ILUSIONES POLÍTICAS Y LUCHA DE CLASES

Este libro que se ve ahora reeditado 25 años después de su publicación nos da la triste posibilidad de hacer recordatorio de una derrota amarga y ya pasada pero que además nos sitúa de manera brusca en una realidad aún más miserable y escasa en referentes de lucha que hace no muchos años todavía permanecían en el recuerdo de muchas personas. Este texto escrito por Cajo Brendel y Henri Simon mantiene una clara orientación de clase con un intento de ofrecer una visión revolucionaria sobre la historia social y política del Estado español, básicamente centrada en el periodo del franquismo pero sobre todo haciendo hincapié en esa oscura pero muy cercana zona histórica llamada Transición que tanta falsedad e infamia ha originado desde personajes de todo pelaje y condición.

El protagonista de este libro es el movimiento obrero de distintas partes del Estado que se reconocía como clase en conflictos laborales concretos que permanecen en la memoria histórica más o menos mitificados con la importancia teórica que siempre se le ha otorgado al proletariado como clase transformadora de la sociedad, unos obreros que se encuentran influenciados por distintas etapas que se van sucediendo dentro de la relación entre capital y trabajo. En este sentido, me parece que nos encontramos con un texto curioso en el que podemos leer razonamientos y análisis llenos de lucidez e interés aunque en otras partes del libro también aparecen argumentos más discutibles y que se nota que no son realizados por personas que sean protagonistas directas de un determinado conflicto obrero o social sino que son opiniones realizadas desde fuera y con otras perspectivas a la hora de valorar las repercusiones que esos momentos de lucha pudieron tener en la población.

La estructura del libro se basa en hacer una cronología histórica para lograr sacar conclusiones que ayuden a entender mejor los procesos sociales y políticos que se dan el Estado español. Se parte de un análisis sobre la evolución económica desde principios de siglo hasta la guerra, pasando por un breve acercamiento a las características del desarrollo capitalista que llega tarde con la consiguiente transformación de las clases dominantes y la aparición de estructuras modernas de dominación. Por otra parte, el franquismo se analiza recordando sus comienzos, la primera oleada de huelgas, la posterior industrialización, el nuevo movimiento obrero que va llegando a las ciudades y los momentos de mayor conflictividad y ruptura proletaria con una dictadura que está finalizando. Otros capítulos de este proceso se centran en lo ocurrido a lo largo de la transacción democrática, es decir, sindicatos y partidos que se apropian del legado de la clase trabajadora, falsificación de la historia, acuerdos de palacio, Pactos de la Moncloa, reconversiones, pérdida de valores colectivos y solidarios, desvertebración de los movimientos populares y de base y en definitiva, la constatación de otra derrota dolorosa en la historia.

Uno de los objetivos de los autores es intentar discernir que hay detrás de las derrotas que sufre el movimiento obrero tanto en la época de la guerra civil como en el postfranquismo. Por ejemplo, al referirse al periodo 36-39 los autores argumentan que resultaba muy difícil realizar una revolución obrera en un país que aún no había pasado por una revolución burguesa y ello se demostraba en el atraso de las condiciones de desarrollo del Estado español. Lo cierto es que en esta parte nos podemos encontrar con valoraciones más que discutibles pero que otorgan fuerza discursiva al texto ya que son argumentos que no han solido aparecer en muchos textos de este tipo. El postfranquismo, entre otras cosas, es testigo de la aparición de un movimiento autónomo que presenta rasgos identitarios propios y ajenos a la presencia en sus filas de unos partidos y sindicatos que ya preparaban antes de que muriera el dictador su propia sucesión a los puestos de poder que ofrecía una democracia en ciernes. Se nos dice, entre otras cosas, que el final del franquismo se acelera porque el capital necesitaba una modernización a la que las estructuras económicas y políticas existentes no podían responder y en ese punto es donde entra el objetivo de derrotar una vez más a unos sectores obreros que apuestan por otra forma de cambiar la sociedad desde la autoorganización. Así, se nota en varios pasajes del texto que los autores no acaban de ver en ese nuevo proletariado un sujeto capaz de aglutinar la fuerza necesaria para que sea posible un asalto revolucionario sino que se trata más bien de un momento histórico en el que el capital tiene preparado un nuevo orden en el que no caben ese tipo de ilusiones políticas y de clase.

Ya hemos comentado en otras reseñas referidas a libros que se sitúan en estas épocas «históricas» que se ha pasado en ocasiones demasiado rápido de la total falta de referencias a una sobreinformación exagerada sobre determinados momentos de la historia revolucionaria y que eso también ha dado lugar a ciertas mistificaciones sobre personas, hechos y organizaciones protagonistas de esos instantes de lucha. Este libro, al menos, valora con mayor nivel crítico ciertos elementos de esa historia de la lucha de clases aunque también intenta abarcar una reflexión demasiado amplia sobre un siglo de transformaciones continuas y dispares. Por tanto, seguiremos intentando sacar más punta a la historia con un ánimo honesto y emancipador de aprender de nuestro pasado y encontrar un poco de claridad en estos tiempos tan duros e inquietantes.

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