EL PODER DE LA ECOLOGÍA FRENTE A LA ECOLOGÍA DEL PODER

El desarrollo de los últimos 200 años de historia es el desarrollo del sistema capitalista, por lo que el estudio de las conductas y preocupaciones humanas corre paralelo a este. El proceso de mundialización del sistema económico neoliberal y su sociedad de consumo, han traído un nuevo orden mundial y unos nuevos problemas mundiales.

El problema de la destrucción de la naturaleza se ha acelerado con el proceso de expansión de los mercados, la llamada «aldea global», sobre todo en los últimos 50 años. A raíz de esto y vista la falta de iniciativas que presentaban los partidos políticos, surgieron los partidos verdes y el movimiento ecologista representando unas inquietudes y unos intereses.
El vivir en una sociedad basada en relaciones de dominio y explotación (ser humano- naturaleza y ser humano-ser humano) nos fuerza a crear un movimiento ecologista para proteger a la naturaleza del desarrollo de la sociedad, paradójicamente la sociedad debe detenerse a sí misma para poder seguir siendo sociedad. Se trata de frenar el desarrollo de un sistema que trata de autodestruirse. «El ecologismo es a la segunda revolución industrial, lo que el luddismo[[Movimiento surgido tras la primera revolución industrial, consistía en la destrucción y sabotaje de la nueva maquinaria a la que acusaban de su situación de explotación.]] a la primera. Un intento de detener el progreso, un ataque frontal a la tecnología» [[Jesús Ibañez «Por una sociología de la vida cotidiana».]].

El neoliberalismo ha perdido el timón y ahora viajamos en un barco sin dirección, vamos rápido (la economía marcha bien) pero no sabemos hacia dónde. El sistema es el creador de la pobreza y de las amenazas de destrucción del planeta (centrales nucleares, comida transgénica, construcción de grandes infraestructuras, destrucción de la capa de ozono, cambio climático, destrucción de formas de vida autóctonas, extinción de especies vegetales y animales, clonaciones…) es a él a quien debemos cambiar.
Sólo existen dos salidas avanzar o retroceder. El ecologismo es una revolución tópica (trata de revivir estados que ya han existido), pero si de veras queremos progresar hay que optar por las revoluciones utópicas (tratan de descubrir nuevos estados). Debemos de buscar nuevas alternativas, no anclarnos, pero mientras decidimos hacia donde ir no viene mal ir frenando el barco, no vaya a ser que vayamos en dirección equivocada.
La Piedra

(Nuevo Baztán – Madrid)

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