Problema eterno el de la solidaridad, que merecería la mayor profundización posible. Desde aquí os presentamos unas pequeñas notas, sólo para comenzar. En la práctica subversiva, hay diversas formas de solidaridad.
Esquematizando, se pueden distinguir tres: 1) La solidaridad como parte de un proyecto teórico y práctico de liberación: la ayuda mútua entre los individuos que tienen afinidades reales (es decir: experiencias comunes, acuerdos en profundidad y una confianza recíproca). 2) La solidaridad frente a la represión, partiendo del hecho de que le concierne a todo el mundo, independientemente de los individuos de los que se trate. 3) La solidaridad hacia el movimiento real de los explotados en su auto-organización contra el estado y el capital. El hecho de que muy a menudo se mezclen estas tres formas de solidaridad en el transcurso de las luchas, no es sino la confirmación de la riqueza y el carácter contradictorio de la guerra social. Cada una de ellas guarda, sin embargo, su especificidad.
La primera no es posible para nosotros, sino hacia/entre individuos que estén claramente y en la practica por la destrucción de todas las formas de poder (político, económico o religioso) y quienes utilizan desde esta perspectiva métodos consecuentes. Ser solidarios con los compañeros «inmovilizados» por la represión significa, ante todo, continuar su lucha, a través de la nuestra.
La segunda es mucho más amplia. Ésta es posible incluso hacia los componentes autoritarios (reformistas o leninistas) del «movimiento de emancipación». Pero no puede jamás confundirse con compartir su proyecto. La solidaridad nos diferencia por nuestros métodos, sobre todo, por el hecho de que despreciamos soberanamente los límites entre lo legal y lo ilegal.
La tercera, por fin, es la participación en una misma lucha en tanto que explotados o el mantenimiento concreto de la resistencia ante la represión. Cuanto más real es la participación, más se acerca el movimiento a su propia teoría y en mayor medida rebasamos nosotros los límites del mero mantenimiento.
Una vez más es la justicia quien nos fuerza la mano. En relación al proceso contra los tres anarquistas italianos acusados de haberle partido la cara un periodista, presentamos la siguiente reflexión, por ser un episodio represivo, que saca a la luz uno de los problemas más importantes que la teoría y la práctica subversivas deben afrontar: el papel de los medias. Un problema que se presenta en cada lucha, tanto individual como colectivamente y que ofrecerá así la ocasión de intercambiar reflexiones y de evaluar posibilidades de acción. Esta historia es para nosotros, una pequeña señal que enciende nuestras pasiones solidarias y traspasa las fronteras.
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