CEPRID

Cuba: desempeño económico en 2014 y proyecciones para 2015

Jueves 19 de febrero de 2015 por CEPRID

José Luis Rodríguez

Cuba Contemporánea

Al cierre de cada año se impone un recuento del desempeño de la economía cubana, cuya primera evaluación integral se produjo el pasado 19 de diciembre en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP). Los datos expuestos por el ministro de Economía, cuya intervención fue transmitida por la televisión cubana los días 19 y 22 de diciembre, permiten realizar una valoración preliminar de los resultados en 2014 y de las proyecciones para el año entrante, aunque una visión más integral y precisa del período que culmina solo podrá efectuarse cuando se disponga de las cifras del Anuario Estadístico de Cuba.

El año que concluye fue un momento de notables dificultades, especialmente durante el primer semestre, cuando el PIB creció solo 0,6%, con una disminución de -1,8% en las inversiones y una caída de la producción industrial, así como una zafra por debajo de lo planificado en 12%, y un incremento del turismo de solo 4,6% hasta mayo, entre los indicadores más significativos. Solamente un notable esfuerzo durante el segundo semestre hizo posible crecer alrededor de 2,2% en los últimos seis meses, para lograr un aumento del 1,3% del PIB en 2014, cifra –no obstante– por debajo del 2,2% planificado originalmente. Las causas de este desempeño se ubicaron fundamentalmente en una caída de los ingresos externos en divisas, factores climáticos negativos e insuficiencias en la gestión económica interna.

En relación con la caída de ingresos externos puede asumirse una afectación negativa por el descenso de los precios del azúcar de -9,7% este año, unido a una zafra inferior a lo previsto, y un descenso de la producción de níquel a partir de una capacidad de producción reducida por las reparaciones capitales emprendidas, que no se compensa con el alza de 9,4% en los precios. También la caída de los precios del petróleo, a partir de junio, afectó los ingresos por exportaciones de portadores energéticos. A esto se añade un crecimiento del turismo de solo 4,3% hasta octubre, de un plan superior al 10% en este año, con la correspondiente reducción de las entradas previstas por esta vía. La sequía que ha afectado a la agricultura durante el presente año, sumada a las limitaciones para desarrollar el riego con el agua represada, impidieron la siembra prevista de varios productos como el arroz, lo que tuvo una incidencia negativa en el sector, que se extendió también a la agricultura cañera.

Las insuficiencias de la gestión económica interna se apreciaron en la existencia de 151 empresas que cerraron con pérdidas su gestión y acumularon un saldo negativo de 439 millones de pesos en el año, mayormente en el Ministerio de la Agricultura, con 71 entidades con saldos deficitarios. Adicionalmente, hubo 320 empresas que pagaron 189 millones de pesos de salarios sin el indispensable respaldo productivo.

Por otro lado, se pusieron de manifiesto un grupo de dificultades en la reestructuración empresarial, especialmente en lo referido a la gestión de las Unidades Empresariales de Base (UEB), cuyas facultades se vieron reducidas en muchos casos, dando lugar a mayores complicaciones para su gestión, cuestión que se deberá rectificar, según se anunció.

Los resultados esperados para 2014 no contaron con un análisis sectorial detallado, por lo que en estos momentos solo se pueden ofrecer algunos estimados.

Entre los indicadores básicos informados se encuentran el ya mencionado crecimiento del PIB, que alcanzó 1,3%, muy cerca del pronóstico de 1,4% anunciado al cierre del primer semestre. Destaca también la reversión en la caída de las inversiones, las que alcanzaron unos 5 595 millones de pesos, para un incremento de 7,2% en relación con 2013.

La agricultura no cañera –según los datos publicados hasta septiembre– alcanzó en los nueve primeros meses del año un aumento en el volumen del 16,5%, mientras que su crecimiento en términos de valor agregado fue de 5,6% en el primer semestre. Todo esto permite suponer que el incremento en 2014 debe estar entre 5 y 6%, cifra superior al 4,7% logrado en 2013. No obstante, los crecimientos registrados y el aumento de la oferta en los mercados no permiten aún incidir en una disminución de los precios.

Sobre este polémico tema se explicó que la intervención estatal para lograr esos objetivos debe dirigirse al auge de la oferta, preferentemente con una mayor producción doméstica, aunque también puede lograrse el mismo efecto con importaciones, pero a un costo superior. Al respecto se subrayó la inefectividad de fijar precios bajos de forma administrativa en un mercado abierto a la oferta y demanda, lo que provoca –en la mayoría de los casos– el acaparamiento por los especuladores y el desarrollo de la economía sumergida en las operaciones comerciales. El ejemplo referido por el ministro de Economía en la ANPP, en el caso del arroz, ilustra una acción estatal más adecuada en ese sentido, al incrementar la oferta para bajar los precios combinando producción nacional e importaciones.

El sector industrial no azucarero se mantuvo deprimido durante el segundo semestre del año, por lo que no se espera que haya crecido, tomando en cuenta las limitaciones financieras que frenaron las importaciones necesarias para ello. En la construcción cabe suponer un crecimiento igual o superior al 8% logrado en 2013, aunque la cifra de viviendas construidas no rebasó las 23 mil que se terminaron el pasado año.

Las restricciones afrontadas en 2014 repercutieron también en el presupuesto del Estado, especialmente en el impuesto de circulación y ventas, que dejó de recaudar 826 millones de pesos por la caída en la oferta. No obstante, los ingresos fueron sobrecumplidos en 7%, en tanto que se ejecutó un 6% más en los gastos. También se destaca el crecimiento de 29% en los impuestos pagados por el sector privado y cooperativo, aunque ello representa solo el 4% de los ingresos brutos.

En general, se pudo reducir el déficit presupuestario a 4,1% en relación con el PIB, cifra ligeramente inferior a lo planificado, al tiempo que se logró mantener el equilibrio fiscal, a pesar de erogaciones adicionales como el aumento salarial en el sector de la salud.

Factores externos

Los factores externos no tuvieron para Cuba el desempeño esperado durante 2014, un año en que el esfuerzo del segundo semestre permitió revertir la contracción del crecimiento durante la primera mitad. Junto al impulso a la inversión extranjera, el país mantuvo una política dirigida a cumplir sus compromisos financieros y preparar condiciones internas y externas para un despegue a partir de 2015, al tiempo que continuaba la expansión del sector no estatal.

Según estimados, el valor total de las exportaciones -que ya en el primer semestre quedaron 17% por debajo de lo previsto en el plan- muestra un ligero descenso calculado en 1,6% en el año. Un dato positivo de última hora, en lo que se refiere a exportación de servicios, refleja un crecimiento del turismo de 5,3%, lo que permitió llegar a la cifra de tres millones de visitantes en el año.

Se estima que en el año recién concluido el valor de las importaciones totales aumentó en torno al 7%, básicamente influenciado por aumentos de precio en un grupo significativo de productos.

El valor de la importación de alimentos alcanzó los 2 057 millones de dólares, incrementándose en 8,3% en relación al 2013. Al respecto, la información disponible el 30 de diciembre del 2014, comparada con igual fecha del año anterior, destaca que los precios se incrementaron 28,1% en el caso del maíz; 12,3% el pollo en cuartos; 22,5% el arroz; 6,6% los frijoles; 71% los chícharos y 49,1% el café tipo Arabia. Solamente reflejaron disminuciones los productos del complejo de la soya, mientras que mantienen sus ya elevados precios productos como la leche en polvo.

Los combustibles importados mantuvieron su tendencia al alza en los precios durante el primer semestre del año, con un incremento del barril de petróleo WTI de 6,1%, mientras que en los últimos seis meses del año se produjo un descenso de 43,6% en los precios. La tendencia neta de la reducción impactó positivamente en las importaciones, pero también redujo el valor del combustible exportado en la segunda parte de 2014.

En general, se mantuvo un saldo comercial positivo en el año, estimado en unos 1 591 millones de dólares, aunque resultó inferior en 47% al logrado en 2013. También se reportó un saldo ligeramente positivo en la cuenta corriente.

Durante el año que concluye se estima que se recibieron remesas por unos 1 700 millones de dólares, aunque otros estimados realizados en el exterior consideran que la cifra supera los 2 000 millones. En este sentido, cabe señalar que estos últimos cálculos contemplan como remesas todas las transmisiones de valores en efectivo o en especie hacia Cuba, lo que tiende a inflar las cifras.

En el marco de la actualización de las relaciones económicas externas, durante 2014 continuó aplicándose una política dirigida a cumplir los compromisos internacionales asumidos a través de la renegociación y el pago gradual de la deuda externa vencida.

Renegociaciones muy favorables, como la llevada a cabo con Rusia sobre los adeudos reclamados como parte de la deuda con la antigua URSS, permitieron cancelar el 90% de unos 35 000 millones de dólares -según cifras rusas-, convirtiendo el pago del 10% restante en una operación que se financiará mediante créditos y facilidades de inversión. Esta renegociación permitió borrar una cifra significativa de los adeudos pendientes de pago con el Club de París y abrió nuevas posibilidades comerciales y financieras con la economía rusa. Los niveles de la deuda externa total de Cuba -según el Economist Intelligence Unit- se calculan en 25 212 millones de dólares, una estimación que toma en cuenta tanto la deuda renegociada como la no renegociada, con un pago se servicio de unos 3 100 millones de dólares en este año.

En marzo de 2014 se aprobó una nueva Ley de Inversión Extranjera con una clara definición de la política a seguir en cuanto a los sectores a priorizar, incluyendo un reglamento con condiciones más flexibles en relación a la anterior legislación de 1995.

En este ámbito se destaca el anuncio sobre la necesidad de recibir entre 2 000 y 2 500 millones de dólares anuales de este tipo de flujo financiero. Con posterioridad se dio a conocer lan Cartera de Oportunidades de Negocios, con 246 fichas contentivas de proyectos por un valor de 8 700 millones de dólares. Todo esto se complementó con el lanzamiento de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel, que ofrece condiciones más favorables para el inversor foráneo.

En el ámbito de la política económica interna, en el año concluido se continuó avanzando en la preparación del proceso de reunificación monetaria. Sobre el posible impacto de este complejo proceso, el presidente Raúl Castro subrayó en su discurso durante la clausura del período de sesiones del Parlamento, el pasado 20 de diciembre, que “se garantizarán los depósitos bancarios en divisas extranjeras, pesos cubanos convertibles (CUC) y pesos cubanos (CUP), así como el efectivo en manos de la población y las personas jurídicas nacionales y foráneas”.

De igual modo, continuó el crecimiento del pequeño sector privado urbano, en el que se computaron más de 477 000 trabajadores por cuenta propia al cierre del año, para un crecimiento de más de 30 000 nuevos emprendimientos durante el ejercicio.

En este sector se registra todavía una baja participación del crédito bancario en el financiamiento de las operaciones, ya que solo le correspondió el 2% de los créditos otorgados a personas naturales; al mismo tiempo, otros estimados calculan que alrededor del 50% de las remesas funcionan como capital de trabajo o inversiones para el sector privado o cooperativo.

Por otro lado, se han aprobado ya 498 cooperativas no agropecuarias, de las cuales se encuentran funcionando 329. Se destaca en este ámbito el programa de transferencia a esta forma de gestión de 12 988 pequeños negocios estatales en la esfera de la gastronomía y los servicios menores, de los cuales ya se ha reconvertido el 27%, en un esquema que contempla un proceso que puede durar hasta el 2016 e incluso más allá. En todos estos casos el Estado continúa manteniendo la propiedad sobre los medios de producción fundamentales, que se entregan en arriendo.

Finalmente, durante 2014 continuó adelante la descentralización de la gestión en las empresas estatales, proceso que posibilitará un aumento salarial significativo en la medida en que se avance, y que tiene como límite un coeficiente salarial de 0,33 en relación al nuevo valor creado para retribuir a los trabajadores por los aumentos de productividad.

En términos de la política salarial -además del aumento en el sector de la salud, que importa unos 2 750 millones de pesos anuales- se aprobó una tasa de conversión de diez pesos por CUC ingresado como pago de la fuerza de trabajo para los trabajadores de la ZEDM y de dos para los trabajadores del resto de las empresas mixtas del país. Acerca de las retribuciones, se informó que se produjo un incremento del 9,1% en el salario medio en el año. Algunos ajustes en la política fiscal registraron un incremento en los aranceles no comerciales para personas naturales y en el valor de referencia de las viviendas objeto de compraventa.

El 2014 concluye así con el notable esfuerzo realizado por el país durante el segundo semestre, que posibilitó remontar la contracción en el aumento del PIB en los primeros seis meses. El año se destacó por el significativo impulso a la inversión extranjera y la permanente atención al pago de los compromisos externos como elementos clave para asegurar las condiciones que permitan las condiciones de financiamiento externo indispensables para un despegue a partir de 2015, un año que supone importantes transformaciones.

Para el año 2015 se ha previsto que la economía cubana crezca algo más de 4%, con lo que se lograría un aumento significativo en el ritmo del crecimiento económico del país, que ha venido incrementándose a un promedio anual de 2,5% en los últimos cinco años, con un máximo de 3% en 2012. Lograr ese objetivo ha supuesto algunos cambios de importancia en la política relativa al sector externo de la economía.

En primer lugar, se señaló justamente que si el país no incrementa sus importaciones no es posible crecer a mayor velocidad. En efecto, diversos análisis econométricos han demostrado que para lograr un incremento del 1% en el PIB las importaciones deben aumentar más de 2%.

No obstante, limitaciones financieras de diversa naturaleza, esencialmente, provocaron que el peso de las importaciones en relación con el PIB descendiera del 32,4% en 2008 al 20,1% en 2014. Además, en la composición de esas importaciones descendieron los bienes de capital –fundamentales para el proceso inversionista– de 18,5% en 2007 a 10,2% en 2013.

En segundo lugar, como es lógico suponer, no basta proponerse aumentar las compras en el exterior si ello no se acompaña de un crecimiento en la capacidad de compra. Sin embargo, el acceso a nuevas fuentes de financiamiento externo se ha venido restringiendo aceleradamente en los últimos años producto de una aplicación cada vez mayor del bloqueo norteamericano, que en su extraterritorialidad ha llegado a multar recientemente por más de 8 300 millones de dólares al banco francés BNP-Paribas por el supuesto delito de traficar con activos cubanos. A esto se añade que la agencia Moody’s elevó la calificación de riesgo país en abril de 2014 a Caa2 –alto riesgo–, a partir de lo que considera indefiniciones en la política económica y una supuesta incertidumbre en el suministro de petróleo al país. Ante la imperiosa necesidad de obtener recursos para hacer frente a la descapitalización que ha sufrido la economía cubana desde la crisis del Período especial, y la demanda de nuevas inversiones en la agricultura y la industria que permitan expandir exportaciones y sustituir importaciones, se adoptó una nueva Ley de Inversión Extranjera durante una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional en marzo de 2014, a la que siguió la publicación de una Cartera de Oportunidades de Negocios en noviembre, contentiva de 246 proyectos por un valor estimado de 8 700 millones de dólares.

Junto a todo lo anterior, en la sesión del parlamento cubano de diciembre de 2014 se dieron a conocer nuevas medidas encaminadas a incrementar los recursos financieros disponibles en el presente año al elevarse a unos 5 700 millones de dólares en el plan de 2015 el pago por servicio de la deuda –alrededor del 30% del valor de las exportaciones–, con una retoma de créditos por una cifra similar.

En torno a esta última decisión son destacables varios elementos. En primer término, si bien el país ha venido honrando sus compromisos de pagos externos en los últimos años, reduciendo el monto de la deuda de 37 a 30% del PIB, estimados internacionales plantean que aún quedan pendientes de liquidación un volumen de pagos atrasados equivalentes al 27% del total de los adeudos.

De este modo, un incremento del pago del servicio de la deuda, que puede estimarse en 84%, no pasará inadvertido a los medios financieros internacionales, lo que apunta a favor de la retoma de créditos por una cifra similar. Asimismo, también se anunció la liquidación de 447,3 millones de dólares de dividendos pendientes de pago a las asociaciones económicas internacionales, lo que igualmente coloca en una posición más favorable a la contraparte cubana.

La posible entrada de un volumen de financiamiento de esa magnitud, junto a una mayor entrada de capital extranjero, apoyaría decisivamente un crecimiento de las inversiones, que se espera llegue a 28,7% este año, con el consecuente derrame de este impacto para el crecimiento de la productividad del trabajo y el aumento de la remuneración de los trabajadores de las empresas estatales, todo lo cual apoya la meta de incrementar en algo más de 4% el PIB.

No obstante, se requiere de un especial esfuerzo para lograr las cifras planificadas, habida cuenta de los desequilibrios aún presentes en la estructura económica del país.

Apuntábamos que el crecimiento previsto de la economía en el presente año se apoya en un fuerte incremento del financiamiento disponible para expandir las importaciones indispensables, lo que, unido a un aumento de la inversión extranjera, en un contexto de nuevas perspectivas en las relaciones con Estados Unidos, debe crear condiciones para asegurar un crecimiento del PIB superior al 4%.

El crecimiento previsto se apoya en una expansión de las inversiones en torno a 28%, cifra que supone un aumento de unos 1 631 millones de pesos, lo que a su vez demanda un mayor nivel de eficiencia en el uso de los recursos, a partir de una secuencia estable de los suministros y un cumplimiento riguroso de los cronogramas de ejecución. Esto no es un esfuerzo menor si se tiene en cuenta que los crecimientos alcanzados en los dos últimos años fueron del orden de 7%, a lo que se añade la presencia seguramente superior de los inversionistas foráneos que deberán recibir mayor atención.

Por otro lado, la expansión prevista en el plan demanda un incremento notable de la productividad del trabajo. También aquí el salto será significativo, tomando en consideración que se espera un crecimiento de 7,9% para 2015, mientras que los ritmos alcanzados en los últimos años han estado sobre 2%, con un crecimiento de 7,5% en el salario medio, básicamente en el sector empresarial, a diferencia de 2014, cuando tuvo una gran incidencia el aumento de salarios en el sector de la salud.

También deberá mejorar la eficiencia, con una reducción de la intensidad energética en torno a 1,6%.

En cuanto a los incrementos sectoriales del nuevo valor creado, destaca –en primer lugar– el crecimiento industrial planificado de 11,8% luego de la desaceleración sufrida desde 2012 y la contracción registrada el pasado año. En tal sentido, resulta estratégico que la manufactura aumente su peso en la creación del PIB desde el 15% actual a entre 20 y 25% en el futuro no lejano, para lograr avanzar en la sustitución de importaciones.

En el sector industrial también resulta significativo el crecimiento previsto en la industria azucarera, de 22% en esta zafra.

En la agricultura deberá lograrse un aumento de 4,1%, con un crecimiento destacable de la producción arrocera que llegaría a 377,2 mil toneladas, aún lejos del consumo nacional, que se ubica en torno a unas 800 mil toneladas anuales. El incremento global previsto no se reflejará en una disminución de la factura de importación de alimentos, que se prevé llegue a unos 2 250 millones de dólares –para un aumento de 7% sobre 2014–, en lo que inciden fuertemente los altos costos que debe pagar el país, incluyendo los gastos por concepto de seguro y el flete.

Otros sectores que muestran crecimientos de importancia son las construcciones (15,1%); el comercio (8,1%), incluyendo un aumento de 55% en el mayorista y un incremento de 4% en la circulación mercantil minorista, y la actividad de hoteles y restaurantes (7,6%).

A partir de las condiciones de financiamiento externo ya analizadas, se espera un crecimiento de 5% en las exportaciones de bienes y servicios, para lograr un estimado de 18 464 millones de dólares, que incluyen unos 515 millones de derivados del petróleo.

Por su parte, las importaciones deben aumentar 13,3% este año para totalizar unos 17 086 millones de dólares, dentro de lo cual se estiman los ya mencionados 2 250 millones por concepto de alimentos y alrededor de 4 300 en combustibles, aunque esta última cifra puede sufrir reducciones si continúa disminuyendo el precio del petróleo. De este modo, se espera contar con un saldo comercial positivo de 1 378 millones de dólares y un saldo de cuenta corriente prácticamente equilibrado.

Un último aspecto que se debe considerar es el posible impacto económico de las perspectivas que se abren en la relación con los Estados Unidos. No se espera un levantamiento del bloqueo de forma inmediata, tomando en cuenta que esa decisión descansa en el Congreso y no depende –en lo esencial– de una decisión presidencial. Adicionalmente, es previsible una fuerte oposición del segmento más reaccionario que actúa en los medios políticos de ese país, incluyendo los representantes de la extrema derecha de origen cubano. No obstante, las acciones ejecutivas ya adoptadas por el presidente Obama deben producir algunos impactos económicos, entre los que cabe destacar los siguientes:

–El incremento en la cifra trimestral de remesas personales autorizadas, que se elevan de 500 a 2 mil dólares trimestrales, permite prever un aumento de estas durante este año.

–En las 12 categorías de viajes autorizadas a Cuba se flexibilizan –entre las más importantes– aquellas que corresponden a misiones de negocios y visitas académicas, las que, sumadas a las de visitas familiares de cubanoamericanos, pueden elevar la cifra de 386 367 visitantes en 2014 a una cantidad que rondaría el millón en el 2015.

–Los viajeros de Estados Unidos pueden introducir a través de las aduanas hasta 400 dólares de productos cubanos como souvenirs, de ellos 100 dólares en tabacos y ron.

–Se creó un lobby para impulsar las exportaciones de productos agrícolas a Cuba (Coalición Agrícola de Estados Unidos para Cuba), en estos momentos bajo las licencias específicas previstas por la legislación norteamericana, que no rompen el bloqueo. También se autorizan exportaciones de un grupo de bienes, específicamente dirigidos a promover el sector privado en Cuba.

–Finalmente, las acciones emprendidas por el gobierno de Barack Obama, y la expectativa de un levantamiento del bloqueo económico en un futuro, han impulsado nuevas iniciativas de negocios por empresarios de otros países ya presentes en Cuba, en lo que puede calificarse como una suerte de “efecto demostración” de la nueva situación creada.

El año 2015 comienza así con una serie de expectativas favorables para lograr un mejor desempeño económico en el país. No obstante, será determinante en ese propósito la elevación de la productividad del trabajo y la eficiencia económica interna, en un contexto en que, si bien mejora el clima de relaciones con Estados Unidos, estos no renuncian a su política dirigida a cambiar el régimen político en Cuba, y aún permanece el bloqueo económico sin modificaciones definitivas.

Ello plantea ciertamente la necesidad de adaptar la estrategia para continuar defendiendo el derecho al desarrollo del país, preservando su independencia y soberanía nacional en condiciones de nuevos desafíos y complejidades.


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