CEPRID

La violencia, nuevo modus operandi de la protesta “revolucionaria” egipcia

Miércoles 6 de marzo de 2013 por CEPRID

Ahmed Bensaada

CEPRID

Traducido por Julio Fucik

25 de enero de 2013. Segunda República de Egipto. Año 2. Vuelta al punto de partida. El «Irhal» (¡Vete!) ha reaparecido, pero con una diferencia: la consigna de la insurrección es ahora “El pueblo quiere la caída de los Hermanos”. Ni siquiera el muro del palacio presidencial se ha librado de las pintadas antiislamistas.

Este cambio de eslogan no es trivial, ni mucho menos. Se inserta en la continuación de la protesta, que no ha cesado enero de 2011, pero sobre todo es la expresión de un cambio profundo en el levantamiento, tanto de la identidad de los actores como de sus métodos de acción.

Hay que recordar que la “primavera” egipcia anti-Mubarak fue iniciada y organizada por jóvenes ciberactivistas (especialmente los que pertenecen al Movimiento 6 de Abril) cuyos líderes habían recibido formación financiada por organismos estadounidenses para “exportar” la democracia. Algunos de ellos fueron entrenados por el CANVAS (*) serbio en la ideología de resistencia individual no violenta teorizada por el filósofo estadounidense Gene Sharp (1). La no violencia predicada por los ciberactivistas contra un estado policial famoso por sus métodos brutales fue una de las características de la “primavera” egipcia, y en gran parte constituye el secreto de su eficacia. Hasta el punto de que Gene Sharp en persona se declaró particularmente orgulloso del trabajo realizado por los jóvenes egipcios (2).

Junto a los discípulos de la escuela de Sharp, los grupos procedentes de los movimientos de hooligans participaron desde el principio en el levantamiento egipcio.

Después de sufrir la represión policial de la época de Mubarak desde su creación a mediados de la década del 2000, los “ultras” incondicionales de algunos equipos de fútbol egipcios, desarrollaron cierta experiencia en los enfrentamientos con la policía. De un estatuto de matones y delincuentes antes de la “revolución”, ganaron su fama gracias al savoir faire adquirido en los años de rebelión contra la brutalidad de las fuerzas del orden. Calificados por la prensa como “valientes”, son conocidos por estar siempre a la vanguardia en los enfrentamientos contra la policía durante las diversas manifestaciones de la “primavera” en Egipto.

Más recientemente ha aparecido un nuevo movimiento de protesta violenta en el panorama egipcio. Se trata del “Bloque Negro”, una organización inspirada en facciones anarquistas europeas. Enmascarados y vestidos de negro invaden la calle y no dudan en usar la fuerza para luchar contra el gobierno islamista del presidente Morsi.

Utilizando la violencia como instrumento de reivindicación, los ultras y el Bloque Negro son actualmente la punta de lanza de la protesta popular en Egipto. Apenas dos años después del estallido de la “primavera” árabe, la teoría de Gene Sharp ha quedado totalmente encerrada en los armarios.

Ultras: “Todos los policías son unos bastardos”

Cuatro letras son el leitmotiv de los Ultras: ACAB, acrónimo de «All corps are bastards» (todos los policías son unos bastardos).

Mucho antes de la revuelta primaveral árabe, los Ultras habían declarado la guerra a todo lo que representaba la autoridad. Los acontecimientos de principios del año 2011 les ofrecieron la oportunidad de mostrar sus habilidades fuera de los estadios de fútbol.

Según algunos expertos, los Ultras no tienen un perfil social muy claro. Son jóvenes “unidos por la edad y por códigos de honor, marcados por la lealtad a su equipo y por su enemistad con las fuerzas de seguridad” (3).

Aunque de orígenes muy diferentes de los de los activistas, su acción se considera de primer orden. Se les reconoce un papel importante, especialmente contra los “baltaguia” en la famosa “Batalla del Camello” del 2 de febrero de 2011 (4), así como en la batalla larga y sangrienta contra las fuerzas policiales de la calle Mohamed Mahmud en noviembre de 2011 (5).

Todos los grandes equipos de fútbol egipcios tienen sus propios Ultras. Por ejemplo podemos citar a los Ahlawy de El-Ahly, los Wite Knights de Zamalek, los Green Eagles de Port Saïd, los Green Magic de Alejandría y los Yellow Dragons de Ismaïlia.

Los Ultras tienen un poder de movilización muy importante que es la envidia de los partidos políticos. “Los Ultras White Knights pueden, ellos solos, conseguir que en unos minutos salgan a las calles 25.000 personas dispuestas a luchar”, explica un miembro del grupo (6).

Aunque los Ultras de los diferentes equipos se odian en “tiempos de paz”, la “primavera” árabe ha conseguido reconciliarlos en torno a un proyecto común: hostigar a las fuerzas de seguridad y proteger a los manifestantes. Así, hemos visto a los Ahlawy y los White Knights unir sus esfuerzos en la plaza Tahrir y en las calles “calientes” de El Cairo.

Según James Dorsey, autor del blog “El turbulento mundo del fútbol en el Oriente Medio”, “Ellos [los Ultras] representan una de las fuerzas más importantes del país, quizá la segunda tras los Hermanos Musulmanes» (7).

Esta connivencia de los ultras contra las autoridades egipcias se ha visto seriamente comprometida por lo que se denomina comúnmente “la tragedia de Port-Saïd”, donde hubo al menos 74 muertos y cientos de personas resultaron heridas. El partido celebrado el 1 de febrero de 2012 en Port-Saïd que enfrentaba al Ahly de El Cairo contra el club local se convirtió en una batalla campal. La masacre se desarrolló bajo la mirada complaciente de las fuerzas de seguridad que no levantaron un dedo para detenerla y un gran número de seguidores del Ahly perdieron la vida.

¿La razón? Según los seguidores del club cairota todo estaba organizado para vengarse de los Ultras Ahlawy por su papel preponderante en la revuelta primaveral y la agresividad que descargaron regularmente sobre los militares y la policía.

Los Ultras del club de Port-Saïd fueron acusados de complicidad con la policía, señalando que, al contrario que los Ahlawy, los Green Eagles lanzaron consignas pro-militares durante el partido.

Por su parte, los Ultras de Port-Saïd, negaron cualquier participación en los asesinatos En un artículo al respecto publicado por el periódico Egypt Independent se lee que “la violencia de Port-Saïd fue obra de agentes infiltrados, no de los Ultras» (8).

El hecho es que esa tragedia no solo creó mucho resentimiento, sino que sobre todo dividió las filas de los Ultras, resultado buscado por la policía, según algunos.

Los Ultras Ahlawy amenazaron al gobierno con fuertes represalias si no condenaba severamente a los responsables de la muerte de sus seguidores. Unos días antes del juicio se manifestaron ruidosamente bloqueando la circulación y una estación del metro. Su lema: “justicia o caos”.

El primer juicio de la “tragedia de Port-Saïd” tuvo lugar el 26 de enero de 2013. Veintiuna personas sospechosas de implicación en la masacre fueron condenadas a la pena de muerte. Los aullidos de las familias de las víctimas estallaron en la sala de la audiencia y los Ahlawy celebraron el veredicto.

Por su parte, las familias de los condenados no aceptaron el veredicto. Hay que señalar que ningún policía estaba en la lista de los 21 condenados a muerte (9).

Los disturbios que siguieron a la decisión judicial causaron casi tantas víctimas como la “tragedia de Port-Saïd”. Cinco días después del veredicto se contaban 56 muertos, la mayoría en la ciudad de Port-Saïd, a la que los activistas de dicha ciudad rebautizaron con el nombre de «Port-Shahid».

También hay que señalar que el gobierno de Morsi mostró una auténtica ignorancia del momento en el que se celebró. Hacer que casi coincidiera un juicio tan delicado con el segundo aniversario del levantamiento contra Mubarak mientras el clima social era explosivo demuestra una auténtica inconsciencia.

Al presidente Morsi no se le ocurrió una idea mejor que “tuitear” sus condolencias a las familias afectadas, gesto muy mal recibido por los destinatarios.

Si bien los intentos de reconciliación entre Ahlawy y Green Eagles han tenido éxitos (10), la continuación del juicio de “la tragedia de Port-Saïd” está fijada para el próximo 9 de marzo.

Las manifestaciones y los abusos también.

El Bloque Negro: “caos contra la injusticia”

La reciente aparición del Bloque Negro en el panorama contestatario egipcio se ha publicitado mucho a escala local e internacional. Incluso un periódico titulaba: «El Bloque Negro destrona a los revolucionarios en Egipto» (11). Nada menos. Todos los esfuerzos realizados por los “revolucionarios” primigenios para hacer de su “revolución” un modelo de no violencia que habría hecho saltar de alegría a su maestro de pensamiento Gene Sharp han sido en vano. La forma de actuar del Bloque Negro está en las antípodas de las enseñanzas de los serbios de CANVAS (Centro para el Conflicto y las Estrategias No violentas). Enmascarados, vestidos de negro, armados de palos y proyectiles incendiarios, tienen fama de “matones” aunque ellos lo niegan. Sin embargo su lema es “caos contra la injusticia”.

“Se nos llama la generación perdida y nos tratan de delincuentes. Pero lo que nos importa es salvar el honor de los mártires”, dijo uno de ellos que se presentó como cofundador del movimiento (12).

Igual que los Ultras, están contra la policía: “hay que volver a juzgar a los policías procesados por matar a los manifestantes y que han sido absueltos. Tenemos sus nombres y se los entregamos al Fiscal General» (13).

Pero desde su primer comunicado colgado en Youtube, sus principales objetivos son el gobierno de Morsi y los Hermanos Musulmanes, de la que procede el presidente. Los miembros del Bloque Negro aparecen enarbolando banderas anarquistas en un mensaje de vídeo que dice, entre otras cosas: “Somos el grupo Bloque Negro, parte del todo que forma el mundo. Militamos desde hace años por la liberación del ser humano, la eliminación de la corrupción y el derrocamiento del tirano. Por eso aparecemos oficialmente para enfrentarnos al tirano fascista (Hermanos Musulmanes) y su brazo armado […]. Gloria a los mártires. Victoria para la Revolución” (14).

Mientras los miembros del Bloque Negro egipcio claman que su movimiento no es político, ni religioso ni deportivo (en comparación con los Ultras), Essam El-Haddad, asesor de Asuntos Exteriores del presidente Morsi, los acusó de “violencia sistemática y crimen organizado en todo el país”, a la vez que criminalizaba a la oposición por aprobar el movimiento. Esas acusaciones han sido repetidas por los Hermanos Musulmanes, que han calificado al Bloque Negro de “grupo de matones” que atacan a las instituciones del Estado, a la policía y a la propiedad privada (15).

La Procuraduría General de la República, Talaat Ibrahim Abdallah (cuyo reciente nombramiento por el gobierno de Morsi levantó una oleada de protestas de la oposición), ordenó la detención de cualquier persona sospechosa de pertenecer al Bloque Negro, calificándolo de “organización terrorista” (16).

Tras las primeras detenciones de presuntos miembros del Bloque Negro, la oficina del fiscal declaró que uno de los detenidos será procesado por su implicación en un “proyecto israelí de sabotaje” (17).

Sin embargo algunos periodistas señalaron que los miembros de las milicias de los Hermanos Musulmanes que atacaron a los manifestantes, durante los enfrentamientos en las proximidades del palacio presidencia en 2012, también estaban enmascarados, sin que eso hiciera reaccionar a la presidencia ni a la oficina del fiscal.

Esas mismas milicias difundieron un vídeo en el que amenazaban de muerte a “los anarquistas que pretenden la caída del régimen” (18).

Otro grupo islamista, Jamaa Islamiya, ha llamado a la “crucifixión” de los miembros del Bloque Negro (19).

Por su parte, los “revolucionarios” primigenios creen que el Bloque Negro procede de los Hermanos Musulmanes y su acción tiende a sabotear el movimiento de protesta (20).

Wael Ghoneim, uno de los ciberactivistas más publicitados de Egipto (21), participó en una reunión organizada por la universidad Al-Azhar el 31 de enero de 2013 a la que asistieron personalidades religiosas, miembros de la oposición del Frente de Salvación Nacional, los Hermanos Musulmanes y cierto número de activistas.

Al final de la reunión Ghoneim dijo: “el objetivo de esta reunión no es político, sino más bien para poner en marcha una iniciativa para acabar con la violencia. Se trata de una iniciativa moral para detener el derramamiento de sangre. Por eso los jóvenes del Movimiento del 6 de Abril pidieron a Al-Azhar que se celebrase esta reunión y que se reúna a todas las fuerzas políticas de Egipto” (22).

Un pequeño problema: a pesar que los Hermanos Musulmanes estuvieron representados en la reunión ningún miembro oficial de gobierno se unió a esa iniciativa de paz.

¿Podrán los ciberactivistas primigenios devolver la “revolución” a su paradigma inicial de no violencia?

Sin una apertura real del gobierno islamista de Egipto y la formación de un gobierno de unidad nacional que agrupe a todas las fuerzas vivas del país, es dudoso.

Notas:

(1) Ahmed Bensaada, « Arabesque américaine: Le rôle des États-Unis dans les révoltes de la rue arabe », Michel Brûlé, Montreal (2011); Synergie, Argel (2012).

(2) Aimée Kligmanm , « Why is Gene Sharp credited for Egypt‘s revolution? », Examiner.com , 5 de marzo de 2011.

(3) Lucie Ryzova , « The Battle of Muhammad Mahmud Street: Teargas, Hair Gel, and Tramadol » , Jadaliyya, 28 de noviembre de 2011.

(4) Les Inrocks, « Égypte: les Ultras d’Al-Ahly, gardiens de l’après-révolution à Tahrir », 10 de diciembre de 2012.

(5) Ver nota 3.

(6) Claire Talon, « Égypte: génération Ultras », Le Monde, 17 de octubre de 2011.

(7) So Foot, « En privé, les Ultras égyptiens se préparaient aux manifestations », 3 de diciembre de 2012.

(8) Abdel-Rahman Hussein , « Port Said violence was work of infiltrators, not Ultras, say locals » , Egypt Independent, 2 de febrero de 2012.

(9) Egypt Independent , « No police officers sentenced to death in Saturday Port Said ruling », 26 de enero de 2013.

(10) Ali Radi, « Les Ultras Green Eagles refusent la réconciliation avec les fans d’El-Ahly », Ahly Sport, 9 de febrero de 2013.

(11) Marwan Chahine, « En Égypte, les Black Bloc détrônent les révolutionnaires », Le Nouvel Observateur, 29 de enero de 2013.

(12) RTS, « Le Black Bloc égyptien, une nouvelle race de révolutionnaires », 30 de enero de 2013.

(13) Hélène Sallon, « Les “Black bloc”, nouveau visage de la contestation égyptienne », Le Monde, 2 de febrero de 2013.

(14) Youtube, « Premier communiqué. Black Bloc Égypte », 23 de enero de 2013.

(15) Maggie Michael, « Masked ‘Black Bloc’ a Mystery in Egypt Unrest », Time World, 28 de enero de 2011.

(16) Arabic CNN, « Égypte: un mandat d’arrêt pour tous les membres du Black Block », 29 de enero de 2013.

(14) Taïeb Mahjoub, « Égypte: le Black Bloc, un groupe mystérieux dans le collimateur du pouvoir », AFP, 31 de enero de 2013.

(15) Aliaa Al-Korachi, « Contestations: Black Block, derrière les masques noirs, la violence », Al-Ahram Hebdo, 30 de enero de 2013.

(16) Peter Beaumont y Patrick Kingsley , « Violent tide of Salafism threatens the Arab spring » , The Guardian, 10 de febrero de 2013.

(17) Moïna Fauchier Delavigne, « Les Black bloc, ces nouveaux révolutionnaires égyptiens prêts à employer la force », France 24, 31 de enero de 2013.

(18) Ahmed Bensaada, « Le rôle des États-Unis dans les révoltes de la rue arabe: le cas de l’Égypte » , Mondialisation, 24 de febrero de 2011.

(19) Nancy Messieh y Tarek Radwan , « Egypt’s al-Azhar Talks », Atlantic Council, 1 de febrero de 2013.

ahmedbensaasa.com


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