Resistencia mapuche

Desde los 90 distintos sectores del pueblo mapuche tanto en el lado chileno como en el argentino, comenzaron un proceso de levantamiento contra distintos intereses estatales y empresariales.

Despojados de la tierra mediante engaños y crueldades desde finales del siglo XIX con la llamada Conquista del desierto, cuando el flamante Estado argentino incorporo la Pampa y la Patagonia a su territorio. En la región argentina la población mapuche durante años viene siendo carne de trabajo y de morgue, apilada en cuartos o cárceles, a los márgenes de las ciudades patagónicas en las que la burguesía amasa riquezas, basadas en el turismo, los grandes latifundios y la explotación energética

Desde hace pocos años del lado argentino nuevas y viejas generaciones de luchadores mapuche han ido agudizando el conflicto, siendo el Movimiento Mapuche Autónomo del Puelmapu (M.A.P.) la organización emergente en este panorama. Lo que derivó en una violenta reacción estatal en defensa de los intereses capitalistas que ahí existen.

La cárcel a Facundo Jones Huala, la desaparición y asesinato de Santiago Maldonado, el asesinato a Rafael Nahuel y la agudización de la represión al proletariado en general y a los proletarios mapuche en particular son los últimos sucesos conocidos de la represión que el Estado y el Capital imponen en la patagonia «argentina». Sin embargo hay represiones, desapariciones y asesinatos, al igual que luchas y enfrentamientos, que permanecen en el desconocimiento general.

En mapudungún mapu significa tierra y che gente, persona. Un mapuche sin tierras no es nada, como ningún ser humano sin tierra es nada. Antes del aplastamiento socialdemócrata «tierra y libertad» era un grito de lucha, hoy tristemente reducido a «pan y trabajo» cuando no a uno peor: «derecho comer, derecho a trabajar». Como dicen los compañeros desde el fin del mundo (o el principio según como se lo quiera ver), territorio no se limita al punto geográfico donde nos encontramos, sino al planeta, al universo, donde convivimos junto al resto de la naturaleza.

Un compañero mapuche expresaba: «Seguimos teniendo las peores tierras y la calidad del suelo es abismalmente distinta respecto de las grandes estancias: tienen los mejores pastos, las mejores vertientes, las nacientes de los ríos, los arroyos. Y ese es uno de los motivos por los cuales seguimos viviendo en una situación de extrema pobreza. Así, obligan a nuestra gente a migrar a las ciudades, a vivir en los barrios periféricos, con una calidad de vida peor de la que tenían en los campos, pasando a ser mano de obra barata y trabajando por miseria. Por eso temen esta recuperación: porque cuestiona el estado de las cosas»

La recuperación de tierras es parte de esa cosmovisión, es la búsqueda de una forma de vínculos comunitarios que deben darse en un tiempo y espacio definidos, aquí y ahora. Tal es el caso de la recuperación territorial en la zona de Cushamen (norte de Chubut) al grupo Benetton1, sin duda la recuperación territorial más conocida en este conflicto. Allí fueron reprimidos y baleados compañeros en diversos enfrentamientos. Uno de lo mas crueles fue en Enero del año pasado donde los compañeros pudieron escapar a nado, dos de ellos heridos, uno con el oído destrozado y el otro con la mandíbula partida por balas de plomo. En dicha recuperación, el 1 de agosto, fue desaparecido a manos de la Gendarmería Nacional Santiago Maldonado, que estaba sosteniendo un corte de ruta junto a los compañeros mapuche, exigiendo la liberación y no a la extradición de Facundo Jones Huala quien había sido detenido y encarcelado nuevamente a fines de junio, condición en la que permanece hasta la actualidad a la espera de un nuevo juicio.

Y eso es lo que persigue, espía, reprime, encarcela y asesina el Estado a través de sus fuerzas del orden: la solidaridad, la combatividad y el ataque a la sagrada propiedad privada. Porque tales terrenos no poseen gran importancia en cantidad ya que es un espacio mínimo dentro de las extensas propiedades de Benetton, ni tampoco en recursos porque no son los mejores.

Los mapuche hoy en lucha -que viven en las ciudades o intentan salir de ellas- como todos los proletarios del mundo han sido desposeídos de sus medios de vida. Deben vender su fuerza y tiempo a cambio de una paga para sobrevivir. Su lucha por el idioma de sus ancestros, su espiritualidad y su modo de organizarse y vivir es incompatible con la comunidad del Capital, que no tolera ninguna otra forma de comunidad a su lado. Por eso son reprimidos, no simplemente por ser mapuche, porque otras organizaciones mapuche negocian con el Estado e incluso llegan a condenar la violencia revolucionaria y la lucha anticapitalista.

Al interior del pueblo mapuche coexisten posiciones sumamente diversas en cuanto a la lucha. Por momentos, de conciliación con el Estado y las empresas (búsqueda de plurinacionalidad y cogestión de los Parques Nacionales). Otras veces, buscando, mediante la lucha abierta, conseguir la independencia y autonomía, adoptando y propugnando, en algunos casos, la defensa frente al constante asedio capitalista: acciones directas de tipo minoritario y sin víctimas.

Aquí aparece la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), la cual hoy es el enemigo interno favorito del Estado Argentino. La izquierda progresista en un gesto paternalista y contrarrevolucionario insiste con que esta organización que realiza sabotajes a pequeña y gran escala es un montaje de los medios y el gobierno, no pueden aceptar que los oprimidos se defiendan con los medios que tienen a su alcance. Siendo que hasta el compañero Facundo Jones Huala ha reconocido públicamente su existencia en entrevistas en los medios masivos de comunicación. Incluso su antigua pertenencia a dicha agrupación. En un comunicado oficial del 10 de enero del 2018 el M.A.P reconoce la existencia de la R.A.M.2

Más allá de las siglas, que puedan usarse para una acción determinada, la resistencia ancestral mapuche, sin mayúsculas, se encuentra a lo largo del territorio, sobre el Este y el Oeste. La mayor parte de las veces en silencio y anonimato, hasta que las fuerzas represivas hacen saltar todo por los aires, cuando matan, violan, incendian casas, secuestran gente, balean o gasean, intentando ahogar en sangre los diferentes reclamos que existen.

Sin victimizarse, la lucha y las recuperaciones territoriales se extienden de modo permanente. Asumiendo los riesgos del ataque, conociendo los intereses y estrategias represivas y disuasivas del Capital y sus agentes (iglesia, políticos, policías) mediante la experiencia misma.

Un mensaje de solidaridad, de comunidad y de rebelión contra los opresores sale permanentemente de estos focos de conflicto, y se constituye también en una voz de aliento, para los demás explotados, que enfrentamos una realidad de ajuste y represión constante.

Mas información:

NOTAS:

1. The Argentinian Southern Land Company fue fundada en Londres en 1889 para realizar actividades comerciales en la Patagonia. En 1896 fue beneficiada con la donación de diez estancias, de casi noventa mil hectáreas cada una. A cambio de financiar la Campaña del Desierto, obtuvo tierras estratégicas para el desarrollo del ferrocarril que le sirvió para exportar la producción ganadera. En 1982, la empresa tradujo su nombre –Compañía de Tierras del Sud Argentino– e integró su directorio con un 60% de directores argentinos. Ese paquete accionario fue comprado en 1991 por Benetton por cincuenta millones de dólares.

2. El Movimiento Mapuche Autónomo del PuelMapu declara: «Kiñe [1]: La Resistencia Ancestral Mapuche a existido, existe y existirá mientras el Pueblo Mapuche siga siendo oprimido por el estado argentino. Ninguna resistencia ha sido pacífica porque siempre hemos tenido que defendernos de los desalojos de nuestros territorios, de la represión, de la muerte y judicializacion constante en los ultimos 130 años. La resistencia nos ha permitido la permanencia de nuestra cultura, de nuestra espiritualidad, de nuestra filosofia; es decir de nuestro ser Mapuche; gracias a ella hemos podido sostener nuestro idioma, nuestras ceremonias, nuestro lawen [medicina natural] y reconocer a nuestras autoridades ancestrales, como también resisten los nombres de los ríos, lagos, volcanes, montañas, árboles, parajes, pueblos, apellidos… Palabras y nombres que han sido apropiadas por los empresarios para sus emprendimientos turísticos, complejos de cabañas, hoteles, calles etc. La Resistencia en nuestros territorios es parte de la cotidianidad, dejar los territorios no es una opción para el Mapuche, aunque esté en riesgo la vida misma, riesgo que supieron padecer nuestros antepasados y por los que hoy seguimos vivos.»

3. Y la R.A.M. en un comunicado reciente manifiestan: «Sosteniendo así nuestros planteos Políticos y Filosóficos para la Reconstrucción y Liberación de nuestro Pueblo Mapuche con el objetivo de la expulsión del latifundio y las empresas transnacionales. Aclarando que solo atacamos propiedades e infraestructuras del capitalismo, siendo consecuentes con el legado que nos dejaron nuestros Kuifikecheiem [antepasados] y enfrentamos a la represión, acorde a su nivel de Violencia y Terror de Estado. No somos sionistas, ni nos bancan los gringos británicos, tampoco quemamos bosque nativo, somos comuneros hartos de la opresión. Resistencia, territorio, autonomía y liberación. Los weichafes [guerreros] de la R.A.M (Resistencia Ancestral Mapuche) vengaremos a Inacayal [uno de los últimos en resistir, al mando de tres mil hombres, la llamada Conquista del Desierto del ejército del general Julio Argentino Roca].»

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