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China: Una Marina fuerte es garantía de intereses protegidos

Lunes 13 de febrero de 2012 por CEPRID

Wang Xiaoxuan

Diario del Pueblo

Las tres pruebas de 2011 del primer portaaviones de China, el Varyag reparado, marcaron un hito en el desarrollo de la Marina de Guerra china. Pero también provocaron reacciones agudas de algunos países, que se apresuraron a sonar las falsas alarmas.

El portaaviones y sus pruebas reflejan la competencia cada vez mayor de la Armada china en la defensa de la soberanía del país y sus intereses marítimos. Con un litoral de 18.000 kilómetros, más de 6.500 islas, y alrededor de 3 millones de kilómetros cuadrados de zona marítima, China necesita de una Marina fuerte y moderna, para prevenir cualquier violación de su territorio, su soberanía sobre las islas y sus intereses marítimos.

China también tiene que proteger sus intereses en alta mar. El país se convirtió en el mayor exportador del mundo en 2009 e importó 63 por ciento de su mineral de hierro y 55 por ciento de sus necesidades de crudo en 2010. La seguridad del personal de China, los activos y las rutas de navegación son muy importantes para su economía, de ahí la necesidad de una Marina fuerte.

Las pruebas del Varyag demuestran el nivel de modernización de la Armada. Considerados como el símbolo del poder naval moderno, los portaaviones son una combinación de una amplia gama de tecnologías, incluyendo la construcción naval y la aviación. China desarrolló su primer portaaviones gracias a los esfuerzos concertados de sus sectores de investigación científica, como reflejo del poderío integral del país.

La reconstrucción del Varyag y sus pruebas indican que China está lista para cumplir con sus responsabilidades internacionales. Según se acrecienta su estatus, China adquiere la responsabilidad de acoger el llamamiento de Naciones Unidas de enviar sus flotas navales a las aguas internacionales en misiones de paz, incluida la lucha contra la piratería y la prestación de ayuda humanitaria.

Pero a pesar de tener el Varyag, China está lejos de haber completado la modernización de su Armada. La modernización naval es un concepto integrador, que incluye la aplicación de las más recientes tecnologías para buques de la Armada, de modo que los mismos cumplan con los requisitos y necesidades de las batallas marítimas y de seguridad. En la búsqueda de la modernización, una marina de guerra tiene que someterse a un cambio de lo tradicional a lo moderno, incluyendo la instalación de armamento moderno. Las marinas de guerra modernas están equipadas, entre otras cosas, con armas avanzadas, una estructura razonable de fuerzas armadas y un personal de alta calidad.

Dado que la modernización naval es un proceso complicado y a largo plazo, la Marina de Guerra china no dará un salto delante con sólo añadir el Varyag a su flota.

Además, la modernización de la Armada tiene sus raíces en la modernización integral de la sociedad china y los avances asociados a la misma.

En el camino a su modernización, la Armada encontrará altibajos. China es el mayor país en desarrollo, con una base industrial débil y tecnologías menos avanzadas, especialmente las militares. Y puesto que los países occidentales han prohibido las exportaciones de armas y tecnologías avanzadas a China durante años, la Marina china tiene que andar a tientas en su camino hacia la modernización.

Peor aún, algunos países occidentales se aferran a la mentalidad de la Guerra Fría, y todavía recelan del ascenso de China y el desarrollo de sus fuerzas armadas.

Demonizan las medidas de China para modernizar su marina y proclaman la teoría de la "amenaza china", distorsionan la imagen de su ejército y vilipendian la naturaleza defensiva de su política de seguridad.

En los últimos años, los medios de comunicación occidentales han especulado sobre el desarrollo del sistema de defensa de China y "examinado" cada paso de la armada china. El prejuicio de algunos medios occidentales contra China les ha llevado a calificar la modernización de su armada como muestra de "arrogancia "y" agresividad".

Algunos estudiosos occidentales tienden a ver el desarrollo del portaaviones y misiles de China como una amenaza para otros países y reaccionan exageradamente a sus ejercicios navales rutinarios, considerándolos "preparativos para la guerra". Incluso alegan que China está construyendo una serie de bases militares, o el denominado “collar de perlas,” en el Océano Índico, con el pretexto de ayudar a algunos países a construir instalaciones portuarias comerciales.

La verdad es que la marina de China se ha desarrollado en los últimos años, pero sólo para defender su territorio. China ha seguido una política de defensa y se apegará a esa política.

China es el país más poblado del mundo, la segunda mayor economía y el tercer país más grande en la zona, pero todavía no es una potencia naval moderna. Durante las primeras tres décadas de reforma y apertura, el país tuvo como prioridad el desarrollo económico, para sacar a su población de la pobreza, lo que provocó una evolución heterogénea de su estructura de defensa.

Incluso hoy en día, China gasta sólo el 1,4 por ciento de su PIB en defensa, mientras que EEUU gasta hasta un 4 por ciento, y en países como Gran Bretaña, Francia y Rusia, se dedica a ese fin más de un 2 por ciento. Además, la Marina de guerra china no llega a la altura del desarrollo de sus contrapartes en el mundo desarrollado. Lo que realmente importa no es qué tipo de armas posee China, sino las políticas y estrategias que sigue. China procura el desarrollo pacífico y una política de defensa nacional de carácter defensivo.

China no ha sido parte de una guerra o un conflicto armado desde mediados de la década de los 80, en comparación con algunos países que desatan guerras en todo el mundo bajo el pretexto del humanitarismo y la democracia. China no tuvo un portaaviones hasta 2011, mientras que Estados Unidos tuvo su primero en 1911, es decir, 100 años antes.

A pesar de la enorme cantidad de activos y numeroso personal en todo el mundo, China no ha construido una sola base militar fuera de su territorio, en contraste con EEUU, que cuenta con más de 1.000 bases militares en todo el orbe. En este sentido, las acusaciones de Occidente contra China son infundadas, porque sabemos qué país realmente constituye una preocupación para el orden mundial.

En un sentido más profundo, detrás de las críticas dirigidas al desarrollo de la defensa nacional de China se oculta la ideología hegemónica. Algunos países justifican su expansión, pero siempre encuentran algún defecto en potencias emergentes como China. Lo que no perciben es que la pérdida de China no será necesariamente su ganancia.

Sólo con el abandono de su mentalidad anticuada lograrán aliviar las tensiones innecesarias con China. La modernización de la Marina de Guerra china avanzará independientemente de la intervención externa, a la vez que una fuerza naval china que promueva la construcción de la armonía oceánica equivaldrá a una garantía para la paz mundial.

Wang Xiaoxuan es capitán titular y director del Instituto de Investigación Naval del Ejército de Liberación Popular.


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