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Cuba y su economía en 2019: Un año de avances en medio de dificultades (y II)

Miércoles 8 de abril de 2020 por CEPRID

José Luis Rodríguez

Cubadebate

En el artículo anterior se hicieron evidentes las negativas condiciones externas que debió enfrentar la economía cubana durante el 2019. No obstante, la verdadera magnitud de los impactos se aprecia claramente al examinar los resultados de los diferentes sectores de la economía nacional.

Si se pasa revista a la información disponible hasta este momento de la producción agropecuaria[1] en el 2019, se observa que aumentaron los terrenos de mala calidad en el total de la tierra agrícola del país, ya que de un 67% años atrás ahora la superficie muy poco productiva o poco productiva cubre el 78% del total. Al respecto se señaló que existen 3 millones de hectáreas de suelo agrícola –el 47% del total- afectada por factores limitantes, que demandarán 175 millones de pesos por quinquenio para reducir o eliminar esos factores.

En cuanto a la disponibilidad de insumos y otros aseguramientos indispensables para el sector, se informó que se contó con fertilizantes para cubrir entre el 15 y el 45% de las áreas sembradas, asegurándose en 100% solo en los casos de la papa y el tabaco; se pudo regar solo el 7,4% del área agrícola y se recibió únicamente el 71% del combustible diésel aprobado.

Los resultados de la producción, que durante el primer semestre del año registraron cumplimientos aceptables de entre el 90 y el 99% del plan o lo sobrecumplieron, mostraron una caída de casi 20 000 TM en la producción de carne de cerdo y una fuerte caída en los cítricos, con afectaciones serias en el arroz, el café, los frijoles, el plátano y el tomate.

Por su parte, el plan de entrega de 30 libras mensuales por habitante de viandas y hortalizas solo alcanzó 19 libras.

Las exportaciones de productos agrícolas computaron 355 millones de dólares, las que se concentran en tabaco, café, carbón vegetal, miel de abeja y producciones apícolas.

Por su parte, las ventas de productos agropecuarios totales entre enero y septiembre del 2019 crecieron un 2,9%, pero con diferente comportamiento según el tipo de mercado.[2] De tal modo, en los mercados agropecuarios estatales las ventas totales permanecieron al mismo nivel, mientras que las ventas en términos físicos de productos agrícolas aumentaron un 18,2%, pero los cárnicos bajaron un 26,7%. Mientras en los llamados mercados de oferta y demanda las ventas totales descendieron un 14,6%, con una reducción en términos físicos de los productos agrícolas del 0,9% y los cárnicos del 3,7%. De este modo, ya en los primeros 9 meses del año se apreciaba la caída en los productos cárnicos, centrados en la carne de cerdo.

También cabe presumir que se haya producido un descenso de los rendimientos dada la carencia de insumos que se registró en el año.

Por último, las perspectivas para el 2020 no muestran mejorías sustanciales, ya que se dio a conocer que solo se asegura el fertilizante para el 28% de los sembrados totales, aunque se cubre al 100% la siembra de arroz, papa, tomate -para uso industrial-, así como para las casas de cultivo y las semillas.

No obstante, en el presente año 2020 se espera ampliar la inversión extranjera directa en el sector agropecuario, donde ya se cuenta ya con 5 empresas mixtas: 3 en el tabaco, 1 en el arroz y 1 en cítricos, frutas y vegetales, lo cual debe mejorar las condiciones de funcionamiento del sector.

La producción industrial en el pasado año resultó muy afectada por las restricciones energéticas y por la insuficiencia financiera para la compra de materias primas y materiales, lo que provocó la paralización de un grupo de producciones y la reducción del ritmo de fabricación en otras.

Fueron particularmente sensibles la reducción en la producción de petróleo que se estima cayó de 3,5 a 3 millones de toneladas en el año; la producción de medicamentos, que registraba un faltante de 47 renglones del Cuadro Básico de estos productos en el último trimestre del 2019; así como la reducción de un grupo de surtidos en la industria alimentaria. Estos faltantes tuvieron que ser cubiertos con importaciones para asegurar la vitalidad de la actividad económica y social del país.

A pesar de las dificultades enfrentadas, fue posible asegurar el consumo de electricidad para la población, que no sufrió de los molestos “apagones” y aumentó la generación eléctrica en el año; la industria de materiales de construcción pudo asegurar un importante nivel de inversiones; la producción de azúcar creció un 20,6%; y la producción de níquel se estima mantuvo el nivel de producción del año anterior.

El sector de la construcción debe haber alcanzado un ritmo de crecimiento significativo dado el componente constructivo de las inversiones se estima alcanzaron un valor estimado en 10 200 millones de pesos, lo que representa un 9,7% más que en el 2018. En este conjunto de actividades se aprecia un notable desempeño de la construcción de viviendas, que cerró el año en 43 700 unidades para un sobrecumplimiento de la cifra planificada del 32,8% y del 49,5% en relación al año 2018. También se logró la terminación de 3 900 habitaciones para el turismo internacional y se avanzó en la infraestructura hidráulica, con la conclusión de 636 KM de redes y conductoras, así como 181 KM de obras de drenaje.

De igual modo, se puso en funcionamiento un nivel significativo de medios de transporte ferroviario y se incrementaron las inversiones para el desarrollo de la informatización de la sociedad y la telefonía celular.

Por último, cabe destacar la sincronización de 63 parques fotovoltáicos para la generación eléctrica, alcanzando la producción de electricidad a partir de fuentes renovables un 5% del total, lo cual ahorró unas 178 mil toneladas de petróleo hasta octubre del 2019.

También es necesario recalcar que los servicios básicos a la población en los sectores de la salud, la educación, la seguridad y asistencia social, las telecomunicaciones, así como las actividades culturales y deportivas, lograron materializarse sin afectaciones sensibles. En este punto vale la pena destacar que el 90% de los pensionados recibieron un incremento de las prestaciones hasta 500 pesos, aumentando la pensión media a 382 pesos mensuales, de acuerdo a datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Los impactos sociales de la evolución de la economía cubana en el 2019, marcaron una importante diferencia en relación al año precedente.

En primer lugar y atendiendo a la compleja situación que enfrentaban las retribuciones del sector presupuestado, donde no se recibían en los últimos diez años aumentos salariales en sectores clave, la dirección de país decidió un incremento sustancial para los trabajadores de ese sector en junio del pasado año. Este aumento elevó el salario medio de 634 hasta una media de 1 067 pesos mensuales –para un incremento promedio del 68,3%- y benefició a un millón 470 736 personas. También se elevó el salario mínimo de 225 a 400 pesos para todos los empleados estatales.

Adicionalmente se decidió incrementar las pensiones de los jubilados que cobraban cifras inferiores a 500 pesos mensuales, lo que beneficiará a un millón 281 523 personas, en tanto que se mantuvo la pensión mínima en 242 pesos y la prestación mínima de la asistencia social en 217 pesos a partir de los aumentos decretados en el 2018.

El costo anual del incremento salarial se elevó a 7 050 millones de pesos, mientras que los aumentos de las pensiones de seguridad social alcanzan los 830 millones. También se planteó que estos montos deberían cubrirse sin aumentar el déficit presupuestario mediante una combinación de incremento de impuestos y de la reducción y redistribución del gasto público. De igual modo, se comenzó a aplicar una política dirigida a frenar el aumento de precios, especialmente en el sector no estatal.

Estas medidas, de profundo contenido político, fueron un factor de estimulación que comenzó a reportar efectos positivos durante el resto del año, entre los que destaca la reincorporación a las aulas de 12 000 maestros que –por diversas razones- habían abandonado el sector educacional.

La aplicación de los incrementos salariales se logró sin que se desarrollara una espiral de aumento en los precios minoristas, a pesar de que la circulación mercantil incumplió el plan previsto en unos 2 300 millones de pesos. No obstante, producto de un conjunto de factores, se incrementó el déficit presupuestario en 842,2 millones de pesos por encima de lo previsto, lo que elevó la deuda pública, la que deberá cubrirse con bonos emitidos por el Ministerio de Finanzas y Precios y pagados por el Banco Central de Cuba.

En el ámbito laboral otras informaciones resultan significativas. En este sentido, el salario medio total se incrementó de 777 a 877 pesos mensuales, para un aumento del 12,9%, en tanto que en el sector empresarial el salario medio alcanzó 868 pesos y 831 287 trabajadores cobraron estímulos en CUC, por un valor medio de 13 pesos convertibles mensuales.

Pero en este punto cabe recordar que el salario solo viene representando un 46% de los ingresos totales de la población empleada por el Estado, que cubre el 68,2% de las personas que trabajan en el país ya que el otro 31,8% se ocupa en el llamado sector no estatal, donde laboran como trabajadores por cuenta propia en el sector privado, 621 268 personas –el 13,8% del total de la fuerza laboral- mientras que 814 412 –el 18% del total- trabajan en el sector privado agrícola, en el sector cooperativo y en el sector de empresas mixtas y representaciones del capital extranjero.

Adicionalmente inciden en los ingresos de una parte de la población las remesas, cuyo monto solo se informó oficialmente por Cuba en el 2014 y 2015, ubicándose entre 1 500 y 1 700 millones de dólares por año, aunque se han elaborado otras estimaciones que alcanzan entre 3 000 y 3 600 millones en el 2017. En cualquier caso, se ha calculado que aproximadamente el 50% de esas cifras se destina al consumo y el resto a capital de trabajo del sector no estatal. No obstante, en estos momentos cabe esperar una tendencia a la reducción de las remesas a partir de las restricciones establecidas por el gobierno de Donald Trump en lo referido a los envíos desde EE.UU., al limitarlas a 1 000 USD por trimestre.

A pesar de los esfuerzos que se realizan, en el orden social, sigue presente una distribución de ingresos desigual, con un estimado de índice GINI de +0.45 y una pobreza de ingresos en torno al 16% de la población, fenómenos que demandan otras medidas para su solución.

Igualmente, en términos laborales resulta importante destacar que se registró un desempleo del 1,2%, pero la tasa de actividad económica mostraba en el 2018 un registro del 63,8% solamente, lo cual está evidenciando una tendencia a la baja de casi 12 puntos porcentuales en relación a los inicios del Período especial para la población ocupada en edad de trabajar. En este fenómeno inciden factores que impiden a la mujer su incorporación al trabajo por labores del hogar y –consecuentemente- la tasa en este caso es de solo 49,5%; también están presentes el incremento del trabajo en la economía informal y la migración externa, entre los factores de mayor significación.

En segundo lugar, se logró dar una respuesta favorable al déficit habitacional en el año, ya que se concluyeron 43 700 viviendas de un plan de 32 899, para un crecimiento un 32,8% por encima de lo previsto y del 49,5% más sobre lo construido en el 2018. De igual modo, también se completaron las labores de rehabilitación de las viviendas e instalaciones afectadas por el tornado que azotó a La Habana en enero del 2019.

Este desastre natural inusitado golpeó violentamente a cinco municipios de la capital con vientos de 300 kilómetros por hora, dañando 7 872 viviendas –de ellas 730 derrumbes totales-, dejando 253 682 personas afectadas, entre las que se encontraban unos 190 heridos y hubo que lamentar la muerte de siete de ellos. También resultaron dañadas importantes instalaciones como escuelas, hospitales, fábricas, además de redes eléctricas y telefónicas. Un estimado de las pérdidas las ubicó en unos 7 000 millones de pesos.

En tercer lugar, si bien la circulación mercantil minorista total se redujo el pasado año, a partir de octubre se implementó la venta en moneda convertible de un conjunto de bienes de consumo de gama alta a precios más bajos al no incluirse el cobro de aranceles en sus fichas de costo.

Esta medida estaba dirigida a cumplir dos objetivos: por una parte, recaudar moneda convertible por una vía rápida y por otra, neutralizar –en alguna medida- la importación y venta posterior en el país de bienes de consumo de gama alta importados por personas naturales supuestamente como importaciones no comerciales. En tal sentido, se ha conocido que –solamente en Panamá- los cubanos compran unos 240 millones de dólares anualmente con el objetivo de vender en Cuba equipos como motos eléctricas y aires acondicionados. Más recientemente las ventas en moneda convertible se han extendido a ciertos equipos para brindar servicios de otro tipo y también a la venta de automóviles con un 10% de descuento de su precio en lista.

La percepción interna de esta medida ha sido favorable, aunque también se registran lo que puede denominarse como “efectos colaterales”, ya que se ha mantenido el descuento de un 10% para el manejo de dólares en efectivo con vistas a ser depositados en la carga de tarjetas para la compra en divisas a través del sistema bancario, lo que resulta cuestionado por la población. Por otro lado, se ha producido una cierta depreciación del CUC en la misma medida en que los precios y los surtidos de las tiendas que venden en MLC resultan más atractivos.

Esta medida se ha conectado con el proceso de reunificación de las monedas y las tasas de cambio en relación al peso cubano en la misma medida en que desplaza objetivamente el poder de compra del CUC. A esto se añade que se está efectuando –experimentalmente- la devolución de los vueltos en pesos cubanos por compras en las TRD.

No obstante, la reunificación prevista –tal y como se viene reportando- es una medida de alta complejidad que para cumplir con la premisa de que nadie sea afectado por la misma, demanda de profundos estudios y de un conjunto no despreciable de financiamiento capaz de compensar sus efectos, en el ámbito de las personas jurídicas y naturales.

Por todo lo anterior, es preciso no actuar irreflexivamente, ni pensar que con la reunificación prevista se van a resolver todos nuestros problemas. Ciertamente es una medida indispensable para una mejor contabilidad social, pero por si misma no añade un centavo en el PIB ni va a producir una rebaja generalizada de los precios, criterios que –lamentablemente- se han instalado en la mente de muchas personas, creándose una fuerte expectativa al respecto.

En cuarto lugar, otros impactos de orden social en el 2019 revelan una tasa de mortalidad infantil de 5,0 por mil nacidos vivos, un resultado ligeramente inferior al 4,9 obtenido en el 2018. Por otro lado, en el ámbito de la salud continuaron manifestándose las dificultades –en buena medida producto del bloqueo de Estados Unidos- con vistas a garantizar la importación de las materias primas para la producción de medicamentos, registrándose una la falta de 47 productos al cierre del primer semestre, con un pronóstico de que se mantendría la falta en meses posteriores en torno a 40.

Finalmente y a pesar de todas las dificultades, la sociedad cubana mostró un índice de seguridad ciudadana de 5,6% homicidios por 100 000 habitantes, un índice muy superior a la situación regional en este indicador que revela también aspectos de la calidad de vida que no suelen evaluarse.

Bibliografía

 Granma (2019) “La seguridad alimentaria en Cuba es una voluntad política” Diciembre 19 del 2019 en www.granma.cu

 Granma (2019a) “En vivo: En La Habana sesión plenaria de la IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular” Diciembre 19 del 2019 en www.granma.cu

 ONEI (2019) “Ventas de productos agropecuarios. Indicadores seleccionados. Enero-Septiembre 2019” en www.onei.cu

 Cubadebate (2020) “Cuba en datos: Más cubanos se sumaron a trabajar en 2019” febrero 7, 2020 en www.cubadebate.cu
 Nova, Armando (2019) “Remesas a Cuba, mito o realidad, tras la ruta del dinero” Rebelión agosto 8 de 2019 en www.rebelion.org
 Rodríguez, José Luis (2019) “Impactos globales y regionales en los flujos de remesas a Cuba” Documento de trabajo del Centro de Investigaciones de la Economía Internacional (CIEM) Febrero de 2019.

Notas

[1] Salvo que se indique otra cosa, los datos de este sector se encuentran en Granma (2019 y 2019a).

[2] Ver ONEI (2019)


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