OTRA VISIÓN DEL SIDA (II PARTE)

1-La no conformidad con los postulados de Koch

Según el premio nobel, Walter Gilbert, el virus del SIDA no puede ser considerado como causa de la enfermedad por no poder cumplir los criterios standard para determinar si existen o no agentes infecciosos, osea cumplir los denominados “4 Postulados de Koch”:

a) El microbio debe estar presente en todos los casos de la enfermedad. Ningún VIH ha podido ser aislado en el 10/20% de los casos de SIDA. Hasta hace poco no se encontraba ninguna huella directa del virus en la mayoría de los enfermos.

b) Debería aislarse de otros microbios y cultivarlo como cultivo puro. Las cantidades de VIH son tan débiles en los enfermos de SIDA que sólo se puede aislar indirectamente. En las enfermedades clásicas, a partir de la sangre o tejidos lesionados, se encuentran los virus por millones de uds/mml pero el VIH rara vez presenta más de 5 uds/mml.

c) El virus debe provocar la enfermedad cuando se inyecta en personas sanas. El virus nuca ha provocado la enfermedad cuando se le ha inyectado experimentalmente a chinpancés. No existe siquiera un sólo caso de científico o entre los 1.750 trabajadores norteamericanos de la sanidad sanos expuestos al SIDA que les haya contagiado un paciente. Otro estudio falló a la hora de encontrar una sola persona con anticuerpos entre 101 familiares en contacto con 39 pacientes de SIDA, Habiendo convivido todos ellos en la misma casa durante un periodo de por lo menos tres meses. Incluso el investigador norteamericano del SIDA, Robert Willner, extrajo sangre del dedo de un hemofílico portador del virus del SIDA y se pinchó con la misma aguja “…para demostrar que esta enfermedad no es contagiosa, ni puede ser transmitida sexualmente, ni de ninguna otra forma”. Egin, 15-Oct.-93.

d) Se debe poder aislar el mismo virus igualmente a partir de su nuevo huésped. No es pertinente al no cumplir el anterior postulado. Si no cumpliendo estos requisitos se sigue afirmando que el VIH es la causa del Sida puede entonces acusarse a cualquier microbio de cualquier enfermedad.

2-El largo e incoherente período entre la infección y el inicio de la enfermedad

En EE.UU. en 1986 los CDC, centros para el control de la enfermedad, estimaban que el virus afectaba a 700.000 individuos, osea al 0,5% de la población y sin embargo la mayoría de ellos no desarrollarán nunca el Sida. Esta tendencia provoca un enorme desfase entre el elevado número de personas afectadas por la enfermedad. Para poder asimilar este desfase los CDC han debido aumentar la estimación del período de latencia de 8 meses en 1986 a 10 años de hoy en día. Cada año que pasa el CDC añade un año a este período.
En casos de infección de VIH, se describen a veces a continuación afecciones de tipo gripal, pero estos pacientes se recuperan rapidamente después de que su sistema inmunitario hubiese creado anticuerpos contra el virus. Esto acentúa la paradoja: ¿cómo puede un virus después de 10 años de inactividad causar la muerte cuando en su primer periodo activo sólo causó una ligera afección?, en lugar de hacerlo en el momento de la infección cuando además no encuentra entonces obstáculos inmunitarios. No hay ningún motivo para creer que el VIH pueda causar el SIDA 10 años después.

3-Dificultad de explicar cómo puede el VIH destruir el sistema inmunitario sin infectar más que una pequeñisima parte de las células

La anomalía principal de los enfermos de SIDA es el agotamiento de las células T; células que responden a la presencia de microbios invasores y estimulan a otras células para que éstas produzcan los anticuerpos correspondientes a los nuevos gérmenes. Este agotamiento de células T es lo que provoca la pérdida de la inmunidad del organismo.

Sin embargo se detecta una muy débil proporción de virus en los enfermos de SIDA. Solamente 1 célula T de cada 10.000 está infectada cuando la enfermedad esta plenamente declarada. Es muy difícil entender cómo puede el VIH destrozar el sistema inmunitario cuando sólo infecta una muy pequeña parte de estas células. Además tales pérdidas se pueden sostener sin dañar el sistema inmunitario porque el cuerpo produce constantemente nuevas células T.

Esto dificulta la detección del virus en los enfermos y hace que la presencia de los anticuerpos contra este virus sea la única base del diagnostico del SIDA.

4-El VIH no se diferencia lo suficiente de los demás retrovirus para que se le pueda hacer responsable de un comportamiento que se le supone radicalmente distinto

El virus del SIDA, el VIH, pertenece a la clase de los retrvirus, que son virus con una estructura particularmente sencilla que contiene mucha menos información genética que la mayoria de los demás virus. No matan las células que infectan sino que se limitan a copiar su información genética y a insertarla en el ADN de éstas. El ADN del cuerpo humano como el de otros muchos animales, contiene entre 50/100 retrovirus transmitidos de generación en generación.

5-La enorme diversidad de las enfermedades asociadas al SIDA y su reparto en grupos específicos, no logrando diferenciar entre enfermedades de los seropósitivos y las de los seronegativos

De las 25 enfermedades, (tuberculosis, herpes, diarrea, sarcoma de Kaposi, neumonía con P. Carinii, etc…) definidas en USA en 1987 por los CDC, se diagnostica SIDA si se padece alguna de estas enfermedades y a la vez se detectan anticuerpos del Sida. Osea se utiliza la detección de los anticuerpos del SIDA y no el propio virus, para diagnosticar la enfermedad.

Resulta paradójico que siendo los anticuerpos los encargados de neutralizar al virus, se les utilice sin embarga para diagnosticar el SIDA. Más absurdo parece aún que un bajo margen de anticuerpos represente un más bajo riesgo de parecer el SIDA, pues ser seropositivo, osea poseer los anticuerpos del virus del SIDA, es como tener anticuerpos contra la polio, la gripe o el sarampión; uno así está protegido ¡Lo peligroso sería lo contrario!. Se trata de anticuerpos…

Estas enfermedades asociadas al SIDA ya existían antes de descubrir el virus VIH y se las sigue diagnosticando en su ausencia. Los homosexuales, el sarcoma de Kaposi. Los drogadictos intravenosos, la tuberculosis. Los fumadores de crack, la neumonía y los tratados con AZT, la anemia y el linfoma. Esto indica que no tienen una causa infecciosa común.

Las células nerviosas son las únicas del cuerpo humano que una vez producidas en los primeros años de vida ya no se reproducen más. Y como está demostrado que los retrovirus no pueden infectar a las células que no se duplican es imposible que el VIH pueda infectar estas células. Esto explica porqué el VIH no ha podido nunca ser aislado de las neuronas y confirmaría también la dificultad de declararlo como causante de la demencia asociada al SIDA.

El fallo del sistema inmunitario no puede explicar los cánceres o la demencia sideana, pues el cáncer no se desarrolla más por la falta de defensas y en la demencia los microbios alcanzan el sistema nervioso sin ninguna interferencia de las defensas inmunitarias, incluso en una persona sana.

El sarcoma de Kaposi, la más conocida y estudiada, atacaba incluso a niños antes de la aparición del SIDA. Se solía relacionar a casos de transfusiones y neumonías. A partir de de los años 80 con la aparición del SIDA se reidentificó su presencia asociada a jóvenes homosexuales masculinos.
La neumonía con P.Carinii es un caso similar. Se identificó en 1911. En 1973, hasta el 10% de la población en Europa presentaba estos signos en las autopsias. Se asocia principalmente a la malnutrición, pero también a la hemofilia, tuberculosis, trasplantes, cancerosos con quimioterapia y pacientes que han recibido fuertes dosis de antibióticos.

6-Los casos de SIDA son muy pocos comparados con el enorme número de seropositivos

Los niveles de aparición del virus en los enfermos son demasiado bajos para explicar el SIDA, por eso las personas que tienen anticuerpos del SIDA no tienen prácticamente ningún virus que sacar fuera; y por eso es tan difícil de transmitir.

Los enfermos de SIDA, o sea los que desarrollan la enfermedad, no poseen prácticamente el virus VIH, por lo que irónicamente los CDC no inspeccionan nunca la presencia del virus en los pacientes afectados en sus informes mensuales.
De lo seropositivos en USA, sólo un porcentaje de 0,03% de ellos tiene SIDA y en igual cantidad entre hombres y mujeres, lo que indica el carácter inofensivo del virus; no tiene nada que ver con el SIDA pues las víctimas son casi siempre hombres, al contrario que la distribución de las enfermedades venéreas clásicas, donde la infección es prácticamente parecida en los dos sexos.

La hipótesis del virus como causa del SIDA no puede explicar tampoco porqué el virus se desarrolla igual en seropositivos sin SIDA que en seropositivos con SIDA.

7-El consumo de drogas es suficiente para explicar la aparición del SIDA en ausencia del virus

En los países desarrollados la epidemia de SIDA es fruto de la epidemia de drogas, pues su aparición coincide con una escala masiva en el consumo de drogas psicoactivas. Lo que se llama el período latente de los infectados por el VIH coincide con los 5 a 10 años entre el primer consumo de drogas y la necesidad de tratamiento, lo que permite explicar la aparición masiva del SIDA estudiando los inicios del abuso masivo de las drogas.

En EE.UU. en 1981 de 2 mill. de Uds. de anfetaminas confiscadas se ha pasado en el 89 a 100 mill. En 1980 más de 5 mill. de personas usaron inhalaciones de nitrito por lo menos una vez a la semana con un total de 250 mill. de dosis al año. En 1984 en San Francisco el 54% de los homosexuales eran consumidores de nitritos. Entre los heterosexuales y lesbianas era sólo el 1%.

Las drogas y el SIDA se cobran sus víctimas en los mismos grupos. Más aun, las muertes de los tres grupos de enfermos como sideanos, neumonías no sideanas y septicemia entre 1.000 consumidores de drogas en Nueva York aumentaron exactamente en las mismas proporciones.

Otra clamorosa coincidencia es el predominio de los hombres en los casos de SIDA que corresponde igualmente a un predominio masculino entre los toxicómanos, pues más del 87% de los pacientes de SIDA y más del 80% de todos los que consumen drogas duras son hombres entre 20 y 44 años, aunque ninguna enfermedad de las asociadas al SIDA sean específicamente masculinas.

Los que apoyan la hipótesis del VIH/SIDA rechazan la evidencia del papel de las drogas en el SIDA, por lo que no existen estudios que analicen los efectos a largo plazo de las drogas en éstos enfermos.

La toxicidad del AZT

Rechazar como falsa la hipótesis del VIH/SIDA, conlleva rechazar igualmente el tratamiento oficial del SIDA por medio del AZT, (zidovudina). Surgió en los 60, quedando aparcado debido a sus graves efectos secundarios en las células generadas en la médula ósea (glóbulos blancos y rojos y plaquetas). Se utilizó después para combatir los cánceres del sistema inmunitario y se abandonó al comprovar que los ratones tratados con AZT morían igual que los otros. La aparición del SIDA lo sacó apresuradamente a la luz, recetándose desde 1987 a los portadores del VIH con síntomas, incluidos mujeres y niños.

A pesar de su toxicidad la mayor parte de los médicos lo emplean, apoyados por las autoridades sanitarias mundiales, al no tener otras armas para controlar la enfermedad, pues provoca un ligero descenso inicial en el desarroyo de ésta. El organismo reacciona aumentando al principio el número de células sanguíneas para reemplazar las que han sido destruídas por el tratamiento, pero esta primera reacción favorable es al final inútil frente a la fátidica presencia del AZT.

Desgraciadamente este producto es un destructor no selectivo de células en división, es decir que mata tanto células infectadas como células T del sistema inmunitario, causando con ello la deficiencia inmunitaria que debería combatir. Mata 500 veces más células sin infectar que células infectadas. Si se sigue la hipótesis del VIH como causante del Sida por matar células T, es irracional rematar estas células infectadas con AZT. Sorprendentemente no se han publicado nunca los estudios sobre los efectos a largo plazo del AZT hechos en animales.

Actualmente hay unos 180.000 pacientes en el mundo que tienen que someterse a este tratamiento o con unos nuevos pero con el mismo principio, el DDC o el DDI (dideoxi-inosina). Las personas seropositivas tienen una esperanza de vida media de 10 años pero si toman AZT no aguantaran más de un año. El resultado es hacer del AZT uno de los mayores causantes de Sida en el mundo desarroyado o dicho de otra forma, ¡El AZT es el SIDA con receta!

La “prueba del SIDA” (el estudio de los anticuerpos del VIH en la sangre) es superfluo y, más aún, perjudicial, a causa de la ansiedad que un resultado positivo genera entre los muchos seguidores de la hipótesis del virus como causante del SIDA y terminar recetándole a estos seropositivos tratamiento con AZT.

Epílogo

Desde 1987 un número creciente de médicos e investigadores dudan que el VIH sea la verdadera causa del Sida, admitiendo en privado el rechazo a esta hipótesis, prefiriendo pasar desapercibidos y no haciéndolo público ante el peligro de la pérdida de subvenciones.

Famosos partidarios de la hipótesis del VIH/SIDA han efectuado un cambio de sus postulados. Luc Montagnier, el más conocido investigador francés sobre el SIDA del Inst. Pasteur publicó en 1990 un artículo que demuestra la incapacidad del VIH para matar las células T en cultivo, en contra de sus primeras tesis. También sugiere que el VIH no puede causar por si sólo la enfermedad. Un cambio de postura también espectacular fue el sufrido en 1990 por los investigadores de los CDC, concluyendo que el sarcoma de Kaposi, una de las más claras y estudiadas enfermedades del SIDA, no era causado por el VIH.

A pesar de 60.000 artículos científicos en todo el mundo y los 4.000 mill. de $ gastados anualmente en USA y los 150 mill. de & en Inglaterra, la hipótesis del VIH como causante del SIDA sigue sin salvar una sola vida. No se atribuye ninguna subvención a las investigaciones que no partan de antemano del dogma del VIH como causante del SIDA. Tampoco se quiere estudiar los casos de enfermos curados por completo que llevan 10 años viviendo y que no han recibido tratamiento oficial de AZT.

La historia de la Médicina, como la de la iglesia, es la historia del dogmatismo. Las instituciones médicas quieren a toda costa que determinadas enfermedades tengan un origen infeccioso y este dogma ha prevalecido muchisimo tiempo, retrasando con ello las soluciones y llevando al fracaso ingentes recursos humanos y económicos durante muchos años y a la muerte a millones de personas en todo el mundo. Lo mismo ha pasado al querer, durante tantos años, atribuir el cáncer a cierto tipo de virus, para al final imponerse la verdad: ¡El cáncer no es contagioso!.

“Nosotros no somos los responsables de la existencia de los virus. Es Dios quien los ha creado”. Esta explicación le conviene a todo el mundo, pues se convierte en un excelente saco sin fondo, un pretexto cómodo para evitar tomar conciencia de todas las cosas que hay que cambiar en los estilos de vida actuales.

La manipulación de los programas de prevención

Rechazar como falsa la hipótesis del VIH/SIDA, conlleva rechazar también la orientación de los programas actuales de información y prevención del SIDA. La verdadera prevención consiste en avisar del peligro que ocasionan comportamientos individuales de riesgo contrarios a la salud como la malnutrición, el abuso de drogas, así como ciertas prácticas médicas: vacunas, abuso de medicamentos y antibióticos, transfusiones repetidas, transplantes injustificados, etc.

Las campañas que promueven el uso de preservativos y de agujas estériles favorecen paradójicamente la propagación de la enfermedad, al ocultar sus verdaderas causas. Por otra parte estas campañas son absolutamente inútiles. El uso de los preservativos es bueno para no querer tener hijos o para evitar la sífilis, pero para la transmisión sexual del VIH es altamente ineficaz. Harían falta una media de 1.000 contactos sexuales para transmitir el virus, pues no hay virus del SIDA en el semen Humano.

Las personas que no tienen prácticas arriesgadas y que no tienen problemas serios de salud no deberían preocuparse del SIDA. Esto no significa que haya que despreocuparse del crecimiento de la tuberculosis, la hepatitis y demás enfermedades asociadas al SIDA, pero la infección por el VIH mismo no sería significativa pues si no es responsable del SIDA, esto no tiene ninguna importancia.

La complicidad de los medios de comunicación ha contribuido a la ocultación de estos puntos de vista que siguen siendo los de una minoría de investigaciones. Pero el año pasado se creó un “Grupo por la reevaluación científica de la hipótesis VIH/SIDA”, al que pertenecen ya un centenar de investigadores de todo el mundo.

MAS

Elaborado con material de: Peter Duesberg: “Cuestionando la teoría virica del Sida”. Sumendi ’93

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