Biblioteca y Archivo Alberto Ghiraldo

La Biblioteca y Archivo Alberto Ghiraldo es un espacio en la ciudad de Rosario donde nos reunimos y desde donde llevamos adelante varios proyectos: el boletín La Oveja Negra, la editorial Lazo Ediciones, la revista Cuadernos de Negación y el podcast Temperamento. Además, desde allí preparamos los envíos de materiales para otras ciudades y organizamos actividades dentro y fuera del local, como jornadas, presentaciones de libros, proyecciones con debate y otras protestas.

Nuestra experiencia está directamente ligada a este espacio físico, aunque no solamente. Esto quiere decir que nos fuimos encontrando en la biblio pero no únicamente para llevarla adelante, sino como punto de encuentro. El grupo que conformamos hoy viene más o menos del 2013, cuando decidimos hacer un taller de lectura y debate entre algunas personas que ya veníamos participando en el espacio (desde el año 2000) y otras que se estaban acercando con mucho interés, participando en las charlas, proyecciones, ferias, actos, manifestaciones.

Debido a la conformación del grupo, las experiencias y cuestionamientos que nos reunían, comenzamos con la crítica del activismo y del intelectualismo para luego proseguir con varios temas. Estos encuentros más o menos continuados siguieron durante años, aunque en el presente con menos frecuencia (en algún momento llegaron a ser semanales).

En 2017 se integraron varios compañeros más, luego de un intenso año de agitación y propaganda en torno a la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado en el marco del conflicto mapuche en el norte de Chubut. Al respecto publicamos un artículo en esta revista en 2018, así como el libro Wenuy. Por la memoria rebelde de Santiago Maldonado, donde incluimos escritos, canciones y dibujos de Santiago, así como testimonios de amigos y compañeros, y nuestras reflexiones sobre el conflicto mapuche.

Durante muchos años la biblioteca se trató más bien de un espacio heterogéneo en el que convivían varias iniciativas, casi siempre ligadas al movimiento anarquista que es de donde surgió. Pero por los 90 el protagonismo era más bien contracultural, feminista, ecologista y hasta de derechos humanos. Ya para el 2000 /2001, al diversificarse los espacios en Rosario dejan de convivir estas iniciativas y comenzamos a volver a una referencia más ligada al anarquismo. Aunque en aquellos tiempos se la seguía conociendo como «la biblioteca anarquista» y era una referencia del anarquismo en la ciudad. Cabe mencionar que no tenemos local propio, así que a lo largo de nuestra historia fuimos habitando diferentes zonas de la ciudad.

Desde aproximadamente el 2006 al 2011 existió el grupo Anarquistas Rosario, en el cual participábamos algunos miembros de la biblioteca que sentíamos que nuestra actividad excedía lo que hacíamos en y desde la biblio. Cabe destacar que el nombre es significativo, porque no se propuso hacer primero un grupo, sino que muchos panfletos los veníamos firmando como «Anarquistas», luego decía «Rosario» y la fecha, y ese fue el nombre que quedó. La intención no fue primero hacer un grupo y después ver qué hacer, sino lo contrario, fue haciendo que decidimos consolidar el grupo.

Con los años también comenzamos a hacer una crítica al anarquismo y seguimos relacionados con el movimiento, pero no tanto desde el anarquismo o para el anarquismo. En el año 2007 surge la iniciativa Cuadernos de Negación por parte de algunos compañeros de la biblio junto a otro compañero de Buenos Aires que ahora participa en el espacio La Caldera. Ya veníamos haciendo publicaciones similares, individual y colectivamente, pero decidimos abordar cuestiones que en nuestro medio no se estaban discutiendo e ir publicando monográficos que continúan hasta el día de hoy. Se trata de la lucha de clases; la crítica del trabajo y la mercancía; la crítica del Estado y la democracia; la superación de la religión, el urbanismo y la ciencia; la crítica de la economía política a partir de Marx y otros autores; y en los últimos números, a partir de las luchas de mujeres y disidencias, venimos abordando la cuestión patriarcal, el trabajo doméstico y la reproducción de la fuerza de trabajo; la división sexual capitalista y el género; y próximamente un número sobre aborto y población.

Al comienzo, afirmar la existencia de clases sociales (sin reivindicación obrerista, siquiera de orgullo) así como leer y difundir grupos y autores que retoman la obra de Marx nos valió la acusación de marxistas por parte del anarquismo. Sin embargo, se afianzaba también la posibilidad de que otros compañeros se acerquen ya no por la etiqueta de anarquistas sino por el contenido de lo que expresábamos, que en definitiva era lo que buscábamos.

Años después también surgirían el grupo La Miseria, por parte de quienes estaban estudiando en la universidad, participando de las luchas estudiantiles y realizando una crítica de ese medio, así como también una Sociedad de Resistencia de Oficios Varios ligada a la FORA. Esos dos grupos ya no existen.

La biblioteca, y las iniciativas que llevamos adelante generalmente se organizaron en asambleas y por consenso. Y con el tiempo, al ser las propuestas cada vez más homogéneas, las asambleas dejaron de ser un espacio de confrontación o de discusión sobre qué hacer para ser cada vez más un espacio de encuentro donde dinamizar lo que ya venimos haciendo desde hace tiempo. También se fueron volviendo más resolutivas, ya que había otros espacios para la formación y el debate.

Podríamos decir que cada proyecto tiene una dinámica organizativa de relativa autonomía, en el sentido de que no todos participamos en todo, pero sí son llevados a cabo bajo una perspectiva común. Hablamos más de organicidad que de organización. Nuestra intención es que exista entre quienes participamos una fuerte homogeneidad en cuanto a nuestras perspectivas.

Esta homogeneidad no significa que no haya lugar para la iniciativa individual o particular de compañeros que quieran llevarla adelante. Hoy por hoy no se discute absolutamente todo en asamblea, las iniciativas de todo o parte del grupo surgen en relación a lo que fuimos definiendo con los años en base a la confianza, los debates y las prácticas colectivas (sea organizar el archivo u organizar manifestaciones callejeras).

También cabe destacar que el espacio del local nos permite una cotidianidad grupal, en la cual no solo nos reunimos a la hora de momentos formales (reuniones, mantenimiento, ediciones). Entonces muchas cuestiones van madurando en ese cotidiano. Nuestro rechazo al formalismo forzado no es otra especie de formalismo, sino una evolución también buscada, porque nunca nos fue cómodo el tipo de organización política que primero aparece y luego busca qué hacer.

Por estos motivos hoy muchas cosas que hacemos son anónimas porque pensamos que no es necesario estar poniendo nombres o referencias a todo, aunque claro, a quien le interesa la referencia es obvia. No queremos presentarnos como una Organización, simplemente no nos interesa. Por el mismo motivo tampoco nos interesa crear federaciones o comisiones de relaciones internacionales pese a la importancia que le damos a los vínculos con iniciativas compañeras de otras ciudades, e incluso otros países, cosa que para nosotros es una prioridad. Nos interesa hacerlo y hacerlo de la mejor manera posible, evitando una imagen grandilocuente con nombres aparatosos, siglas y cosas por el estilo.

Dicho así puede parecer un poco laxo, sin embargo hay mucha comunicación, compromiso, entrega y constancia. Como señalaban los del MIL en los 70 en la región ibérica «La organización es la organización de las tareas». Con esto queremos señalar que lo que nos importa es encontrarnos en el hacer y no en la formalidad, las etiquetas, los congresos. Evidentemente en ciertas luchas más amplias se participa de algunas instancias formales como asambleas o coordinadoras. Lo que venimos desarrollando no es un dogma aplicable a cada acontecimiento, sino que estamos describiendo unos mínimos lineamientos internos.

La biblioteca y la actividad del grupo en general se sostiene económicamente con el aporte de miembros activos y personas cercanas, así como a través de la difusión de los libros, folletos y revistas. Para ello, hemos propuesto una dinámica de suscripción, es decir, entregas periódicas de las publicaciones que realizamos. De este modo, las personas vinculadas con nuestro proyecto y que aportan económicamente de manera constante, van recibiendo los diferentes periódicos, libros y revistas que producimos. Esto posibilitó, a su vez, un mejor vínculo con compañeros desparramados a lo largo del territorio argentino, llegando a unas cuantas localidades. Nos gustaría con las suscripciones poder trascender las fronteras, pero se ve dificultado por los costos de envío y otras restricciones económicas.

No recibimos ninguna ayuda por parte del Estado. Si bien el Estado nacional, y especialmente el municipal, subsidia y promueve la existencia de bibliotecas populares, la cultura y la actividad editorial en general, nosotros hemos elegido mantener independencia del mismo.

Cable aclarar que, si bien en la biblioteca y archivo hay un importante legado histórico de más de 70 años, en los últimos años incorporamos gran cantidad de libros y publicaciones a partir de los distintos temas que hemos ido estudiando, los grupos o autores con los que nos hemos vinculado o han servido de referencia. La biblioteca la utilizamos principalmente quienes participamos activamente de la misma. Hace algunas décadas circulaba menos información y la biblioteca era visitada por personas curiosas que querían leer sobre temas específicos, hoy esa información es generalmente consultada a través de internet. Claro que en el camino se pierde algo, pero así están las cosas. Lo mismo sucede con la proyección de un documental o la presentación de un libro.

Nuestra intención es difundir lo que publicamos entre las personas que se acercan o con quienes mantenemos vínculo a la distancia. Los momentos de mayor acercamiento son por lo general los momentos de mayor cantidad de actividades en la biblioteca, donde circulan más personas. Y estos suelen ser a su vez contextos de lucha, donde existe una mayor curiosidad y necesidad por el encuentro y la reflexión.

El proyecto está abierto a la participación de nuevas personas que se interesen en el mismo, pero no es nuestro objetivo el mero hecho de sumar o convencer personas, ni tenemos un enfoque cuantitativo. No consideramos que cuantos más militantes o activistas haya, estamos más cerca de la revolución social. Por nuestra parte no queremos agrupar a todas las personas descontentas y rebeldes en una misma organización sino multiplicar las iniciativas.

A nivel regional, nos interesa que se difunda y discuta lo que hacemos, pero no para buscar adherentes en términos formales. Consideramos a su vez que nuestra actividad es importante para compañeras y compañeros que sostienen otros proyectos anticapitalistas y que participan en distintas luchas.

Insistimos, muchas veces a contracorriente, que reflexionar es también una práctica, y es inseparable del resto de actividades de lucha. Teoría y práctica, como suele decirse, son para nosotros inseparables.

Con la editorial, la revista, el boletín y el podcast pensamos abordar muchas expresiones, en diferentes grados de complejidad, de investigación, diferentes maneras de comunicarnos. Consideramos que es un poquito de cada iniciativa y todo en la misma dirección, y de momento no se nos ocurre algún formato nuevo sino ir mejorando lo que hacemos.

El contexto nacional, como siempre es bastante adverso. Hoy, con una inflación mayor al 100% anual, con un problema de vivienda ya casi insuperable, un empeoramiento de las condiciones de vida y con media población del país sumida en la pobreza (según cifras oficiales) es extraño que no se repitan levantamientos sociales como los ocurridos en torno al 2001. Seguramente se debe al siempre insuficiente pero presente asistencialismo estatal, a la presentación de la política burguesa como el problema y a la vez la solución, al creciente aislamiento e individualismo reinante y a un ensimismamiento en la supervivencia que no vislumbra otras posibilidades. Aunque se suceden protestas de organizaciones piqueteras muy a menudo, estas distan de las expresiones de los 90 y principios de los 2000, hallándose fuertemente institucionalizadas y en franco diálogo con el Estado, formando parte de estructuras partidarias de izquierda y hasta del propio peronismo en el gobierno. Se trata de otra forma de represión, además de los golpes y asesinatos que en la historia reciente tuvieron su punto cúlmine en diciembre de 2001, pero que no han cesado.

Al tratarse de un país principalmente agroexportador con un marcado proteccionismo del mercado interno, hemos asistido en las últimas dos décadas a una forma particular de populismo progresista que parece empezar a mostrar sus límites para el sostenimiento de la situación. La alternancia con la oposición durante la gestión anterior a la actual ha contribuido a la aplicación de ajustes sistemáticos durante los últimos 10 años, un fuerte proceso devaluatorio del peso e inflacionario, sin convulsiones sociales. En este escenario, la reproducción de la fuerza de trabajo es cada vez más difícil, a la vez que gran parte de los capitales que producen para el mercado interno tienen serias dificultades para reproducirse y dependen de la asistencia estatal en materia financiera, controles cambiarios sobre las divisas extranjeras, subsidios de energía, cierre de importaciones. Por otra parte, crece el descontento de trabajadores autónomos, comerciantes y sectores de clase media, debido a la presión impositiva y los constantes aumentos de precios que dificultan el funcionamiento económico. En este sentido, las derechas alternativas en Argentina, además de ciertos rasgos conservadores similares a otras partes del mundo, han crecido en base a un discurso liberal que por ahora no parece alcanzar para llegar al gobierno, pero sí para instalar el debate sobre la necesidad de cambios estructurales en materia económica. Este discurso hace mella en todas las capas sociales, canalizando buena parte de la bronca de nuevo hacia la política y la gestión de la economía. Sobre este fenómeno venimos preparando un libro titulado «Contra el liberalismo y sus falsos críticos», e hicimos un breve adelanto en nuestro boletín La Oveja Negra.

Por otra parte, crece la expectativa por parte de los gestores del capital en la explotación de recursos mineros como el litio en el Noroeste y el gas en la Patagonia. Existe preocupación en la población acerca de su impacto y se multiplican las expresiones de rechazo a este tipo de proyectos, entendidas por lo general como luchas medioambientales. Venimos reflexionando acerca de la perspectiva anticapitalista latente en estas luchas, al oponerse directamente al desarrollo capitalista en esas regiones. Pero en general son abordadas como críticas o frenos a los excesos del capitalismo, planteando supuestas alternativas productivas sin ir a la raíz del problema. Creemos importante poner estas cuestiones a debate, sobre todo en una región cuya economía funciona históricamente a partir de la explotación de los llamados recursos naturales, y así lo venimos haciendo desde nuestro boletín y otras iniciativas como el audiovisual «Humo: reflexiones más allá de las quemas», disponible en el canal de YouTube de la biblioteca.

En cuanto a la ciudad donde vivimos desde hace años se viene agudizando el conflicto narco, lo cual presenta un nuevo problema incluso a nivel supervivencia. En Rosario hay un promedio cercano a un asesinato diario con una población de un millón y medio de habitantes. El delito en general viene creciendo, sumado a situaciones de extrema violencia como balaceras extorsivas a comercios y domicilios particulares. A esto se suma la destrucción del entorno en las orillas del Río Paraná, a partir de quemas intencionales de la vegetación, fundamentalmente para la introducción de ganado. Participando de protestas, cortes de ruta y encuentros, y desde la propia vivencia en la ciudad, hemos abordado esto en las páginas del boletín y el podcast, y recientemente compilamos todo esto en un libro titulado «Plomo y humo, el negocio del Capital».

Para finalizar queremos subrayar que, al menos en los últimos 20 años, la perspectiva anticapitalista con una constante vinculación con los procesos de lucha locales e internacionales, sin cerrarnos al anarquismo o ninguna otra escuela ideológica, ha sido nuestro principal dinamizador. Nos ha permitido ahondar en la comprensión y crítica de la sociedad capitalista (sin la necesidad de participar en las instituciones académicas), e ir creciendo en nuestros diferentes proyectos de difusión.

Un factor importante para la continuidad es la implicación, la constancia y el placer por lo que hacemos por parte de varios compañeros. Esto nos ha permitido atravesar diferentes mudanzas del espacio y momentos grupales. Pero, como decíamos anteriormente, la reflexión y agitación teórica han sido un estímulo fundamental para seguir adelante. A diferencia de cierta consideración común en la militancia y el activismo de que hay que dejar de lado ciertas diferencias teóricas para crecer en cantidad, a nosotros la reflexión nos ha permitido crecer, quizás más lentamente, pero de manera sólida.

Agradecemos el espacio brindado a Ekintza Zuzena y dejamos un enlace para quienes quieran conocer nuestro proyecto: biblioteca-ghiraldo.com.ar

¡Saludos internacionalistas!

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