LA REBELIÓN CONTRA EL IMPERIO EXIGE SOBERANÍA, INDEPENDENCIA Y LIBERTAD
Martes 1ro de septiembre de 2009 por CEPRID
COMITÉ BICENTENARIO SEGUNDA INDEPENDENCIA
CEPRID
Los sueños con los que se construyen utopías a veces dejan de serlo y se convierten en hermosas realidades. Los ecuatorianos soñaron y sueñan con tener una patria libre y soberana y clamaron para expulsar de su tierra a la soldadesca yanqui que desde hace 10 años se apoderó del hermoso y estratégico puerto-ciudad de Manta y así comprendieron que la historia de los pueblos se escribe con mayúsculas, cuando los sueños se concretan para tener el gusto de vivirlos y comenzar a dibujar futuros más lumínicos con pleno ejercicio de la soberanía, independencia y plena vigencia de la libertad, si todos nos rebelamos contra el imperio y sus dictados que pretenden recolonizarnos, para mayor escarnio de nuestras patrias.
El próximo 18 de septiembre, el “Puesto Operativo de Avanzada” -FOL- (por sus siglas en Inglés) se cerrará definitivamente y el Ecuador se convertirá en un ejemplo de rescate de soberanía desde que, constitucionalmente, decidió que nunca más cederá ni un rincón de su suelo patrio para que se instalen bases militares extranjeras.
Al decidir no renovar el Convenio, el Ecuador prácticamente expulsó de su territorio a las tropas yanquis, pero ese hecho histórico causó profundo malestar en buena parte de la población colombiana y honda preocupación en la UNASUR y en el resto de América Latinan y el Caribe, porque Estados Unidos en su loca y prepotente ansia de recolonización imperial, decidió -con imploración de por medio de las ultraderechas-, apoderarse de siete bases aéreas y navales en Colombia con la venia cipaya de Uribe y sus narcopolíticos, narcoparamilitares y oligarquías feudales. El ultra conservador gobierno de Uribe, se puso de rodillas ante el imperio y rogó, con show mediático, para que los yanquis ocupen Colombia como les de la regalada gana. Washington y Bogotá se “hermanaron” en un acto de traición a América Latina y, en especial, a la naciente UNASUR. La dignidad del Ecuador es el anverso de la tragedia de Colombia.
El FOL instalado en Manta (Ecuador) es otra de las invenciones guerreristas del imperio que ideó, planificó y ejecutó en los últimos años. Son enclaves militares de mediano tamaño pero con una gran potencia científico-técnica para realizar labores de “inteligencia” o simple espionaje, comunicar lo espiado y movilizar rápidamente a fuerzas aéreas, terrestres o marítimas hacia un objetivo a fin de neutralizarlo o destruirlo. La base aérea de Manta, por su ubicación estratégica a orillas del Océano Pacífico, durante diez años brindó a Estados Unidos la oportunidad ideal para el ensayo del FOL en nuestra América Latina. Los aviones que despegaban desde Manta espiaban a toda la América del Sur, América Central y el Caribe.
El pasado 17 de julio, Estados Unidos desde la Base de Manta, efectuaba el último vuelo operativo de todos los realizados en los últimos diez años, cuando en acto de cuasi traición a la patria, el defenestrado gobierno demócrata cristiano de Jamil Mahuad, entregó la Base Aérea de Manta para que Estados Unidos la convierta en suya y desde allí “combata al narcotráfico y al terrorismo internacional”. El “Convenio”, en la realidad significó cesión de la soberanía nacional, hundimiento de decenas de embarcaciones pesqueras ecuatorianas sospechosas de transportar drogas ilícitas y personas migrantes ilegales con destino a Estados Unidos, incremento de la prostitución en la provincia de Manabí, aumento de consumo de drogas e involucramiento directo e indirecto del Ecuador en el Plan Colombia, pues desde Manta partieron los aviones yanquis que participaron eficazmente en los bombardeos “colombianos” del primero de marzo de 2008 al campamento de Angostura ubicado en territorio ecuatoriano, en el que murió el Comandante Raúl Reyes de las FARC-EP y 26 personas más, incluido el ecuatoriano Aizalla y otros de nacionalidad mexicana.
Desde hace más de un año, se denunciaba que Estados Unidos al estar obligados a abandonar la Base de Manta en Ecuador, buscaría sustitutas en Colombia o Perú.
En Perú tiene la base ubicada Iquitos y otra en el Alto Amazonas, además de un centro de experimentación en guerra bacteriológica. En Colombia, Estados Unidos se pasea como Pedro en su casa desde hace muchos años atrás y en especial desde su hermandad con Uribe acusado por organismos de seguridad y espionaje como la DEA y la CIA de los mismos Estados Unidos, de tener vinculaciones con el narcotráfico y con los paramilitares violadores de todos los derechos humanos. Tal vez a Uribe le ocurra lo mismo que Noriega, el dictador de Panamá que hasta estas fechas goza de la hospitalidad de las cárceles del imperio. Según Estados Unidos el pasado de Uribe es obscuro y tétrico por sus nexos con el narcotráfico y con los paramilitares y en la Corte Penal Internacional su expediente crece en la misma medida en la que aumentan sin cesar las violaciones de derechos humanos y matanzas en contra del pueblo y sus líderes sindicales, populares, políticos y sociales.
Estados Unidos niega que ansía instalar bases militares en Colombia, pero usará de todas las que quiera para cumplir con sus objetivos geoestratégicos y políticos de dominación y recolonización de América del Sur primero, pero previamente desembarazándose de los gobiernos progresistas y democráticos como los de Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador, Morales en Bolivia y Ortega en Nicaragua.
Por lo pronto es un hecho que el Comando Sur, Pentágono, CIA, DEA, y sus organizaciones mercenarias y paramilitares usarán a su antojo siete bases ubicadas en Malambo, Palanquero, Apia, Tumaco, Bahía Málaga, Tolemida y Fuerte Larandia. Cualquier eufemismo que exista en el Pacto Militar Estados Unidos-Colombia significa lo mismo: Instalación de bases militares a las que el Comandante Fidel Castro llamó: “Siete puñales en el corazón de América”. La base de Palanquero en Puerto Salgar, Cundinamarca, al centro del país, es la mayor de todas y la que más apetitos despierta entre los halcones de Washington. Luego vienen las bases de Apiay, al sur, en el Meta y la de Malambo, en el departamento Atlántico, bastante cercana a la Guajira venezolana. “La ubicación del trío conforma un semicírculo que virtualmente rodea a Venezuela, sin contar la vecindad de Malambo con la caliente península guajira, que ambas naciones comparten, y cuya presencia como municipio dentro del venezolano Estado de Zulia explica una de las maneras en que el acuerdo puede ser usado por Washington para hostilizar a Venezuela”, se afirma en el documento No a las bases militares gringas en Colombia, difundido por internet. Un deber ético: denunciar la existencia de las bases
Denunciar la existencia de esas bases y luchar contra ellas hasta que salga el último soldado yanqui del territorio de nuestra Patria Grande, es un deber ético de todas y todos, porque una base yanqui es una amenaza para los gobiernos desobedientes del dictado imperial, para las incipientes democracias constitucionales y para la paz.
Virtin, en “El Señor de las Cortinas” al referirse al golpe de Estado en Honduras que, sin duda, partió de la base militar estadounidense Soto Cano, ubicada en Palmerola, afirmaba: “Lo de Honduras no es solo un ataque a las libertades democráticas del pueblo de Morazán, es también un ataque a organizaciones como ALBA y UNASUR que van señalando un camino en donde los excluidos de siempre tengan por primera vez en la historia de sus vidas un mejor presente y un mejor futuro. Si el golpe de Honduras pasa, es indudable que pueden pasar otros. Si los pueblos no lo impiden, si los pueblos no se organizan, unen, luchan y resisten hasta vencer al gorilismo y sus amos del Norte”.
Oponerse a la instalación o uso de bases yanquis en Colombia es luchar por la dignidad, paz y la segunda independencia de nuestras patrias, es luchar por la dignidad y soberanía del pueblo de Colombia y es denunciar la traición de Uribe el guerrerista neofascista que, a pretexto de combatir al narcotráfico y al terrorismo, entrega su patria al dominio imperial. Virtin añade: “Mister Uribe es un mago para levantar cortinas de humo para tapar problemas nacionales con el beneplácito de los medios de comunicación y de un Congreso cuestionado por sus estrechos vínculos con el paramilitarismo y el narcotráfico. El computador parlanchin de Reyes “sigue diciendo cosas en todo momento”. Uribe, la Interpol y la CIA lo manejan a su antojo cuando quieren y donde quieren”
La experiencia de atrocidades cometidas por el imperio por medio de la CIA, la DEA, el Pentágono, Departamento de Estado y organizaciones como la USAID, NED, IRI, y otras denunciadas en anteriores ensayos, en nuestra América Latina y el Caribe obligan a rechazar la presencia yanqui en cualquier parte en donde se cometan injerencias de cualquier naturaleza. El diario El Tiempo de Bogotá a fines del pasado mes de mayo develó un informe que señalaba que es de interés del Comando Sur instalarse en Palanquero porque desde esa base podría llegar a cualquier país de América del Sur o del Caribe. Palanquero debe convertirse, según el SouthCom en una “Localidad de Cooperación en Seguridad” (CSL, por su siglas en inglés). Según el rotativo, el documento elaborado por el Comando Aéreo para la Movilidad (AMC) de la Fuerza Aérea de Estados Unidos consigna los objetivos de ese cuerpo hasta el año 2025, para dotarse de corredores aéreos y las bases que le permitan mayor movilidad y alcance en sus operaciones. Agrega que el documento habla de la relevancia que el AMC concede al enclave de Palanquero, identificado por el Comando Sur como “un punto en el continente suramericano que puede usarse tanto para “operaciones antinarcóticos” como para ejecutar lo que denomina “operaciones móviles”.
El Comando Aéreo de Movilidad tiene varios planes en desarrollo y uno de ellos se denomina Estrategia Global en Ruta con el que el imperio pretende usar a nuestra América Latina para desde estas tierras lanzarse a la conquista de otros continentes como África. En el documento, el Comando Sur y su Comando Aéreo de Movilidad –AMC- se afirma: “Incluir a Sudamérica en la estrategia de la ruta global, ayuda a materializar nuestro “compromiso” con la región, y asiste a la movilidad en la ruta hacia África”.
A más del uso de sus propias fuerzas armadas para conquistar el mundo, Estados Unidos utiliza otras estrategias y una de ellas es privatizar la guerra. En la Base de Manta del Ecuador actuaron tropas mercenarias a cargo de la famosa DynCorp y en Colombia actúan otras compañías de mercenarios para impulsar la guerra irregular contrainsurgente con la intencionalidad de acabar con las FARC-EP y ELN, y no para combatir al narcotráfico como reiteradamente se afirma.
Eva Golinger, abogada y periodista investigadora informa que el Departamento de Estado de Estados Unidos invertirá, en este año 2009, aproximadamente 520 millones de dólares en el Plan Colombia. Más de la mitad de ese dinero va a contratistas privados norteamericanos encargados de desarrollar, promover e impulsar la guerra irregular en territorio colombiano y latinoamericano. A esa cantidad habría que agregar la suma de 46 millones de dólares que el presidente Obama solicitó al Congreso para acondicionar y modernizar la base de Palanquero antes de que sus preciosas tropas lleguen a ocuparla. En la actualidad se calcula que en Colombia, Estados Unidos ha desplazado entre 800 y 1.200 militares sin contar con contratistas mercenarios que superarían los 600 efectivos. A estos “asesores” habría que agregar una cantidad indeterminada de agentes de la CIA, DEA y de otras organizaciones de la denominada “comunidad de inteligencia” de Estados Unidos que operan con total impunidad e inmunidad en Colombia.
Eva Golinger explica que el alquiler de compañías “constituye la privatización total de la guerra en Colombia, a través de la utilización y funcionamiento de transnacionales mercenarias que no tienen obligación de responder legalmente a ningún sistema judicial del mundo. En otras palabras, gozan de inmunidad”. Agrega que existen 31 contratistas estadounidenses que guardan relación con el Departamento de Estado. Es grave también que, como parte del Convenio entre Estados Unidos y Colombia, tanto las tropas yanquis como las tropas mercenarias tienen inmunidad total de sus actos y por lo tanto no responderán ante nadie por sus crímenes, por monstruosos que pudieran llegar a ser.
Las más importantes transnacionales de la guerra que Eva Golinger menciona en sus estudios son la Lockhead-Martin, una de las más grandes del complejo industrial militar de Estados Unidos. Se dedica a fabricar armamento, tecnología y hasta aviones de guerra. Su contrato prevé un financiamiento para el período de 53 millones de dólares destinados a suministrar apoyo logístico y asistencia técnica a la Policía Nacional de Colombia, además de facilitarle personal humano para sus operaciones especiales. Otra empresa es la DynCorop Internacional, perteneciente también al complejo industrial militar. El Departamento de Estado la financia con 164 millones de dólares para proveer de pilotos, técnicos y apoyo logístico al ejército Colombiano. Existen fuertes sospechas que pilotos mercenarios de la DynCorp fueron los que bombardearon el campamento de Angostura en el Ecuador, en el que murieron Raúl Reyes y 26 personas más.
Igualmente la empresa Arnic, contratista privada del complejo industrial militar, recibió 8 millones de dólares para mantener, manejar y formar a la Policía Nacional de Colombia en los procesos de recolección de señales y otros equipos asociados con el espionaje. Oackley Network recibió cinco millones de dólares para la provisión de software de monitoreo de internet y para asistir en los programas de espionaje conducidos por la División de Crímenes de la Policía Nacional de Colombia. Estas compañías especializadas en electrónica podrían ser las encargadas de suministrar “manipulados y oportunos materiales” al gobierno de Colombia, extraídos de las supercomputadoras de Raúl Reyes.
Golinger denuncia, además, que la ITT, transnacional de las telecomunicaciones que participó en el golpe de Estado contra el chileno Salvador Allende, en el año 2007 recibió unos 7 millones de dólares para operar un sistema de radar hemisférico, apoyo logístico y provisión de equipos a radares en territorio colombiano y que son operados vía satélite. CIA y DEA a más de sus propias tecnologías usan a la ITT y otras empresas para sus labores de “inteligencia”, previos a sus crímenes.
La CIA y DEA, en especia la CIA, es una agencia de espionaje, terror y muerte experta en guerra sicológica y en propaganda negra, pero cuenta también con el apoyo de empresas privadas para el logro de sus objetivos como el Rendon Group que se especializa en operaciones sicológicas. Esta empresa fue creada y es parte del Pentágono y sus investigaciones en esta materia. El Grupo Rendon ha sido encargado de manejar las campañas mediáticas en contra de los gobiernos de Venezuela y del Ecuador. Si todo esto fuera poco, el Grupo Rendon tiene acceso al Sistema Echelom, el sistema tecnológico de espionaje más grande del mundo, inventado en los años 70 por la NSA -Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos. “Es un sistema satelital que tiene la capacidad de monitorear todas las comunicaciones en el mundo. Ellos introducen palabras específicas en el sistema y éste se enlaza por teléfono, celular o computador, la atención se dirige hacia ese lugar, da la ubicación exacta y permite monitorear la conversación”, informa Eva Golinger.
El Presidente colombiano Álvaro Uribe tiene derecho a firmar tratados y convenios con cualquier potencia extranjera, pero lo tiene ¿para enajenar la soberanía de Colombia? Se ha dicho que las patrias no se alquilan, no se prestan no se venden, no se hipotecan y menos aún para que sirvan de trampolín para agredir a países vecinos como Venezuela y Ecuador.
América Latina es un subcontinente con una geografía extraordinaria en la que brilla la de paz y además porque es libre de armas nucleares y de destrucción masiva. ¿Por qué o para qué querría una guerra o el regreso de dictaduras fascistas? Sólo el imperio tiene el monopolio de desatar guerras de dominación y conquista y sólo por intereses geopolíticos y de dominación, el imperio ha impuesto a nuestra América Latina y al Caribe, el oprobio de dictaduras sanguinarias, crueles, fascistas.
El imperio es el que busca, construye y mantiene bases militares en todo el mundo y es Estados Unidos quien busca reemplazar a la Base Aérea de Manta con otras bases a instalarse en Colombia, bases que, sin duda, son una amenaza a la paz de la región y un serio peligro para los gobiernos de Venezuela, Ecuador y para toda nuestra América. Por eso, el Presidente Chávez, el pasado 10 de agosto, habló en Quito de “los vientos de guerra” y por eso, la Presidenta de Argentina Cristina Fernández ofreció su patria, para la sede de una Cumbre extraordinaria de UNASUR. Es de esperar que los “vientos de guerra” luego de la reunión a efectuarse en Bariloche, se conviertan en brisas de paz.
Existe una guerra inhumana y despiadada iniciada y ejecutada por el narcotráfico, por lo que el Comandante Fidel Castro sostenía: : “No se dice un palabra de que, como consecuencia de la guerra desatada por el tráfico de drogas, en la que México emplea 36 mil soldados, casi cuatro mil mexicanos han muerto en el 2009. El fenómeno se repite en mayor o menor grado en el resto de América Latina.
La droga no sólo engendra problemas graves de salud, engendra la violencia que desgarra a México y a la América Latina como consecuencia del mercado insaciable de Estados Unidos, fuente inagotable de las divisas con que fomentan la producción de cocaína y heroína, y es el país de donde se abastecen las armas que se emplean en esa feroz y no publicitada guerra”.
La Base Aérea de Manta fue diseñada para combatir al narcotráfico, según la propaganda yanqui, pero sirvió para espiar y controlar a nuestra América Latina y para combatir a las guerrillas colombianas y ejercer un férreo control social en nuestras patrias, y muchas veces sirvió para hundir embarcaciones cargadas de vidas humanas que desaparecieron en las aguas del Pacífico. En la lucha contra el narcotráfico, siempre pierde América Latina y por eso, Fidel Castro afirmó: “Los que mueren desde el Río Grande del Norte, hasta los confines de Suramérica son latinoamericanos. De este modo, la violencia general bate récord de muertes y las víctimas sobrepasan la cifra de cien mil por año en América Latina, engendradas fundamentalmente por las drogas y la pobreza. El imperio no libra la lucha contra las drogas dentro de sus fronteras, la libra en los territorios latinoamericanos.”
El gran invento de EEUU: la lucha contra las drogas
Quizá sea necesario reiterar hasta el cansancio que, la lucha contra las drogas es un gran invento de Estados Unidos para someter a nuestros pueblos, un pretexto para establecer nuevas bases militares en Ecuador, Colombia o Perú. El objetivo verdadero es el dominio absoluto de los recursos naturales, el control férreo a los movimientos sociales y, particularmente, a los que luchan por la liberación o Segunda Independencia de nuestras patrias.
A estas alturas del siglo XXI nuestras patrias tienen la obligación ética, social e histórica de erguirse y caminar hacia el futuro con plena soberanía e independencia. Estados Unidos con Obama deben entender que se vive un cambio de época que no admite injerencias de ninguna especie y que bases militares son inaceptables. El pretexto recurrido es risible. ¿Desde cuando la IV Flota revivida, miles de soldados equipados con armas sofisticadas, aviones de combate de todo tipo, bases aéreas y navales, inmensas compañías mercenarias, espionaje satelital, escuchas telefónicas, aparatajes de guerra y destrucción son necesarios para combatir el narcotráfico? ¿Alguien sabe si dentro de Estados Unidos se ha declarado una guerra a muerte en contra del narcotráfico, para que deje de ser el primer mercado mundial de consumo de drogas ilícitas?
“Los argumentos utilizados para el establecimiento de siete bases aeronavales en Colombia es un insulto a la inteligencia. La historia no perdonará a los que cometen esa deslealtad contra sus pueblos, ni tampoco a los que utilizan como pretexto el ejercicio de la soberanía para cohonestar la presencia de tropas yanquis…” decía Fidel Castro. Cualquier base militar extranjera es una amenaza y un potencial peligro. Cabe preguntar: ¿Las bases estadounidenses en Colombia es un asunto sólo colombiano? Ghandi decía: “No hay caminos para la paz. La paz es el camino”.
Desde Washington, Tribuna Popular informaba el pasado siete de agosto que Uribe ofrecía el territorio de Colombia para que instale bases militares aéreas y navales justamente al tiempo en que el Presidente de Colombia era acusado de intervenir las comunicaciones de los disidentes, de asesinatos civiles por parte de militares a su mando, así como la relación que tiene con grupos paramilitares. Cabe destacar que las fuerzas paramilitares han sido calificadas como terroristas por parte de Estados Unidos. Tribuna Popular sostiene que para “Wayne Madsen, editor del The Wayne Madsen Report de Washington”, esto significa que Estados Unidos está usando sus dos últimos bastiones de fuerza en Colombia y Panamá para tratar de bloquear el avance independentista bolivariano liderado por países como Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Madsen asegura que la política de cambios promovidas por el presidente norteamericano, Barack Obama, durante su campaña electoral, parece que se ha quedado en el olvido, ya que la política de su administración hacia América Latina indica que las cosas van a seguir igual y que seguramente habrán nuevos intentos de golpes de Estado contra países que adversan la hegemonía de Washington en el hemisferio.
En su denuncia, Madsen señala que Leni Davis, amigo de los Clinton; y Roger Noriega, otro derechista, actualmente están asesorando a la Junta de Gobierno golpista de Honduras. Sostiene que Jhon Negroponte, ex embajador en Honduras de la administración de Ronald Reagan, el mismo personaje que manejaba los escuadrones de la muerte, ahora se desempeña como asesor de Hillary Clinton, lo que demuestra que no hay cambios en el gobierno de Obama. Concluye que Washington mantendrá una enorme inteligencia militar en Panamá y Colombia, es decir que CIA, DEA y otras organizaciones como la NEP, IRI, USAID tendrán mucho trabajo que se incrementará al tratar de derrocar a los gobiernos de Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia, para lo que requiere de bases militares en Colombia.
El historiador colombiano Apollinar Días Callejas, expresaba que el “propósito manifiesto del presidente Uribe Vélez de entregar siete bases militares, aéreas y marítimas colombianas a las fuerzas armadas de Estados Unidos, para que desde ellas y desde territorio colombiano ejerzan vigilancia y control militar y aéreo sobre nuestro propio territorio y el de los países de América Latina y del Caribe, es la más vulgar entrega de la soberanía nacional de Colombia que yo como historiador estoy apenas conociendo. ¿A cambio de qué entrega Uribe Vélez a los Estados Unidos el manejo soberano que tenemos de nuestras fuerzas militares, entregándole territorios en siete regiones de Colombia para que funciones bases aéreas y de guerra que dominan totalmente Colombia, liquidarán su soberanía nacional y servirán de bases de ataque militar y agresión a todas las naciones Suramericanas y del Caribe y, posiblemente, hasta naciones de África que quedarán bajo el fuego de guerra de la aviación norteamericana…”
Naturalmente que “soplan vientos de guerra” y por eso, el Frente Amplio de Uruguay afirmó que el Acuerdo Estados Unidos-Colombia para que militares de ambos países operen en siete bases asentadas en territorio colombiano es una “amenaza directa en la Región”.
“Dicho acuerdo no solo atenta contra la soberanía del pueblo colombiano, sino además constituye una amenaza directa en la región, afectando la estabilidad democrática y la convivencia pacífica en nuestro continente”, según informaba el periodista Alberto Salazar Gutiérrez.
El poder económico con un dólar que vale menos que el papel en el que se imprime, con el poder político y militar, Estados Unidos convertido en un imperio todopoderoso, quiere dominar al mundo entero para lo que se propone neocolonizar a su patio trasero y a su lago particular: América Latina y el Caribe. Para ese fin son las bases militares y para ello despliegan sus sucias operaciones la CIA, la DEA y demás organizaciones estadounidenses no sólo de la llamada comunidad de inteligencia sino de otras muchas como la USAID o la NEP que financian movimientos políticos de las derechas y de las oligarquías en América Latina para propiciar golpes de Estado, desestabilizar democracias, generar conflictos autonomistas y separatistas e inclusive para programar, planificar o ejecutar magnicidios y asesinatos de líderes populares y democráticos.
La Agencia Central de Inteligencia -CIA- es el brazo clandestino del imperio para deshacerse de gobiernos peligrosos o indeseables según la óptica imperial. Ningún crimen le es desconocido: sabotajes, actos de variado terrorismo, secuestros, asesinatos, organización de cárceles clandestinas, golpes de Estado, torturas, ejecuciones extrajudiciales y sumarias, genocidios, crímenes de lesa humanidad. Ante nada se detiene la CIA para cumplir con los deseos y órdenes del imperio.
Thierry Meissan, periodista y escritor, presidente de la Red Voltaire con sede en Paris, decía que Estados Unidos con la CIA son responsables de las actividades del stay-behind de los servicios secretos del imperio en América Latina. “Una coordinación de servios secretos argentinos, bolivianos, chilenos, etc., fue creada en esos lugares para aterrorizar y eliminar a los líderes de la oposición (a las dictaduras). Esta coordinación contaba con el apoyo de los stay-behind españoles, franceses, portugueses, etc., para espiar y asesinar a aquellos que se fugaban de Europa. Fue por ejemplo la operación Cóndor, cuya dirección operacional fue confiada a Klaus Barbie, un nazi refugiado en Bolivia. Los responsables latinoamericanos del stay-behind fueron formados en Estados Unidos, en la tristemente célebre Escuela de las Américas o en Fort Bragg (Georgia). Es decir, Estados Unidos, a través de sus servicios de espionaje, son los responsables de tantos y tan horrendos crímenes que más temprano que tarde tendrán que pagar.
América Latina comienza a despertar y muchos de sus pueblos han elegido gobiernos progresistas y democráticos imbuidos de algún tipo de ideología de izquierda y sobre todo reacios a aceptar la hegemonía estadounidense y su dictado imperial.
En la medida que avanzan las luchas populares, los pueblos latinoamericanos van adquiriendo plena conciencia de que la lucha contra el narcotráfico desatada por Estados Unidos es el más importante pretexto para ejercer las doctrinas de dominación en nuestras patrias.
Esa certeza popular penetra en los gobiernos latinoamericanos que, también, han empezado a rechazar tanta injerencia yanqui mientras sus pueblos sucumben en el combate contra los carteles del narcotráfico.
Entre el 23 y 24 de octubre de este año, en México se realizará la III Cumbre Regional que impulse la lucha contra el narcotráfico y los carteles internacionales de la droga ilegal. Esa Cumbre será la consecuencia inmediata de la Conferencia de Ministros de Relaciones Exteriores efectuada en los días 18 y 19 de junio en México, en la que participaron 17 países de América Latina y el Caribe, entre ellos Venezuela, Colombia, Guatemala, México, y diversas organizaciones no gubernamentales, además de delgados observadores que provinieron de la OEA, UE e INTERPOL.
En la Cumbre Regional de la Lucha contra el Narcotráfico se espera suscribir un Convenio que bien podría denominarse: La Declaración de América Latina y del Gran Caribe, que tenga el vigor de una Declaración avalizada por el Derecho Internacional. Según los análisis de algunos expertos en el tema, esa Cumbre será el primer gran esfuerzo colectivo de los países de la Región sobre políticas y acciones antinarcóticas de exclusiva responsabilidad de los países Partes sin que se prevea ninguna participación de organismos tales como la OEA, UE, organizaciones no gubernamentales y menos con algún tipo de intervención de Estados Unidos.
Por fin los países latinoamericanos se desembarazan del tutelaje de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, lo que significa que se dan nuevos pasos en firme para actuar con plena soberanía e independencia en un asunto que ha sido pretexto histórico del imperio para intervenir en nuestras patrias en sus asuntos internos políticos, económicos, sociales y hasta culturales.
Estados Unidos es la gran potencia imperial causante de muchos de los males que azotan a nuestros pueblos. Primero impuso gobiernos dictatoriales y usó a las fuerzas armadas de nuestras patrias para proteger a sus transnacionales y defender sus intereses y los intereses de sus socios menores y sirvientes: las oligarquías nacionales.
Durante los años de la Guerra Fría, Estados Unidos y el Caribe fueron convertidos en escenario de la confrontación Este-Oeste y con el pretexto de detener el avance del “comunismo internacional” cometió monstruosas barbaridades y groseras intervenciones en Latinoamérica y en el Caribe: agresiones armadas, injerencia yanqui a través de la CIA, DEA, AID, USAID, Punto IV, Cuerpos de Paz, NED, IRI, desestabilización de gobiernos, actos terroristas y sabotajes de todo tipo y tamaño, golpes de Estado y reemplazo de gobiernos civiles y constitucionales por dictadores militares, gorilescos y fascistas, asesinatos, crímenes de diversa naturaleza, incluidos magnicidios.
Cuando concluyó la Guerra Fría en la década de los noventa y, en consecuencia, se acabó el fantasma del comunismo, Estados Unidos creó el fantasma del narcotráfico con el fin de continuar ejerciendo su política imperial expansionista y de dominación, neocolonización, control y depredación de nuestros recursos naturales y humanos. Para tal objetivo, ha utilizado a discreción las famosas DEA, CIA, FBI e innúmeras agencias de espionaje y control político, social y militar. Para esconder la neocolonización, Washington domina las policías a través de la DEA y los ejércitos a través de la CIA, la economía a través del FMI, BM y BID y la política a través de los partidos y movimientos de las derechas, las oligarquías e iglesias católicas o protestantes y sus sectas.
Los crímenes cometidos por Estados Unidos en contra de nuestras patrias, nuestros pueblos y sus incipientes democracias han sido justificados al decir que sus intervencionismos e injerencias se deben a la necesidad de defender las democracias, los derechos humanos y las libertades. En nombre de esos sagrados principios, el imperio los ha pisoteado, inclusive dentro de su propio territorio.
En estos tiempos de profundos cambios que señalan que ha comenzado un cambio de época, Estados Unidos es consciente de que América Latina y el Caribe se les escapa de las manos, es decir de su férreo control. Esta idea atemoriza al imperio y esa es la razón para que Washington redoble sus esferas de influencia en la región.
Con la decisión de las derechas estadounidenses se produjo un golpe de Estado en Honduras, como una advertencia a los demás países soberanos e independientes. Estados Unidos incrementa sus bases militares en Colombia y las fortalece en Curazao, Iquitos, Soto Cano, al tiempo que la IV Flota, con todo su poderío bélico, se pasea por el Caribe y el Atlántico. Así mismo incrementa sus “ayudas” en millones de dólares y en equipos a las policías nacionales y fuerzas militares y armadas por intermedio de la DEA, CIA, AID, USAID.
Sin embargo, la idea bolivariana de la unión avanza con tropiezos pero avanza. Nuestras patrias han dicho con voz fuerte y combativa que aspiran a la independencia total: política, económica-financiera, militar, policial, social, cultural. La Región asusta al imperio cuando decide fundar la UNASUR y otras agrupaciones de países tienden a consolidare. El imperio se asusta cuando aparecen gobiernos que reclaman soberanía e independencia y cuando deciden en la OEA que reingrese Cuba, pero Cuba agradece al tiempo que por dignidad y principios rechaza la vuelta al rebaño imperial.
En voz alta se proclama la necesidad de fundar una Organización de Estados Latinoamericanos y del Caribe sin Estados Unidos y la UNASUR funda el Consejo de Defensa sin el permiso de Washington. América Latina avanza hacia un futuro con dignidad, soberanía, libertad. Es bueno recordar que José Martí decía: “Así está Bolívar en el cielo de América, vigilante y ceñudo calzadas aún las botas de campaña, porque lo que él no dejó hecho, sin hacer está hasta hoy; porque Bolívar tiene que hacer en América todavía.” Y lo hace.
Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com
CEPRID
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