LA RENTA BÁSICA

Aquí y ahora, mientras no hagamos la revolución, necesitamos soluciones, alternativas o medidas que palien y cambien la actual situación de empobrecimiento generalizado de amplias capas de la población y de dependencia, subordinación y sometimiento al trabajo asalariado.

Por eso, aquí y ahora, debemos trabajar por la consecución de un Renta Básica individual e incondicional porque pasar de una situación de desahogo económico a una de pobreza, ya no es lo que algunos creían lejano. Hoy en día y en el actual sistema neoliberal, agresivo con trabajadores, parad@s, jóvenes, mujeres, etc., cualquiera puede estar sujeto a caer en el umbral de la pobreza. Una reconversión, un ajuste de plantillas, una fusión de empresas, un recorte de las prestaciones sociales, etc., puede ser la causa para que cambie nuestra situación social y pasar a una situación de exclusión y pobreza. La ofensiva neoliberal está creciendo como una ola que amenaza todo el sistema de «bienestar social».

En el mundo laboral están a la orden del día los despidos, el trabajo en precario, recortes de los derechos laborales, aumentos de producción, etc. En la parte que corresponde a bienes públicos la cosa no anda mejor, recorte de prestaciones por desempleo, más años de cotización para las pensiones, recortes en salud pública, rigurosos y arbitrarios controles para las ayudas sociales, disminuciones de las cuantías… En fin, la lista sería casi interminable.
En esta última década estamos perdiendo alarmantemente derechos laborales y sociales. Los sindicatos parecen desconcertados y la mayoría de los medios de comunicación hacen de gran altavoz de las ideas neoliberales.

Al llegar a estas situaciones, el empleo se ha convertido, para los gobernantes y los señores de las grandes finanzas, en una valiosa excusa que les sirve para cualquier atentado ecológico, ganar unas elecciones o para autorizar cualquier operación económica mercantil y justificar así los recortes sociales. Da igual el tipo de empleo que sea y en las condiciones que se desarrolle, lo que vale son las estadísticas, los números por los que se basa esta economía.
Esta fiebre por la creación del empleo y la idea de que con más empleo se van a corregir las situaciones de pobreza (idea esta, apoyada por algunas gentes de izquierdas) no nos lleva a ninguna parte, ya que hoy en día hay gente asalariada en el umbral de la pobreza y es en cierta manera hacer el juego a gobernantes y capitalistas.

En un primer momento, cuando se desconocía el fenómeno del paro como lo conocemos hoy y sus cifras eran alarmantes para los gobiernos, se tomaron medidas para paliar en cierta manera la falta de trabajo. Hoy en día, superados los primeros momentos, el paro es asimilado por el sistema y es una fuente de ingresos más para sus arcas, alrededor del paro se mueven cantidades ingentes de dinero que el parado o excluido no percibe.

Un número controlado de parados es bien recibido por los empresarios. Hace las veces de bolsa de trabajo barato y en precario y justifica la creación de cientos de instituciones tanto públicas como privadas (algunas de estas, además subvencionadas con dinero público) que viven a cuenta del paro y de los problemas que crea, a la vez que recortan las ayudas sociales y las prestaciones por desempleo. ¿No sería mejor que este dinero revertiera directamente en la gente necesitada?

Así las cosas, las bolsas de pobreza en los países desarrollados aumentan, crece la inestabilidad económica para los ciudadanos y las empresas y bancos baten récords de ganancias.

Ante esta ofensiva capitalista nosotr@s defendemos la propuesta de la Renta Básica. Como señala J. Iglesias Fernández (economista) en su libro «El derecho ciudadano a la Renta Básica»: «La sociedad capitalista, en donde las personas han sido desposeídas del derecho a utilizar los recursos naturales y la capacidad de ejercer una actividad productiva, ésta, está obligada a conceder una renta básica a cada uno de sus ciudadanos individualmente como deuda de tal apropiación.»

Además de esta importante razón, la Renta Básica tiene otros beneficios sociales, es un arma de defensa para l@s trabajador@s que no tendrán que aceptar trabajos en precario, útil para la negociación de mejoras laborales, etc.; también serviría para la lucha de la mujer por la igualdad entre hombres y mujeres en el mercado de trabajo o en la vida diaria, se podría eliminar el estigma del parado, frenar la exclusión social. La Renta Básica es el reparto más equitativo de la riqueza.

Pero no nos confundamos, esto sería la Renta Básica ya que a veces este término se confunde con el de «Salario Social» y no es realmente lo mismo, ya que esto último es a cambio de unas contraprestaciones por recibirlo y la Renta Básica no.
Contraprestaciones con las que estamos en contra. Contraprestaciones que la mayoría, por no decir todas, sirven para justificar lo invertido por organismos públicos o privados, que viven alrededor del paro y la pobreza; además, los derechos no tienen por que tener contraprestaciones para recibirlos. ¿Acaso hay que ser donante de sangre para tener derecho a la sanidad gratuita?

Esto es, que el derecho a la Renta Básica tiene que ser incondicional y para tod@s con las siguientes características:

– Individual.
– Independiente de cualquier otro ingreso que se perciba por otros recursos.
– Independiente de haber sido asalariado o de tener que aceptar un trabajo que le fuese ofrecido.

Como todo, esto no nos lo van a dar gratis, tendremos que luchar para conseguirlo, organizándonos en barrios y pueblos, difundiendo la idea de la Renta Básica para que más gente se una a la lucha, que sirva, al menos, para parar la inercia de este capitalismo salvaje y que puede llevarnos después a seguir por otros caminos de justicia social.

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