Geopolítica de la frontera entre Venezuela y Colombia
Domingo 27 de septiembre de 2015 por CEPRID
Julio Escalona Ojeda
ALAI
Las fronteras nacionales en la época de la globalización neoliberal
1) Estados nacionales, fronteras y soberanía
Las fronteras nacionales se van consolidando con la conformación del Estado nacional moderno. Esas fronteras van teniendo un carácter excluyente de otros Estados y otras poblaciones. El tamaño de las naciones y la necesidad de extender las fronteras en detrimento de otros Estados nacionales, es una cuestión clave. La extensión permanente de las fronteras condujo a guerras y diversos conflictos vinculados a la expansión imperialista y a la formación de bloques de poder imperial. La posesión de colonias fue un criterio de poder político, militar y económico. Esa expansión se hizo en nombre, entre otros procesos, de la soberanía nacional. Las fronteras nacionales se van convirtiendo en límites territoriales pero también rn procesos de expansión geográfica y conflictos bélicos.
La soberanía nacional se fue asociando a relaciones de poder y dominación imperial. Así se llegó a la concepción del “espacio vital” y al nacional-socialismo. El nacionalismo radical quedó asociado a las posiciones fascistas.
Como bien sabemos el capital no tiene patria, pero se conforma y se consolida vinculado al Estado nacional moderno, a las monarquías absolutas, al Estado liberal, a los Estados nazifascistas y más contemporáneamente al Estado del Bienestar. Estas variantes en el desarrollo del Estado se han ido correspondiendo con el proceso de conformación del sistema capitalista mundial y sus necesidades políticas, superestructurales. En un solo proceso se van conformando estructura y superestructura, las clases sociales y la diversidad de conflictos políticos y militares como una totalidad.
El Estado del Bienestar se genera en sintonía con las necesidades de enfrentar la Gran Depresión de 1929, crisis que se prolonga a través de los años 30 y cuya solución va surgiendo aplicando políticas keynesianas y particularmente con el estallido de la Segunda Guerra Mundial.
El mundo de la postguerra no permite el desarrollo del capital tal como es, que se expresará en los tiempos del Consenso de Washington. El surgimiento del campo socialista, el enfrentamiento del Este y el Oeste, la Guerra Fría, la emergencia de los movimientos de liberación nacional y de luchas radicales en sintonía con el desarrollo del socialismo en Asia, África y América Latina y el Caribe, el ascenso de los paridos comunistas en Europa; el triunfo de la Revolución Cubana, de la Revolución China, la guerra de Vietnam, obligan al desarrollo de una estrategia imperial global que articula en un solo proceso, dos dimensiones: el halago y la seducción y las guerras de contrainsurgencia, vinculadas a golpes de Estado, asesinatos, sobornos, compra de conciencias, espionaje, guerras de baja intensidad, etc.
Simultáneamente con el desarrollo del Estado del Bienestar la estructura organizacional de las empresas va cambiando teniendo como referencia los procesos de integración vertical y horizontal de en función de la organización y reorganización de la producción y la articulación entre centro y periferia. Surge así la corporación multinacional que se va como infiltrando a través de la reacióncreando filiales en los distintos mercados nacionales, integradas en un centro corporativo mundial.
Finalmente, se derrumba la URSS, se desintegra el campo socialista, los movimientos de liberación nacional y las luchas radicales vinculadas a la lucha armada son derrotadas, los partidos comunistas entran en un proceso de crisis aguda a través del mundo, los gobiernos patrióticos son derrocados y sus líderes, como Salvador Allende y el general Juan José Torres son asesinados, y en ese proceso, violento y criminal, surge y se impone el Consenso de Washington y marchamos hacia la globalización neoliberal, que va destruyendo el Estado del Bienestar y los derechos económicos, sociales y políticos que le sirvieron de fundamento a la democracia representativa que comienza a ser sustituida por procesos totalitarios que van estableciendo la cohesión social en torno al miedo, la seguridad (que va surgiendo como el bien más apreciado), la dictadura del mercado y sus valores (el egoísmo y el individualismo) y las leyes del mercado desarrollando la tendencia a que este vaya sustituyendo a la sociedad.
Ese proceso tiene un primer punto culminante cuando utilizando como excusa el atentado contra las Torres Gemelas en Nueva Yor, el poder mundial dio un golpe de Estado contra la democracia, los derechos humanos y la paz mundial. En un trabajo titulado Del Estado del Bienestar a la Globalización Neoliberal trato con mayor extensión estos temas.
2) Globalización neoliberal y desaparición progresiva de las fronteras nacionales. Las nuevas fronteras que el capital va conformando
El gran proceso de producción mundial va siendo cada vez más un solo proceso que va integrando unidades productivas distribuidas a través de todo el planeta que van generando materias primas, productos en proceso y esto se va integrando en un producto final que puede crearse en aquel lugar del mundo que reúna las mejores ventajas competitivas. De hecho, producciones que son consideradas nacionales, en verdad sólo son un departamento de la gran corporación transnacional.
Las antiguas fronteras nacionales pierden sentido. Los tratados de libre comercio como el Alca persiguen, precisamente, resolver la integración de los mercados por encima de esas fronteras nacionales, por tanto, disolviendo cualquier idea-proceso de soberanía nacional que se corresponda con un espacio territorial delimitado por fronteras estatales soberanas. Las fronteras se van estableciendo en función de los procesos de integración vertical y horizontal que desarrollen las corporaciones transnacionales y se localizan internacionalmente como departamentos de la gran corporación y no como parte de una economía nacional, que se conforme como parte de un Estado soberano, pues eso rompe con la lógica de los procesos de acumulación a escala mundial. Por eso hoy el enemigo principal del poder mundial son los estados soberanos, sean socialistas o no.
Es en dicho proceso donde emerge el Presidente Chávez enfrentándose al Alca, reinterpretando el concepto y las practicas de la soberanía, resaltándola como vinculada a la independencia nacional y la integración de los pueblos soberanos. La soberanía no se consolida compitiendo con otros Estados, lo que condujo a las guerras del siglo XX y el siglo XXI. La soberanía es consustancial con la solidaridad, con el reconocimiento del otro. En mi trabajo De la Soberanía como Atributo del Rey a la Soberanía como Atributo del Pueblo, aclaro estas ideas.
Con los recientes ejemplos de los problemas limítrofes a los que se ha enfrentado Venezuela, quizás podamos explicar mejor aspectos de este problema.
3) Los casos de Guyana y Colombia
a) Guyana
La zona del Esequibo es una zona en reclamación y posee petróleo y diversas riquezas naturales y depende de la jurisdicción tanto de Venezuela como de Guyana. La Faja Petrolífera del Orinoco también tiene petróleo y pertenece a Venezuela, un Estado soberano. La decisión del poder mundial es que la Exxon-Mobil tome posesión de ambos territorios y conforme una nueva unidad económica y geopolítica que una lo que es hoy el territorio de Guyana, la Guayaba Esequiba y buena parte de la región suroriental de Venezuela con todas sus riquezas, lo que incluye el Delta del Orinoco.
El plan es sobornar al gobierno guyanés, desestabilizar y derrocar al gobierno bolivariano y establecer una nueva frontera de carácter estratégico determinada por la geopolítica transnacional y los intereses financieros del poder mundial. Es también una manera de golpear intereses estratégicos de China y Rusia.
b) Colombia, la destrucción de la frontera y la “media luna” que desintegraría el occidente de Venezuela
En el caso de la frontera con Colombia, a groso modo, la situación se plantea así: Colombia dejó de ser un Estado nacional y es una base territorial y geopolítica de los poderes que los gobiernos de EEUU e Israel representan. De hecho, quien ha entrenado a los narcoparamilitares colombianos en técnicas como el descuartizamiento, torturas, exterminio de la población civil, desplazamiento de civiles, y captura de sus tierras no sólo son los expertos de EEUU sino especialmente los técnicos israelíes, que tienen una larga práctica aterrorizando a los palestinos.
Los planes para eliminar a la República Bolivariana como Estado soberano, dependen, como lo ha señalado Walter Martínez reiteradamente, de la ocupación militar y política de Colombia, lo que implica, no una negociación con las Farc, sino su exterminio.
Progresivamente han venido ocupando ambos lados de la frontera, de tal manera que de hecho, es una frontera cuyo control Venezuela ha venido perdiendo. Pero no sólo la frontera, el plan que se viene ejecutando incluye también la infiltración de narcoparamilitares hacia zonas claves de nuestra patria desde donde han creado redes, particularmente de jóvenes, utilizando el microtráfico de drogas y los microcréditos. Desde esas bases promueven la inseguridad y el miedo, convirtiendo la inseguridad en un grave problema que conduce a que la “seguridad” sea un bien esencial, por tanto, la gente estará dispuesta a pagar protección.
Los secuestros, asesinatos, atracos, robo de vehículos, asaltos, invasión de viviendas cometiendo violaciones y robos, en fin, la mayor suma de delitos posibles para crear paranoia y miedo. Ahora ha aparecido el descuartizamiento uno de cuyos principales objetivos es sembrar más miedo y terror. Como estas actividades no aparecen directamente vinculadas a bandas delincuenciales, sino como a una situación de descontrol social provocada por fallas de los cuerpos de seguridad del Estado y otras insuficiencias de las políticas públicas. La inseguridad se transforma en descrédito para las instituciones del Estado con efectos seriamente desestabilizadores.
Sobre todo porque las bandas mafiosas han logrado establecer, incluso en la ciudad de Caracas, un toque de queda: a partir de las ocho o nueve de la noche la gente se va encerrando en sus casas. También han logrado establecer una especie de zonas de exclusión por las que no se puede transitar. Esto afecta particularmente a los jóvenes que sienten que no pueden tener actividades de recreación durante las noches como ir al cine, a una fiesta, etc. y por supuesto, la responsabilidad es transferida al gobierno.
Un amplio sector de la población se encuentra en Estado de shock por la acción combinada de la inseguridad, las colas, la escasez inducida, la inflación, la depreciación constante del bolívar, etc. El Estado de shock facilita que las poblaciones colocadas en esas circunstancias puedan aceptar cualquier solución, como un derrocamiento violento del gobierno, que conduzca una situación totalitaria y represiva. El miedo siempre ha sido un arma importante del fascismo.
La Doctrina del Shock, es el nombre de un excelente libro de Naomi Klein. Un resumen bien completo fue llevado al cine. La película dura aproximadamente sesenta minutos y está puesta en Youtube.
La ocupación de nuestra frontera es un paso decisivo para construir otra región económica y política desvinculada de la República Bolivariana de Venezuela, integrada al poder mundial y a las redes transnacionales que va construyendo la globalización neoliberal al servicio del capital. Es lo que se ha venido denominando “la media luna” integrada por Zulia, Táchira, Trujillo, Mérida, Barinas y Apure.
La ocupación de la Guayana Esequiba, de la Faja Petrolífera, del Delta del Orinoco y del sur de nuestro país bajo el reinado de la Exxon-Mobil, significaría el total desmembramiento de nuestra patria y probablemente un proceso de violencia criminal acompañado de procesos de exterminio de dirigentes y militantes bolivarianos.
Estos son los propósitos imperiales, pero ellos pueden ser derrotados. En la VII Cumbre de las Américas realizada en Panamá, logramos aislar al presidente Obama y el tuvo que declarar que en efecto, Venezuela no era una amenaza para EEUU, si bien, por supuesto, no derogó la orden ejecutiva.
La clave es ganar la batalla política y diplomática desarrollando una estrecha unidad con los países soberanos. Nuestra acción en la Alba, en Petrocaribe, Unasur, Celac; con aliados como Rusia y China, con países africanos y de Asia, puede construir un sólido muro de contención que entorpezca y pueda derrotar la agresión.
Es muy importante la acción en las Naciones Unidas. La clave es derrotar las maniobras a través de las cuales pretenden que desde algún órgano de Naciones Unidas, surja una condena por violación a los derechos humanos, tratando de consolidar la matriz internacional que se viene desarrollando. Hay que insistir en que si bien la República Bolivariana de Venezuela tiene profundo aprecio y respeto por las Naciones Unidas, por el papel que su Secretario General, el Sr. Ban Ki-moon puede cumplir (ya hemos recurrido a él), creemos que el diálogo bilateral es el mejor camino para encontrar un acuerdo. Las campañas mediáticas sólo pueden complicar la solución pues no nos vamos a dejar presionar por ese camino. Hay asuntos delicados en juego que no se resolverán a través de los medios de información.
El carácter transnacional del narcoparamilitarismo colombiano
1) Las oligarquías de Colombia y Venezuela no tienen nacionalidad
Sólo formalmente se identifican como venezolanos y colombianos por razones de conveniencia política. Luego, los sectores fascistas siempre han sido ultranacionalistas. Recordemos que durante la Segunda Guerra Mundial los ultranacionalistas estadounidenses y los ultranacionalistas alemanes colaboraban estrechamente como representantes del capital. Ambas burguesías eran racistas, fundamentalistas religiosos, maltusianos, contrarios a la democracia y al respeto a los derechos humanos. Las principales corporaciones estadounidenses colaban estrechamente en la construcción de la máquina de guerra nazifascista: la General Motor y la Ford le suministraban camiones, repuestos y todo lo que la industria automotriz alemana, volcada hacia la guerra, necesitaba. La Standar Oil le suministraba petróleo y así por el estilo.
Así sigue siendo hoy. En el mundo entero hay un resurgimiento del fascismo, particularmente en EEUU y Europa. A través del mundo los ultranacionalistas siguen uniéndose para excluir y reprimir a los “diferentes”. Anti inmigrantes, racistas, guerreristas, anti musulmanes (que sin embargo, directa o indirectamente, financian al Ejército Islámico en la medida que este ataca a cuanta fuerza soberana y democrática se expanda por el mundo), partidarios de las torturas, de los asesinatos selectivos, antiterroristas que favorecen el terrorismo de Estado, contrarios a los derechos humanos, maltusianos, enemigos jurados de la diversidad cultural, étnica o religiosa...
2) Es el poder transnacional quien maneja los hilos
En los negocios del contrabando, el tráfico de drogas, el paramilitarismo, la especulación con el dólar, los golpes contra el bolívar, etc. participan por igual ambas oligarquías, la venezolana y la colombiana. Ambas oligarquías están coaligadas en estos negocios y coordinadas por el dominio imperial, que resguarda dichos negocios con siete bases militares instaladas en territorio colombiano y una base israelí, no reconocida ni declarada oficialmente, que se encuentra cerca de la frontera con Venezuela. Es, pues, el poder transnacional quien está manejando los hilos.
Como sabemos, este es un negocio dirigido por las mafias narcoparamilitares, que formalmente, aparecen como colombianas, pero también son transnacionales con una clara conexión con el sistema bancario internacional, dominado significativamente, por los sionistas. Sistema bancario a través del cual fluyen y se legalizan, los capitales generados por el narcotráfico.
Pero este no es todo el poder que han acumulado estas mafias. Ellas son una parte fundamental de los poderosos ejércitos privados que se están conformando en el mundo y que están pensados en función de encubrir a los Estados en toda la guerra sucia que se desarrolla en el mundo y evitar que estos aparezcan directamente relacionados con crímenes de lesa humanidad.
Empresas como Halliburton y Blackwater son de las principales empresas que mantienen miles de mercenarios a través del mundo. Incluso, en Colombia hay numerosos mercenarios que dependen de estas u otras empresas, haciendo trabajo “sucio”, lo cual le da una particular peligrosidad a cualquier agresión que venga desde este país. Ellos son de los principales asesores en asesinatos atroces como el descuartizamiento, asesinatos masivos, torturas crueles, violaciones en masa, etc.
Detrás de la guerra económica y toda la ofensiva que viene desde Colombia está pues todo el poder militar-financiero que gobierna el mundo. Debemos saber claramente a quien nos estamos enfrentando. No es a un simple grupo de narcoparamilitares sino a un poder supranacional que es quien, en los hechos, gobierna el mundo.
Es bien sabido como las mafias narcoparamilitares están muy integradas al capital financiero trasnacional. Incluso, durante la crisis financiera de 2008. masas de capital financiero proveniente del narco tráfico fueron fuentes importantes para proveer liquidez al sistema bancario e impedir el derrumbe.
Esas mafias transnacionales son, por lo menos, cogobierno en Colombia. Es lo que en Colombia ha recibido el nombre de parapolítica, significando que las instituciones civiles, militares y de seguridad, están fuertemente influidas, incluso dominadas por el narcoparamilitarismo.
Entonces, surge la siguiente pregunta: ¿qué hechos pueden obligar al Presidente Santos, o más bien al poder que está detrás de él, a renunciar a estas evidentes ventajas, a ceder y facilitar la estabilidad del gobierno bolivariano, del cual la oligarquía colombiana es un fervoroso enemigo?
Creo que la siguiente señal debe ser tomada en cuenta: el pasado miércoles 26 de agosto, en la ciudad de Cartagena, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez y la colombiana, María Teresa Holguín, llegaron a acuerdos, que el propio presidente Maduro consideró una base para tomar el camino diplomático en búsqueda de soluciones. No es posible pensar que la ministra colombiana llegó a esos acuerdos por iniciativa propia. Eso es absolutamente imposible. Sólo por instrucciones precisas del presidente Santos ella acordó lo que acordó.
¿Por qué entonces ese mismo día el Presidente Santos echó para atrás los acuerdos logrados? Despejar esta pregunta es una clave fundamental para el curso inmediato de estas negociaciones.
¿Qué puedo deducir yo que estoy lejos de la mesa de negociación? Que un poder superior negó ese camino para obstruir la vía diplomática. Desarrollar negociaciones, sí, pero con un tremendo chantaje sobre Venezuela que seguramente significará una intensificación de la desestabilización en el interior del país a través de diversos hechos de violencia, desórdenes, mayor inseguridad y violencia en las calles, vulneración del cierre de la frontera para desdibujar los éxitos iniciales, incluso, una guerra de guerrillas encubierta como una reacción de “pacíficos” ciudadanos colombianos que han sido “despojados” de sus viviendas y han sido víctimas de graves atropellos, especialmente para sus hijos y en general para la familia, de acuerdo con la versión que los medios de información nacional-mundiales han venido construyendo.
3) El poder transnacional internacionaliza el conflicto
Pero el asunto va mucho más allá. Hay un inusitado interés en internacionalizar el conflicto sacándolo no sólo del diálogo bilateral sino también de la esfera regional, pues el gobierno de EEUU, representante del poder mundial, no maneja a su gusto las instancias regionales. Prefiere dirimir este conflicto en las instancias que puede manejar mejor, en las que tiene una decisiva influencia.
¿Será casual que con motivo de las medidas tomadas por el gobierno venezolano, totalmente justificables a la luz del derecho internacional, se haya desatado una feroz campaña internacional, acusándonos de violadores de los derechos humanos de familias, niñas y niños, de aplicación de violencia contra las familias, destrucción de viviendas, etc.? ¿Qué los medios informativos internacionales aliados con los que funcionan en el país estén desarrollando una intensa campaña con imágenes, titulares, entrevistas, etc. que tiñen de violencia y amarillismo las pantallas de la televisión y las portadas de periódico y revistas, acusándonos de terroristas y crímenes contra la humanidad?
¿Será también casual que esa misma sea la acusación que se le viene haciendo al Estado venezolano por las detenciones de algunos dirigentes opositores que han estimulado y organizado actos terroristas?
4) El revés sufrido en la Cumbre de Panamá convenció al poder mundial de no enfrentar en bloque a nuestra región
Especialmente a raíz de la Cumbre de Panamá, comprendió que no podía enfrentar en bloque a la región latinocaribeña pues en los intentos que hizo se quedó aislado y la República Bolivariana de Venezuela salió fortalecida,
Entonces, comenzó a tramar un conflicto intrarregional. Lo inició en el enfrentamiento con Guyana mediado por la Exxon-Mobil. Este fue como un ensayo general y finalmente, tramó la crisis con Colombia que está en pleno desarrollo.
Un conflicto regional que rápidamente lo va internacionalizando para conducirlo hacia los espacios que puede controlar y predeterminar. Uno es la ONU, pero sobre todo la Corte Penal Internacional. El solo hecho de que un país sea acusado ante este órgano y que se cree la expectativa mediática de que dicho órgano pueda aceptar la acusación, ya es un problema.
5) Pese a las graves pérdidas económicas que el conflicto en la frontera les ocasiona, han decidido asumirlas a cambio de derrocar al proceso bolivariano
El cierre de la frontera le está causando a los empresarios colombianos y al Estado, grandes pérdidas económicas. La apelación a la Corte Penal Internacional, lo prolongará y agudizará esas pérdidas. Han decidido asumirlas en función de derrocar al gobierno bolivariano.
Accionar los mecanismos regionales a través de Unasur es una gran prioridad. Lo que resalta la importancia de la propuesta que hizo el presidente Maduro para que una comisión paritaria de Unasur se instale en la frontera de los dos países. Es notable como el presidente Santos se apresuró a convocar una reunión de emergencia de Unasur para tratar el tema. Obviamente no se sintieron cómodos con la propuesta que hizo el presidente Maduro, pues la Comisión de Unasur iba a poner sobre la mesa toda la verdad. Seguramente el imperio azuzó para abandonar ese camino.
El cierre de la frontera no es indefinido. Las políticas económicas están esperando
Bien sabemos que esta medida tiene un límite. Los hechos han demostrado que fue necesaria y correcta. Debe completarse cerrando, por lo menos, parte de la frontera del Estado Zulia.
En algún momento hay que enfrentar los problemas económicos y estructurales que tienen que ver con el contrabando, el bachaqueo, el empoderamiento de las mafias narcoparamilitares en la frontera, la especulación con la relación bolívar-dólar, los crímenes y demás delitos transfronterizos, etc.
Sin pretender proponer un programa de medidas ahora, asomaré algunas en torno a ciertos temas inmediatos. El punto central de cualquier programa de medidas es la revolucionarización del modelo petrolero. No trataré este aspecto ahora. En otros trabajos como La Petrolia del Táchira y el Modelo Petrolero Transnacional que se impone cuando Juan Vicente Gómez derrocó a Cipriano Castro, lo trató con cierta amplitud.
Sobre las políticas económicas diré que en algún momento el gobierno debe encarar temas como el incremento del precio de la gasolina, la modificación de la fuente de energía para uso de vehículos terrestres de gasolina a gas, una revolución del transporte público lo que deberá incluir un sistema de subsidios paliativo de los efectos del incremento del precio de la gasolina, la unificación del tipo de cambio, la soberanía alimentaria, el patrón de consumo, entre otras. No se puede depender sólo de los controles.
El mundo está marchando hacia el fascismo
En el mundo entero va creciendo esta tendencia. Se agudiza en EEUU y en Europa y avanza en Colombia. En dicho país mafias narcoparamilitares van controlando el Estado. Es notable como esa influencia se va expresando en el más reciente conflicto con Venezuela. Hicieron una propuesta estableciendo condiciones para aceptar un diálogo bilateral. Luego, prácticamente sin esperar respuesta alguna, se presentan anunciando una demanda ante la Corte Penal Internacional (CPI), en la que nos acusan de violación a los derechos humanos y solicitan la detención del presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Sr. Nicolás Maduro. La política exterior colombiana se coloca abiertamente al servicio de la desestabilización y el eventual derrocamiento del gobierno de Venezuela.
Previamente el ministro de la defensa declaró, que estaban preparados para lo peor. Listos para “enfrentar y derrotar toda amenaza interna o externa”. Ver: http://www.laopinion.com.co/frontera/fuerzas-armadas-estan-listas-para-l...
Es fácil alardear y fanfarronear cuando en tu territorio tienes siete bases militares estadounidenses y una israelí. Sin embargo, no eres capaz de denunciar a los soldados de EEUU que violan a las niñas colombianas.
Como ya señalé, el 11 de septiembre culmina un golpe de Estado organizado por el poder mundial, que “legaliza” la tortura, las “desapariciones”, las cárceles clandestinas; que elimina el derecho a la privacidad a través de un monstruoso aparato de espionaje y legitima las detenciones sin fórmula de juicio, las ejecuciones extrajudiciales, pues el presidente de EEUU, utilizando la más moderna tecnología, está autorizado a ordenar el asesinato de cualquier persona sospechosa de terrorismo, en cualquier lugar del mundo.
Por otra parte, la eliminación del Estado del Bienestar, eliminó los espacios de relativa convivencia democrática donde se permitía ciertas negociaciones interclasistas fundadas en ciertas concesiones en el campo de los derechos económicos, sociales y políticos. Esto desnudó a un aparato estatal pleno de violencia y le quitó fundamento a la democracia representativa.
El neoliberalismo eliminó el derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación, a la salud, en fin, a la piedad y a la compasión. El mercado mediante un sistema de premios y castigos se encargó de administrar la vida de las personas. Los eficientes, los que saben competir, es decir, aprovechar las “oportunidades” que el mercado ofrece, tienen éxito, los otros, los ineficientes, fracasan. Así van aprendiendo la lección, van aprendiendo a competir. El mercado y sus reglas, como ya dije, no dan espacio para la piedad, la compasión, la solidaridad. Es una guerra de todos contra todos. Intensa, permanente, siendo este el fundamento de la Estrategia Imperial de Guerra Permanente, asunto sobre el que he hablado en otros lugares.
Destruida la más elemental base para la convivencia democrática como es el respeto a los derechos civiles, económicos, sociales y ambientales, lo que queda para garantizar la cohesión social, es el miedo, el terror.
Después del 11 de septiembre de 2001 tenemos un nuevo enemigo: los terroristas que están por todas partes, multiformes, con ilimitados rostros, incluso, dentro de nuestras comunidades. El diferente, el que tiene otra religión, otro color de piel, otra cultura, el desempleado, el inmigrante, el extranjero.... El mundo se hace inseguro, pero no el mundo en general, sino nuestra vida cotidiana: nuestro centro de trabajo, la escuela, la calle, la comunidad... Por donde quiera puede estar un terrorista, un asesino, un ladrón, un atracador, un secuestrador... Las bandas criminales, mafiosas que ellos mismos organizan y financian se encargan de materializar esa realidad pues esas mafias no son otra cosa que una máquina de terror.
Surge una asociación entre el Estado terrorista y los terroristas que este impulsa, financia y organiza. Ese Estado terrorista es el poder mundial, que actúa a través de todos los Estados que ha subordinado y sometido. Han dejado de ser Estados soberanos y son parte de una maquinaria infernal, de la cual el llamado Estado Islámico es una parte esencial.
Desaparecidos los derechos económicos, sociales, políticos y ambientales como centro de cohesión, establecido que vivimos en un mundo peligroso, el principal bien que el Estado puede ofrecer a la sociedad, es la seguridad, la protección. El poder mundial, enemigo de la humanidad, de la naturaleza y el planeta, se otorga a sí mismo la Responsabilidad de Protegernos. Es un pacto mafioso: ese Estado nos aterroriza, nos llena de miedo y el mismo se encarga de protegernos; pero no es una protección altruista. En los tiempos de la dictadura del mercado, todo se paga.
La gente debe pagar “vacunas” para garantizarse seguridad. La relación social entre dominados y dominadores es una relación mafiosa, que se rige por reglas totalitarias basadas en el terror. El fundamente de la cohesión social no es una oferta de bienestar representada por derechos sociales políticos y económicos. El fundamento de la cohesión social es pues el miedo, incluso, el terror. Y la garantía de la obediencia es el chantaje, la violencia. Obviamente, no pueden surgir instituciones democráticas y participativas. Sólo un orden autoritario y violento puede ser el centro del gobierno.
¿Llegaremos a las elecciones del 6D?
Si el poder mundial considera que con la agudización de este proceso de desestabilización el bolivarianismo estará lo suficientemente debilitado, incluso desmoralizado, como para organizar alguna reacción ante la derrota, podría ser que lleguemos a las elecciones del 6D.
Incluso, puede ocurrir que al poder imperial no le convenga el resultado electoral, incluso así gane la oposición. Puede que ese poder prefiera organizar la transición a su manera, sin tener que pasar por negociaciones dentro de la oposición. El imperio puede preferir escoger a dedo e imponer una solución.
Por otra parte, aun perdiendo, el bolivarianismo podría tener una importante representación parlamentaria y mantener cuotas de poder en diversas instituciones, incluida la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. El poder imperial que no cree en la democracia, no tiene interés en que las fuerzas bolivarianas, desde la oposición, acumulen fuerzas que le permitan retomar el gobierno. Ese poder sabe que ellos no van a mantener la política social y los diversos beneficios económicos y sociales que el chavismo ha garantizado a la población. También sabe que el chavismo acumuló fuerza social organizada y existen y no desaparecerán fácilmente organizaciones de producción y propiedad social.
Es posible que el imperio prefiera una solución a su manera mediante el chantaje, la violencia, el soborno, halago, la seducción, incluyendo en ese menú los descuartizamientos. Ahora no puedo establecer que camino seguirá, pero tratando de ver las experiencias recientes, generalmente no le interesan mucho las soluciones electorales salvo si todo lo puede prever y resolver previamente sin posibilidades de sorpresas. Las elecciones del 6D presentan diversas interrogantes.
Subsidios estatales, contrabando y neoliberalismo
Para la visión neoliberal el contrabando desde el punto de vista de la economía de mercado, no es un delito, es una consecuencia de políticas equivocadas que afectan el funcionamiento del mercado. Si el mercado funciona plenamente sin interferencias del Estado como subsidios, control de precios, control de las importaciones y exportaciones, etc., el contrabando tendería a desaparecer.
Diré, en primer término, que los precios siempre están controlados. Si no los controla el Estado los controlan los grandes monopolios privados de carácter transnacional. En los tiempos del capital transnacional el libre mercado no es más que un eufemismo.
En segundo término, la visión neoliberal, como lo he remachado, no cree que el trabajo, la educación, la salud y otros requerimientos humanos sean derechos. Esos requerimientos, para que sean sostenibles y sustentables deben ser el resultado de transacciones de mercado.
Por tanto, el contrabando de extracción no es más que la consecuencia del diferencial de precios existentes entre el mercado venezolano donde los precios de los productos están subsidiados y el mercado colombiano donde circulan libremente. En consecuencia, si desaparecieran los subsidios estatales en Venezuela y los precios de los bienes los estableciera libremente el mercado, el contrabando de extracción iría desapareciendo.
El Estado venezolano es un Estado soberano y puede establecer las políticas económicas que considere necesarias para el bienestar del pueblo venezolano. Ningún Estado tiene derecho a cuestionarlas y apoyar aquellos procesos que son, de hecho, una intervención en los asuntos internos de Venezuela y afectan la seguridad y la soberanía alimentaria de nuestro pueblo. Los argumentos de las autoridades colombianas son intervencionistas y no están en sintonía no con el principio de no intervención en los asuntos internos y el respeto a las políticas que cada Estado soberanamente haya decido, sino en sintonía con los intereses de los poderes imperiales.
Internacionalmente el contrabando es considerado un delito y los Estados no pueden justificarlo y mucho menos legalizarlo apelando a diferencias en las políticas económicas que soberanamente cada Estado aplica.
Es absolutamente ilegal que las autoridades colombianas autoricen la venta pública de bienes obtenidos a través del contrabando. Ese es un grave delito, agravado por cuanto las autoridades colombianas en lugar de castigar la ilegalidad, permiten que prospere y a justifican.
Otro caso es del decreto del Presidente Pastrana, que coloca al Estado colombiano legalizando una operación fraudulenta contra la moneda venezolana y de hecho, legalizando la especulación.
La política monetaria venezolana podría ser equivocada, pero ningún Estado tiene derecho a inmiscuirse en ese asunto y legalizar los ataques contra nuestra moneda y actividades especulativas que provocan pérdidas a la economía venezolana y milmillonarias ganancias a la mafia de especuladores que organizan estos procesos contra la soberanía de la nación venezolana.
Esas mafias son las mismas que trafican con drogas, que mantienen bandas de paramilitares como la expresión en Colombia de poderosos ejércitos privados transnacionales de carácter fascista, verdaderas pandillas de criminales, asesinos a sueldo encargados del trabajo sucio, de los descuartizamientos, de los robos de tierras, de violaciones, torturas, asesinatos en masa que culminan en fosas comunes, de las que está lleno el territorio colombiano. Esa ignominia es la que está defendiendo y apoyando el gobierno colombiano pues el contrabando, la especulación contra el bolívar, las fosas comunes, los descuartizamientos con la sierra eléctrica, son un solo negocio, el negocio de la muerte.
Con esa amenaza criminal es con la que nos quieren chantajear y aterrorizar al pueblo de Venezuela, como lo han hecho con el pueblo colombiano. Por eso la emigración masiva de colombianos hacia Venezuela.
Siguen repitiendo la cobardía de Santander cuando ante las diferencias políticas con Bolívar, el Libertador, planeo su asesinato. Si de Santander hubiese dependido ni Ecuador ni Perú hubiesen sido liberados ni Bolivia hubiese sido creada.
Su lenguaje agresivo se debe a que tienen siete bases estadounidenses en su territorio y una israelí no declarada, listas para atacar a Venezuela y a cualquier país soberano de la región latinocaribeña, como ya lo hicieron con Ecuador.
Olvidando la deuda eterna que tienen con el pueblo venezolano que cruzó Los Andes mal equipado y mal vestido (muriendo muchos por el inclemente frío), y descendió de la montaña y en Pantano de Vargas y en Boyacá, batió el ejército español dándoles la libertad a Uds., colombianos, ayer neogranadinos. Sangre venezolana se derramó sobre esa tierra para bajo la dirección del Libertador Simón Bolívar, liberándolos del yugo español. Uds. podrán armarse con aviones supermodernos, bombas de destrucción masiva, cañones y misiles de largo alcance, colocar al frente de ellos a parte de los peores criminales que hoy pueblan la tierra, pero esa verdad siempre estará ahí.
Afortunadamente el pueblo digno conoce la historia y por eso, en la tierra venezolana colombianos y venezolanos, somos hermanas y hermanos.
Señores de la dirección política de Colombia, Uds. al dirigirse a la Corte Penal Internacional, acusar a Venezuela de violación de los derechos humanos y pedir la detención de nuestro presidente Nicolás Maduro, están rechazando de manera prepotente y ofensiva, el camino del diálogo bilateral, el que verdaderamente puede garantizar la paz, olvidando que si se abrieron posibilidades de paz en Colombia, ello se debe a las acciones altruistas del Presidente Chávez, que el presidente Maduro ha sabido continuar. Están amenazando la única región de paz que existe hoy en el mundo, lo que tiene mucho que ver con la geopolítica desarrollada por el Presidente Chávez y el nacimiento de la Alba, Unasur, Petrocaribe, Celac y diversas formas de integración cultural, económica, política fundadas en la soberanía de los pueblos. Están amenazando con la destrucción de todo este proceso que unidos nos ha hecho recuperar dignidad y relevancia política internacional.
Ya la revista Semana de Bogotá calificó la decisión de acusar a Venezuela ante la Corte Penal Internacional como un “disparate”. Desde el punto de vista de mantener las posibilidades de diálogo bilateral entre los dos gobiernos, ese es un “disparate”. Desde el punto de vista de cerrar esas posibilidades para internacionalizar el conflicto y acelerar los procesos de desestabilización y derrocar al gobierno de Venezuela, no lo es. Sólo que facilita que Venezuela les gane la batalla política y les impida cumplir con el objetivo de derrocar al presidente Maduro. Desde ese punto de vista han dado un paso en falso.
Prefieren mantenerse como aliados del gobierno de EEUU, no del pueblo de ese país afectado por la pobreza, por la discriminación racial, etc. La “valentía” que demuestran para llevar a la patria bolivariana a la Corte Penal Internacional, es la que no demuestran para denunciar a los soldados estadounidenses que violan a las niñas colombianas.
Sin fanfarronería y con la seguridad de que Uds. no representan la dignidad del pueblo colombiano, les decimos ¡No pasarán!
CEPRID
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