CEPRID

El saqueo del oro de Mali

Viernes 3 de junio de 2016 por CEPRID

Oumar Babi

Mondafrique

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por Julio Fucik

“Debido a que no posee los medios técnicos para extraer su oro y porque el Banco Mundial así lo ha decidido, el Estado de Mali solamente es accionista minoritario de las empresas explotadoras que actúan en su territorio”. En un informe publicado ya en 2007 la Federación Internacional de Derechos del Hombre (FIDH) levanta el velo sobre la gestión que las multinacionales hacen del oro de Mali. Pero pese a ser el tercer productor mundial después de África del sur y Ghana, Mali es uno de los países mas pobres del mundo.

Esta constatación de la FIDH ha sido corroborada por otros informes elaborados por organizaciones internacionales. Según el MInisterio de Minas de Mali, en 2014 el valor total de las exportaciones de oro alcanzó 863.000 millones de francos CFA (1), lo que supone algo más del 70% de las exportaciones totales del país. Sin embargo, ello supone sólo 254.300 millones de francos CFA en el total del presupuesto de Mali, o sea, el 25% de los ingresos y el 8% del PIB. Como si eso no fuera suficiente, la población no ve algo más que el polvo. La contribución total de las empresas mineras al desarrollo local es insignificante. En 2014 solo 1 millón de francos CFA fue destinado al conyunto de los pueblos de Kayes que albergan las minas (2).

Esperanzas frustradas

“Las expectativas de las comunidades locales, en cuanto a la mejora del nivel de vida social y económico (educación, formación, creación de empleos, infraestructuras) no se han cumplido”, ha dicho un político local.

Y Amadu Konaré, añade: “Francamente, no sabemos lo que la minería ha supuesto para la población de Syama, Fourou y el círculo de Kadiolo. La prueba es que la SOMISY (Sociedad Minera de Syama) no ha llegado a asfaltar ni un trayecto de menos de 100 kilómetros, entre la mina y la carretera nacional que une Mali con Costa de Marfil. Durante la época de lluvias ese eje es impracticable. Además, en Fourou la población todavía sufre una grave escasez de agua en la estación seca”.

Ante la reacción de la gente, la SOMYSI recuerda haber dotado al pueblo de Fourou de un instituto, un auditorio, una torre de agua y aulas. Insuficiente, considera la población, comparado con los centenares de miles de millones generados cada año por las minas de la localidad.

Y la ONG británica “Alerta” recuerda en su informe internacional que las “bases de las comunidades se benefician poco de la minería” en la región de Kayes. En el aspecto del empleo, las esperanzas están muy lejos de cumplirse. A falta de empleos bien remunerados en las minas, los jóvenes de las localidades mineras se ven obligados a emigrar, bien a Europa bien a las ciudades.

Un universitario, nativo de esta localidad, acusa al gobierno de no hacer nada o prácticamente nada para defender sus intereses ni los de la población local: “No debemos exigir a las sociedad mineras, sino al gobierno y sobre todo a nuestros cargos electos, que no defienden como debieran los intereses de la comunidad”.

Por su parte el gobierno explica esto por la falta de coordinación entre las acciones de las diferentes sociedades mineras que operan en las mismas áreas geográficas. Por eso, dice, cada sociedad minera dispone de un plan de desarrollo comunitario que implementa sin concertar con las demás. Es evidente que la aplicación del plan de desarrollo local se deja a la buena voluntad de las empresas mineras.

El origen de esta paradoja

En el origen de esta paradoja hay un plan diabólico, concebido y ejecutado por el Banco Mundial, en beneficio de las corporaciones multinacionales. Sobre endeudado, Mali no tenía mas elección que someterse al Programa de Ajuste Estructural. Una orden prescrita a nuestro país por el “doctor Bretton Woods”, el Banco Mundial. Eso era en los años 80.

Para el BM, los estados africanos no son capaces de tener una industria minera; es decir, son demasiado pobres para asumir las inversiones necesarias para las capacidades técnicas de la minería. Por lo tanto, el diagnóstico cae como una cuchilla: exige que nuestros países se doten de una legislación minera atractiva; es decir, beneficiosa para las multinacionales.

De este modo, en 1995 cerca de 35 países africanos reformaron sus leyes sobre la minería. En Mali la reforma tuvo lugar en 1991 porque el todopoderoso Banco Mundial amenazaba con cerrar el grifo. Y lo que tenía que pasar, pasó.

El Estado de Mali, depauperado

La brecha estaba abierta, y las multinacionales se precipitaron por ella. Con sus capitales bajo el brazo, invirtieron fondos en la Bolsa de Toronto (Canadá) destinados a África. En particular, en el sector minero. En Mali tres multinacionales tienen el monopolio del oro: AngloGold Ashanti, Rangold e Iamgold.

Según el informe de investigación de la FIDH, la mina de oro de Morila es la ilustración perfecta de la gestión mafiosa de las minas de oro de Mali por parte de las empresas mineras.

En julio de 2000, según la FIDH, Rangold vendió el 40% de sus permisos de explotación a AngloGold. Juntos crean Morila Limited quien, con el gobierno de Mali con el 20% de las acciones, dará nacimiento a una sociedad fantasma denominada Morila SA. Es ésta la que presenta a Anglogold Ashanti Services Mali SA como operador minero. El 1% de sus ventas de oro proceden de gastos de gestión. A título de ejemplo, esta sociedad fantoche percibió en 2005 un millón de dólares por gastos de consultoría. ¿Por hacer qué exactamente? Por no hacer nada.

Otro ejemplo de la gestión mafiosa del oro maliense por parte de las sociedades mineras, según la FIDH: Morila SA, a su vez, sólo se ocupa del mineral extraído. Su extracción está encargada a otra sociedad, SOMADEX. Es una filial del grupo francés Bouygues, y se atribuye la parte del león por haber invertido en el material de extracción del mineral. He aquí, de forma esquemática, como los fondos generados por el oro se reparten entre las multinacionales y las subcontratas.

Hay que destacar que la mina de oro de Morila se está agotando. Está controlada en un 40% por AngloGold Ashanti, otro 40% por Rangold Ressources, y un 20% por el gobierno de Mali. En quince años de explotación ha producido más de 6 millones de onzas de oro. Pero no ha reportado, en ese tiempo, mas que unos pobres 2.000 millones de dólares.

El Estado maliense y el mínimo vital

La Organización Internacional Publiquen lo que Pagan denuncia la ausencia de ganancia sufrida por el Estado, como consecuencia de las exoneraciones acordadas a las empresas mineras. “Los contratos mineros revelan, pese a una evolución positiva, numerosos problemas que originan las considerables pérdidas de ganancias para el Estado maliense”, dice. Estos problemas incluyen las “numerosas exenciones otorgadas a las empresas mineras, así como las cláusulas de estabilidad contenidas en los contratos mineros”. Y el mismo informe precisa que “hemos comprobado una disminución progresiva de impuestos en beneficio de las sociedades mineras de Mali. La ley minera de 1999 consagra al Tesoro maliense un 35% de sus beneficios, en lugar del 45% previsto en 1991. El código de 2012 estipula una transferencia de sólo un 30% de beneficios al Tesoro”, deplora Nuhun Diakité, coordinadorde la OIPP. Los autores del informe denuncian la falta de experiencia de las personas encargadas de negociar esos contratos.

En resumen, veinte años después del boom de explotación aurífera en Mali la población todavía espera beneficiarse de ello. El Dr. Bubu Cissé, ministro de Minas en el gobierno de Tatam Ly, actualmente ministro de Economía y Finanzas, había prometido un “completo inventario de todos los contratos mineros. Si hubiera contratos revisables en función de los intereses de Mali, iniciaremos negociaciones con los socios afectados”.

Tres años después, la promesa no se ha cumplido.

Notas:

(1) El franco CFA es la moneda oficial de seis estados de África Central: Camerún, República Centroafricana, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón. Nota del traductor.

(2) La región de Kayes agrupa a 7 círculos (como distritos o comarcas) en los que se engloban 129 comunas (pueblos) donde vive algo más de un millón y medio de personas. Está situada al oeste de Mali, en la frontera con Mauritania. NT.


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