SOLIDARIDAD

Una rebelión que tiene lugar a finales del siglo en una época de pasividad, de confusión y del fin de las ideologías de capitulaciones en las luchas y de cambio de las conciencias crea inmediatamente una serie de diversas actitudes frente a ella.

• Desafortunados presentadores de ideologías encuentran un pretexto para volver a dar vida a sus teorías.

• Personas que se asfixian en las metrópolis del capitalismo sueñan con un paraíso junto a los indígenas sublevados en la selva Lacandona.

• Periodistas geniales descubren temas candentes para sus reportajes.

• Izquierdistas profesionales de la política transforman una lucha mas en argumentos de verborrea política y manipulación.

• Gente gris, angustiada en las Bolsas de valores, en esos antros actuales de ladrones, en espera del terremoto que pueda provocar cada sobresalto de la rebelión.

• Militares, comerciantes y políticos conferencian sobre la represión de esta nueva explosión de la dignidad humana.

• Los rostros encapuchados de los/las insurgentes y la llama de la lucha pasan durante algunos segundos por las pantallas de millones de espectadores; un fantasma en la noche del espectáculo.

• Miles de personas en todo el mundo sienten sus corazones latir más rápido, no sólo porque les sopló el viento de la rebeldía, sino también por la agonía que engendra la necesidad de una solidaridad sincera con una lucha tal.

I

La solidaridad no es una noción teórica, no es caridad; no se pronuncia con condiciones ni tampoco pide equivalentes.

La solidaridad es una parte indispensable de la ética y de la lucha de los que se resisten a la barbaridad, de los que luchan por una vida digna y en libertad para todos.

II

La rebelión zapatista reúne muchas características que no se pueden describir con los términos políticos conocidos. Una actitud fácil (y a la vez trágica en cuanto a sus resultados) frente a un fenómeno tal, es ignorar cuantas características no son comprensibles, de modo que la rebelión se adapte al análisis de alguna ideología ya conocida y que se pueda clasificar en alguna caja.

Esto sucedió con la Revolución Mexicana de 1910. Los marxistas la ignoraron, ya que los insurgentes eran «estratos rurales atrasados, reaccionarios y apegados al minifundio». La mayoría de los anarquistas la ignoraron igualmente. No pudiendo comprender la táctica de los hermanos Flores Magón y de los miembros del PLM, se limitaron a criticar la existencia del PLM que, en su opinión, demostraba que no existían procedimientos revolucionarios «reales» en México. Así, una revolución profunda quedó substancialmente desamparada. Cuando la firmeza de l@s indígenas y de l@s campesinos, que llevaban manteniendo viva la llama de la lucha ya durante años, logró cambiar la opinión de las organizaciones revolucionarias europeas, ya era tarde. Estalló la Primera Guerra Mundial…

Salvo el caso en el que la ideología determina la solidaridad o la indiferencia, existe también el caso en el que la solidaridad se engendra por un simple sentimentalismo. Así, durante las decadas pasadas, cientos de miles de europeos, atraídos por la idea abstracta de la revolución, apoyaron y sostuvieron movimientos del Tercer Mundo con una estructura y metas autoritarias que acabaron en crueles dictaduras.
Dejando a parte, pues, las ideologías y los sentimentalismos, la solidaridad tiene que ser el resultado de unos criterios.
Pero, ¿cuáles son los criterios que eviten la creación de nuevas ideologías y puedan tener un valor universal sin allanar, sin desconocer o suprimir las particularidades de cada zona? De cualquier manera, estos criterios deben tener un valor mundial, puesto que finalmente la solidaridad más esencial con una rebelión, con cada rebelión, son las luchas que se desarrollan en una dirección común; luchas expandidas en todo el planeta por hombres y mujeres organizados allí donde viven, alli donde trabajan.

III

Estamos hablando de un procedimiento común en todo el planeta; que pasando por distintos caminos, a veces a paso más lento y otras más rápido, tenga los mismos fines y se encare con el mismo enemigo.

El enemigo de siempre de este procedimiento eran y son las relaciones de soberanía y dominación. Los grupos de poder que nacen de las relaciones de dominación (en el exterior o el interior de los movimientos; pero siempre en su contra) componen, sin cesar, planes para reproducir su dominación.
Así el enemigo de siempre, según los lugares y según las épocas, aparece con caras distintas de acuerdo con sus planes; planes que tenemos que comprender.

La meta común de este procedimiento mundial es la satisfacción de las necesidades humanas, una vida digna y en libertad. Durante décadas nos
vejaron las varias vanguardias que poseían el derecho científico a decidir cuáles eran las verdaderas necesidades humanas, qué sectores de la población componían el «sujeto» revolucionario que llevaría a cabo el único programa revolucionario, el cual fue establecido por los infalibles Estados Mayores de los encarnadores de la conciencia revolucionaria. En nuestra opinión el único criterio para satisfacer las necesidades humanas es que durante el proceso de su satisfacción no se utilice a otras personas como medio; es decir que no se desarrollen relaciones de dominación y apropiacion de medios de producción. Y siempre en solidaridad y fraternidad con los demás.

Estamos hablando de un espacio mundial de interacción libre de distintos sistemas de necesidades que formarán instituciones y relaciones liberadoras en la dirección de las opciones de cada colectividad por separado, y, como una relación dialéctica, de todos en conjunto. Una plétora de luchas autónomas unidas en una plataforma básica común, una guerra multiforme contra cada tipo de explotación. En estos términos creemos que es posible un movimiento mundial por la liberación social, por la autogestión de las necesidades de la sociedad.

IV

¿Constituye la rebelión zapatista parte de este procedimiento? Sin duda, la lógica anti-vanguardista del EZLN, la negación de tomar el poder, los procedimientos de democracia directa en las comunidades indígenas, la lucha por la posesión común de la tierra, todas estas cosas no solo incorporan la rebelión zapatista a este movimiento mundial sino también, desde muchos puntos de vista, la determinan como el frente mas avanzado contra la barbaridad.

Por otra parte, muchos de los movimientos y de los fines del EZLN no se han aclarado y esto es comprensible, en cierto modo, en el marco de las maniobras de una organización clandestina y armada.

Pero surgen dos problemáticas que necesitan examinarse.
Primero: ¿Qué papel va a jugar el EZLN en relación con el movimiento amplio de resistencia? ¿Se autodisolverá dentro del nuevo amplio movimiento? ¿Dejará sus armas al servicio de las decisiones del FZLN? ¿O, teniendo la hegemonía política se dirigirá hacia maniobras políticas y militares más allá y fuera del FZLN, desarrollándose hacia una socialdemocracia, o, peor aún, hacia el control totalitario de la sociedad? (No olvidamos que con «tierra, pan y paz» y «todo el poder a los soviet» los bolcheviques formaron su dictadura).

¿Definirá el EZLN sus ideas sobre la organización de una sociedad nueva sobre una nueva organizacion de la sociedad?
El segundo punto se refiere a la noción de nación que tan frecuentemente encontramos en los textos del EZLN. Es un hecho el que la nación como concepto responde a la necesidad de una identidad común, de unión con la Historia, del descubrimiento de una lengua común. Pero, por la experiencia en Europa, sabemos que este concepto se ha impulsado y se ha utilizado para unir a los explotados con sus explotadores «ya que todos pertenecen a una misma nación», y para desunirlos del resto de los explotados, conduciendo a los primeros al matadero de la guerra cada vez que los poderosos lo consideraban útil para sus intereses.

«La patria fue inventada por la clase parasitaria (…) para tener divididos a los trabajadores en nacionalidades y evitar, o al menos entorpecer por ese medio, su unión en una sola organización mundial que diera por tierra el viejo sistema que nos oprime.»
Ricardo Flores Magón, abril de 1914

La guerra en la ex-Yugoslavia esta demasiado cerca de nosotros para olvidar nuestra repugnancia por la palabra nación. Nosotros elegimos contestar a la necesidad de adquirir una identidad colectiva teniendo conciencia de nuestro origen a partir de la historia de las luchas por la liberación mundial; nuestra «lengua» común son las ideas liberadoras y nuestra sintaxis la sintaxis de los ideales de la libertad.

Grupo de Solidaridad con la Rebelión Zapatista
(Salónica – Grecia)

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