarrollar un lazo comercial más maduro, "China necesita incrementar las importaciones de productos de valor agregado más alto de América Latina, así como adquirir más aportes para sus proyectos latinoamericanos de dentro de la región", apuntó Mares, el catedrático de la Universidad de San Diego.
La CEPAL dice también que, al igual que la cumbre de jefes de Estado China-África, la coordinación regional podría generar mejores condiciones para aspirar, en los próximos años, a concretar una cumbre de jefes de Estado China-América Latina, en la que podría establecerse una agenda compartida de proyectos de comercio e inversión, entre otros.
Para un futuro mejor, Xi propuso que China también aliente a sus empresas a invertir más en América Latina para desarrollar la cooperación en industrias como agricultura, construcción de infraestructura, nuevas energías y el sector aeroespacial, así como para explorar nuevas formas de cooperación.
La compañía china que exporta trenes a ALC dijo a Xinhua que la economía de los mercados latinoamericanos que cuentan con una demanda creciente de este tipo de vehículos mantiene un desarrollo más estable que el de otras regiones, y reveló sus planes de establecer una planta de fabricación en Brasil para, más allá de exportar productos, llevar a efecto la transferencia de tecnologías de alto nivel, con el fin de apoyar la generación local de empleo e impulsar aún más la cooperación económica entre ambas partes.