ESTA LÓGICA SOCIAL ES LA CRIMINAL

París 1 de mayo de 2001

Queridos amigos, queridos camaradas:

Werner Braeuner, parado de la región de Bremen (Alemania), mató en febrero pasado al director de la oficina de Empleo. Desde entonces, está en prisión a la espera de ser juzgado.
Nosotros -amigos o gente que hemos mantenido correspondencia con él, miembros de comités de parados y precarios en Francia- quisiéramos ayudarle. Creemos que entendemos su gesto, pues lo problemas a los que se ha visto enfrentado no son distintos de los que vivimos nosotros mismos o nuestros allegados.

Sabemos que no es fácil organizar un apoyo en este contexto, pues cualquier acción o toma de posición intempestiva podría reportarle un perjuicio.

Por eso hemos optado por redactar un texto claro, con informaciones simples, sobre las circunstancias concretas del homicidio, el encadenamiento de circunstancias que lo han podido inducir (sus dificultades materiales, su estado de fragilidad psicológica, los problemas personales que han acentuado su desesperación), pero también sobre lo que sabemos de él, de su actividad militante, de sus convicciones. Además, consideramos necesario explicar el contexto social de este acto, es decir, la evolución del tratamiento dispensado a los parados en Alemania y, en general, en Europa.

En conclusión, abogamos porque no se reaccione frente a este acto individual en términos de reprobación moral, sino que se tenga en cuenta que es el carácter cada vez más despiadado y autoritario del tratamiento que la sociedad reserva a quienes margina lo que engendra este tipo de actos descabellados. Que se trata de un problema colectivo y que la represión -una represión que van a reclamar inevitablemente los mantenedores del orden, limitándose a reducir este acto a su dimensión individual- no cambiará nada en las razones que lo han originado. Solamente un cambio social radical puede evitar la multiplicación de este tipo de actos individuales desesperados.

Os invitamos a hacer circular este texto, a publicarlo, a suscribirlo y a hacer públicas vuestras propias reflexiones, para que no caiga el silencio sobre esta historia, como las puertas de la prisión han caído sobre la vida de Werner […]
Los amigos de Werner Braeuner en Francia

¡Esta lógica social es la criminal!

La mañana del 6 de febrero de 2001 Werner Braeuner, parado que habita en Verden, en la región de Bremen (Alemania), mató a Klaus Herzberg, responsable del Arbeitsamt local (equivalente alemán al INEM), que había suprimido sus prestaciones, su único medio de subsistencia. Después, fue a entregarse a la policía.

¿Quién es Werner Braeuner?

Werner es ingeniero y desde hace ocho años está en paro.
Militaba por la reducción del tiempo de trabajo, por una renta garantizada, por una sociedad de individuos libres, no embrutecidos por el trabajo. Frecuentemente, traducía textos franceses para las asociaciones de parados alemanas.
Era conocido en Francia en el medio militante contra el paro por sus intervenciones en la lista AC Forum, por su sentido del humor, su ironía y bondad, por el sentimiento de rebeldía que lo animaba y su francés rico en metáforas.

Nunca hizo nada por caer simpático a la izquierda gubernamental. Sus posiciones, sus críticas a los acuerdos de los Verdes alemanes con el lobby petrolero y el productivismo socialdemócrata, explican el silencio que rodea su caso. Sus ideas eran discutibles y a menudo discutidas en el movimiento de parados, pero empujaban a la reflexión y a nadie dejaban indiferente.

La prensa ha informado del asunto adoptando de golpe la hipótesis de la premeditación. El diario local y el Bild (estandarte de la prensa basura alemana), sobre todo, muy contentos de tener alguien a quien podían presentar como un extremista, un símbolo del combate anticapitalista, se han apresurado a atribuirle la intención de impedir la conferencia de prensa sobre las cifras de paro que debía celebrarse aquel mismo día en la oficina local de Arbeitsamt. ¡Así el fiscal no tendrá más que seguir esta vía trazada para llevar a cabo su acusación! Muchos de los detalles aportados son completamente fantásticos. Sobre todo, el pretendido vínculo de amistad que ligaba a Werner con el propietario de la habitación que tenía alquilada en una vieja granja, que opinaba que Werner pasaba demasiado tiempo delante de su ordenador -a lo que añadimos: discutiendo con sus amigos en todas partes de Europa- pero que no buscaba trabajo.

Evidentemente, esos periódicos evitan cuidadosamente informar a sus lectores de la existencia de 76.000 ingenieros parados en Alemania, la mayor parte de la misma generación que Werner, y de explicarles por qué razón deberían consagrar lo esencial de su vida a la búsqueda desesperada y desesperante de un trabajo inexistente.

El contexto, las razones

Werner ha vivido estos últimos años en una situación particularmente dura, que lo ha minado. Las dificultades materiales, la falta de espacio en su antiguo apartamento y las tensiones que se acumulaban, lo han obligado a una separación forzosa de su compañera. Unos meses antes del nacimiento de su hija, tuvo que buscar una habitación en un pueblo vecino.

En julio del año pasado solicitó un curso de formación, que se le concedió. Cinco meses después, a finales de noviembre, desmoralizado por el hecho de pasar la mitad del tiempo sin hacer nada, decidió dejarlo después de escribir -y hacer públicas- dos cartas en las que explicaba a Herzberg las razones de una decisión de la cual dependía el mantenimiento de sus prestaciones de parado. Pero el Herzberg obedecía a consignas, y parecía bien convencido de ellas, ya que no tuvo en cuenta los argumentos de Werner y decidió darle de baja cuando vino a su entrevista a la oficina del Arbeitsamt.
Sumido en una situación psicológica que se agrava, sufriendo fuertes dolores de espalda, y abrumado por los embrollos administrativos, Werner es además amenazado de ser dado de baja a mediados de enero. A comienzos de febrero recibe la notificación de la privación de sus prestaciones de paro. Como muchos parados en parecidas circunstancias, se ve tentado por la idea del suicidio. Pero reacciona y el 6 de febrero va a buscar al Sr. Herzberg, el hombre que en su vida encarna este sistema inhumano. Es entonces cuando, sumido en el sentimiento de la injusticia sufrida, incapaz de controlarse, le golpea hasta matarle.

Por rebelarse contra una maquinaria, ha matado a un hombre.

Aún bajo el shock de su acto, se entrega a la policía y después declara ante el juez. Ingresa en prisión y, durante dos meses y medio, comparte una celda de 7,5 m2 con otro detenido. Poco a poco va tomando conciencia, horrorizado, del desastre que ha provocado: la muerte de un hombre, el dolor de la familia Herzberg y de la suya, la desgracia que se precipita sobre su mujer y su hija.

Por qué hay que defenderle

La historia de Werner es parecida a muchas historias de parados de larga duración. Con la pérdida del trabajo, son las condiciones materiales de vida las que se deterioran, el recurso a soluciones provisionales se impone y se prolonga, las relaciones íntimas se tensan y se deshacen… La sociedad te rechaza, has de resistir como puedas al sentimiento de decadencia e inutilidad -Werner había escogido la acción militante y la reflexión colectiva para hacerle frente, opción que muchos parados franceses comprenden muy bien.
Actualmente los gobiernos de varios países de Europa pretenden, para colmo, responsabilizarte de tu propia situación de parado. Imponen soluciones de “salida” al paro que a menudo son peores que las condiciones de superviviencia con las cuales, mal que bien, te has podido montar un mínimo equilibrio: trabajos muy precarios y muy mal pagados que, a veces, nos permiten un realojamiento decente y rehacer la vida, programas de formación que sirven más o menos para aparcar a la gente y que te hunden en el sentimiento del sin-sentido y de la inutilidad, sin garantizarte nada… Esa es la lógica que se impone en nombre de la “lucha contra el paro” en Francia, a través de medidas para dar de baja en masa a los parados o como el PARE. La misma que se impone en Alemania, donde el gobierno no tiene otra cosa que proponer, para arreglar el problema del paro como si estuviera en periodo electoral, que aumentar el control y la represión sobre los parados, sin que en el fondo resuelva nada.

¿Cómo extrañarse que en este contexto, y sin una salida a la rebeldía por medio de la acción colectiva, que a la gente se les “fundan los plomos” y ataquen a quienes son los agentes más inmediatos de esa política? En los Estados Unidos, la multiplicación de este tipo de gestos es tal que comienza a convertirse en un fenómeno social. ¿Se va extender a los países de Europa que escogen la vía de enmascarar los problemas, donde se da una polarización social creciente que aumenta la presión sobre los más pobres, empujándoles a la exasperación y la desesperación?

La violencia de este acto puede provocar rechazo, pero es una reacción directa a la violencia sufrida y al sentimiento de impotencia. Werner es el termómetro de una tensión que aumenta. Desgraciadamente, la justicia hace todo lo que puede para evitar que la dimensión social de este acto pase a un primer plano. A nosotros nos corresponde obrar de manera que no se pueda tratar como un simple caso judicial un acto de este tipo, y mostrar que es la lógica social la que empuja a la gente como Werner a la desesperación criminal.
Werner ya ha pagado durante los ocho largos años de paro y de marginación que han precedido su gesto. Sería, pues, injusto que se ejerza contra él una forma de “venganza” que, por lo demás, no devolverá la vida a Herzberg.

El gesto de Werner nos interpela a tod@s -parad@s, asalariad@s, explotad@s, y a tod@s para quienes la existencia en una sociedad rica de la miseria vinculada al paro, es y continuará siendo un escándalo.

¡No le dejemos de lado!

NOTA: En agosto de 2001 Werner Braeuner fue condenado a doce años de cárcel. Posterior-mente, la fiscalía de Verden ha solicitado la revisión de su caso por considerar insuficiente la pena, ya que considera que su acción fue cometida con alevosía.

Contactos:
Se le puede escribir a la dirección:

Werner Braeuner, JVA Verden, Stifthofstr. 10, D-27283 Verden
Apoyo financiero se le puede enviar a:
Kreissparkasse de Achim, BLZ: nº 29152670, Nº Cuenta: 100680, precisando “Werner Braeuner” (es la cuenta de su abogado)
Para contactar con el comité de apoyo:
Wbraeuner.support@free.fr.
www.werner.braeuner.freeservers.com
Para manifestar el apoyo, escribiendo al abogado:
Michael Brennecke
Obernstrasse 63, D-28832 Achim.

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