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Gran Bretaña debe saber que las Malvinas son argentinas

Martes 2 de marzo de 2010 por CEPRID

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA, PAZ CONTRA LA GUERRA    

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Nuevas realidades que molestan a los imperialistas y neocolonizadores se instalaron en América Latina. En estos tiempos, pueblos y gobiernos luchan por establecer la unidad soñada por los Libertadores y construyen espacios políticos sin  el tutelaje yanqui como la UNASUR y el ALBA, y luego de la Cumbre Presidencial realizada en Cancún (México)  sin  Estados ni Canadá, un  nuevo organismo multilateral se perfila hacia un  futuro libre, soberano e independiente. En estas  nuevas realidades, Inglaterra debe salir o  ser expulsada de América Latina, ya que no tiene ningún derecho para mantener desde 1833, ilegítimamente, las Islas Malvinas en su poder porque son argentinas y, por tanto, latinoamericanas.      Un sonoro grito de rechazo enérgico a Inglaterra y su pretensión de explorar  petróleo dentro del mar territorial argentino de 200 millas, se extiende por toda la geografía latinoamericana. Nadie quiere una guerra como la de 1982 que en 74 días  concluyó con la rendición de las tropas comandadas por la entonces dictadura militar argentina, con un saldo trágico de 649 muertos argentinos frente a 255 británicos. Los pueblos y gobiernos anhelan vivir en paz, con dignidad y soberanía, pero si los guerreristas colonialistas e imperialistas,  prevalidos de su potencial  bélico, amenazan a nuestras patrias deben recordar las advertencias del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que reiteró su apoyo a Argentina en la reivindicación de las Islas al decir: "A ti te hablo, reina de Inglaterra: deja quieta a las Malvinas; es una pretensión histórica querer dominar las islas Malvinas, deja quieta a la República Argentina".

Recordando la guerra, el jefe del Estado de Venezuela añadió que "las cosas han cambiado, señora reina, y ya no es 1982. En caso de agresión contra Argentina, esa hermana república no estará sola", advirtió y sostuvo que "Inglaterra no puede hablar de democracia mientras siga teniendo reyes". El conflicto por las Malvinas fue abordado por los gobernantes latinoamericanos y del Caribe que se reunieron del 21 al 23 de febrero en Cancún (México) en la cumbre del Grupo de Río. Argentina obtuvo, unánimemente, el apoyo regional a su reclamación de soberanía sobre las islas Malvinas

Brasil y Venezuela fueron los protagonistas en  la resolución  de apoyo al reclamo argentino por las islas Malvinas.  Los 25 presidentes que asistieron a la Cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe suscribieron  la memorable resolución en la que expresaron su respaldo "a los legítimos derechos" de Argentina en medio de renovadas tensiones entre Buenos Aires y Londres por el inicio de la exploración de hidrocarburos en aguas aledañas a las islas en disputa. El presidente de Brasil, Luiz Inácio "Lula" Da Silva, criticó la posición de la ONU sobre el tema, al comenzar a preguntar: "¿Cuál es la explicación política de las Naciones Unidas para que no hayan tomado una decisión? ¿Será el hecho de que Inglaterra participe como miembro permanente del Consejo de Seguridad la razón por la que ellos lo puedan todo y los otros no puedan nada?"  Lula sugirió que el conflicto debe ser conocido y debatido por  entre todos los países miembros de la ONU y la OEA.

Por su parte el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, manifestó que apoya "incondicionalmente" la causa argentina y al sumarse a la crítica de Lula dijo: "Esperemos que Inglaterra reflexione y cumpla las resoluciones de la ONU, que retire la plataforma y se siente a negociar el regreso de las Malvinas a Argentina".

La declaración del Grupo de Río sobre "la Cuestión de las Islas Malvinas", aprobada por unanimidad en la Cumbre, enfatiza, sobre todo, el interés de Latinoamérica para que Argentina y el Reino Unido encuentren una solución, con base en lo establecido por la ONU y la Organización de Estados Americanos (OEA). La declaración  sostiene: "Que se reanuden las negociaciones a fin de encontrar a la mayor brevedad una solución justa, pacífica y definitiva de la disputa de soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes".

Los mandatarios latinoamericanos y del Caribe reunidos  en la Cumbre  aprobaron, también un comunicado especial sobre la "exploración hidrocarburífera en la plataforma continental".  El documento recuerda la resolución 31/49 de la ONU que pide a Argentina y el Reino Unido abstenerse de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación mientras las islas estén atravesando por el proceso recomendado por la Asamblea de Naciones Unidas.

El presidente de Nicaragua Daniel Ortega afirmó que  “no es posible que Inglaterra mantenga una ocupación militar en territorio argentino, en territorio latinoamericano, en las Malvinas”, y  exigió que el Reino Unido devuelva esas islas a su legítima dueña: La República Argentina. Pese  a la firme posición  de América Latina, con la característica prepotencia del imperialista colonizador, el primer ministro británico Gordon Brown reclamó su “derecho  a buscar petróleo en las Malvinas”.  Sin duda, Inglaterra se prepara para imponer su voluntad por la fuerza de las armas, por lo que resulta inocua la negativa del Ministerio de Defensa, en el sentido de que fuera a reforzar la presencia militar como señalaba un tabloide inglés, después de que Argentina, reafirmara su soberanía sobre el archipiélago ante el inminente inicio de una exploración petrolífera y gasífera británica, innegablemente  ilegítima". Las verdaderas intenciones de Gran Bretaña se advierten  en las declaraciones de Brown quien enfatizó que  "Esto es perforación petrolera que es exploración para el futuro. Está perfectamente dentro de nuestro derecho hacer esto". Interrogado acerca de la información publicada por The Sun sobre el envío a las islas de un destacamento naval formado por tres barcos de guerra, Brown respondió: "No voy a hacer declaraciones sobre lo que puede o no puede pasar".

El embajador de Argentina ante la ONU, Jorge Argüello, señaló que en Gran Bretaña hay sectores que agitan "el fantasma bélico". "No es la primera vez que desde el Reino Unido, sea desde el oficialismo o sea desde la oposición, se agita el fantasma bélico".

El potencial de hidrocarburos en la cuenca de las Malvinas, se convirtió en uno de los puntos de mayor fricción en la larga disputa por la soberanía, que Argentina canaliza actualmente por vía diplomática a la que Inglaterra es reacia y más aun, no ha cumplido con  la resolución de la ONU.

La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, firmó un decreto que obligará a pedir autorización previa a los barcos que transiten entre los puertos de su país y las Malvinas, o atraviesen sus aguas jurisdiccionales (hasta 200 millas náuticas de sus costas) en dirección a las islas, decreto encaminado a impedir la continuación de la exploración petrolera iniciada unilateralmente por Inglaterra.

Los guerreristas prepotentes  se expresaron por intermedio de William Hague, portavoz conservador para temas de Relaciones Exteriores y probable futuro ministro, quien exigió al gobierno inglés incremente su presencia militar en la zona de las Malvinas, argumentando que no debe haber la "menor duda" sobre la soberanía británica de las islas ocupadas desde 1833. Justamente ese es el sueño de los colonizadores obsoletos.

El peligro del desate de un  conflicto bélico está latente al persistir el proyecto petrolero que la misma prensa británica informaba sobre la llegada de la plataforma petrolera "Ocean Guardian", contratada por la compañía británica Desire Petroleum, que debería empezar a perforar casi de inmediato a 100 millas (160 km) al norte del archipiélago. El gobierno argentino que preside Cristina Kirchner  ha prometido tomar las "medidas adecuadas" para frenar las prospecciones en las islas, que según Desire podrían llegar a contener hasta 3.500 millones de barriles de petróleo recuperable. Argentina con el respaldo latinoamericano acudirá ante todas  las instancias diplomáticas  para hacer prevalecer sus derechos sobre las Islas Malvinas. América Latina espera que en esta vez, la Organización de Naciones Unidas, por intermedio del Secretario General Ban Ki-moon condene las intencionalidades bélicas de Inglaterra y es de desear que el Comité para Descolonización de la ONU, emita una resolución que exija a Gran Bretaña devolver las Malvinas a la República Argentina.

Entre tanto, las voces latinoamericanas claman para que la unidad se concrete para detener los planes expansionistas del imperio estadounidense y del debilitado, pero peligroso imperio inglés. La analista ecuatoriana Inés Garzón expresaba: “Seamos futuristas y tomemos nuestras propias iniciativas, no más a la defensiva.  Los gobernantes anteriores traidores y vende patrias lejos de defender nuestros derechos humanos, políticos, económicos, sociales, territoriales, recursos naturales, etc., a cambio de migajas y privilegios personales, regalaron nuestros países y nuestras vidas primero a los colonizadores europeos y luego al imperialismo yanqui.  Ahora que nuestros gobernantes están luchando a muerte en contra de esa política invasora y expansionista, nuestra responsabilidad, desde la sociedad civil, es apoyar esta iniciativa antiimperialista y soberana a favor de América Latina y el Caribe”.

La lucha contra el moribundo capitalismo imperial

La lucha contra el imperio estadounidense y contra de lo que queda del imperio inglés será larga y exigirá muchos sacrificios porque el capitalismo imperial ya herido mortalmente, dará zarpazos como un tigre moribundo. Esa es la razón para la instalación de las 7 bases militares en Colombia, el golpe de Estado en Honduras, el envío a Haití de marines y militares gringos en lugar de Defensa Civil, Cruz Roja, médicos, y, todo el apoyo que  brindaron para que ganen las elecciones presidenciales los gobiernos de extrema derecha en Panamá y Chile y para  que, justamente, en este tiempo, Inglaterra reviva el conflicto que mantiene con Argentina. Los aliados de ayer y hoy, Estados Unidos e Inglaterra se dan la mano para penetrar colonialmente en nuestra  América Latina. Y luego podría venir la OTAN en ayuda de sus amos imperiales.

Las condiciones políticas son favorables a la unidad de América Latina y el Caribe, quizá por esta razón la analista Inés Garzón sostiene que no se debe perder esta oportunidad y coyuntura política regional que no la tendremos probablemente en decenas de años y si la perdemos y el imperio y las oligarquías locales recuperan el espacio que están perdiendo y vuelven a dominarnos, a mas de retroceder, seguir en la ignorancia -que es lo que les conviene-, subdesarrollados, desnutridos, obedientes y sometidos en su “backyard”, nuestros hijos e hijas y la historia nos juzgará como responsables y culpables por miopes, incapaces y traidores.  Tenemos el ejemplo vivo, dice, del Comandante Fidel Castro y el pueblo cubano que, con 50 años del infame bloqueo económico, siguen luchando incansablemente con dignidad, rebeldía y alegría hasta lograr esta anhelada y vital unidad, esta potencia política y económica, este mega bloque latinoamericano y caribeño para que defienda nuestras vidas, nuestros intereses, nuestras riquezas y así, haciéndonos respetar y sin que nos vuelvan a dominar y explotar, desarrollemos, comerciemos y compartamos con justicia, equidad y hermandad con todos los países del planeta”.

Es indispensable para el desarrollo y la paz de América Latina, expulsar a Inglaterra de las Islas Malvinas y luchar por todos los medios, preferentemente pacíficos, para expulsar a los gringos del todo el territorio latinoamericano y de los pueblos hermanos del Caribe. En consecuencia, es indispensable la organización y la unidad de nuestros pueblos, y los pasos iniciales ya se han dado desde el momento en que el presidente del Ecuador,  Rafael Correa, propusiera la creación de una Organización de  Estados Americanos sin Estados  Unidos y sin  Canadá. En esa dirección, el presidente de Bolivia, Evo Morales,  sostuvo que  "se gesta un nuevo movimiento político de jefes de Estado, por tanto nuevas propuestas de presidentes de gobiernos de Latinoamérica como una nueva OEA, sin el norte, sin Estados Unidos ni Canadá",  Se trata dijo Morales de "una excelente propuesta que queremos consolidar, éste sería un instrumento de gran liberación de Latinoamérica, del imperialismo norteamericano" y por consiguiente capaz de enfrentarse con éxito al vetusto y rapaz imperio inglés.

Desde México, Emilio Godoy de IPS informaba que en la denominada Cumbre de la Unidad de América Latina y del Caribe, los delegados de 32 naciones resolvieron dar vida a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. La nueva organización "deberá prioritariamente impulsar la integración regional con miras a la promoción de nuestro desarrollo sostenible, impulsar la agenda regional en foros globales y tener un mejor posicionamiento ante acontecimientos relevantes mundiales", según  expresiones del  presidente mexicano Felipe Calderón. En el próximo encuentro, en julio de 2011 en Caracas, los representantes de los gobiernos deberán definir los lineamientos del nuevo bloque al que se integrarán el Grupo de Río, un ámbito latinoamericano de concertación política, y la Cumbre de América Latina y el Caribe. En el año  2012, en la Cumbre que se desarrollará en Santiago de Chile, los mandatarios latinoamericanos y del Caribe evaluarán los procesos del nuevo organismo regional que abordará todos los temas sin  el tutelaje imperial.

En la Cumbre de Río celebrada en Cancum, los mandatarios condenaron el bloqueo económico estadounidense contra Cuba, respaldaron a Argentina y ratificaron su apoyo a la reconstrucción del caribeño Haití, devastado por el terremoto del 12 de enero.

"Están dadas las condiciones para avanzar hacia la constitución de una organización regional puramente latinoamericana y caribeña y que represente a las 33 naciones independientes de la América Latina y el Caribe", manifestó el presidente cubano Raúl  Castro y con  estas palabras resumía el pensamiento generalizado de los gobernantes de de nuestra América Latina y del Caribe.

Godoy expresaba que el caso de Honduras, ausente en Cancún a raíz del golpe de Estado que se perpetró el 28 de junio contra el entonces presidente constitucional Manuel Zelaya, no concitó mucha atención en las sesiones, aunque se duda que pueda ser aceptado en la nueva Comunidad. La declaración de 88 párrafos no menciona a la nación centroamericana, suspendida en casi todos los foros regionales e internacionales.

"No podemos aceptar ni en broma que esta experiencia de juntas militares de Honduras prevalezca en otros países de América Latina y del Caribe, porque dentro de poco resuelven entender que cualquiera de nosotros está de más y por lo tanto nos apartan para que ellos pongan el orden", dijo el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, en clara alusión al intervencionismo estadounidense.

El Grupo de Río, hasta ahora el foro político más influyente en América Latina, surgió en 1986 como un esquema de diálogo y consulta para promover la democracia y la solución pacífica de diferencias. En 2008 acogió a sus miembros más recientes, Cuba, Haití y Guyana, para sumar 22 países adherentes. El mecanismo ha realizado 20 encuentros presidenciales y 30 sesiones de cancilleres. En marzo de 2008 decidió que los jefes de Estado se reunieran cada dos años y no anualmente.

En Cancún aparecieron propuestas de varios nombres y estructuras. La propuesta mexicana fue la instauración de la Unión de Estados de América Latina, la brasileña giró en torno a la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la venezolana apostó por la Organización de Estados Latinoamericanos y Caribeños.

Interrogación sobre la OEA

La aparición de la Comunidad coloca un signo de interrogación sobre la OEA, de la que no participa Cuba, pese a que el año pasado se removieron las resoluciones que suspendían su membrecía plena.

La definición en marzo de quién ejercerá la secretaría general de la OEA podría definir su futuro. Según Godoy,  el analista estadounidense  Alexander Main habría afirmado que "Es viable el nuevo organismo, es un espacio político, cultural y económico que tiene mucho más que ver entre ellos mismos que con Estados Unidos y Canadá. Pueden mucho más fácilmente compartir una serie de puntos en la agenda".  Alexander Main, es analista del no gubernamental Center for Economic and Policy Research, de Estados Unidos y habría añadido que "Estados Unidos está desconectado de la realidad latinoamericana. Este acuerdo puede ser una respuesta a la lejanía de Estados Unidos hacia América Latina" pero no se descartó que Washington consiga influir en la nueva Comunidad a través de sus aliados, como Colombia, Perú o Chile.

La cumbre "renueva nuestra convicción de que los pueblos latinoamericanos y caribeños debemos contar con un nuevo y reforzado mecanismo que, además de trazar el rumbo de la integración regional, permita dirimir las diferencias de manera razonable", remarcó el presidente mexicano Calderón, quien entregó la secretaría temporal del Grupo de Río a Chile, en la figura de su presidenta Michelle Bachelet. Por otro lado, el periodista ecuatoriano  Alberto Maldonado recordaba  que de 190 Estados con derecho a voto, 187 votaron en el 2009 porque Estados Unidos de Norteamérica cese el bloqueo genocida contra Cuba; un bloqueo además que ya se impone por medio siglo y que es el más prolongado, cruel e injusto de un país poderoso contra un país pequeño pero digno y soberano.   La razón: que el pequeño país hizo una revolución-–revolución, confiscó los bienes y las empresas privadas, especialmente de los capitalistas extranjeros; e impuso un régimen socialista, a solo 90 millas de distancia del gran imperio. Y ese país socialista no solo que sobrevivió al derrumbe de su gran aliado (la URSS) sino que ha logrado records universales en salud, educación, pleno empleo. Semejante actitud, para los imperialistas y sus lacayos, no tiene “perdón ni de dios ni del diablo”   Decía que la humanidad (casi por unanimidad) resolvió conminar al gran imperio a que cese esta brutal e ilegítima agresión unilateral. Pero el imperio, impertérrito,  ha vuelto a reírse de esa resolución y sigue aplicando contra Cuba (es decir contra sus 13 millones de habitantes) el atroz bloqueo. Ni siquiera ha sido sensible a las mil y una críticas que han formulado políticos, intelectuales, ciudadanos y ciudadanas norteamericanas quienes han dicho mil y una vez que el bloqueo criminal no ha servido para nada como no sea para que confirme y se fortalezca el régimen socialista que se quiere liquidar.   Muchos pensaron que con la llegada de Obama a la presidencia de los EE.UU. se daría un giro pragmático a la política norteamericana contra la pequeña isla; pero, a más de aliviar las posibilidades de que los cubanos emigrados puedan regresar a su país cuando quieran y puedan enviar sus remesas a sus familiares; y la promesa de suprimir la nauseabunda prisión de Guantánamo, convertida en tierra de nadie por el Sr. Bush, pues el imperio sigue aplicando unilateralmente su política de agresión contra un país libre y soberano.   La señora Clinton –que presumía de gran demócrata- en su calidad de Secretaria de Estado del Sr. Obama, hace unos meses, cuando le preguntaron qué esperaba para conversar con Cuba de igual a igual, como Estados soberanos, respondió: “nosotros ya hemos dado señales de buena voluntad. Ahora le corresponde a Cuba hacer lo mismo” Es decir, el agresor cree que habiendo suprimido un par de arbitrariedades, el agredido debe agachar la cabeza y renunciar a su revolución solo para que el imperio pueda levantar la medida draconiana que viene aplicando, por si y ante si.   Estas reflexiones (que vienen dándose en el mundo entero, en todos los tonos y desde toda la policromía política universal) las he refrescado ahora que se ha celebrado la cumbre de la Unidad de América Latina y el Caribe...   La idea es que solo entre iguales (con algunas desigualdades) este organismo podría desempeñar mejor el papel que debió cumplir la OEA, aunque todos saben que este organismo, antes de llegar a ser INSULSO, ya estaba condenado a ser un simple instrumento de la gran potencia, a fin de que su patio trasero cumpla a cabalidad y sin chistar lo que ordenaba el norte hemisférico; es decir, nada para los paisitos bananeros y todo para el gran imperio, que para eso era y sigue siendo imperio.   Pero la historia no es un fenómeno repetitivo de situaciones y de sojuzgamientos. En los últimos 50 años, la propia revolución cubana no solo que no ha podido ser liquidada sino que ha inspirado y sigue inspirando movimientos libertarios. Salvador Allende tuvo que ser liquidado por los bárbaros pinochetetistas; pero tras él, renace la revolución sandinista, Evo Morales y su “indiada” acaban de consolidarse por un nuevo período en Bolivia; y Rafael Correa impone en el Ecuador su revolución ciudadana. Y, sobre todo, aparece Hugo Chávez y subleva a la en apariencia “tranquila” Venezuela. Su revolución bolivariana es otro suceso que va imponiéndose contra viento y marea, especialmente mediática. Y para “colmo” (como dirían los sipianos pelucones) aparece en San Salvador, un Funes, identificado con el Frente Farabundo Martí; y en Uruguay, triunfa abrumadoramente el extupamaro Mujica. Lugo no deja de ser un dolor de cabeza para madres solteras y pelucones.   Por supuesto, no hay que perder de vista que las pequeñas peluconerías sipianas, han logrado algunos repuntes que pudieran conspirar contra esta y otras reflexiones. Pinochet redivivo estará con su leal escudero Piñera y sus demócrata cristianos recuperados por entero “para el bien”. Desde Honduras soltarán al Lobo ese que estará dispuesto a servirse unas cuantas ovejas. El millonario Martinelli estará pensando en prohibir a los “insurrectos” su paso por el Canal. Y Uribe, desde luego Alvaro Uribe, junto al Calderón mexicano y al García peruano, estarán listos para recuperar “a plenitud” la “seguridad democrática” para nuestros pueblos. Ellos estarán pensando en convertir a toda América Latina en una gran plataforma para misiles, aviones supersónicos sin piloto, bombas “inteligentes” submarinos silenciosos y una larga lista de armas de última generación, sostenía Maldonado.   La reunión de la OEA, que “reivindicó” el derecho de Cuba a volver a ese escenario, es un claro ejemplo que cuando la verdad se impone y la dignidad sale por sus fueros, los obstáculos no son insalvables. Por ello, la Cumbre de Río exige a la gran potencia del norte a cesar para siempre y sin condiciones su criminal bloqueo y a Inglaterra conmina a solucionar pacíficamente el conflicto de las Malvinas.

Hoy se ha dado un paso histórico trascendental: Iniciar el proyecto de construcción  de la Unidad Latinoamericana y del Caribe y a partir de ahora corresponde a los pueblos impulsar a sus gobiernos a caminar unidos y apurar los procesos de integración efectiva para inaugurar nuevas realidades sin el imperialismo yanqui en nuestras patrias, sin Inglaterra en el territorio libre de América Latina.

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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