LAS OTRAS FERIAS

Además de las Ferias del libro anarquistas, existen otras ferias que no se autodenominan anarquistas, pero sí que comparten muchos elementos tanto en lo que se refiere a su filosofía como a las formas de organización. Citaremos como ejemplos el “Encuentro del libro y debate antiautoritarios” de Gasteiz y sobre todo la Feria Alternativa de Durango.

El encuentro gasteiztarra celebra su primera edición en junio de 2012. La idea de organizarlo parte de algunas personas y colectivos vinculados a la edición, distribución e impresión alternativa principalmente de Gasteiz. El formato es el de las ya tradicionales ferias del libro anarquista que se vienen desarrollando en los últimos años en otras partes de la península, pero adaptándolo al contexto local. Este evento toma el nombre de “Encuentro del libro y debate antiautoritarios”, dándole la misma importancia y señalando la complementariedad del encuentro de las distribuidoras y de los debates. La finalidad es “lograr un espacio de encuentro en el que se potencien el debate e intercambio de ideas desde una perspectiva autónoma y libertaria, acercándolo no sólo a la ciudad y a los colectivos donde se desarrolla sino también a aquellas personas y grupos que participen, con temáticas cercanas en el tiempo y también geográficamente, para que puedan servir en nuestras batallas presentes y futuras”.

La Azoka Alternatiba de Durango se lleva organizando en el gaztetxe de esta localidad desde el año 2000 y ha pasado por varias fases condicionadas por la situación interna del gaztetxe y el estado de las redes de distribución anticomercial.
La iniciativa surge desde la asamblea del gaztetxe de Sapuetxe a la sombra y en paralelo de la multitudinaria “Feria del libro y del disco vascos” o feria “oficial”, que se celebra a principios de diciembre. Nacida en un contexto de reivindicación de la cultura vasca y de apuesta por el impulso del euskara esta feria se ha convertido en buena medida en un inmenso supermercado cultural que hace del consumo su motor fundamental. Hay que decir que la feria alternativa no se plantea tanto a la contra de la oficial, donde también existen proyectos y materiales interesantes, sino a favor de un modelo filosófico y organizativo diferente.

El impulso de este nuevo espacio cultural y reivindicativo viene de la mano de personas y colectivos ligados a las redes anticomerciales y que trabajan en los terrenos de la edición y distribución.

Desde sus inicios la Azoka del gaztetxe no ha tenido una denominación continuada: se han utilizado los calificativos anticomercial, alternatiba y no comercial durante todos estos años. Estos cambios se deben a la dificultad a veces de definir ciertos canales y materiales y el propio carácter de lo anticomercial. Todo ello ha sido objeto de debates a lo largo de los años. En cualquier caso estos calificativos van orientados a definir el carácter político y comprometido de la feria anticomercial, que se plantea como una forma de difusión de una cultura popular y autogestionada. Esto se concreta tanto en el tipo de materiales que se publicitan, como en las formas de hacer: autoorganización, contenido político-militante de los proyectos, control de los márgenes de beneficio y de su reinversión en proyectos alternativos, potenciación de los canales y redes de distribución alternativas, el rechazo a la mercantilización de la cultura y al consumo como ejercicio cultural1, fomento del intercambio y del encuentro, etc. Es fundamental para ello definir el carácter de los materiales que tienen cabida en este espacio y por qué, dejando a un lado materiales y proyectos destinados al lucro personal, así como aquellos que tenga precios abusivos.

Además de la cuestión de definir qué es comercial o no, otro debate presente en diversos momentos y sobre el que nunca se ha llegado a conclusiones cerradas-definitivas, ha sido el grado de contradicción en la que caen algunos colectivos que plantean también la participación en la feria oficial y su compatibilidad con los planteamientos de la feria alternativa. Los partidarios de montar puesto en la feria oficial lo ven como una oportunidad de expandir materiales anticomerciales-alternativos en otros espacios llegando así a un público más diverso.

No cabe duda de que la Azoka Alternatiba se ha convertido en un referente a nivel de Euskal Herria para distribuidoras, colectivos y espectro antiautoritario, donde además se realización actividades durante todo el día, comedores.., y donde se tejen relaciones y contactos.

La organización de la Azoka ha pasado por diferentes fases. Inicialmente es la asamblea del gaztetxe la que asume la mayoría de las tareas: programación, difusión, acondicionamiento del espacio, barra, comedores… El trabajo que supone esta organización y el desgaste consiguiente, además de la cada vez mayor dimensión y el recorrido que va cogiendo la feria anticomercial lleva a que se plantee realizar algunos cambios para buscar una mayor implicación por parte de las distribuidoras asistentes en las diferentes tareas organizativas (participación en asambleas preparatorias, en los turnos de cocina y de barra, en el montaje y desmontaje, etc.) Igualmente se sigue con los debates acerca de la filosofía de la Azoka. Así, por ejemplo, en la carta de invitación de 2006 se define el carácter de la feria anticomercial, el porqué de su realización, se detallan las condiciones por la que un material se califica de comercial, se habla del precio, de la autoedición, de la organización colectiva de la azoka…

A partir de esta edición hubo profundos cambios, tensiones y debates en Sapuetxe, con nuevas incorporaciones e importantes abandonos condicionaron la trayectoria posterior del propio gaztetxe y de la azoka. En las siguientes ediciones se notan estos cambios y la imposición una cierta inercia, a lo que se suma un deterioro de las infraestructuras, diversos problemas organizativos y notable un descenso de la afluencia de distribuidoras y público.

A pesar de todo durante este periodo se mantienen unas pocas personas de la asamblea con interés más profundo que al paso del tiempo irían haciendo contacto con la gente de las distribuidoras. Por otra parte, hay distribuidoras y personas que con el paso de las ediciones han interiorizado la anticomercial como un espacio suyo. Estos aspectos coindicen en la anticomercial del 2010, cuando ambas partes trabajan mano a mano para sacar la feria hacia adelante. En la asamblea de valoración de este año queda patente que la organización de la feria alternativa es inviable sin contar con la participación de Sapuetxe y las distribuidoras. Este aspecto marca la trayectoria y el repunte de la feria anticomercial hasta el momento presente.

En la edición de 2012 –y quizás por la incorporación de gente diferente, nuevos colectivos, etc.- se retoman nuevamente debates sobre que es anticomercial y otros temas relacionados sin llegar tampoco a unas conclusiones definitivas. En cuanto a la organización de la feria anticomercial se puede afirmar que se repite el esquema de carpa-comedor-barra para colectivos-actividades que se lleva haciendo desde el principio.

Finalmente se puede mencionar que el “mundillo anticomercial” en Euskal Herria también había sufrido fuertes cambios: retroceso de la distribución anticomercial y de las redes que los fomentaron; los entornos antiautoritarios que lo alimentaban y que eran uno de sus públicos y soportes, tampoco viven sus mejores tiempos. Por otro lado, surgen voces que llaman a plantear la organización de una “tercera vía”, entre los actuales modelos “oficial” y “alternativo”… Veremos que nos depara el futuro.

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