Durmiendo con el enemigo: base "humanitaria" del Comando Sur de EEUU en el Chaco en Argentina
Sábado 12 de mayo de 2012 por CEPRID
Carlos Pereyra Mele
Dossier Geopolítico
Esta es la alternativa a que nos enfrenta el ex senador de la república y actual gobernador de la Provincia del Chaco, Jorge Capitanich, siendo él durante los dos últimos años el promotor de “una nueva alianza estratégica con Estados Unidos” como él mismo lo señala y que ahora comienza con claridad a mostrar sus resultados en tanto que se trata de la primera base militar del Sur que es instalada en la Argentina sobre con el argumento inofensivo de que esta base humanitaria que sería de ayuda en caso de catástrofes naturales. El sitio en la web de la Gobernación del Chaco así lo anunció: “Necesitamos tener todos los recursos tecnológicos y equipamiento necesario para estar listos para entrenar a todo el personal.” Estas fueron las palabras de Edwin Passmore, Comandante en Jefe del Southcom quien hace unas semanas se reunió con el Gobernador Jorge Capitanich (1). Hasta ahí, se trata de una iniciativa “humanitaria” de parte de una superpotencia a una república del Sur, exhibida como una ayuda en caso de catástrofe, pero que sorprendentemente no ha sido mencionada en los medios de comunicación en circunstancias que los medios fueron los primeros en criticar las desastrosas medidas tomadas por el gobierno, pero claramente evitan investigar e informar sobre las actividades de Estados Unidos en la Argentina y la región.
El primer enfoque sobre el problema de una base militar extranjera en el Chaco se planteó debido al acuerdo tomado por el ex ministro y actual senador Aníbal Fernández y el gobernador del Chaco en ese momento. ¿Por qué razón necesitaríamos de ayuda extranjera especial para prepararnos para un eventual desastre natural, en circunstancias que el estado nacional cuenta con los medios necesarios, los equipos y el personal que ha sido debidamente entrenado para estar a la altura de las necesidades en situaciones de catástrofe? Pero aun estando escasos de algunos elementos en esa área, ¿por qué no recurrir a organizaciones internacionales especializadas tales como White Helmets, la Organización Panamericana de la Salud, UNICEF o la Cruz Roja Internacional? Pero en vez de eso, nosotros estamos recurriendo al apoyo de un organismo militar a través del Comando Sur de Estados Unidos.
¿Qué es el Comando Sur? Se trata de una institución que durante años ha asumido el rol de organización dirigente entre las actuales instituciones norteamericanas, tales como el Departamento de Estado, la CIA, DEA, etc., con el objetivo de garantizar la “seguridad, estabilidad y prosperidad de la América toda. El papel del Comando Sur se ubica dentro del creciente poder del Departamento de Defensa dentro de la política exterior norteamericana, como parte de un plan global separadamente de otros problemas en los que Estados Unidos está involucrado, y lo que es más importante, es independiente de cualquier “cambio” en el gobierno norteamericano. Por otra parte, podemos mencionar que el siglo XXI no es ni será un período pacífico. La dinámica política que prevalece en este siglo se expresa cada vez más en términos militares.
Desde que Estados Unidos comenzó a perder influencia sobre América Latina, económicamente hablando China, la India, Rusia y la Unión Europea se han convertido en socios importantes y políticamente hablando, principalmente América del Sur, desarrolla procesos de integración que se han consolidado a través de Mercosur, UNASUR, ALBA, CELAC los cuales no incluyen a Estados Unidos. La presencia norteamericana en el área está a cargo del Comando Sur que asumió el rol de representante del imperio en nuestro territorio como alguna vez lo hicieron los procónsules del Imperio Romano. Es un crimen no reconocer este hecho en circunstancias que necesitamos forjar alianzas estratégicas por los beneficios que eso nos podría acarrear. Una de las nuevas estrategias del Comando Sur con el objeto de hacerse menos sospechoso y que su presencia sea mejor vista en la región es un rol humanitario, el cual no es ni inofensivo ni neutral. Esto significa figurar como base militar pero que no es ni base ni militar, sino un Centro de Emergencia siendo este el nuevo concepto “flexible” de bases militares del Pentágono lo cual no está lo suficientemente claro en relación a las actividades civiles lo que produce gran confusión en la opinión pública (2).
Dentro de este contexto, no es casual que el Gobernador del Chaco, Jorge Capitanich, ya haya iniciado una cruzada para instalar en el Chaco a la American Union, y que en el mes de septiembre del 2010 le dio la bienvenida a un grupo de delegados norteamericanos que fueron invitados por una fundación local (siempre existe una fundación local a la mano que hace de vínculo) para celebrar este tipo de reuniones. Durante el evento el gobernador abogó por una alianza estratégica entre Norte y Sur América para bien del continente, que al estar unificado podría reposicionarse como una potencia global, así lo plantea Capitanich cuando dice “Defenderé este proyecto. Juntos podríamos constituirnos en el mayor reservorio de minería, agua potable, alimentos, recursos energéticos, recursos culturales, áreas turísticas, talento humano y tecnología vinculados a los procesos productivos”. Estas fueron las palabras del gobernador que habló como presidente. Terminó su discurso diciendo “Desde Suramérica percibimos con cierta tristeza que Estados Unidos no nos considera como aliados”. (3) También señaló que la actual crisis es una oportunidad para fortalecer nuestras relaciones “yo estoy por esta alianza estratégica y estoy dispuesto a luchar por ella”, agregó.
Estas declaraciones son confirmadas por el hecho de la base instalada en el Chaco lo cual nos hace preguntarnos ¿Están estas políticas de acuerdo con la idea de una integración continental en Sur América sin participación norteamericana, cosa que es apoyada por la mayoría de los países de la región y con la ayuda y defensa del gobierno nacional? Resulta claro que no. ¿Qué pasaría con la UNASUR y con la CELAC si la idea de la American Union agitada por Capitanich y el Consejo de Defensa de la América del Sur eventualmente tuviera éxito? Todo lo que hubiésemos hecho sería inútil, que nos hubiésemos atrevido a rechazar el estado de dependencia que hemos tenido a través de políticas nacionales erróneas apoyadas por esa potencia humanitaria que hoy en día viene a rescatarnos con sus “bases falsas”. ¿Estará el gobernador agitando otra vez la balcanización, la división de los países latinoamericanos en pleno siglo XXI? Lo que si sucede es que se están despertando sentimientos de desconfianza. ¿Cuál podría ser el verdadero papel de una base militar humanitaria en el Chaco, monitoreando una región aparentemente inestable? Todo esto dentro del contexto de lo declarado por Douglas Fraser, jefe del Comando Sur quien nos advierte sobre posibles “turbulencias geopolíticas” en Bolivia o acerca de los informes sobre la presencia de terroristas internacionales en la Tripe Frontera (lo cual nunca ha sido demostrado) o el argumento que sería de “ayuda” para combatir el narcotráfico lo cual sería la base para la opinión del presidente Evo Morales en el sentido que la lucha contra el narcotráfico es una herramienta de Estados Unidos para dominar nuestra región (4). Además, esta base militar humanitaria está ubicada en un área rica en recursos naturales y eventualmente podría ser controlada por las potencias occidentales, sobre todo después que el agua se convirtió en un recurso estratégico para el Pentágono junto al petróleo y al gas, aquí y en el mundo, estas potencias no son neutrales sino muy por el contrario ellas son parte de una iniciativa para promover conflictos como los que se ven en América del Sur provocando contradicciones entre los pueblos o neutralizando los procesos que resultan contrarios a sus intereses.
Mientras nuestro gobierno promueve una campaña internacional para hacer entender al mundo que el socio de Estados Unidos, el Reino Unido ha militarizado el Atlántico Sur al instalar una nueva base en las Islas Malvinas, el gobernador del Chaco permite legalmente la instalación de una base militar en el territorio continental lo cual lo convierte en un “Caballo de Troya” del Comando Sur en la Argentina. Por todo lo dicho anteriormente, me atrevería a sostener que la actual situación en el Chaco significa prácticamente “estar durmiendo con el enemigo.”
Ver.
1.- Información publicada en el sitio oficial de la Gobernación del Chaco en la Web.
2.- Punta de lanza del Comando Sur de Estados Unidos en el Chaco argentino. ARGENPRESS.info
3.- Capitanich promueve una alianza estratégica con Estados Unidos. Chacodiapordia.com
4.- “Las Drogas” herramienta geopolítica del Imperio por Carlos Pereyra Mele.
CEPRID
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