Oriente Próximo.- La UE y sus tópicos sobre derechos humanos
Lunes 14 de noviembre de 2016 por CEPRID
Oriente Próximo.- La UE y sus tópicos sobre derechos humanos
Ramona Wadi
Monitor de Oriente
Resulta inconcebible que los diplomáticos de la Unión Europea necesiten más pruebas respecto a las restricciones y violaciones de derechos humanos que son inflingidas a los palestinos por parte de Israel. Con todo, la Palestine News Network (“Red Palestina de Noticias”) ha informado de que los diplomáticos de la Unión Europea establecidos en Ramala y Jerusalén han visitado recientemente a las comunidades palestinas de los pueblos de Abu Nuwar y Khan Al-Ahmar. Ambos lugares han estado en el punto de mira de las autoridades israelíes por medio de órdenes de demolición, que han dado lugar al desplazamiento forzoso de la población, así como al pasatiempo favorito de Israel, abortar la posibilidad de cualquier atisbo de educación para los niños palestinos.
La retórica oficial sobre esta visita rutinaria resulta inédita en lo que tiene que ver con la complacencia hacia Israel que habitualmente afirman las instituciones internacionales. Según la noticia, el objetivo de los diplomáticos era “tener una impresión de primera mano sobre le entorno coercitivo al que hacen frente estas comunidades”. Fingir sorpresa, por lo tanto, todavía se considera una prioridad para la Unión Europea, con el objetivo de rellenar la siguiente parte de sus proclamados objetivos, que es: “demostrar la preocupación por el impacto humanitario de cualquier tipo de demoliciones y los desplazamientos forzosos de población, y expresar el apoyo de la UE a un futuro sostenible para las comunidades palestinas del Área C.”
Si la Unión Europea pretendió tener algún tipo de coherencia constructiva, la perdió enseguida. Durante décadas, Palestina ha sido golpeada por la ausencia de voluntad política para afrontar el colonialismo. La alternativa, que ha sido impuesta a los palestinos por la comunidad internacional, incluyendo a la UE, ha sido convertir a Palestina en un montón de investigaciones minuciosas, análisis estadísticos y reunión de información, todo ello dirigido a apoyar la obsoleta solución de los dos estados.
Un intento de retratar la inclusión de las opiniones de los palestinos fue la reunión de los diplomáticos comunitarios con los líderes de las comunidades palestinas “que les informaron acerca de las últimas demoliciones sufridas en sus comunidades, incluyendo la de la escuela del pueblo”. Lo que pasará con la información obtenida una vez que la excursión política haya concluido y los diplomáticos estén otra vez de vuelta, sano y salvos con sus privilegios es, por supuesto, algo que no se nos contará.
Que no se cuente, no obstante, no significa que no sea predecible. La Unión Europea tiene la costumbre de cruzarse de brazos en lo que respecta a la rendición de cuentas y a su responsabilidad de cara a los palestinos, del mismo modo que la ONU continúa desviando su atención de las vulneraciones de derechos humanos, limitándose a evocar retóricamente las ideas de “esperanza, futuro o seguridad”. Hasta ahora, cualquier esfuerzo internacional ha venido estando repleto de contradicciones, derivadas de la premisa asumida por todos de que los violadores de derechos humanos deben primero desarrollar por sí mismos una conciencia y exigirse a sí mismos responsabilidad por haber roto todas las cláusulas incluidas en la legalidad internacional.
Por supuesto, esta impresión es también un reflejo de cómo la comunidad internacional, incluida la UE, se ha escaqueado siempre de cualquier responsabilidad de cara a los palestinos. Por consiguiente, los informes surgidos de estas visitas deben ser leídos e interpretados en un marco más amplio de lo que constituyen las violaciones de derechos humanos y la identidad de quienes los perpetran. Al fallar en poner fin a la colonización israelí de Palestina, la Unión Europea está asegurando su papel en el mantenimiento de una condena de la violencia desde la lejanía, sin tener que cargar con las repercusiones. Esto también significa que la Unión Europea puede continuar satisfaciendo desvergonzadamente las demandas de Israel al tiempo que derrama sobre los palestinos una serie de gestos simbólicos e inefectivos. Mientras tanto, en las comunidades visitadas y en la conciencia de los diplomáticos de la UE , los niños palestinos han tenido una existencia dos veces quebrantada: por Israel y sus demenciales demoliciones y desplazamientos, y por los diplomáticos cuyo reconocimiento de la injusticia de los niños palestinos privados de su derecho a la educación no existe más allá del ámbito de su su breve excursión política.
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