CEPRID

Por qué está fallando la guerra económica de Estados Unidos contra China

Lunes 2 de noviembre de 2020 por CEPRID

VIJAY PRASHAD y JOHN ROSS

Globettoter

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

El presidente Donald Trump, apoyado por la mayor parte del establishment estadounidense, profundizó el asalto del gobierno a la economía china. La "guerra comercial" pareció funcionar bien con la base política de Trump, que de alguna manera esperaba que un ataque económico a China crearía milagrosamente prosperidad económica para ellos.

En 2018, Trump impuso aranceles a varios productos chinos por valor de más de 200.000 millones de dólares. Luego, la administración de Trump persiguió a empresas chinas de alta tecnología como Huawei, ZTE, ByteDance (el propietario de TikTok) y WeChat.

Nada de esto ha funcionado muy bien. Trump enfrenta juicios legales negativos sobre su "guerra comercial" y la economía estadounidense se está deslizando hacia territorio negativo. Pero no es solo Trump. Tanto el Partido Republicano como el Partido Demócrata están comprometidos con una política que no hará que China se rinda a las ambiciones de Estados Unidos.

Queda por ver si Estados Unidos puede o no retroceder en esta orientación política y comenzar un diálogo con China; hacerlo, por supuesto, sería deseable.

Retrocesos legales

Los desafíos legales en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en el Tribunal de Distrito de EEUU para el Distrito Norte de California fueron contra la administración Trump. Este es un revés para la orientación política del gobierno de Estados Unidos.

Después de que Trump anunció los aranceles contra una amplia gama de importaciones chinas, el gobierno chino abordó formalmente el asunto a través del mecanismo de disputas de la OMC. Después de un estudio considerable, la OMC emitió veredicto.

El 15 de septiembre de 2020, un panel de la OMC de tres personas  concluyó  que Estados Unidos había violado las disposiciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) de 1994, el tratado que estableció la OMC. Esta fue una seria derrota para Estados Unidos; la administración Trump tiene 60 días para presentar una apelación.

Al gobierno de Estados Unidos no le gusta perder. El representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, emitió un comunicado condenando el fallo."Este informe confirma lo que la administración Trump ha estado diciendo durante cuatro años: la OMC es completamente inadecuada para detener las prácticas tecnológicas nocivas de China".

Estados Unidos ha paralizado la capacidad de la OMC para emitir un veredicto vinculante final, ya que el tribunal de apelaciones de la OMC ya no funciona debido a la negativa de Washington a aceptar nuevos miembros.

En 1994, EEUU impulsó la creación de la OMC, redactó muchas de sus reglas e incorporó a China a la organización en 2001. Debido a que EE UU se sentía al mando del mundo, la OMC trabajó para promover sus intereses. Ahora que la economía de China se ha fortalecido, EEUU considera que las reglas de la OMC son onerosas. El libre comercio solo es útil para gobiernos como el estadounidense cuando es beneficioso para sus empresas; de lo contrario, el principio de libre comercio se rechaza fácilmente.

Incluso dentro de EEUU hay dudas sobre las políticas de Trump. Un juez firmó una  orden judicial  para detener el intento de Trump de evitar que los residentes de EEUU usen WeChat como un medio para comunicarse con personas en China. La presión sobre TikTok también puede disiparse después de las elecciones estadounidenses.

Divergencia económica

Un analista senior del Banco de la Reserva Federal de St. Louis dice que el impacto económico del bloqueo "caótico" en los EEUU creará interrupciones importantes durante al menos una generación. Es poco probable, dice, que Estados Unidos pueda "recuperarse fácilmente". Cuando se le preguntó sobre la recuperación de China, dijo que hasta ahora las cosas se ven mucho mejor. Pero cualquier dependencia persistente de China en el mercado estadounidense tendrá un impacto negativo en el crecimiento de China.

En esencia, China ha  roto  la cadena de infecciones por Covid-19, aunque las autoridades permanecen atentas a nuevos brotes; en los Estados Unidos, es difícil hablar de una segunda ola, ya que la primera ola aún no ha alcanzado su cresta.

Lo que esto ha significado es que ya en el segundo trimestre de 2020, el producto interno bruto de China  aumentó  a un 3’2% por encima del nivel del año anterior; mientras tanto, el PIB de EEUU  cayó  un 9% por debajo del nivel del año pasado. China ya está en camino de recuperarse, mientras que Estados Unidos ni siquiera sabe si la infección ha alcanzado su punto máximo o no.

Estados Unidos y China publican medidas de producción industrial algo diferentes, pero el contraste es tan sorprendente que no deja ninguna duda sobre las tendencias relativas.

China publica datos sobre el valor agregado total de las empresas industriales, que en  agosto de 2020  fue un 5’6% más alto que el año anterior, mientras que, en contraste, la producción industrial de EEUU para  agosto de 2020  fue un 7’7% más baja que un año antes. El nivel de producción industrial de China era más alto que el año anterior, mientras que el de Estados Unidos estaba muy por debajo.

Como resultado de la recuperación económica mucho más dinámica de China, su comercio se está recuperando mucho más rápidamente que el de Estados Unidos. Esto es claro para las importaciones, que para otros países son sus exportaciones.

En julio, el último mes para el que hay datos  tanto de EEUU como de  China, las importaciones de China casi habían recuperado los niveles anteriores a la pandemia, siendo solo un  1% más bajas que el año anterior. Por el contrario, las importaciones estadounidenses todavía estaban un  11%  por debajo del año anterior.

El resultado de estas tendencias es que China será el centro de la recuperación económica mundial de la recesión del Covid-19, mientras que Estados Unidos no aportará casi nada.

Las últimas proyecciones globales   del Fondo Monetario Internacional indican que en 2020-2021, China representará la mayoría absoluta, el 51%, del crecimiento mundial, y EEUU solo el 3%, y las últimas predicciones del FMI   para EEUU indican que esto puede ser una cifra exagerada.

La mayoría de los otros contribuyentes al crecimiento mundial según el análisis del FMI serán economías asiáticas que tienen fuertes relaciones comerciales con China: Corea del Sur, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Malasia.

Para analizar la situación global, el impacto de la crisis de Covid-19 tiene un impacto muy dramático en el patrón de desarrollo de la economía mundial dividida entre economías en desarrollo y avanzadas. Los datos de las proyecciones del FMI   muestran que para 2021 el PIB en las economías avanzadas seguirá estando un 3’6% por debajo de su nivel en 2019, mientras que en las economías en  desarrollo  estará un 2’7% por encima de 2019. Esta es una distribución importante del crecimiento económico mundial a favor de economías en desarrollo y contra las avanzadas.

Las estimaciones del FMI de abril   indican que en 2020-2021 más del 95% del crecimiento económico mundial tendrá lugar en las economías en desarrollo. Los datos de Perspectivas de la economía mundial del FMI de abril  significan que proyecta que el 51% del crecimiento mundial tendrá lugar en China y el 44% en otras economías en desarrollo. Menos del 5% del crecimiento económico mundial tendrá lugar en las economías avanzadas.

Al intentar reorientar el comercio mundial lejos de China y hacia Estados Unidos, EEUU está intentando subordinar a otros países a su propio crecimiento, muy bajo en comparación con la economía de China, que crece mucho más rápidamente. Esto será muy perjudicial para las economías de otros países.


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