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El Salvador.- Elecciones 2018: un giro a la derecha

Lunes 30 de abril de 2018 por CEPRID

César Villalona

Envío

En las elecciones legislativas y municipales del 4 de marzo los partidos de la derecha ganaron más diputaciones y alcaldías que el FMLN, que perdió 8 escaños en la Asamblea Legislativa y unas 30 alcaldías, incluyendo las de San Salvador y Soyapango, la primera y la cuarta ciudad con más población del país. Según la última, y casi definitiva, información del Tribunal Supremo Electoral, votó el 41% de los inscritos en el padrón, un porcentaje menor al de las elecciones de 2015, cuando votó el 46%. El número de votantes disminuyó en 199 mil personas y el voto nulo creció en 132 mil votantes.

EL FMLN PERDIÓ SAN SALVADOR

Los resultados legislativos dejaron en el primer lugar a la ultraderechista ARENA, con el 42.4% de los votos y con dos diputados más en la Asamblea Legislativa, donde seguirá teniendo mayoría. El FMLN quedó en segundo lugar en número de votos, aunque tuvo menos votos que en similares elecciones en 2015. Los otros partidos de derecha, la Gran Alianza Nacionalista (GANA) recibió un número algo mayor de votos, pero perdió un diputado; el Partido Concertación Nacional (PCN) y el Partido Demócrata Cristiano (PDC) aumentaron en votos y en diputados. Cambio Democrático (CD), un partido centrista que tiende a aliarse con el FMLN y sin presencia en la Asamblea, obtuvo un único diputado. Y por primera vez un candidato no partidario logró un escaño legislativo.Los resultados municipales favorecieron también a ARENA, que ganó en 138 de las 262 alcaldías del país y 2 en coalición con otros partidos. El FMLN ganó en 61 y 5 en coalición. Los demás partidos se repartieron las 52 restantes. ARENA logró mantener las principales alcaldías donde ya gobernaba y triunfó en San Salvador, por la división que hubo entre el FMLN y el alcalde saliente, Nayib Bukele.

Siendo candidato a la reelección en la alcaldía por el FMLN, Bukele dio declaraciones públicas insultando repetidamente al partido y a su dirigencia. En una gira que hizo por Estados Unidos llegó a decir que “El Salvador no tiene Presidente”, ofendiendo así a su partido y al Presidente Salvador Sánchez Cerén. Cuando el FMLN lo separó de sus filas, muchos consideraron que su estrategia era precisamente provocar su expulsión para presentarse como víctima de la intolerancia y crear una nueva organización política en la que pueda presentarse como candidato a la Presidencia de la República en 2019. Esta ruptura y el hecho de que el FMLN tuvo que elegir a última hora a Jackeline Rivera como sustituta de Bukele allanó el camino para la victoria de ARENA.

ARENA PERDIÓ VOTOS

En conjunto, aunque ARENA obtuvo dos diputados más, su votación disminuyó en 6,197 votos con respecto a lo que obtuvo en las elecciones de 2015. Su ascenso en la Asamblea no se debió a que la población le diera más apoyo, sino a que el FMLN disminuyó su votación en cerca de 342 mil votos. ARENA también perdió otros 20,634 votos en la boleta donde aparecía aliada al PCN.

La mayoría de la gente que esta vez no votó por esa alianza debe haber votado por el PCN, cuyo crecimiento en votos resultó importante. Si sumamos los votos que ARENA obtuvo con su propia bandera y los que obtuvo en la casilla de su alianza con el PCN, vemos que su votación total pasó de 923,098 votos en 2015 a 896,197 votos en 2018, perdiendo 26,831 votos.

GANA, PCN Y PDC CRECIERON

Los otros tres partidos de derecha (GANA, PCN y PDC) obtuvieron 111,488 votos más que en la elección de 2015. Dos de esos partidos, GANA y el PCN, tienen una ideología cercana a la de ARENA.

GANA surgió de un desprendimiento de ARENA en 2010 y el PCN fue el partido de las dictaduras militares de los años 60 y 70, y ha sido un aliado casi incondicional de los cuatro gobiernos de ARENA (1989-2009). Es posible que algunos votantes que en 2015 apoyaron al FMLN votaran ahora por estos dos partidos, aunque no parece que fuera una gran cantidad.

GANA obtuvo casi 26 mil votos más que en 2015, la mayoría seguramente nuevos electores. El PCN logró 76,035 votos más, la mayoría también nuevos votantes. En ambos casos sus votos no apoyaron a ARENA. En cuanto al PDC, su aumento de votos (9,462) no es un dato significativo.

¿POR QUÉ NO VOTARON ESTA VEZ POR EL FMLN?

¿A dónde se fue el voto de las casi 342 mil personas que este año no marcaron la boleta del FMLN?

Una parte de esos votantes (47,451 votos) marcó en las boletas de las alianzas que hizo el FMLN con CD y con el Partido Socialdemócrata (PSD). En 2015 el FMLN no hizo esas alianzas. El FMLN puede decir, entonces, que además de los 505,567 votos que obtuvo con su propia bandera, logró 47 mil en coalición con otros partidos. No ocurrió lo mismo con ARENA, cuya alianza con el PCN no le ganó, sino que le restó votos.

Esas otras 300 mil personas que le quitaron su apoyo al FMLN tomó dos caminos: el del voto nulo, que en estos comicios, respecto a 2015, aumentó en 132 mil, y el de la abstención, que aumentó en casi 200 mil.

En el incremento del voto nulo incidieron varios factores. El principal, el llamado a anular el voto que hizo Nayib Bukele. Es difícil calcular cuántas personas votaron nulo siguiéndolo. ¿Una mayoría? También hubo votantes que anularon para expresar así su descontento con todos los partidos políticos participantes.

EL RETO: SUPERAR ESE BLOQUEO

En un comunicado del lunes siguiente a las votaciones, 5 de marzo, la Comisión Política del FMLN expresó: “Los resultados electorales dejan planteado al país el reto de superar el bloqueo sistemático a los proyectos sociales y económicos de beneficio de la población, particularmente de las comunidades más necesitadas”.

La declaración ponía el énfasis en los límites que enfrentó el gobierno del FMLN, al no poder ampliar mucho los programas sociales iniciados durante su primera gestión en el Ejecutivo (2009-2014), y al tener, incluso, que recortar algunos subsidios por el bloqueo de préstamos y de venta de bonos que la bancada de diputados de ARENA decidió hacerle al Ejecutivo en 2016 y 2017, sumado a la actuación de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que anuló cuatro tributos y la aprobación de bonos por 900 millones de dólares que había logrado la Asamblea Legislativa.

El Salvador mantiene una economía con estabilidad de precios y en crecimiento y ha mejorado sus indicadores sociales. La pobreza se ha reducido del 40% de los hogares en 2008 al 27% en 2017, debido principalmente a programas sociales que han beneficiado a cientos de miles de personas: entrega de uniformes y útiles escolares y alimentación en las escuelas, pensión universal para 32 mil personas mayores de 70 años en estado de pobreza y extrema pobreza, entrega de paquetes agrícolas… Y los diversos e innovadores programas que en el país tiene Ciudad Mujer, donde todas las instituciones estatales presentes en las distintas sedes de Ciudad Mujer han brindado atención a millón y medio de mujeres en salud, educación, autonomía económica, salud sexual y reproductiva, respuestas jurídicas y sicológicas a la violencia de género…

DERECHOS ADQUIRIDOS Y RECORTE DE SUBSIDIOS

La población que se beneficia de todos estos programas sociales ya los tiene asumidos y asimilados como derechos adquiridos, los da por supuestos y muchos ya no los relacionan con el FMLN, que los inició hace años en su primera gestión de gobierno y les ha dado continuidad hasta hoy.

A esta realidad se añade que una franja de esa población beneficiada y los sectores medios se vieron afectados por los recortes que el gobierno tuvo que hacer a los subsidios al gas, la electricidad y el agua, cuyos precios y tarifas aumentaron en 2016 y 2017, así como por el impuesto del 5% a las llamadas telefónicas, medidas que tuvo que tomar por la asfixia económica a la que lo condujo a un impago temporal de su deuda con las Administradoras de los Fondos de Pensiones.

Desde antes de las elecciones ya se comentaba que el recorte de esos subsidios influiría en los resultados electorales. Y así fue. No es casual que la mayor pérdida de votos del FMLN se haya dado en los núcleos urbanos más poblados. Sólo en el departamento de San Salvador, donde vive la mayoría de la población del país en barrios y colonias de capas medias, el FMLN perdió 126 mil votos, el 37% del total de los votos que no obtuvo. En el departamento de La Libertad, también con abundante población barrial y de capas medias, perdió 60 mil votos, un 17% del total de sus pérdidas. En esos dos departamentos se concentró el 54% de los votos que no fueron a la boleta del FMLN. También hubo disminuciones importantes en del departamento de Santa Ana. En San Miguel, otro departamento muy poblado, el FMLN tuvo un mejor desempeño y ganó la alcaldía de la principal ciudad. Allí redujo su votación en un 21% y perdió un diputado.

RAZONES DEL REVÉS DEL FMLN

Obviamente, resultados electorales tan adversos para el FMLN no tienen una única causa y no es fácil identificar cuál haya sido la principal.

También debe haber influido en el descontento de la población que votó en 2015 por el FMLN el deficiente desempeño de algunos funcionarios públicos vinculados a áreas sociales y económicas muy sensibles. También, la insuficiente política de comunicación del gobierno y del propio partido de gobierno, que no divulgó adecuadamente los avances sociales y económicos que sigue teniendo el país.

Después de las elecciones, Eugenio Chicas, Secretario de Comunicaciones de la Presidencia, fue sustituido por Roberto Lorenzana. Chicas reconoció públicamente las deficiencias. También se valoró que algunos candidatos y candidatas a diputados no reunían el perfil que demanda la población.

También el contexto social influyó en los resultados electorales. En algunos barrios donde grupos pandilleros ejercen control, pactaron con ARENA para impedirle a mucha gente que simpatiza con el FMLN salir del barrio para llegar hasta los centros de votación.

“NO HAY TIEMPO PARA LLORAR”

Tres días después de las elecciones, durante una entrevista radial, el secretario general del FMLN, Medardo González, se refirió a las dificultades que tuvo el partido para “movilizar a nuestro electorado, a nuestros propios militantes, simpatizantes y amigos”.

Dijo también que, a pesar de los programas sociales que benefician al pueblo, “hemos tenido dificultades como gobierno, como partido y como militantes, en la lucha por las ideas. Y ellos (la derecha) han vendido la idea del caos, del no funcionamiento de las cosas. Debemos aceptar que la percepción que la gente tiene sobre los distintos problemas nacionales es una batalla que debemos de enfrentar”.

Cerró así la entrevista: “No hay tiempo para llorar ni para reflexionar demasiado. Hay que pensar como combatientes y actuar rápido. La batalla por la Presidencia comienza ya”.

NO FUNCIONÓ LA “CAMPAÑA ANTIPARTIDO”

Los resultados electorales muestran que el sistema de partidos políticos se afianzó en el país, siendo un hecho aislado que Leonardo Bonilla, el único de la docena y media de candidatos no partidarios que se presentaron a las elecciones, ganara uno de los 84 escaños que componen la Asamblea Legislativa.

El hecho de que hayan votado más de 2 millones de personas y de que el abstencionismo haya rondado el porcentaje histórico demuestra también que la “campaña antipartido” desatada desde hace años por “grupos ciudadanos”, sectores “académicos” y ONG financiadas por el gobierno de Estados Unidos, no incidió en la mayoría de la población.

Esa campaña, también estimulada por los grupos oligárquicos a través de algunos de sus medios de comunicación, no procura debilitar a los partidos políticos en general, sino a la izquierda representada en el FMLN, a la que intentan igualar hasta en términos ideológicos con los partidos de derecha. Y si también afectara a los partidos de derecha, la oligarquía no se preocuparía, pues cuenta para mantener su dominio con gremios empresariales, medios de comunicación, fundaciones, universidades y, sobre todo, con el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Cuenta también con recursos económicos para construir otro proyecto político. Saben que si la campaña antipartido afectara de forma drástica al FMLN el pueblo perdería el instrumento que defiende sus intereses.

A pesar del esfuerzo empeñado, la mayoría de quienes no votaron por el FMLN no lo hicieron motivados por la campaña, sino justamente molestos por determinadas políticas gubernamentales. Y la mayoría de esos descontentos no optó por la derecha.

LA NUEVA CORRELACIÓNFAVORECE A LA DERECHA

Los partidos de derecha (ARENA, GANA, PCN y PDC) obtuvieron 6 diputados más. Ahora tienen 59 de los 84 que conforman el Legislativo.

Si hacen alianza pueden tomar todas las decisiones que requieren de mayoría simple (43 votos) y todas las que necesiten de mayoría calificada (56 votos). Dejarían así al FMLN sin capacidad de incidir en la Asamblea. Incluso, nada de lo que decidan podría ser vetado por el Presidente de la República, ya que cualquier veto presidencial lo puede anular la Asamblea con 56 votos. De esta forma, el FMLN quedó en franca minoría al reducir el número de sus diputados de 31 a 23.

En este contexto, el Ejecutivo, aun en manos del FMLN, se debilitará en los próximos trece meses que le quedan de gobierno. Y si el FMLN ganara nuevamente en 2019 la Presidencia tendría problemas para gobernar con una Asamblea Legislativa tan hostil. Esto perfila una correlación de fuerzas en el Estado favorable ya y en el futuro a la derecha.

DEPENDERÁ DE LA CAPACIDAD DEL FMLN

Pero las realidades políticas no son tan simples. Los partidos de la derecha se juntarán principalmente para tomar las decisiones que les permitan seguir teniendo más poder en otros órganos e instituciones del Estado, pero su alianza no será monolítica porque los intereses concretos de cada partido no siempre coincidirán. Y el FMLN conservará una determinada capacidad de hacer alianzas en la Asamblea, especialmente en las decisiones que requieran de mayoría simple.

La correlación política no dependerá exclusivamente de la composición en el Legislativo y en otras instituciones estatales. Dependerá también de la capacidad que tenga la izquierda de influir en la opinión pública y de organizar y movilizar al pueblo para impedir que la derecha haga retroceder los avances que ya ha conseguido el país. Ése será el reto principal del FMLN y del movimiento popular en la coyuntura que se abre el primero de mayo, cuando inician su labor la nueva Asamblea Legislativa y las nuevas alcaldías.

DECISIONES QUE ESTÁN HOY EN MANOS DE LA DERECHA

Si todos los diputados de la derecha se aliaran en la Asamblea podrían tomar todas estas decisiones, que requieren de mayoría calificada:

– Elección de 5 de los 15 magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Cuatro de ellos integrarían la Sala de lo Constitucional, cuya hostilidad hacia el gobierno del FMLN ha sido una constante desde 2009. Estos 4 magistrados salientes, cuyo período vence en julio, se convirtieron en un importante instrumento de la oligarquía y del imperialismo con sus decisiones. Durante nueve años actuaron unidos y declararon inconstitucionales casi todas las decisiones del Ejecutivo y del Legislativo que beneficiaban al pueblo y fortalecían al gobierno y al FMLN. No sólo bloquearon las finanzas del Estado, también anularon la elección que hizo la Asamblea para los más altos cargos de la Corte de Cuentas, del Tribunal Supremo Electoral, de la Fiscalía General de la República y de la propia Corte Suprema de Justicia.

– Elección del Fiscal General de la República en enero de 2019. Para la derecha es fundamental contar con un fiscal que responda a sus intereses. En la elección podría haber contradicciones entre el gobierno de Estados Unidos -con gran influencia en el país y necesitado de un fiscal que responda a sus intereses-, y los representantes de los partidos de derecha, que necesitan un fiscal que no se sienta tentado a perseguirlos en determinadas coyunturas.

Eso significa que, aunque no es imposible, resultará muy difícil que ARENA, GANA y el PCN logren tener consenso en la elección del fiscal.

– Elección de los magistrados que integrarán el Tribunal Electoral, 3 de cuyos 5 integrantes se eligen de propuestas que hacen los tres partidos mayoritarios, mientras otros 2 son elegidos a partir de ternas que presenta la Corte Suprema de Justicia.

El voto calificado también es necesario para aprobar préstamos y donaciones .La nueva Asamblea Legislativa también elegirá a los magistrados de la Corte de Cuentas. Para todo ello sólo se requiere de la mayoría simple.

ARENA NO TENDRÁ ALIADOS INCONDICIONALES

En la Asamblea, la derecha tomará algunas decisiones en bloque, pero no siempre. Como cada partido procurará fortalecerse y crecer, son posibles todas las alianzas y el FMLN podrá hacer algunos acuerdos con los partidos de la derecha para obtener la mayoría simple de 43 votos. Lo logrará si los otros partidos obtienen ventajas en esos acuerdos y eso puede ocurrir en muchas ocasiones.

Las dirigencias de GANA y del PCN saben que si se unen constantemente a ARENA para debilitar al gobierno y al FMLN pueden perder base social y al final ARENA podría ser el partido que se fortalezca y crezca.

GANA y el PCN tienen un poder importante para equilibrar el funcionamiento del Estado sin tener que aparecer ante la población como factores de obstrucción del gobierno o apéndices incondicionales de ARENA. Es poco probable que GANA y el PCN se conviertan en instrumentos sumisos de ARENA. No lo han sido durante los dos gobiernos del FMLN y en lo adelante podrían tratar de mantener una independencia relativa. En lo que queda de este año se empeñarán en lograr cuotas de poder en la Corte Suprema de Justicia, en la Corte de Cuentas, en el Tribunal Electoral y en la Fiscalía. Y para lograrlo no les basta aliarse incondicionalmente con ARENA. Tienen que contar necesariamente con el FMLN como contrapeso para negociar mejor con ARENA.

¿HA SIDO UN FRACASO?

Es indudable que la correlación de fuerzas giró hacia la derecha y que el gobierno del FMLN disminuirá su capacidad de continuar impulsando un proyecto popular. Pero esto no significa mecánicamente ni un retroceso de la izquierda ni un ascenso de la derecha al Ejecutivo en 2019.

Para el FMLN y las fuerzas progresistas la lucha será más dura, pero no se anticipa un fracaso. Muchas decisiones de política económica y social en favor del pueblo dependen del Ejecutivo y en política exterior se pueden lograr alianzas y acuerdos que hagan avanzarel programa de gobierno y el proyecto programático del FMLN. Todo dependerá de las decisiones que tome el gobierno y de la capacidad del FMLN y del movimiento popular de fortalecerse y movilizar al pueblo.

LA TAREA CRUCIAL: MOVILIZAR A LA GENTE

En estos próximos meses el gobierno y el FMLN tienen la tarea crucial de desarrollar una mejor comunicación para movilizar a la gente contra la derecha cuando pretenda tomar medidas que afecten a la población. Ya tienen en su agenda la aprobación de un proyecto de ley para privatizar la administración del agua y quieren volver a legalizar la minería metálica, entre otras propuestas. Las principales autoridades de la iglesia católica ya se han pronunciado contra esas posibilidades y movilizarán al pueblo para impedirlas.

En el caso de los gobiernos municipales, el avance de la derecha influirá menos en las elecciones presidenciales de 2019, porque las estructuras locales inciden menos que la Asamblea Legislativa en el rumbo del país. Sin embargo, si ARENA afianza sus vínculos con los grupos pandilleros podría dificultar la votación por el FMLN en determinados territorios en los comicios de 2019. Las claves para que eso no ocurra son el fortalecimiento de la organización popular y los avances del plan de seguridad que impulsa el gobierno.

TODOS SE PREPARAN YA PARA LAS PRESIDENCIALES DE 2019

Todos los partidos ya están preparándose para 2019. El FMLN ha realizado evaluaciones en todos los departamentos para reforzar sus vínculos con la población, mejorar su estructura de propaganda y elegir una buena fórmula presidencial. El FMLN puede recuperar el voto perdido y también crecer si el gobierno toma medidas que beneficien a la población de menos recursos y a los sectores medios.

Gerson Martínez, ex-Ministro de Obras Públicas y posible candidato presidencial del FMLN, pidió al gobierno revisar el recorte de subsidios, hacer cambios en el gabinete y tomar otras medidas que la población demanda. En respuesta, el Presidente Sánchez Cerén sustituyó a varios altos funcionarios y anunció la revisión de los subsidios y de la tarifa del agua.

Aunque ARENA ganó estas elecciones, también tuvo menos respaldo electoral que en 2015. Eso significa que toda su propaganda y la que hicieron los gremios de la gran empresa y los medios de comunicación de la derecha, donde se presentaba a El Salvador como un país en donde no se puede vivir, no le dio los resultados que esperaba.

La dirección de ARENA sabe que no la tiene fácil para las presidenciales, no importa el candidato que elijan, tanto si es el gris e inexperto Carlos Calleja o el demagogo y cuestionado Javier Simán, cuya familia tiene cuentas pendientes con la justicia, pues estuvo involucrada durante los gobiernos de ARENA en varios casos de corrupción: cuando se privatizaron la banca y la empresa generadora de energía geotérmica.

El bloque GANA-PCN-PDC, creado en las elecciones presidenciales de 2014, podría reactivar su alianza para llevar a un candidato de GANA. Se trata de un bloque muy inestable. GANA y el PCN, que crecieron en estas elecciones y quisieran desplazar al FMLN a un tercer lugar, difícilmente se aliarán con ARENA en las presidenciales. Sólo lo harían si hay una segunda vuelta.

¿CRECERÁ EL PROYECTO DE NAYIB BUKELE?

En el caso de Nayib Bukele, su posibilidad de crecer y convertirse en una tercera fuerza electoral no pasa por debilitar a ARENA -en ese caso se fortalecería el FMLN-, sino por el daño que pueda hacerle al FMLN, captando a sus simpatizantes.

Esto explica sus constantes ataques contra el FMLN, al que pretende desplazar para que en el país se configure un bipartidismo entre un proyecto burgués encabezado por él y el proyecto oligárquico que representa ARENA. En este esfuerzo, Bukele procura el respaldo del gobierno de Estados Unidos y de grandes magnates de ese país, a quienes trata de agradar. Eso explica, por ejemplo, que siendo él de origen palestino, haya calificado de terrorista al pueblo palestino y haya donado fondos personales al gobierno de Israel.

Si el gobierno y el FMLN aplican una correcta estrategia, Bukele tendría escasa votación y sus seguidores no respaldarían a ARENA en una posible segunda vuelta electoral, ni aun pidiéndoselos él. Pero si el gobierno no hace cambios positivos, el proyecto de Bukele podría crecer.

¿SERÁ ASÍ EL ESCENARIO DEL 2019?

El escenario que ya se está configurando para las elecciones de 2019 es el de una competencia entre cuatro proyectos políticos, dos de ellos grandes, el del FMLN y el de ARENA, y otros dos con un caudal mediano, el del bloque GANA-PCN-PDC y el del agrupamiento de Bukele.

Obviamente, desde ahora hasta marzo de 2019 pueden haber alianzas, reagrupamientos y todo tipo de maniobras que alteren lo que hoy vemos como tendencia. Mucho de lo que ocurra hasta entonces va a depender de lo que hagan el gobierno y el FMLN. Si son capaces de tomar la iniciativa crearían una coyuntura propicia para una nueva victoria electoral.


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