CEPRID

La obra de España en Guinea Ecuatorial ayer y hoy

Miércoles 29 de julio de 2009 por CEPRID

Agustín Velloso

CEPRID

Un poco de historia

"La obra de España en Guinea, aunque bastante desconocida para la mayoría de los españoles, es, sin eufemismos, una de las mejores realizaciones del Movimiento Nacional."

"España ofrece a los naturales de Guinea Ecuatorial una generosa ayuda técnica y económica que ellos mismos han de administrar, y el ser españoles, que, como dijo José Antonio, es una de las pocas cosas serias que se puede ser en este mundo".

Hechos probados

Primo José Essono presentó en 1990 una denuncia contra Guinea Ecuatorial por secuestro, tortura y arresto ilegal ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Guinea Ecuatorial, Estado parte del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, contraatacó argumentando que la labor del Comité constituía “una violación de las normas elementales de la ley internacional y una injerencia en sus asuntos domésticos”.

En su dictamen sobre la denuncia de este antiguo embajador, diputado y representante permanente ante la ONU, el Comité afirma que Guinea Ecuatorial “no ha cooperado en cuanto a la entrega de información sobre la denuncia, lo que exige el artículo 4º del Pacto.”

Al referirse a la alegación del denunciante sobre su encarcelamiento entre agosto de 1988 y marzo de 1990, el Comité hace notar que aquél no fue informado de las razones, excepto que el Presidente de la República lo había ordenado.

Quince años más tarde, en 2005, el Comité se pronuncia sobre la denuncia presentada por Patricio Ndong y Plácido Micó, por detención arbitraria, juicio sin garantías, además de tortura y maltrato en la cárcel de Black Beach.

El Comité lamenta la falta de cooperación por parte de Guinea Ecuatorial, que fue requerido en dos ocasiones para informar sobre las denuncias sin que respondiese a ninguna de ellas. Además da crédito a las denuncias y pide una compensación para las víctimas.

Poco antes del viaje a Guinea Ecuatorial realizado hace diez días por Miguel Ángel Moratinos, ministro de asuntos exteriores del Reino de España, el Relator Especial de Naciones Unidas contra la Tortura publicó una declaración tras su misión a ese país, cuya primera afirmación (tras la introducción protocolaria) dice lisa y llanamente:

“he constatado que la tortura es practicada sistemáticamente por las fuerzas policiales sobre todo en las Comisarías Centrales de Policía de Bata y Malabo contra personas que rechazan “cooperar”, tales como los presos políticos y los sospechosos de delitos comunes. Parece que la Gendarmería practica la tortura en menor grado. No he podido verificar alegaciones contra los militares porque se me ha negado el acceso a sus instalaciones.”

Posteriormente describe la situación general de la justicia: “ausencia de un sistema judicial independiente; corrupción endémica; detención arbitraria habitual; habeas corpus que no funciona; las pruebas obtenidas bajo tortura sirven habitualmente de base para las condenas, lo que a su vez ejerce mucha presión sobre la policía para extraer confesiones; pese a la Ley sobre Prevención y Sanción de Tortura, la impunidad es casi total (…) algunos funcionarios conocidos por aplicar la tortura regularmente siguen trabajando en las fuerzas de la policía o de la gendarmería”.

http://www.unhchr.ch/huricane/huricane.nsf/view01/1B0338BE0E0AA8ACC12575060034DBB6?opendocument

Lo anterior, como suele decirse, son hechos probados. Hay algunas variaciones sobre el mismo tema desde que Teodoro Obiang Nguema se hizo con el poder absoluto en 1979. Al mismo tiempo pasan los años y además de los de la ONU, hay otros informes contundentes de organizaciones de derechos humanos y grupos políticos que se publican regularmente sobre hechos similares y abusos de todo tipo por parte de aquél y sus allegados. La publicación de los últimos coincidió con la visita de Moratinos de hace diez días y han aparecido en la prensa en España y el resto del mundo.

La obra española en Guinea medio siglo después

Políticos

Cuando Moratinos, así como varios destacados diputados del PSOE, PP y CiU, son preguntados al respecto, declaran con la misma regularidad que “constatan avances, mejoras y progresos en el proceso democratizador” dirigido por Obiang. A continuación anuncian que el papel de España consiste en “acompañar los esfuerzos de las autoridades de Guinea” en esos progresos.

Gran parte de la ciudadanía considera que estas manifestaciones son normales e incluso apropiadas por venir de personas que representan a España en su actividad política. Seguramente desconocen que hubo un presidente de gobierno español cuyas manifestaciones –citadas al comienzo- eran consideradas normales y apropiadas en su época. Menos conocidos aún son los intereses económicos que tenía en grandes plantaciones de cacao y en la Compañía Nacional de Colonización Africana y que pueden explicar unas declaraciones que a primera vista no se entienden.

Otro presidente más cercano en el tiempo, que también realizaba declaraciones grandilocuentes sobre la responsabilidad de España en el ámbito internacional, que se plasmaron en la participación de ésta en la guerra de agresión contra Iraq en 2003, pasó a formar parte del consejo de administración del grupo de comunicación News Corporation tras dejar el poder. Su dueño, Rupert Murdoch, apoyó vigorosamente esta guerra, para lo que contó con un coro de 175 directores de periódicos de su propiedad distribuidos por todo el mundo.

Periodistas

En cuanto a los testigos del presente se podría decir que la discrepancia entre política y realidad ha sido tanta, que hasta los medios que habitualmente secundan al gobierno en política exterior, incluso cuando ésta desafía y viola la ley internacional, han tenido que mostrar su sorpresa por las últimas declaraciones.

El País critica con dureza inusitada en su editorial de 17 de julio la “abierta contradicción con la política exterior de principios que anunció Zapatero” y el hecho de “aplaudir quiméricos avances democráticos en un país en el que las elecciones son una farsa y los opositores son encarcelados y torturados.”

Un mal editorial, como un mal día, lo tiene cualquiera, pero aún así no resulta fácil explicarse una reacción tan desusada. La ausencia de una crítica similar ha destacado ante gravísimas violaciones de derechos humanos ocurridas en países también afectados por la política exterior del gobierno español, por ejemplo, Palestina, Afganistán, Colombia, etc. Probablemente la iracunda reprimenda de Moratinos a una periodista que le acompañó en su último viaje a Guinea Ecuatorial y que criticó públicamente a Obiang, ha incomodado al diario más que aquellas violaciones.

Empresarios

Las empresas que han acompañado a Moratinos a Guinea Ecuatorial y que están entre las primeras de España, Repsol, Unión Fenosa, Elecnor y otras, publican sus principios, valores, códigos de conducta y responsabilidad corporativa, cuando hacen propaganda de sus actividades ante la sociedad.

Repsol, por ejemplo, afirma que “los programas de compromiso social se desarrollan en 16 países y pretenden dar respuesta a las necesidades de las comunidades.”

Unión Fenosa “se compromete a contribuir al desarrollo de los países en los que está presente a través de la promoción de transformaciones económicas y sociales, promoviendo el acceso seguro a la energía y promocionando la capacitación e integración laboral de colectivos y personas desfavorecidas.”

Elecnor anuncia una visión que incluye “una contribución positiva a la sociedad”

Con estos compromisos no se entiende bien por qué los países en los que operan no se desarrollan adecuadamente, ni tampoco por qué sus habitantes no ven cubiertas sus necesidades, ni ven mejoradas sus condiciones de vida.

En las comunidades que habitan las regiones de Perú en las que se extrae petróleo, se han presentado denuncias por violación de los derechos de los indígenas a ser consultados, a tener unas condiciones de trabajo dignas y a ser compensados por los daños causados.

Lo mismo ocurre en Ecuador, donde diversas comunidades indígenas del Parque Nacional de Yasuní se oponen a la explotación petrolífera y exigen que se limpie la contaminación causada y se paralice la actividad. También ocurre otro tanto en Bolivia con el Pueblo Guaraní y en Argentina con el Pueblo Mapuche.

En Guatemala y Nicaragua se han presentado miles de denuncias por cortes de energía y facturación excesiva en el servicio eléctrico, mientras que en Colombia se ha denunciado “la pérdida de derechos laborales, ambientales, económicos, sociales y culturales de una mayoría en beneficio de una minoría” a causa de las actividades empresariales sobre el sistema eléctrico en la Costa Atlántica.

¿El porvenir de la obra?

Políticos, empresarios y periodistas viajan juntos y se diría que también en conjunto toman decisiones en nombre de sus votantes, trabajan en beneficio de los ciudadanos y les informan de todo ello.

Quizás muchos años después de los “viajes de Estado” aparece una noticia como la del pasado 9 de junio que da a conocer que “la compañía petrolífera gigante Shell ha accedido a pagar 15 millones y medio de dólares en un acuerdo para evitar un juicio sobre su colaboración en el asesinato del escritor Ken Saro-Wiwa y otros ocho líderes del pueblo Ogoni del sur de Nigeria”, que tuvo lugar en noviembre de 1995. http://www.guardian.co.uk/world/2009/jun/08/nigeria-usa

Pero incluso si se realiza el pago, de nada le sirve a Saro-Wiwa, ni a sus compañeros, ni tampoco a muchas otras víctimas anónimas.

Por ello conviene preguntarse una y otra vez por las valoraciones que dan los políticos acerca de lo que ven, por los proyectos que los empresarios quieren realizar y por las informaciones de lo anterior que ofrecen los periodistas.

Si se comprueba que su discurso no cuadra con la realidad y si no se quiere participar de forma activa o pasiva en esa obra, es cuestión de cambiar de políticos, empresarios y periodistas. Es la mejor forma de contribuir a que cambie la obra de España en Guinea Ecuatorial y en otros lugares.

Agustín Velloso es profesor de Ciencias de la Educación de la UNED en Madrid avelloso (arroba) edu.uned.es


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