«Memoria del futuro: a eso debemos aspirar. Memoria del futuro porque esta ha de ser una de las tareas fundamentales de la poesía, hoy y en cualquier momento. Y recordar es ver lo que está por venir: no solo el desastre que llega y sus consecuencias, tanto inmediatas como a medio y largo plazo, sino también lo que habrá que hacer». Estas palabras iniciales de la imprescindible introducción de «Clavar limas en la tierra» nos invitan a sumergirnos en la profundidad de este poemario del Grupo Surrealista de Madrid y alrededores que recopila la labor de una veintena de autores, que concibe de la expresión poética como «constantemente concebida como un medio de exploración del lenguaje, de su esplendor y de su opacidad, de sus arenas movedizas y de sus paraísos perdidos, de sus límites intrínsecos y del uso instrumental, empobrecedor y economicista impuesto por la dominación, pero también de la promesa utopista que contiene y ofrece a quien quiera ahondar en él desde la asunción radical de la poesía, el deseo y lo imaginario. Se trata por tanto de liberar al lenguaje, que es lo mismo que liberar al ser humano.» Un esfuerzo que pretende «contribuir a la discusión y resolución de la crisis de la imaginación que atenaza a la causa de la libertad. Porque si la miseria vital del mundo depende en gran parte de la domesticación de la palabra, de la compra y venta del lenguaje, solo la emancipación de la una y el don del otro podrán gestar la gran negación que es a la vez la contraseña del reencantamiento del mundo, de la verdadera vida.» Edita: La Torre Magnética (2017, 324 págs.)
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