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PARAGUAY: LUGO SE ALEJA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y DE LAS IZQUIERDAS

Viernes 14 de agosto de 2009 por CEPRID

Arístides Ortiz

CEPRID

Las medidas políticas y económicas del gobierno de Fernando Lugo van asumiendo, cada vez más, los intereses de la oligarquía paraguaya. El desafío de las izquierdas Aliadas del gobierno es construir una agenda política no sujeta a la línea del ex Obispo, acumulando fuerza para ir y dirección unificada.

"La gente empieza a perder la esperanza, la credibilidad (en el gobierno), y eso no es bueno, diagnóstico días atrás el Obispo de los Departamentos de Misiones del Paraguay y Ñeembucú, Monseñor Mario Melanio Medina, un miembro de la alta dirigencia católica que sabe palpar el sentir del pueblo, gracias a sus intensos contactos y tareas pastorales con los sectores populares paraguayos. Eso que observa Monseñor Medina, un 8 meses de haber asumido el ex Obispo Fernando Lugo el gobierno, parece ir creciendo entre las mayorías sociales excluidas, al ritmo del paso del tiempo y de los actos concretos que el jefe de Estado viene ejecutando. Es que las expectativas de cambio por Lugo levantadas en los sectores populares durante su campaña electoral, y luego, tras su victoria Resonancia, fueron muy altas.

El significado del 20 de abril

La victoria electoral de Fernando Lugo en las elecciones generales del 20 de abril pasado puso fin a 61 años de gobierno del Partido Colorado, el mismo legítimo que la dictadura de 35 años del ya fallecido ex dictador Alfredo Stroessner. Con aguda percepción, Lugo observó que las grandes mayorías sociales percibían claramente que el partido de viejo ya no era la de Stroessner útil ni económica ni políticamente, y en consecuencia actuó en el plano electoral. Hizo que las alianzas precisas requería el momento atando una Coalición de partidos y movimientos de derecha e izquierda, pronunció el discurso exacto que querían escuchar los sectores populares y los sectores de poder, y, utilizando su perfil de ex Obispo de los pobres, recorrió durante más de un año y medio todo el país hablando y escuchando a la gente. Según sus propias expresiones, la estrategia del desarrollo "mbytetepe, poncho juruicha" palabras que significan en idioma guaraní "exacto en el medio, como la boca del poncho, aludiendo a una política de centro-centro. Así, el 20 de abril de 2008, casi 200 mil personas hicieron la diferencia para el triunfo contundente de Lugo sobre la candidata presidencial del Partido Colorado. Esas 200 mil personas expresaban el deseo de cambio de las grandes mayorías excluidas. Las mismas que hoy van perdiendo cada vez más su esperanza en el "Obispo de los pobres".

La realidad de los actos

Durante toda su campaña electoral, Lugo cuidadoso utilizó un discurso con el que supo levantar esperanzas tanto en las izquierdas como en las derechas oligárquicas. Palabras que prometían, a un mismo tiempo, la aplicación de reformas políticas y sociales importantes al viejo Estado Oligárquico Colorado, Intacto hasta hoy, y políticas neoliberales "modernización" a los sectores oligárquicos. Tanto las derechas como las izquierdas del Paraguay estaban expectantes de lo Lugo que haría en sus hechos y actos concretos al asumir el gobierno. Y los actos y las medidas de gobierno, hasta esta fecha por lo menos, parecen marcar una dirección política.

Esta tendencia se verifica cómo distribuyó en los cargos de su gabinete ministerial entre sus aliados. Los Ministerios más importantes en recursos humanos y económicos fueron a parar a manos de su principal aliado: el Partido Liberal Radical Auténtico, salvo el Ministerio de Salud Pública, uno de los más importantes, entregó a los partidos y movimientos Progresistas y entes Secretaria de Estado escasos presupuestos en cualquier incidencia en materia social y política. No realizó, ni siquiera intentó, modificar el Presupuesto General de Gastos de la Nación, cuyos ingresos provienen en un 82% de impuestos indirectos (que pagan las grandes mayorías del país) y en un 18% de impuestos directos (que proviene de las grandes empresas). Aunque en principio anunció reformas tributarias para aumentar los impuestos a la tierra de los latifundistas ya las exportaciones de carne y soja, hoy Renuncio a esa posibilidad. Lo que, a juzgar por sus promesas, se pensaba sería una de sus prioridades: la comunicación desde el Estado y la creación de nuevos medios estatales y públicos, incluyendo el fuerte apoyo a las radios comunitarias y medios alternativos, quedó con el presupuesto y las políticas de siempre: un Estado sin política de comunicación y sin recursos. Además, sigue, con escasa resistencia de la agenda que imponen los grandes medios. Para abordar los impactos de la crisis financiera en la economía global del Paraguay, creó un plan de acuerdo a las recetas neoliberales: el endeudamiento externo, que será pagado por el Estado de la plata que aportan las grandes mayorías en concepto de impuestos. Timide Y su idea de una Asamblea Nacional Constituyente para reformar la Constitución Nacional, redactada a la medida de los poderes oligárquicos, prácticamente ya no la menciona.

El último acto de Lugo y es el polémico decreto que anunció frustrado beneficiaria de 60 mil familias productoras del sesamo (afectados por la baja del precio del producto en el mercado internacional), por un valor de 8 millones de dólares, una medida que fue posible atacada, al unísono, por todos los políticos y medios de comunicación de la oligarquía. Días después de haber anunciado el decreto, el presidente cedió a las presiones y Renuncio a su intención. Mientras, el Estado, mediante diversos mecanismos legales, administrativos y presupuestarios, continúa con su histórico un subsidio terratenientes y los empresarios de la soja y ganadería, que beneficia principalmente a unos centenares de familias.

A la derecha de la boca del poncho

Los actos de gobierno citados arriba marcan hoy una clara tendencia hacia la derecha. La fuerza de sus oponentes (políticos, empresarios agrícolas ganaderos, propietarios de medios, etc.) En el Congreso Nacional, en el Poder Judicial, en los municipios y en las Gobernación del país, las campañas de presión mediática contra cualquier medida progresista, más la debilidad de los movimientos sociales y sus expresiones políticas de izquierda para organizar sus fuerzas y acordar una dirección política unificada, han hecho que Lugo decidiera renunciar a utilizar su liderazgo y su legitimidad social para articular las fuerzas sociales y políticas de lucha contra oligárquicas. Pero más allá de estos condicionantes, el sociólogo José Nicolás Morinigo opina que "la actitud del presidente de la República obedece a su política Conservadora raíz, proveniente de la Iglesia Católica. "Lugo nunca dejó de ser Obispo, como sigue actuando Obispo, íntimamente porque cree que la buena política consiste en integrar una ricos y pobres, sin distinción alguna", afirmó. En este sentido, el periodista y analista político Julio Benegas Vidallet señala que "esta visión práctica política y condicionan al Presidente a seguir una política de Gobernabilidad puesto colorada, una línea que apunta a conservar el viejo Estado Oligárquico Colorado, sin dar ni ejercer liderazgo direcciones políticas dentro de él, dejando a sus colaboradores tiene libre albedrío.

Escenario de disputa

La actitud del Lugo de administrar el viejo orden político fortalece co-una antigua relación de fuerzas, dentro del Estado y de la sociedad, que se desproporcionadamente inclinación hacia los sectores de poder oligárquicos. No obstante, su hegemonía fue debilitándose ostensiblemente en el último decenio. La expresión de esta debilidad fue la caída de su administrador histórico: el Partido Colorado. Entonces, sus modernización del sector en Lugo vieron una posibilidad de reformas neoliberales o, cuando menos, la conservación del estado de cosas. Y esto último es lo que estaría ocurriendo: Lugo favorece su política con una rearticulación de la oligarquía para la construcción de una nueva hegemonía que siga sosteniendo su poder. La respuesta de los movimientos sociales y sus expresiones de izquierda, dentro y fuera del Estado, apunta a movilizaciones y manifestaciones sociales dispersas aún, sin dirección política unificada, para presionar Lugo tiene una antioligárquicas tomar medidas, y para aprovechar los márgenes, cada más estrechos Lugo que da a los representantes de las izquierda en el gobierno.

Por su lado, las derecha y sus diversos aparatos políticos tratan de aprovechar el nuevo espacio abierto por Lugo para la ejecución de medidas sociales y económicas anti populares y de iniciativas políticas para desarticular cualquier proyecto político adverso a sus intereses. Pese a los infructuosos intentos de articulación de un Proyecto Político alcalde que continúan haciéndose, las organizaciones políticas y las direcciones de izquierdas sufren una fragmentación que impide concentrar fuerza y dirección unificada. La consecuencia de esta dispersión son los pobres resultados electorales obtenidos por los partidos de izquierda en las últimas elecciones de abril del 2009: apenas hicieron elegir a un senador y diputado. Otra consecuencia de esta ATOMIZACIÓN es la ausencia de un Proyecto consensuado País: una propuesta política, social, económica y cultural que, de haber existido, le hubiera dado posibilidades de ocupar espacios de poder y más poder estatal sociales. Y por último, como resultado de la dispersión, no se cuenta con una correlación de fuerzas favorables para confrontar con éxito a la derecha, no se cuenta con capacidad política para administrar las posiciones que escasas Lugo abre a la izquierda. La situación de las fuerza de derecha es muy diferente. Los partidos políticos tradicionales (UNAC, el Partido Colorado, PLRA, Patria Querida) tienen copado el Congreso, los municipios, las Gobernación, el Poder Judicial, el Fiscal General del Estado y la Contraloría General, los grandes medios masivos comerciales, propiedad de miembros eminentes oligarquía fuertes de su palanca de presión en torno al gobierno y formadores de opinión política principalmente en las ciudades. Y el sector hegemónico de la oligarquía: los agroganaderos, agroexportador controlan la economía del país.

Esta correlación de fuerzas descripta desafía a las izquierdas, dentro y fuera del gobierno, a alcanzar niveles de madurez política para construir un Proyecto Político Alcalde, a tener claridad para escribir y practicar una agenda política propia, no atada a la agenda de Lugo, ya saber en qué situaciones debe apoyar o criticar al gobierno, e incluso, en qué momento debe convertirse en abierto opositor del ex obispo, en el caso de que la línea política del gobierno ya no le de márgenes de maniobrabilidad.

Perspectivas

El cerco institucional estatal, diseñado Lugo inmediatamente después de asumir el gobierno, más las decisiones que el presidente de la República viene tomando con sus actos de gobierno marca la tendencia de una nueva derechización del país, quizá con formas novedosas. Nula esta posibilidad de movilidad del viejo orden político no se asegura (pese a su política de no herir los privilegios históricos del poder) la permanencia en el gobierno de Lugo: los acuciantes problemas sociales no resueltos de las mayorías-caldo de cultivo de un proceso destituyente que los partidos Colorado y menores no acompañados-ya vienen trabajando más la nostalgia de la vieja oligarquía de volver a un Estado que no le niega sus deseos más mínimos, pueden producir la caída del gobierno. Esta posibilidad cobró aún mayor fuerza desde el momento en que el ex Obispo resolvió no construir su propia fuerza política, que lo condena a la soledad en el poder.

Dentro de esta perspectiva, las izquierdas deberán delinear una estrategia que les permita mirar más allá del gobierno de Lugo, mientras procuran acumular fuerza política y dirección unificada.


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