China gana la medalla de mediación
Jueves 4 de mayo de 2023 por CEPRID
Rahul Karan Reddy
East Asia Forum
Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés
Los acontecimientos recientes en el Medio Oriente han convertido a China en un intermediario confiable y un defensor del diálogo multilateral, lo que indica un cambio en la típica renuencia de Beijing a participar de manera significativa en las negociaciones de conflictos.
La decisión de Arabia Saudita e Irán de restablecer las relaciones diplomáticas ha elevado el perfil diplomático y la influencia política de Beijing. El acuerdo entre las potencias hostiles de Medio Oriente, facilitado por China y otros estados regionales, fue seguido por la decisión de Arabia Saudita de convertirse en miembro del diálogo de la Organización de Cooperación de Shanghái, fomentando la percepción de China como un pacificador. El acuerdo inicial fue seguido por una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita e Irán en Beijing el 6 de abril de 2023, donde los países acordaron restablecer los vuelos directos y deliberaron sobre la reanudación de las visitas del gobierno y del sector privado.
Aunque es posible que la distensión no resulte en relaciones normalizadas, la victoria diplomática de China indica su creciente disposición y capacidad para participar en la resolución de conflictos y dar forma a los resultados de las negociaciones a su favor. El enfoque de gestión de conflictos de Beijing sigue estando impulsado en gran medida por sus intereses económicos y el deseo de proyectar una imagen favorable. Se caracteriza por la participación sin implicación profunda. Pero China está sentando las bases para una participación más profunda y un enfoque basado en valores y normas para la gestión de conflictos.
El papel de China como mediador se ha vuelto prominente durante la última década. Beijing está más dispuesto y es más capaz de influir en el resultado de las negociaciones. Desde el anuncio de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) en 2013, la participación de Beijing en los conflictos se ha expandido más allá de su enfoque tradicional de participación limitada. Antes de 2013, China rara vez participaba en iniciativas de mediación internacional y prefería ser un observador neutral y mantener la flexibilidad.
La reciente participación diplomática de Pekín en Oriente Medio, Afganistán, Myanmar y Etiopía revela su intención de desempeñar un papel más político y diplomático en las zonas de conflicto. Aún así, el enfoque de casi mediación de China, en el que defiende principalmente sus intereses comerciales y políticos, está impulsado por intereses económicos y su imagen internacional. Los intereses de China en Medio Oriente, África y Asia en la forma del BRI y otros flujos comerciales y energéticos alientan a Beijing a participar más activamente en la configuración del resultado de las principales negociaciones diplomáticas.
Considere la participación de China en el acercamiento entre Arabia Saudita e Irán, donde sus importaciones de energía son significativas. En 2021, Arabia Saudita suministró a China el 18 por ciento de sus necesidades de petróleo crudo. Beijing es el mayor comprador de petróleo de Arabia Saudita. La dependencia mutua en las relaciones entre Arabia Saudita y China alentó a China a participar como un mediador influyente. De manera similar, China es el socio económico más importante de Irán, lo que obliga a Teherán a participar de manera significativa en negociaciones diplomáticas con Arabia Saudita. La enorme influencia económica de China en ambos países le permite regular su comportamiento político a través de una cuasi-mediación.
La falta de bagaje histórico de China en Medio Oriente también le ha dado la imagen de ser un mediador neutral. Las empresas BRI de Beijing, la dependencia energética y las relaciones comerciales también aseguran que siga invirtiendo a largo plazo. Asegurar un Medio Oriente estable es de interés para China al igual que mantener una relación estable con Beijing es de interés para Riad y Teherán.
Las consideraciones basadas en la imagen también determinan la participación de China en los conflictos, como lo demuestran sus propuestas de paz en Ucrania. El plan de paz de China en Ucrania tiene menos que ver con poner fin a la guerra y más con cultivar su imagen de pacificador. El plan presentaba a China como un mediador neutral, una posición que resuena fuertemente en los países en desarrollo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, destacó el papel potencial de pacificador de China en el conflicto e instó al presidente Xi Jinping a "volver a traer a todos a la mesa de negociaciones". Esto subraya la creciente percepción de que la participación de Beijing en la mediación de conflictos es necesaria para producir resoluciones significativas.
Si bien no tuvieron éxito, los intentos de China de mediar en el Medio Oriente entre los gobiernos de Afganistán y los talibanes y en el sur de Asia entre Bangladesh y Myanmar reafirman su postura como mediador y contrastan con los esfuerzos de mediación de conflictos liderados por Estados Unidos. Beijing también ha ampliado su compromiso diplomático en África, sobre todo en Etiopía, un centro central en el BRI. Beijing se ha ofrecido a mediar en disputas en un momento en que la relación de Estados Unidos con las partes en disputa en la región continúa deteriorándose.
La mediación de China continúa siguiendo una política de compromiso con una participación limitada, eligiendo participar en el diálogo sin aprovechar su posición para producir resultados significativos. Aunque esto encaja con el deseo de Beijing de proyectar una imagen benigna, la política de mediación de la última década sugiere una transformación gradual de la postura de China hacia una participación política más activa en los conflictos.
La capacidad de Beijing para mediar en conflictos se debe en gran medida a su falta de bagaje histórico, su decisión de permanecer neutral y su capacidad para ofrecer incentivos económicos a los estados en disputa. China desea aprovechar su percepción de neutralidad para involucrarse más políticamente en futuros conflictos.
Si bien la participación de China en los conflictos todavía está impulsada por los intereses, China está lista para desarrollar un enfoque basado en valores y normas para la resolución de disputas. La Iniciativa de Seguridad Global es el intento más visible de crear una arquitectura de seguridad alternativa que establezca normas para la resolución de conflictos en el mundo en desarrollo. China ya ha declarado que el acercamiento entre Irán y Arabia Saudita es un ejemplo de la ISG en la práctica.
La intención de China de desempeñar un papel más activo e involucrado en la mediación de conflictos debería obligar a Estados Unidos y otras potencias regionales a desempeñar un papel más constructivo en las zonas de conflicto. Permitir que China dé forma al resultado de los conflictos le permite a Beijing expandir sus intereses e influencia a expensas de otros estados como Estados Unidos, India y Japón.
Rahul Karan Reddy es investigador asociado sénior en la Organización para la Investigación sobre China y Asia en Nueva Delhi, India .
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