CEPRID

África.- Nueva dominación capitalista e imperialista (y III)

Miércoles 11 de mayo de 2016 por CEPRID

Jean Nanga

Viento Sur

Panafricanismo, jerárquico como el capitalismo

La cultura sub-imperialista, sub-regional (de Lesotho a la Angola en guerra) de los capitales sudafricanos de los tiempos del apartheid constitucional, no ha desaparecido con el fin de este régimen. Se ha adaptado a la nueva situación post-apartheid –siendo además uno de los factores. Por ejemplo, la transnacional sudafricana de telefonía móvil MTN ha sido acusada, como Coca-Cola, de ser un apoyo del régimen suazi, a cambio de una débil apertura a la competencia –el autócrata suazi, Mswati III es un accionista (tiene el 10%) de la filial local. El Estado sudafricano post-apartheid sirve mejor que sus predecesores a la expansión del capital “nacional” en África. Para la clase dominante sudafricana, el panafricanismo es una versión regional de las relaciones jerárquicas Sur-Sur, para conseguir un lugar mejor en el capitalismo mundial jerarquizado. La NEPAD era para Thabo Mbeki (vicepresidente de Mandela, después presidente) el instrumento económico de este “renacimiento africano” bajo la hegemonía económica sudafricana. Tanto más porque gracias al Black Economic Empowerment (apoyado por grandes capitalistas sudafricanos blancos) hemos asistido a la emergencia de grandes capitalistas negros que pueden servir de embajadores del capital sudafricano, acusado también de“saqueo interno sistemático de África” |72|.

El capital angoleño –con su crecimiento de dos dígitos del PIB (principalmente extractivista) durante cerca de dos décadas– ha intentado también una expansión, más allá del enclave de Cabinda, lo que ha sido considerado como el comienzo de vasallización de Guinea-Bissau: establecimiento de una joint-venture para la explotación de la bauxita entre Bauxite Angola (ligado al Estado) y el Estado bissau-guineano, con un reparto respectivo de 90% y 10%. Una asociación desigual que acompañaba al proyecto de construcción por Angola de una infraestructura portuaria en Buba (Guinea-Bissau). El telón de fondo de este deal es la presencia militar angoleña en el marco de una misión de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP) y del Consejo de la Paz de la Unión Áfricana. Angola, petrolera y minera (diamantes, bauxita, etc.) se considera líder del CPLP en África y no esconde sus pretensiones al liderazgo en el África subsahariana, junto a Sudáfrica y Nigeria, o en concurrencia. Además, sus capitales públicos y privados se encuentran ya en Portugal, la antigua potencia colonial, como accionistas de referencia en empresas estratégicas (bancos, telecoms, etc.), con adquisiciones en el sector inmobiliario, la prensa, etc. Una expansión metropolitana que ya suscita comentarios sobre el “imperialismo al revés”: “La afluencia de capitales angoleños ha inciado ‘la transformación más importante de los sectores estratégicos de la economía portuguesa desde la ola de privatizaciones de los años 1990’, estima Jorge Costa, dirigente del partido antiliberal Bloque de Izquierda y coautor de una obra titulada ‘Los dueños angoleños de Portugal” |73|. Pero aunque el capital angoleño es el primero de una antigua colonia africana en imponerse ahora a su antigua metrópoli, “el conjunto de posiciones de la antigua colonia en las acciones portuguesas asciende a 2,8 mil millones de euros, o sea el 3,8% de la capitalización del mercado de acciones de Lisboa” |74| en 2013. ¿Es suficiente para hablar de un “imperialismo al revés”, simbolizado por Isabel Dos Santos, hija del presidente angoleño y líder de los milmillonarios africanos?

Estos últimos años, Forbes, Venture Africa y otras de la misma calaña, vienen publicando la lista de los milmillonarios africanos, reproducida una y otra vez, no sin un cierto orgullo, en una gran parte de los periódicos panafricanos on-line: “La segunda edición de la clasificación de los Áfricanos más ricos efectuada por Venture Africa ha mostrado que África cuenta en 2014 con 55 milmillonarios (en dólares), cuya fortuna global ha progresado un 12,4% entre 2013 y 2014, partiendo de 143,2 mil millones de dólares, hasta 161,75 mil millones” |75|. Esto es, de 2009 a 2015 una cuarentena de milmillonarios se han enriquecido hasta alcanzar a los ocho milmillonarios africanos de 2009 (no están contabilizados los gobernantes ladrones que son, más que antes, la regla en el África neoliberal).

Esta burguesía africana de nuevas y nuevos multimillonarios realiza importantes inversiones a niveles nacional, regional (de El Cairo a Mauricio) e incluso extra-Áfricano:“Entre 2007 y 2012, durante la peor recesión de la economía global de Europa, las inversiones africanas [en Europa] se han multiplicado por siete, alcanzando lo 77.000 millones de euros” |76|. El principio de su desarrollo estaba inscrito en la lógica delConsenso de Washington: en el culto del capital privado oficiado por las instituciones de Bretton Wodds, se recita también la participación del capital privado nacional. De las relaciones Sur-Sur, al igual que de las relaciones Norte-Sur, esa burguesía sólo espera una posición que considera merecida en la carrera de la acumulación capitalista, deseando por ejemplo APE que no puedan ahogarla.

Nuevos ricos y más pobres

Este ascenso de la potencia económica de algunas economías del Sur perturbando la tradicional jerarquía Norte-Sur no contradice una cierta tradición tercermundista: el discurso sobre la construcción de la solidaridad o de los intercambios Sur-Sur –contra las relaciones desiguales Norte-Sur– suele ir acompañado de una ocultación de las desigualdades e injusticias sociales internas en cada país, los antagonismos entre las clases sociales, gestionados a veces de una manera que no puede ser más represiva. Se puede hablar de liderazgo africano en materia de desigualdades sociales: “En lo que se refiere a la riqueza, las desigualdades más escandalosas están presentes en el África subsahariana (37%), y después en el Sur de Asia (25%). […] Las desigualdades de rentas han disminuido en América Latina y el Caribe, pero parecen haber aumentado en el sur de Asia y en el África subsahariana” |77|. Desigualdades que son resultado del saqueo de los recursos nacionales, de los favores recibidos por simpatías con las autoridades políticas –bastante evidente en el caso de Isabel Dos Santos y de los multimillonarios o milmillonarios del Black Economic Empowerment en Sudáfrica, que figura actualmente en el pelotón de cabeza de las sociedades más desigualitarias del mundo.

Según cables diplomáticos estadounidenses, publicados por Wikileaks, los negocios del líder de los milmillonarios africanos, el nigeriano Aliko Dangote, prosperan también gracias a las amistades entre dirigentes políticos. Según el cónsul general de la época, Brian Browne: “Para sus partidarios, simboliza el hecho de que los nigerianos pueden hacer algo más que trueque y comercio. Para sus detractores, es un depredador que utiliza las conexiones en la politica económica corrupta para inclinar la balanza a su favor y apartar la competencia potencial. La verdad se encuentra en algún lugar entre estas dos caricaturas. Dangote forma parte del primer círculo de consejeros en negocios del presidente Obasanjo. No es casualidad que Dangote tenga grandes intereses en muchos de los productos prohibidos a la importación en Nigeria” |78|. Nada nuevo respecto a los barones ladrones estadounidenses de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Dangote expresa también el cinismo de los capitalistas africanos, incluso en su expansión continental: “Desde que llegamos a esta empresa en diciembre de 2014, cobramos nuestros salarios con más de 20 días de atraso, y siembre con el temor de no cobrar el salario mensual. Después de cinco meses de trabajar en la fábrica, no disponemos todavía de nuestros contratos, a pesar de varias gestiones ante la inspección de trabajo. Por ello, no tenemos ninguno de los derechos sociales regulados por la legislación senegalesa”, se quejaban recientemente obreros de su cementera de Pout en Senegal” |79|. El respeto de los derechos de los trabajadores, incluso reducidos a la insignificancia, no es un rasgo del capitalismo neoliberal. Además, los problemas ambientales planteados por esta cementera, sobre todo los relativos al agua, no son tratados de manera diferente por quien es considerado, con cierta admiración, por un diario on-line de la joven intelligentsia africana, Terangaweb, (“El África de las ideas”), como “arquetipo de los nuevos titanes del capitalismo Áfricano” |80|. Dangote, como sus semejantes africanos y extra-africanos, se aprovechan de los mercados de trabajo desregulados por los programas de ajuste estructural, contribuyendo al liderazgo del África subsahariana en empleos vulnerables o no decentes, salarios de supervivencia |81| y trabajadores asalariados pobres, y la casi inexistencia de protección ambiental.

Antiguas y nuevas presencias militares

La dominación imperialista de las sociedades africanas a finales del siglo XIX y comienzos del XX no empezó con una afluencia de capitales, sino con el ejercicio de la fuerza, la conquista militar. Esta dimensión militar distingue hoy también la emergencia de nuevas potencias capitalistas de las prácticas imperialistas tradicionales.

Entre las potencias imperialistas tradicionales, Francia ha estado militarmente presente de forma permanente en las antiguas colonias, después de la descolonización masiva de comienzos de los años 1960 |82|. Una presencia militar acompañando el mantenimiento de su hegemonía en sus antiguas colonias subsaharianas |83|, o incluso favoreciendo la extensión de su esfera de influencia, más allá de su ex–imperio colonial –ingerencia en la guerra de Biafra, en Nigeria |84|. Consideró útil reestructurarla en el contexto post-guerra fría y de neoliberalización del capitalismo, reduciendo el número de bases y de tropas estacionadas en África. Puso cierto acento en la formación de ejércitos africanos dependientes. Esto podía ser compartido también por la Unión Europea que estaba construyendo su fuerza de intervención (Eufor), bajo liderazgo francés en la RD del Congo, en Chad y en la República Centroafricana (mucho antes de Sangaris). Como reconocimiento a su tradición africana, el ejército francés ha sido también asociado a algunos de los ejercicios que el ejército estadounidense organiza desde los años 1990 con ejércitos africanos, signo de su interés post-guerra fría por África (aunque este interés se haya atenuado por el espectacular fracaso de la intervención en Somalia –Provide Relief, después Restore Hope, 1992-1994).

La superpotencia militar, presente en la isla de Diego García, una de sus principales bases fuera de los Estados Unidos, gozaba ya de la posibilidad de utilizar algunas instalaciones militares, como la base aérea de Thebephatshwa (Botswana), construida con ayuda estadounidense en el momento en que se estaba transformando el gran aliado sudafricano (el fin del apartheid podía conducir al poder a “los comunistas del ANC”). Hoy día, el ejército estadounidense, dotado en 2007 de un Comando del US Army para África (Africom), se ha convertido en el principal ejército extranjero presente en África: además de Diego García, posee desde 2002 una base de Yibuti, en el campamento Lemonnier (antiguo campamento francés), para la Combined Joint Task Force – Horn of África (CJTF-HOA, integrada en Africom), así como una discreta (y muy a menudo secreta) presencia en una cuarentena de Estados Áfricanos |85|. Esta ubicuidad, a modo de compensación por el fracaso en el intento de instalar en África el cuartel general de Africom –instalado por defecto en Stutgart, con extensiones en España, Italia y Portugal–, y cuya justificación oficial es la “guerra contra el terrorismo”, apenas esconde intereses y deseos económicos, petroleros en particular.

Con su burda arrogancia, los Estados Unidos han aprovechado la lucha contra el ébola en el oeste de África para hacer la promoción de Africom, enviando tres mil soldados a Liberia. Una operación de “conquista de los corazones y de las mentes” por el humanismo militar, con la que Estados Unidos parece esperar que la presidenta Ellen Sirleaf Johnson (cuya voluntad de acoger el Cuartel General de Africom en 2007 fue contrarrestada por la Unión Africana) se aproveche para obtener una prolongación de la presencia militar estadounidense –como hizo Michel Martelly tras el terremoto de Haiti.

El traslado del eje militar hacia Asia no afecta en absoluto al Africom, cuya creación también ha influido en la imposibilidad de llevar a conclusión el viejo proyecto de crear un ejército panafricano, relanzado en 1994 e integrado, como Fuerza Africana de Previsión / African Santdby Force, en el programa de la Unión Africana. Pues, a la vez que proclamaba su oposición a la instalación de nuevas bases militares extranjeras en África, la Unión Africana esperaba el apoyo financiero de los Estados Unidos y de la Unión Europea para organizar este ejército que debería permitir a África resolver por sí misma sus problemas de seguridad. Las intervenciones de los ejércitos extra-africanos, convirtiendo a África en un terreno de experimentación y de publicidad de sus nuevos instrumentos de muerte y en un mercado para las empresas de mercenarios, perderían toda razón de ser. El fracaso de este proyecto militar panafricano explica en parte el bricolaje de los ejércitos africanos en Somalia, y las intervenciones militares francesas en Mali (¿ha contribuido la operación Serval a vender, por fin, el Rafale?) y en República Centroafricana. Intervenciones imperialistas que se presentan bajo bandera del humanismo gracias a una burda instrumentalización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, cuando la situación en Mali |86| no es resultado sólo de la persistencia del neocolonialismo en este país, sino también de la caótica situación creada en Libia por la intervención de la OTAN, contrarrestando la mediación de la Unión Africana.

Aprovechándose de algunas valoraciones positivas de su intervencionismo militar (asalto final al palacio de Laurent Gbabgo para instalar a Alassane Ouattara, Serval, Sangaris), Francia procede a una nueva reestructuración de su presencia militar. En adelante estará más presente, mezclando la cooperación y la concurrencia con los Estados Unidos, cuyo despliegue va acompañado de un reconocimiento de la experiencia francesa en la región. La coexistencia de una base francesa y una base estadounidense en Yibuti es todo un símbolo.

Lugar estratégico, Yibuti se ha vuelto emblemático del nuevo interés militar de las potencias económicas por África. La protección del Golfo de Aden, frecuentado por los petroleros, está transformando a Yibuti en núcleo militar, desafiando el principio de la Unión Africana sobre el no estacionamiento permanente de ejércitos extranjeros. A los ejércitos francés y estadounidense, se han añadido las bases japonesa (en 2011) e italiana (acuerdo de 2012), mientras que China quiere obtener la instalación de una base militar, Rusia y Canadá |87| negocian para poder instalarse también, y los militares españoles y alemanes están presentes, aunque sin disponer de bases permanentes. El ejército japonés |88| dispone de 600 soldados en su base de Yibuti y gasta 30 millones de dólares en su alquiler. Es un ejército actualmente en plena mutación, que se caracteriza por la vuelta a un ejército “normal” de potencia económica |89|. El actual primer ministro Shinzo Abe no oculta su nostalgia del militarismo japonés, aun conservando la subordinación japonesa al liderazgo estadounidense.

China ha empezado a romper con cierta moderación. El ejército chino quiere estar presente también en África, de forma independiente de las misiones onusianas (RD Congo, Sudan del Sur) o diferenciada del apoyo poco mediático aportado a la coalición de “lucha contra el terrorismo” en Mali. Ha conseguido la próxima instalación de una base militar en Yibuti. Una presencia que se justificaría, más allá de los asuntos africanos, como una respuesta a las tensiones en el Mar de China meriodional: “Beijing forja su capacidad futura para oponerse quirúrgica y estratégicamente a la estrategia militar estadounidense” |90|. También se plantea una eventual base militar en el puerto de Walvis Bay en Namibia. Esto confiere una importancia creciente al aspecto militar de la cooperación sino-africana. La venta china de armas no está sometida a la duplicidad de los otros campeones, hábiles en decretar embargos. Incluso Gabón, feudo del ejército francés, efectúa maniobras militares con China. En materia militar, más aún que en materia económica, es evidente el liderazgo chino en estas relaciones Sur-Sur. Pero, a diferencia de lo que ocurre en el Mar de China meridional entre China y los Estados Unidos, no hay (¿todavía?) en África tensiones militares entre las potencias tradicionales y las llamadas emergentes.

Una excepción: el ejército sudafricano se encontró en situación de concurrencia con el ejército francés en la República Centroafricana de François Bozizé |91|. En base a una asociación militar, el ejército sudafricano fue enviado a sostener a este régimen tambaleante que había perdido el apoyo de Francia. Se trataba también de asegurar los intereses del capital sudafricano. Soldados sudafricanos resultaron muertos por la rebelión centroafricana, que acabó por derrocar al régimen de Bozizé. El ejército francés recuperó su lugar dominante con la operación Sangaris.

Ideología (aún más) dominante

El dinamismo actual del capital extra-africano en África no sólo va acompañado de una actividad militar por parte de las potencias tradicionales y emergentes. También está la dimensión ideológica o cultural, factor de consentimiento, un pilar de la hegemonía gramsciana. También aquí el neoliberalismo ha modificado las reglas de la dominación.

En la época colonial y durante las dos primeras décadas postcoloniales, África no escapó a la ebullición intelectual mundial, caracterizada por una dinámica reflexiva crítica del imperialismo y del capitalismo, a veces articulada con una práctica política. Aunque los intelectuales africanos del campo neocolonial, incluyendo los “apolíticos”, eran más numerosos, se podía hablar de pluralidad expresada localmente (cuando los regímenes lo toleraban) o en el exilio.

Ya no es así, desde finales de los años 90, con el backlash (contragolpe) iniciado en la década anterior, que favoreció la integración de muchos anti-imperialistas y anti-capitalistas en estructuras de poder a nivel nacional o en las organizaciones internacionales. El trabajo asalariado en estas organizaciones ha conducido finalmente a su transformación en carreristas. El incontestable fracaso del llamado bloque comunista, en el momento en que el ajuste estructural neoliberal se imponía en África, agravó la situación, haciendo más deficitaria la pluralidad de ideales socio-políticos. El viento de la “democratización” consolidó la hegemonía de los valores capitalistas en África. El cuestionamiento del ajuste estructural ha sido ahogado en las conferencias nacionales soberanas y en otros procedimientos de reformas políticas. Se trataba de grabar en mármol la economía de mercado. El Banco Mundial organizaba la lucha contra la pobreza extrema –producto de los programas que él mismo imponía, junto al FMI– con la ayuda de las agencias onusianas, ONG de desarrollo, organizaciones caritativas, etc. |92|. La mundialización neoliberal iba a hacer felices a los miserables que ella misma producía: de la pobreza extrema, iban a pasar a la pobreza, no por desarrollo de ningún “Estado social” o “Estado Providencia”, que algunas sociedades africanas habían conocido en una versión subdesarrollada durante unas dos décadas, sino por el desarrollo del sector privado.

También las fundaciones filantrópicas (el “filantrocapitalismo”) están llamadas a salvar al mundo, resolviendo los grandes problemas sociales de la humanidad. Esta supuesta generosidad, fiscalmente beneficiosa para los donantes, participa en la propagación del pensamiento único del Consenso de Washington. Los más ricos del mundo, Bill y Melinda Gates (Fondation Gates), son exhibidos volando en socorro de los africanos enfermos del sida, marginando a la OMS |93|. Los niños africanos van a la escuela gracias a algunos stars del show-business, con quienes los africanos del Africa Progress Panel posan en las fotos, con aspecto de honrados. Estas son las realidades de la subordinación de lo público a lo privado, cuando el dinero público es robado por los gobernantes. Apoyando, en concierto con las cancillerías del capitalismo central, a algunas organizaciones o movimientos de defensa de los derechos humanos y de las libertades, este “filantrocapitalismo” impone sin esfuerzo límites a las perspectivas de emancipación así como a la crítica de las situaciones locales y de los Estados de origen de las fundaciones patrocinadoras.

Los africanos asalariados de la Open Society de George Soros no deben sobrepasar su crítica superficial del capitalismo |94| y ni que decir tiene que su participación en el acaparamiento de tierras y en la explotación de los trabajadores no se considera una violencia hecha a humanos. Un dirigente del movimiento senegalés “Basta ya” (que ha jugado un papel central en la movilización contra el intento de tercer mandato de Abdulaye Wade y por la “alternancia democrática”) ha justificado así la colaboración con G. Soros |95| tras haber sostenido la campaña presidencial del milmillonario liberal Macky Sall, y elogiar a Obama (“un presidente simpa y atento, que se ha mostrado muy pragmático” |96|): “’Basta ya’ no depende ni del marxismo, ni del capitalismo, ni del comunismo, no dependemos de nadie y queremos hacer una filosofía de acciónciudadana basada en valores Áfricanos y en nuestras realidades socioculturales. La gente que no concibe esto se siente molesta, pero es libre de pensar lo que quiera” |97|. Este batiburrillo ideológico está de moda. No es diferente el caso de los dirigentes de“Escoba ciudadana” (uno de los principales colectivos activos en el derrocamiento de Blaise Compaoré) y de otros movimientos del mismo tipo en África. Algunos críticos de los Estados africanos los consideran “los nuevos francotiradores del imperialismo en África” o “negros de servicio del imperio” |98|.

La concepción superficial de la democracia que prevalece en estos movimientos africanos refleja también un control de los licenciados universitarios africanos por el imperialismo, en forma de becas académicas y puestos de enseñantes. Los Estados Unidos atraen a más titulados africanos, por ejemplo a través del Partnership for África Universities, lanzado en Dakar en 2000 y sostenido por las Fundaciones Carnegie, Ford, MacArthur y Rockefeller. Una década más tarde, intelectuales africanos piden más “colaboración” de las universidades africanas con las fundaciones estadounidenses |99|, principales protagonistas de la nueva organización de la enseñanza superior hostil al principio de adquisición de sentido crítico, que se había hecho un pequeño hueco en algunas universidades. Los laboratorios de investigación agronómicos están cada vez más subordinados a la financiación del agrobusiness. La reflexión sobre la sociedad se realiza cada vez más según los paradigmas promovidos por algunas think tanks que se imponen en las revistas más influyentes. Un economista africano que no se considera revolucionario se quejaba hace unos años: “Vivimos situaciones caracterizadas por la ausencia de discusión de los paradigmas macroeconómicos y por la improvisación ante los desafíos sociales. Los universitarios Áfricanos, por lo menos en el África francófona, la que conozco, no discuten en absoluto paradigmas. No hay, en estos momentos, debate sobre la ciencia económica. […] Quienes están a la cabeza de las instituciones no hacen reflexión teórica y quienes están en las universidades no tienen contacto con la realidad. […] La disidencia tiene un coste, y por eso se cuestiona tan poco la ortodoxia. Para la captación funciona la ‘lógica del vientre” |100|. En esta materia, las potencias emergentes, China en cabeza, se contentan con una rivalidad en materia de oferta de becas, sin estar dispuestas a igualar a las antiguas potencias coloniales.

Entre los medios de influencia del imperialismo o neocolonialismo en su época, Kwame Nkrumah incluía a Hollywood, símbolo de las industrias culturales propagadoras del“american way of life”. Escribía: “Los escenarios de Hollywood son también armas. Basta con escuchar los aplausos de los espectadores Áfricanos cuando los héroes hollywoodianos masacran a los indios o los asiáticos, para darse cuenta de la potencia de semejante medio”. Esta potencia de las industrias culturales imperialistas ha aumentado de forma exponencial, incluso bajo la forma de adaptaciones locales: la cadena de televisión china CCTV instalada en Nairobi |101|, las telenovelas, las películas de Bollywood y de Nollyvood.

No obstante, para Nkrumah, uno de “los métodos más insidiosos empleados por el neocolonialismo es tal vez el evangelismo. Después del movimiento de liberación, hemos asistido a una verdadera marea de sectas religiosas, en su gran mayoría americanas” |102|. Este proceso se ha intensificado a partir de los años 1980-1990, como un “aroma espiritual” de las consecuencias sociales de la crisis de la deuda y de los “remedios” de las instituciones de Bretton Woods. La expansión de las iglesias evangélicas o del pentecostalismo va a la par del lugar central otorgado al dinero, consagrado por las fortunas colosales de los pastores, discípulos de Dios y de Mommon al mismo tiempo.

Frente a este dominio del imperialismo capitalista, reforzado ya por las potencias capitalistas emergentes, cómplices y concurrentes del imperialismo tradicional, así como por el crecimiento del capitalismo africano, los pueblos africanos, explotados y oprimidos, no se resignan al sometimiento. Lo demuestran las luchas realizadas, aquí y allá, en esta región del mundo, contra la explotación humana y ecocida de las transnacionales petroleras y mineras |103|, el acaparamiento de tierras comunales y la imposición de semillas esclavizadoras, las injusticias y desigualdades reproducidas por las castas alternantes de gobernantes ladrones, actores del capitalismo africano, la discriminación censitaria en el acceso a la enseñanza superior o a las atenciones sanitarias, la instrumentalización política y mortífera de las identidades étnico/raciales y confesionales, las opresiones que se basan en concepciones neocoloniales y oscurantistas de las “tradiciones africanas”, etc. Luchas que el mecanismo neocolonial, al servicio del bloque capitalista (imperialismo tradicional, potencias emergentes, capital africano) consigue aislar unas de otras, tanto a nivel local como panafricano, incluso internacional extra-africano, contenerlas, orientarlas según sus intereses. Sin la construcción y la consolidación de las solidaridades populares y de las convergencias en las luchas contra los diferentes tentáculos del pulpo capitalista en África, o dicho de otra forma, sin una dinámica panafricana anticapitalista, no habrá emancipación del pueblo africano explotado y oprimido y participación en la construcción de una humanidad de bien vivir.

Notas

|72| P. Bond, « Foreign investment retreat from África : Gaming, naming and shaming ‘licit financial flows’ » (http://links.org.au/node/4552), con un mapa que indica que sólo Argelia, Libia y Túnez no tienen inversiones de las diez principales empresas del Johannesburg Stock Exchange (JSE).

|73| Thomas Cabral con Estelle Maussion, « Isabel dos Santos, figure de proue des investissements angolais au Portugal », AEM-AFP, 24/06/2015, http://www.afriqueexpansion.com/aem-afp/20947-isabel-dos-santos-figure-de-proue-des-investissements-angolais-au-portugal.html

|74| « Recapitalisation par les colonies » : http://www.agefi.com/quotidien-agefi/une/detail/edition/2013-10-18/article/isabel-dos-santos-la-galaxie-financiere-angolaise-qui-est-entree-dans-le-joaillier-de-grisogono-a-geneve-investit-tres-massivement-au-portugal.html

|75| Agence Ecofin, « La fortune cumulée des 55 milliardaires Áfricains dépasse les PIB de la CEMAC et de l’UEMOA » : http://www.agenceecofin.com/gestion-publique/1711-24362-la-fortune-cumulee-des-55-milliardaires-%C3%81fricains-depasse-les-pib-de-la-cemac-et-de-l-uemoa

|76| PANA, « L’UE nie avoir perdu le commerce Áfricain et la bataille des investissements », 31 mars 2014, http://www.panapress.com/-L-UE-nie-avoir-perdu-le-commerce-%C3%81fricain-et-la-bataille-des-investissements

|77| Pnud, Rapport sur le développement humain 2014. Pérenniser le progrès humain : réduire les vulnérabilités et renforcer la résilience, p. 42, http://hdr.undp.org

|78| Câble 05LAGOS362, « Aliko Dangote and Why You Should Know About Him », March 07, 2005, http://wikileaks.org/cable/2005/03/05LAGOS362.html. Un cable posterior (07ABUJA1658, « Northern Rulers on Yar’Adua’s Initial Strategies » 2/08/2007,http://wikileaks.org/cable/2007/08/07ABUJA1658.html) precisa que « Dangote y Obasanjo forman parte del consorcio que ha comprado el puerto Harcourt y las refinerías de Kaduna ». Olusegun Obasanjo ha sido de 1976 a 1979 jefe de una de las juntas militares que dirigieron Nigeria, después presidente electo de1999 a 2007.

|79| Adama Anouchka Ba, « Pout : Les travailleurs de la cimenterie Dangote étalent leurs maux et observent un arrêt de travail », Seneweb, 16/04/2015, http://www.seneweb.com/news/8/pout-les-travailleurs-de-la-cimenterie-d_n_152847.html

|80| Jacques Leroueil, « Les nouveaux milliardaires Áfricains », Terangaweb,http://terangaweb.com/les-nouveaux-milliardaires-%C3%81fricains

|81| Cf. El informe de International Labour Organisation, Global Employment Trends 2013. Recovering from a second jobs dip, Ginebra, 2013, p. 90-95.

|82| La descolonización de comienzos de los años 1960 afectó a menos de la mitad de las colonias (británicas, españolas, francesas, portuguesas) de África. El acceso a la independencia continuó durantes las décadas siguientes.

|83| La cooperación militar de Gran Bretaña con la mayor parte de sus antiguas colonias era bastante activa, con excepción de la Tanzania de Nyerere, aunque sin estacionamiento de tropas, a pesar de los acuerdos de defensa con Kenya y Zambia (hasta 1968), por ejemplo. Actualmente, hay soldados británicos (algunas decenas en cada caso) estacionados de manera permanente en Diego Garcia (British Indian Ocean Territory, donde la población en su conjunto ha sido departada a Mauricio y a las Seychelles y que el Reino Unido ha alquilado a los Estados Unidos para la instalación de una base militar), en Kenya y en Sierra Leona.

|84| En la ingerencia francesa en Nigeria, junto a los secesionistas biafreños, estaba tanto el interés por el petróleo por parte de Elf-Erap como el deseo de Houphouët-Boigny de un estallido de este gran Estado, dominante económicamente en el oeste de África. Algunos años antes fue el régimen neocolonial de Brazzaville el que jugó un papel de celoso enlace de los imperialistas, en la secesión de Katanga, contra el régimen de Lumumba. Había que hacer estallar al muy rico Congo-Leopoldville, que se imponía geográficamente en un África central de antiguas colonias francesas. Los que hablan de Áfricafrancia parecen olvidar que De Gaulle denunció la presión ejercida por Houphouët-Boigny (sostenido por Foccart and Co, vínculo entre las dos motivaciones), padrino Áfricano de la FrancÁfrica.

|85| Nick Turse, « The Pivot to África. The Startling Size, Scope, ans Growth of U.S. military Operations on the Áfrican Continent », TomDispatch.com, 5/09/2013,http://wwwtomdispatch.com/blog/175743

|86| J. Nanga, « Une intervention néocoloniale sous leadership français », Inprecor, n° 591,febrero 2013.

|87| Canadá, donde los delitos económicos se benefician todavía de cierta discreción mediática (Alain Deneault con Delphine Abadie y William Sacher, Noir Canada. Pillage, corruption et criminalité en Afrique, Montréal, Écosociété, 2008) ha solicitado una base en Yibuti y en Senegal (Ameth Lô, «Projet de base militaire canadienne au Sénégal : enjeux et perspectives », Pambazuka News 22/11/2011,http://pambazuka.org/fr/category/features/75911). Soldados de Pakistan, de Malaisia et de Singapur estarían también por los alrededores.

|88| Los navíos de pesca japoneses saqueaban alegremente el pescado en aguas territoriales somalíes antes de la actual ola de piratería, que es el producto, entre otras cosas, del saqueo y de la contaminación de las aguas somalíes.

|89| Lawrence Repeta, « Japan’s Proposed National Security Legislation – Will This Be the End of Article 9 ? », The Asia-Pacific Journal, Vol. 3, Issue. 24, N° 3, 22/06/2015,http://www.japanfocus.org/-Lawrence-Repeta/4335/article.html

|90| Alfred McCoy, « The Geopolitics of America Global Decline. Washington Versus China in the Twenty-First Century », TomDispatch.com, 7/06/2015, http://www.tomdispatch.com/blog/176007/.

|91| J. Nanga, « Les non-dits de l’intervention militaire française », Inprecor, n° 601/602, enero-febrero 2014.

|92| Sobre la presión de los donantes, cf. Sally Reith, « Money power, and donor-NGO partnerships », Development in Practice, Vol. 20, Number 3, Mayo 2010, p. 446-455,http://dx.doi.org/10.1080/09614521003709932

|93| Anne-Emanuelle Birn, « Philanthrocapitalism, past and present : The Rockefeller Foundation, the Gates Foundation, and the setting (s) of the international/global health agenda », Hypothesis vol. 12 n°1, http://www.hypothesisjournal.com/?p=2503

|94| George Soros, « The Capitalist Threat », The Atlantic online, fevrier 1997,http://www.theatlantic.com/past/docs/issues/97feb/capital/capital.htm. Como bien lo ha resumido Slavoj Zizek : « Encarna una explotación financiera feroz aliada a su propio antagonismo : una preocupación humanitarias por las consecuencias sociales catastróficas de una economía de mercado desenfrenada. El trajín cotidiano de Soros es una superchería en acto » (« Les faux ennemis du progrès », Courrier international, 6/12/2006).

|95| Alerte Info, « Le Mouvement “Y en a marre” n’est pas manipulable, selon son coordonnateur » ITW, 5 mai 2015, http://alerte-info.net/alerte_details.php?f=10935

|96| Sabine Cessou « Sénégal : pour Fadel Barro, du mouvement Y’en a marre, “Obama est un président sympa et attentif ” », RFI, 29/06/ 2013, http://www.rfi.fr/print/978998?

|97| Alerte Info, idem.

|98| Cf.Fode Roland Diagne, « Les nouveaux “Tirailleurs” de l’impérialisme en Afrique », l’Autre Afrique, 3/04/ 2015, http://lautreafrique.info/2015/04/03/les-nouveaux-tirailleurs-de-limperialisme-en-afrique ; Jean-Pierre Mbelu, « Les jeunes congolais “pro-démocratie” achetés par le dollar », Ingeta, 23/04/2015, http://www.ingeta.com/les-jeunes-congolais-pro-democratie-achetes-par-le-dollar

|99| Cf. Maïmouna Barro, « Development Aid and Higher Education in África : The Need for More Effective Partnerships between Áfrican Universities and Major American Foundations », CODESRIA Bulletin, N° 1 & 2, 2012, p. 20-29.

|100| Kako Nubukpo, « L’Afrique malade de ses économistes », Alternatives économiques, 21/06/2011, http://alternatives-economiques.fr/blogs/nubukpo/2011/09/21/l%E2%80%99Afrique-malade-de-ses-economistes

|101| Las clases dominantes chinas se encuentran más en una dinámica mimética que creadora de otras « way of life », a pesar de la política de expansión de centros confucionistas.

|102| K. Nkrumah, Le néo-colonialisme, dernier stade de l’impérialisme (chap. 18), Paris, Présence Áfricaine, 1973 [edición inglesa : Londres, Nelson, 1965].

|103| Cf., por ejemplo, el reciente llamamiento lanzado el 9/08/2015 por una veintena de organizaciones de la sociedad civil y de movimientos sociales Áfricanos: « Áfrican Civil Society Says No to Mining – Yes to Life » : http://afsÁfrica.org/Áfrican-civil-society-says-no-to-mining-yes-to-life/

Jean Nanga es militante del CADTM África, colabora regularmente con la revista Inprecor.


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