CEPRID

Bicentenarios Latinoamericanos y pensamiento estratégico en el siglo XXI

Lunes 1ro de abril de 2019 por CEPRID

Carlos A. Pereyra Mele

Geopolitika

Introducción

El mundo está cambiando. La Globalización como fenómeno y proceso histórico tiene una velocidad inédita. Se debe pensar el presente como un tiempo problemático de la experiencia de un mundo en un estado de transición a la multipolaridad. Los limites entre política mundial, regional y nacional son cada vez más difusos. Los límites de sus esferas se tornan débiles conformando una triple relación dialéctica entre lo local, regional y mundial.

En este segundo milenio (bajo los parámetros occidentales), están transcurriendo en toda Suramérica los bicentenarios de las distintas declaraciones de independencia, los pueblos de los Virreinatos españoles vivieron un proceso de balcanización, que de tres Virreinatos y una Capitanía General se vieron transformados en nueve Repúblicas: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. A diferencia de Brasil, que con un devenir histórico totalmente diferente, incrementó fuertemente, dentro del subcontinente su espacio territorial con su Imperio.

Entrado el Siglo XIX se lleva a cabo un proceso de choques entre “Liberales” y “Conservadores”, que terminará en la sujeción de los nuevos estados en cuasi Neocolonias del principal hegemón de ese siglo: Inglaterra. Es el imperio británico el que nos introduce a “su” mundo, con la División Internacional del Trabajo como proveedores / productores de Materias Primas y alimentos baratos y compradores de productos manufacturados con alto valor agregado. Introduciendo, a la par de nuestro ingreso al “mercado mundial” con teorías económicas que avalaron ese proceso, momentáneamente beneficioso para algunos de los nuevos países.

Por otra parte, fue esa misma Potencia, la que fomento los enfrentamientos que terminaron en tremendas Guerras entre sudamericanos (Guerra de la Triple Alianza: Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay o la Guerra del Pacífico: Chile contra Bolivia y Perú), por un lado, mientras que por otro, a través de empréstitos financieros y de la División internacional del trabaja que ya indicamos, generó sofisticados mecanismos de control de los países en conflicto.

Pues bien, la idea fuerza de este trabajo es reconocer que cuando América se libró del yugo Español Siglo XIX y trató de tener un destino distinto como pueblos americanos del Sur, faltó Pensamiento Estratégico en las elites que tomaron el poder en reemplazo de la administración Colonial, y que posteriormente en el Siglo XX, en medio de las dos Guerras Mundiales fue cuando los países de la región ( muy especialmente Argentina y Brasil) iniciaron fuertes procesos de industrialización y sustitución de importaciones aplicando, de forma efectiva un Pensamiento Estratégico y Geopolítico que dio grandes resultados.

Por Ejemplo, es notable mencionar el de Juan Perón quien en una conferencia de carácter reservado en la Escuela Nacional de Guerra, durante el mes de noviembre de 1953 sostuvo: “tenemos que quebrar la estrategia del arco que va de Río a Santiago y crear una nueva para América del Sur”. Y proponía, a renglón seguido, la creación de un área de unión aduanera y libre comercio entre Argentina, Brasil y Chile denominada ABC.

……En doscientos años de existencia “republicana”, Hispanoamérica nunca ha sido completamente independiente. Solo ha sido muy esporádicamente gracias a unos pocos gobiernos y figuras políticas. En el siglo XIX, Gabriel García Moreno (Ecuador), Juan Manuel de Rosas (Argentina), José Manuel Balmaceda (Chile), Porfirio Díaz (México), Francisco Morazán (República Federal de América Central). Y, en el siglo XX: Getúlio Vargas (Brasil), Juan Natalicio González (Paraguay), Luis Alberto de Herrera (Uruguay), Juan José Arévalo (Guatemala), Juan Domingo Perón (Argentina), Carlos Ibáñez del Campo (Chile), Víctor Paz Estenssoro (Bolivia), Eloy Álfaro (Ecuador), Francisco Madero (México), Augusto César Sandino (Nicaragua) y algunos otros. Las fuentes del verdadero poder nunca han estado en nuestros países, sino siempre en el extranjero. Ese es el problema! La gran mayoría de nuestros gobiernos han sido “gobiernos vicarios” o “gobiernos sustitutos”. En otras palabras, como en el caso del Papa por Cristo, gobernaron en nombre y en nombre de otro soberano……. (Alberto Buela).

En consecuencia, dado los cambios Geopolíticos y el Nuevo Orden Mundial en conformación que se da causa de los choques entre los Países que denominamos: Atlantistas contra Continentalistas. Estamos atravesando este primer cuarto del Siglo XXI con una nueva posibilidad de rescatar y redefinir un auténtico Pensamiento Estratégico y Geopolítico para nuestra Isla Continente: Suramérica; Que es lo que desarrollaremos a continuación:

Desarrollo

“Debemos reconocer a partir del 2001, reaparece el criterio de las tensiones geopolíticas y geoestratégicas en los conflictos internacionales”.

Para ello deberemos romper con estructuras mentales y paradigmas que nos fueron impuestas como verdades reveladas y tener ese pensamiento crítico y práctico, para obtener la suficiente libertad de pensamiento que permita diseñar políticas de estado propias y no ser meros espectadores de los cambios mundiales. Pero para ello deberemos partir de un análisis internacional serio y basados en hipótesis concretas para poder tener ese pensamiento crítico estratégico propio.

Nunca como hoy (S.XXI) fue tan evidente que toda buena política o estrategia nacional y Regional, comienza y depende de un acertado conocimiento y de una sensata interpretación del tablero internacional en que se inserta y vive cada país.

Al respecto, lo primero que se constata es que, desde que existe la vida humana, las relaciones inter pueblos (inter familias, clanes, tribus, feudos, naciones o lo que fuere) se han regido por la fuerza. Y, aun cuando algunos analistas interesados quieran hacernos creer que hay potencias buenas, y potencias malas, o que hablar de imperialismo es una antigualla “populista”, la realidad muestra que, también hoy, en política internacional el más fuerte es el que impone sus intereses y su “derecho”.

Describiendo brevemente quienes son los actores Geopolíticos y de Política Internacional del Siglo XXI podremos observar, a prima facie, que todo el modelo de Organización Mundial creado en la posguerra de la segunda guerra mundial está caduco o necesita una fuerte recomposición para seguir estando a la altura de los desafíos de los tiempos que corren.

Tras la caída de la cortina de hierro, el fin de los regímenes comunistas en Europa del Este, la implosión de la Unión Soviética en quince nuevos estados y de Yugoslavia en otros seis, tras un brutal baño de sangre, limpiezas étnicas y masacres vividas en los últimos 30 años, el mundo entró en un breve periodo de dominación hegemónica por parte de Estados Unidos.

La historia ha demostrado, una y otra vez, que el mundo dominado por un hegemón no es sostenible en el tiempo y los ataques terroristas de septiembre 11 de 2001 marcaron, como efectivamente se ha señalado en otros trabajos, el comienzo del fin de la Pax Americana.

Noteśe, en ese sentido, que las dos guerras que libró Estados Unidos contra el terrorismo, en Afganistán e Iraq, las dos las perdió marcando así el final de la era del todopoderoso hegemón americano.

Esto permitió que suban al escenario geopolítico nuevos jugadores que venían pidiendo su espacio como Rusia y China el primero en los territorios de la ex Unión Soviética y el segundo en el Pacífico y Asia Central, primero con pretensiones regionales y en la actualidad, con intereses claramente globales.

En este proceso denominado “A New (North) American Century” (un Nuevo Siglo Norteamericano); EE.UU. priorizó su superioridad en lo militar, para lograr sus objetivos, no por el control del “espacio”, como fue la consecuencia de la segunda guerra mundial, sino por la conquista geopolítica de los “grandes mercados” tanto de los proveedores de materias primas como de los de consumo de los mismos. La Idea siempre fue: “Americanizar el Mundo sin Globalizar a USA”.

Esto permitió que durante los diez primeros años posteriores a la implosión de la URSS, los Estados Unidos fueran, en todo el planeta, una superpotencia hegemónica en forma indiscutida al punto de que, en más de una región del mundo, desde Washington se pudo dibujar el mapa de los países que iban a subsistir y de aquellos destinados a desaparecer. El fin de la historia era un hecho real y sin retorno y todo se encaminaba a un nuevo orden mundial –

Esto demandó que en los Estados Unidos, las distintas administraciones de Republicanos o Demócratas desde la década del 90 en adelante, “no dejaron de incrementar fuertemente el gasto en Defensa para hacer frente a un mundo globalizado y para modernizar sus fuerzas armadas para estar a la altura de este plan estratégico de mantener su supremacía global”. EE.UU. esa “republica de carácter imperial”, pareció alcanzar el cenit de su poder.

Pero “Ningún imperio es eterno” con esa tesis el Historiador Paul Kennedy, en el 2007, publicó un trabajo en donde argumenta que EEUU inició su declive, el tema es cuando se palpara esta declinación y cómo será esa declinación, si será una declinación controlada y ordenada como fue la Inglesa o caótica como algunos imperios que desaparecieron.

Por ello sostenemos, que ese recorte de su pretensión de ser el Hegemón global, obligó a EE.UU. a replegarse de muchos escenarios conflictivos y fortalecerse en su región de influencia directa. La cual no es otra que todo el Continente Americano, por ello no son extraños los movimientos que desde hace una década realiza en este subcontinente para poseer la mayor influencia política, económica y militar.

En ese sentido, es importante estudiar los objetivos que se abroga el Comando Sur para su área de influencia, estableciendo doctrinas militares, sosteniendo a gobiernos leales a Washington y cercando a los hostiles, pues “su” área de Seguridad Nacional la estableció desde Centroamérica y el Caribe hasta una línea que se ubicaría, geográficamente hablando, en el Rio Amazona, delimitando de esta manera un área que no puede estar en manos de sus adversarios económicos, políticos y militares y más ahora con las nuevas directivas de Seguridad Nacional de la administración Trump, que volvieron a imponer que Rusia como enemigo de EEUU ahora sumada China.

Pero ¿cómo interactúan los otros jugadores internacionales de ese tablero en permanente movimientos? analicemos:

China: -Continentalista asiática- Obligatoriamente tiene que expandirse para mantener su nivel de crecimiento y esto la pone definitivamente en el gran tablero mundial como la pieza clave que con sus movimientos desequilibrara, en el corto plazo, las potencias existentes, ya que en ese marco de crecimiento sostenido, uno de sus objetivos internacionales principales es establecerse como un centro de gravedad dentro de un sistema multipolar. Además de asegurarse el suministro de los recursos de los que carece.

Por ello EEUU la considera como el gran peligro para su hegemonía mundial y a pesar de que ya es tarde para deshacerse de ella, económicamente intentará, por todos los medios a su alcance, limitar su avance y desarrollo.

En su afán de diversificar sus fuentes de suministro de materias primas, China ha realizado una fuerte apuesta de inversiones en el “olvidado” continente africano, lo que ha puesto en estado de alerta a USA, más luego del acuerdo de China para desarrollar la zona de Darfur con infraestructura propia para obtener recursos petroleros, a lo que USA respondió incorporando a Sudán en la lista de integrantes del Eje del Mal y para lo cual financia, vale decirlo, a grupos terrorista para derrocar al gobierno de ese País.

Además para la preocupación de los estrategas de USA, China firmó amplios acuerdos con Rusia no sólo energéticos sino tecnológicos y militares, y también está haciendo un acercamiento a la India. En la actualidad establecieron un acuerdo para no interponerse en el área de los recursos energéticos, con lo que se conformaría uno de los Espacios Continentales Económicos más importante en esta era de la globalización.

Por su parte, la doctrina militar de China tiene incorporada como hipótesis de conflicto un enfrentamiento con USA y en un trabajo titulado La Guerra sin restricciones de los coroneles Liang y Xiangsui, analizan ambas culturas estratégicas, y para no caer en la trampa de la carrera armamentista que hizo colapsar a la URSS prevén ampliar las acciones desde el campo de lo bélico a todos los ámbitos de la actividad humana “el crack bursátil, un virus informático, un rumor que provoque corridas bancarias, etc.” “En realidad es un asunto viejo: la respuesta del débil al fuerte”, conocida como guerra asimétrica.

Es en consecuencia, vislumbramos la era del despertar con peso propio del Pacífico como el “océano de los negocios” en detrimento del Atlántico, como pronosticaba Kissinger.

En la actualidad, el mayor inversor planetario en África es China, y socio comercial prioritario en muchos países de América Latina, y lo será en mayor medida aún en el futuro previsible.

China ha avanzado decididamente en tecnología de punta, especialmente en la llamada Revolución Industrial 4.0; en tecnología aeroespacial, biotecnología, etc. También en el desarrollo de un Banco de Infraestructura y Desarrollo que tiene más capital que el Banco Mundial, por poner solo un ejemplo, y que rápidamente provocó que muchos países asiáticos, y también europeos, se incorporaran al mismo; pero todo comenzó con el acuerdo de Cooperación de Shanghái, que hoy lo posiciona como un país de importancia global y desde el 2013 cuando su presidente Xi Jinping lanzó el mayor proyecto geopolítico de China el “megaproyecto estratégico chino-ruso”, llamado “Cinturón y Ruta de la Seda”, seguramente completará el retroceso norteamericano en Asia.

Rusia: -Continentalista Euroásiatica- La ex superpotencia militar comunista, ha vuelto a reencontrar su destino de la mano de Vladimir Putin. Ha sido él quien la ha puesto de nuevo en el escenario internacional ya no como un poder militar arrollador, tal como en tiempos de la administración soviética, sino como una potencia económica y tecnológica, al hacer valer su importancia geoestratégica y geopolítica de los recursos energéticos, hoy tan demandados por la Unión Europea y por China fundamentalmente. Es para destacar también la actual actitud soberana y de desafió de Rusia enfrentando a EE.UU. cuando estos han querido instalar el denominado escudo antimisiles en países que fueron satélites de la ex URSS, como son los casos de Polonia y la República Checa, demostrando el giro que han tomado las relaciones de Poder.

Notese que era una situación inimaginable hace algunos años atrás semejante desafío al hegemonismo estadounidense, es más, el proceso de Ucrania con la anexión de la Península de Crimea, es una clara demostración de los cambios que observamos.

Debe destacarse en otro plano, que por el accionar de EEUU y sus Socios Occidentales (hoy, ya no tan leales) Rusia inició un profundo acuerdo con China al sumarse al Acuerdo de Cooperación de Shanghái y últimamente al Foro Económico del Este, conocido como Foro de Vladivostok, el cual fue clave en el “acercamiento” entre las dos Coreas, en septiembre del año pasado (2017) y en el entendimiento trascendental logrado entre Rusia y Japón, en el transcurso de 2018; estableciendo un proyecto de desarrollo ferroviario con un tren que desde Japón pasará por las islas en disputa entre ambos países para conectarse con el Transiberiano ruso y de allí llegar al mercado Europeo y a los de Asia central. Algo sumamente importante para el afianzamiento de otra organización regional dirigida por Moscú la Unión Económica Euroasiática (UEE) y que reúne a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Rusia, en un paso de fortalecimiento del proceso de integración en el espacio postsoviético.

Sin perjuicio de lo señalado, la mayor presencia rusa en su retorno al tablero geopolítico global ha sido, por un lado, con la intervención militar de sus Fuerzas Aeroespaciales en el combate contra el Terrorismo Internacional en la República Árabe de Siria, algo que ha sido coordinado con los Comandos de élite de la República Islámica de Irán en una Guerra claramente impuesta por actores externos. Mientras que por otro lado golpeó a la OTAN con su acuerdo de venta de armas y acuerdos para la región con Turquía, volviendo a competir en el mercado mundial de armas de alta tecnología.

Concluimos que el Tablero Geopolítico inestable Global es hoy Multipolar:

Con tres potencias de primer nivel: China, Estados Unidos y Rusia.

Otros jugadores importantes pero de menor nivel en el ajedrez geopolítico mundial:

INDIA: La India no se transformó en un gran espacio geopolítico que desequilibrara y contuviera a China, (como pretende el hegemón norteamericano). India y China mejoraron sus relaciones a pesar de los diferendos fronterizos en la zona del Tíbet y la región de Cachemira -que reclaman tanto India como Pakistán. Pero India también está en un proceso similar al de China cuyo crecimiento económico provoca también un corrimiento de los intereses de ese País para asegurar el mismo a largo plazo y allí también choca con la idea de unilateralismo.

Su vasta población, que ha pasado ya los 1.200 millones de habitantes y crece a un ritmo mayor que el de China, hace pensar que pronto estará en el podio de las superpotencias mundiales con influencia decisiva. opinamos que ese ascenso no será inmediato, pues la India debe antes solucionar enormes problemas de desigualdad social, de pobreza extrema, de atraso y abandono en su población (rural).

De igual manera que China, para los suramericanos, India recién comienza a aparecer en nuestro horizonte. No debemos olvidar que hasta mediados del siglo XIX ambas eran las economías donde los imperios coloniales del momento intentaban conquistar sus mercados, ya que eran los principales del mundo, y hoy vuelven a estar a esa altura, pero como gigantes exportadores.

Unión Europea: -Atlantista- La actual situación de la unión Europea es la de un gigante económico en crisis, estancamiento y de un enanismo político. Tiene limitaciones desde lo estratégico, ya que en lo militar es un peón del juego norteamericano, prueba de ello es su participación en la invasión de Afganistán o su parálisis en la crisis de los Balcanes que permitió a USA apropiarse por completo de esa jugada geopolítica. Asimismo, la división en la UE por la invasión a Irak demostró su falta de unidad política en los temas internacionales, anulándola como jugadora en el tablero mundial, solo presente por los flujos comerciales de las economías Francesa y Alemana, fundamentalmente.

Extendiéndonos en sus debilidades, la Unión Europea tiene una grave dependencia en el rubro energético, fundamentalmente con Rusia, que la inhabilita para presentarse como jugador fuera de sus fronteras, a pesar de que la OTAN tenga ahora una política globalista (para la cual no está preparada). En ese sentido, el único miembro que era confiable, y privilegiado con la potencia hegemónica era Inglaterra (hoy luego del BREXIT, fuera de la Unión). La UE deriva de una relación estratégica desde la segunda guerra mundial con EEUU., que esterilizo toda alternativa para conformarse como una potencia Continental con peso global y solo se le permitió ser un gigante económico fronteras adentro. A eso se suma un serio problema demográfico como es el envejecimiento de sus poblaciones y falta de crecimiento poblacional que la hace dependiente de mano de la obra extranjera, muy a pesar de su resistencia para incorporarla, lo cual ya es un problema que pone en crisis a las estructuras políticas tradicionales con el ascenso de los llamados partidos políticos de extrema derecha.

En el plano de lo político, la incorporación de nuevos miembros a la Unión incrementa las dificultades para llegar a consensos, pues por ejemplo a la idea de relanzar la Constitución Europea fue frenada por el voto popular de Francia y Holanda (2005), y ahora se le sumó el rechazo de Polonia. Por ello debieron recurrir al Tratado de Lisboa para hacer una Constitución sin consultar a sus Ciudadanos. Además debemos recordar que tras la crisis de Hipotecas basuras del 2008. Europa en general no pudo recuperarse completamente desde lo económico, y por ello, hay dos Europas dentro de la Unión: una Periférica y otra Central (que ya no cuenta con Gran Bretaña), a lo que se suma la fuerte inestabilidad que provoca la aparición de los euroescépticos y la posición que están alcanzando en varios países, lo que hace ver un futuro poco prometedor a la Unión Europea.

Por último el creciente poderío de la región central de Asia y de los Países de la Cuenca del Pacífico marcan un rumbo de decadencia en la presencia de ese bloque en el mediano plazo. Por último ya los integrantes importantes de la UE ya cuestionan las sanciones aplicadas a Rusia a solicitud de EEUU. Italia ya adelantó esa postura y la canciller Alemana Merkel también declaró que no aplicará nuevas sanciones a Rusia, recordando que Alemania es la única real potencia económica de Europa y es su locomotora. La UE es un Atlantismo en franco deterioro.

Japón: -Atlantista- Es el otro Gigante Económico integrantes del denominado sector atlantista, que desde hace varios años viene perdiendo terreno en detrimento de su principal competidor en la región que es China. País con el que no cerró definitivamente las heridas causadas por la ocupación Japonesa en tiempos previos y durante la segunda guerra mundial.

Japón por los tratados firmados luego de su rendición incondicional ante los aliados en 1945, prácticamente no puede participar en política internacional sino es solamente desde el ámbito de la diplomacia y otorgando ayuda financiera para solventar gastos militares como son los casos de las Guerra de Irak y Afganistán. Las últimas administraciones Japonesas han tratando de salir de ese estadio de espantosa derrota (es el único País del globo que fue atacado con armas nucleares) pero su población es reacia a tener un rol internacional más activo que el que tienen las multinacionales niponas.

Al igual que Europa es dependiente tanto en Recursos Estratégicos, principalmente Energéticos, y militarmente depende de su aliado EE.UU. ya que en suelo japonés tiene varias bases militares y que son fundamentales utilizadas para resguardar la seguridad norteamericana, ante la proximidad con Norcorea.

Desde lo económico, Japón ha invertido fuertemente en la región en especial en los Países del Sudeste asiático, los llamados “tigres asiáticos”, y en Asia central para obtener los recursos energéticos necesarios para mantener su alto nivel tecnológico. Es muy posible que la evolución de los acontecimientos internacionales y las nuevas realidades geoeconómicas lleven a Japón a replantearse una nueva geopolítica con China que las repotenciaría por los múltiples aportes de cada Nación a una alianza de esa naturaleza.

Es que para Culturas que son además Civilizaciones como la china y la japonesa, todo es posible, sobre todo por ese pragmatismo creativo de los chinos que llevó a decir a Deng Xiaoping “no me importa que el gato sea negro o blanco sino que cace ratones”. Y ya adelantamos el acuerdo de Japón con Rusia en este 2018 en el Foro de Vladivostok.

Hay evidentemente otros actores regionales, pero este trabajo está direccionado a nuestra posición geopolitica y los principales actores que tienen participación en nuestro espacio del subcontinente suramericano. En Especial los BRICS hoy “extrañamente” desaparecidos de los medios masivos de comunicación de occidentales de los cuales tenemos al gigante suramericano Brasil como integrante principal. (Que si forma parte de nuestro Espacio Geopolítico y con una importancia fundamental en cualquier análisis de escenarios que contemplemos).

Otros actores serían: los Países de La Mancomunidad de Naciones Commonwealth of Nations -Atlantistas-, 53 países soberanos independientes y semi independientes, de los cuales destacó Canadá, Australia y Nueva Zelanda y La Asociación de Naciones del Sureste Asiático -ASEAN- Association of Southeast Asian Nations -Pro Atlantistas-. Pero que no tienen roles globales como los descritos anteriormente.

“Tablero Inestable” y sus consecuencias sobre nuestro Continente Sur Americano

En este tablero inestable, decíamos en un artículo que realizamos en octubre del 2006, que los nuevos escenarios mundiales del presente siglo serían los que emerjan de la lucha por el control de los recursos naturales y que para ello EEUU había desarrollado una serie de ideas fuerza que las administraciones de los años 80 y 90 ejecutaron claramente, y cuyo eje era establecer una de superioridad militar absoluta y global y para lo que aplicó la geopolítica de control del rimland (borde de eurasia), siguiendo las líneas básicas del geoestratega Spykman, con el establecimiento de bases militares alrededor del mundo pues al ser una potencia marítima debe rodear el corazón euroasiático.

Y de esta forma no solo tener predominio militar sino también para mantener el monitoreo y control económicos “manu militari” de los recursos naturales renovables y no renovables, asegurándose su provisión e impedimento en el acceso a ellos por parte de sus principales competidores.

La idea de sus estrategas preveían que se consolidarían en el siglo XXI los “Espacios Continentales Económicos e Industriales”, y que serían una fuerte competencia a sus ideas de Hegemonismo, por lo tanto una política clara sería impedir la formación de un bloque de esa naturaleza en su patio trasero así USA se garantizaba “su” seguridad nacional. Es evidente que el surgimiento de los nuevos actores internacionales enfrenta este unilateralismo militar, económico y financiero, en la actualidad.

A este tablero inestable lo sintetizamos hoy en el 2018, así:

Nivel supremo. Multipolaridad con tres centros: Washington, Moscú y Pekín. Nivel de elevada autodeterminación. Unión Europea, Japón, India. Nivel de resistencia: Turquía, Sudáfrica, Australia, Canadá, Brasil, Irán que tienen capacidad de limitar la interferencia de la globalización en su propio territorio. O sea tienen autodeterminación interna y muy limitada autodeterminación externa. Nivel de dependencia. El resto de los países, prácticamente toda Iberoamérica.

Conclusiones

Las crisis implican oportunidades, como vimos en la descripción anterior, el mundo está en reconfiguración y por ello en crisis. Y recordemos entonces que la historia, tal como en la primera década de del siglo XIX, nos pone de nuevo ante la posibilidad, de alcanzar un nuevo estadio de independencia ya no solamente formal política, sino cultural, económica tecnológica.

Hoy en día, los cambios mundiales vuelven a darnos una oportunidad de consolidar una unidad regional que nos permita tener la capacidad de limitar la interferencia de la globalización en nuestro propio territorio, en un mundo ávido de recursos naturales, Para utilizar los capitales obtenidos para el fortalecimiento de las áreas de Ciencia y Tecnología y poder entrar en el mundo de la revolución industrial 4.0. Se impone entonces el “realismo político”: que nos permite asumir con un cierto escepticismo los proyectos teóricos idealistas, pero no por eso dejar de pensarlos e intentar realizarlos.

El Realismo Político es el que incorpora la racionalidad para lograr los bienes y satisfacer los intereses de la comunidad o pueblo que mejor despliega su estrategia. En este caso, debemos ver a Suramérica como una “isla continente” con más de 350 millones de habitantes (con solo dos idiomas, además relacionados) 50.000 km. de vías navegables, poseedora del 30% de las reservas de agua dulce del planeta y de todos los minerales estratégicos para el siglo XXI, con un área de 18 millones de km. cuadrados que es el doble de Europa y el doble de los Estados Unidos.

Es por ello que América de Sur tiene que pensarse como una unidad geopolítica con sentido propio y así dar un paso importante para eliminar la actual fragmentación del Continente. De manera que hacer extensiva la propuesta a la totalidad de Suramérica es un acto de prudencia, a la vez que de percepción estratégica.

Y que por estar en crisis la idea del Siglo Americano, como la venimos detallando hasta ahora, es casi con seguridad que sus estrategas y tanques de ideas, trataran de manejar la declinación afianzándose en zonas que tienen mejor control y allí radica el peligro para nuestro desarrollo como: “Espacio Continental Industrial Económico autoconcentrado””.

Así se explican la continuidad de los planes tanto de imponer los Tratados de libre comercio desde lo económico para cerrar el acceso a la región de competidores extracontinentales o el del incremento de bases militares en nuestro continente y para mantener objetivos más cercanos a su territorio y más fáciles de controlar e influenciar a lo que ello despectivamente consideran despectivamente su patio trasero.

Este esquema de Tablero inestable que describimos antes debe ser bien interpretado por los países de Suramérica y Latinoamérica, por su liderazgo político, militar, empresarial, sindical, intelectual, universitario para no equivocarnos sobre cuáles son nuestros intereses permanente nacionales y regionales, y uno de ellos, es nuestra visión y relación con este nuevo mundo globalizado. Pues la falta de una idea estratégica en los últimos 27 años (1991), nos dejó llevar por los cantos de sirena hacia un hegemonismo arrollador que derivó en crisis socioeconómicas y políticas recurrentes.

Por ello es urgente que los estados suramericanos deban contar con una visión a largo plazo que permita hacer un plan para los próximos 20 o 30 años de este mundo competitivo, que no solo es de Estados sino también de empresas ligadas a los mismos y tener esa visión estratégica constituye un activo valioso para sus economías. En esta cooperación publico/privada se deben establecer los ejes prioritarios para establecer políticas de estado para alcanzar los objetivos estratégicos de un alto desarrollo y crecimiento, que esto se pueda verificar en toda una nación como conjunto y no solo para algunos sectores.

La realidad demuestra que si Sudamérica e Iberoamérica desean realmente ocupar un lugar digno y razonable en el nuevo mundo emergente, el lugar que se merece por su historia, el que le indica la vocación de grandeza de sus pueblos y el gigantesco espacio territorio continental que posee, indispensablemente debe plantearse una estrategia geopolítica y una política internacional de una gran nación Iberoamericana y Suramerica.

Este Gran Espacio cuenta con la ventaja de no ser una creación ex nihilo, se realiza sobre el antecedente de ALADI, Comunidad Andina y del Mercosur creación con 27 años de vigencia efectiva (Tratado de Asunción 1991). A lo que se le suma la experiencia del Pacto Andino. Luego UNASUR

Cuatro Países tienen la máxima responsabilidad para alcanzar este objetivo: dos, sobre el océano Pacífico: Colombia y Perú y dos sobre el Océano Atlántico: Argentina y Brasil.

Y podemos observar con cierta visión de posibilidad que desde el “realismo político”, de los estrategas geopolíticos del Continente hoy tienen un horizonte mayor que los marcados por los de cada Patria Chica para realizarnos en la Patria Grande, única alternativa para progresar en este Siglo XXI, si no como dijera el gran Pensador Brasileño Helio Jaguaribe seremos basura de la historia y habremos perdido otro siglo.

Lic. Carlos Pereyra Mele es Licenciado en Ciencias Políticas. Director de Dossier Geopolitico DG https://dossiergeopolitico.com/. Experto en Geopolitica Suramericana.Analista de Política Internacional


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