Balance económico preliminar del 2018 en Cuba y algunas perspectivas para el 2019 (y II)
Martes 14 de mayo de 2019 por CEPRID
José Luis Rodríguez
Cubadebate
Las complejas condiciones comerciales y financieras externas presentes en el 2018, se reflejaron en los resultados económicos alcanzados en ese año y en la proyección del 2019. Como ya se planteó, el crecimiento del PIB el pasado año fue de 1,2% frente a un plan del 2%. Antes del análisis de los diferentes sectores, es preciso destacar el crecimiento del 13,2% logrado en las inversiones, aunque resulta muy inferior al 34% planificado, el cual se evidenció como excesivamente optimista tomando en cuenta la situación externa existente ya el 2017 y los negativos escenarios que se preveían para el pasado año.
En esta cifra destaca el incremento de los compromisos de inversión extranjera que se incrementaron en 2017 y 2018, pero con un bajo nivel de concreción, pues la misma se estima que estuvo en torno a 500 millones cada año, cifra que representa solo el 25% de la meta considerada como necesaria.
En el caso de las inversiones se manifiesta la ausencia de una logística de abastecimientos seguros y priorizados para los recursos materiales y la fuerza de trabajo, a lo cual se unen estudios de factibilidad cuyas premisas no se cumplen en el proceso inversionista ni en la recuperación de la inversión. Una situación excepcional en este sentido –aunque no exenta de dificultades- se presenta en las obras hoteleras del turismo, donde se logra un mayor nivel de cumplimiento de los cronogramas previstos y que se apoya fuertemente en empresas inversionistas foráneas como la empresa francesa Bouygues Batiment International.
También merecería evaluarse la experiencia del proceso inversionista de la vivienda, donde se obtuvo un salto significativo en las obras terminadas en el 2018.
En el desempeño de los diferentes sectores durante 2018 se observa nuevamente un decrecimiento en la agricultura, impactada especialmente por las consecuencias climáticas adversas producto de las pérdidas por alrededor de 4 000 millones de pesos provocadas por el huracán Irma de septiembre del 2017.
Adicionalmente el volumen de inversiones en este sector se mantiene por debajo de sus necesidades de recapitalización. No obstante, se obtuvieron buenos resultados en la producción de arroz que alcanzaron a cubrir el 40% del consumo con 283 000 TM y un rendimiento de 4.19 toneladas por hectárea. También se reportó el cumplimiento de los planes previstos en la producción de frijoles y en la carne de cerdo, esta última con 178 000 TM para el encargo estatal. (1)
Las producciones de la industria pesquera correspondientes a la langosta y el camarón alcanzaron lo previsto en el 2018.
Por su parte la producción de la industria manufacturera se elevó un 3,7%, recuperándose del retroceso registrado el año precedente. Entre los esfuerzos más importantes de este sector resalta le introducción en los últimos cinco años de 25 613 equipos nuevos e inversiones por 230 millones de dólares en la industria farmacéutica, que cubre el 62% del cuadro básico de estos sensibles productos. No obstante y aún cuando la situación ha ido mejorando gradualmente, todavía al cierre de año se registraba un faltante del 40% en los medicamentos disponibles para la población.
También se reportaron cumplimientos en las producciones industriales previstas de envases y embalajes, ron, tabaco y productos para la higiene, aunque en cifras aún por precisar.
El sector de la construcción mostró una caída del valor agregado de -2,2% en el 2018, frente a un plan que suponía un incremento del 12% y en estos momentos no se tiene el detalle de todas las producciones incumplidas, aunque se registraron interrupciones en el suministro de materiales de construcción, tanto del balance nacional como local.
A pesar de lo anterior, se terminaron alrededor de 5 000 habitaciones para el turismo internacional y las viviendas construidas llegaron a 29 235, para un incremento del 34%, lo que contó con el apoyo de 529 establecimientos de la industria local de materiales de construcción y con 131 363 acciones financiadas con subsidios entre el 2012 y el 2018, de las cuales ha concluido el 57%.
Por su parte, las construcciones en apoyo al desarrollo hidráulico del país tuvieron un desempeño favorable, con inversiones por casi 1 600 millones de pesos, que respaldaron la construcción o rehabilitación de más de 2 000 kilómetros de redes, conductoras y colectores de alcantarillado y drenaje, las cuales beneficiaron a más de un millón de personas. En las obras hidráulicas se continuó avanzando en el trasvase este-oeste, inversión que demanda 800 millones de pesos y que debe mejorar el suministro de agua para las provincias de Holguín, Guantánamo, Las Tunas y el norte de Camagüey fundamentalmente.
Otro sector afectado en el 2018 fue el de la minería, ya que la producción de níquel más cobalto llegó a unas 50 000 TM frente a 56 000 el año anterior, lo cual puso de manifiesto que la caída de la producción a partir del año 2014 no se ha detenido aún.
Por su parte en el sector energético se logró un coeficiente de intensidad de 89 toneladas por millón de pesos de PIB, frente a un plan de 91,2, pero se incumplió la cifra de electricidad generada por fuentes renovables y se mantuvo la producción de petróleo equivalente en torno a 3,5 millones de toneladas en el 2018 por agotamiento de los pozos.
El mayor crecimiento sectorial de manifestó en el sector de transporte y comunicaciones, con un incremento del 5,7% en el 2018, reflejado en los avances portuarios en Mariel y en la terminal multipropósito de Santiago de Cuba, así como en la recuperación gradual de los FFCC y en la informatización de la sociedad, donde la cobertura de internet alcanzó alrededor del 50% de la población.
En cuanto al turismo, cabe añadir –en relación a lo ya apuntado en otra parte de este trabajo- que se trata del sector con mayores potencialidades de crecimiento y encadenamiento con otros sectores de la economía nacional. Sin embargo, todavía la actividad turística ve afectada su eficiencia por niveles de ocupación lineal del 55,4% frente a un plan del 66% y por costos de 67 centavos por peso de ingreso bruto, cifras que deben mejorar por su impacto inmediato en la economía.
El Presupuesto del Estado por su parte, registró un déficit del 9% del PIB de una cifra de 11,4% prevista, pero superior al 8,4% del 2017 cuando la economía creció 1,8%. En el pasado año se sobrecumplieron los ingresos un 1,2% y se incumplieron los gastos un 2,5%, esto último debido al nivel de las inversiones ejecutadas inferior a lo planificado.
A pesar de las dificultades, se logró el respaldo necesario a las políticas sociales básicas, así como a las actividades relacionadas con la recuperación de los daños causados por el huracán Irma y los subsidios previstos, incluyendo 3 600 millones de pesos para la canasta familiar.
En medio de las dificultades registradas en el 2018 se lograron cumplir un grupo de indicadores sociales básicos.
En el capítulo de empleo y salarios, se registró un bajo índice de desempleo de 1,7%, con un empleo en el sector no estatal que se estima ya en el 31% de los ocupados, entre ellos 580 828 que son trabajadores por cuenta propia. Al mismo tiempo la tasa de actividad económica muestra un descenso del 76,1 al 63,4% entre 2011 y 2017 tendencia a la que debe prestarse atención dada la estructura demográfica del país.
Por su parte, el salario medio estatal se planificó que llegara a 779 pesos en el 2018, pero en el segmento de las empresas estatales el mismo ya se elevaba a 851 pesos mensuales en septiembre del pasado año, aunque se estima que el 62% de los trabajadores cobra todavía por debajo de esa cifra.
Una situación compleja que no presenta cambios es la del salario del sector presupuestado, donde se registra una erosión en las plantillas de los trabajadores de educación y la ciencia en particular, que no se detuvo en el 2018 y donde el bajo salario es un factor desestimulante a considerar, especialmente por el carácter estratégico de estos dos sectores.
Por otra parte, un paso en la dirección correcta fue la elevación de la pensión mínima de los jubilados a 242 pesos y el incremento en 70 pesos de las prestaciones de la asistencia social, aunque se reconoce que estas cifras resultan insuficientes para las necesidades de ese segmento poblacional.
A pesar de los incrementos registrados en los ingresos de la población, se percibe -con la información disponible en estos momentos- que su capacidad adquisitiva como promedio no aumentó, en tanto que los precios –especialmente en los mercados agropecuarios de oferta y demanda, de productos liberados y de venta en las tiendas de recaudación de divisas, así como en las tarifas del transporte no estatal- se mantuvieron elevados.
Los servicios sociales básicos en el terreno de la salud se aseguraron, lográndose una tasa de mortalidad infantil por mil nacidos vivos de 4,0, similar al año anterior. En el terreno de la educación se alcanzaron tasas de matriculación favorables en todas las enseñanzas.
Finalmente se logró un incremento de las viviendas construidas algo superior al 33%, con 29 235 unidades concluidas en el año.
Adicionalmente se dio a conocer un plan de diez años para enfrentar el déficit habitacional de 929 695 viviendas, de las que 402 000 deben rehabilitarse y 527 000 serán viviendas nuevas.
Corresponde ahora revisar las perspectivas para el 2019 y reflexionar sobre algunas medidas a implementar que pudieran mejorar la coyuntura económica a corto y mediano plazos.
El año 2019 fue definido en la Asamblea Nacional del pasado mes de diciembre como uno de ordenamiento y ajuste, para el que se ha elaborado un plan realista y cumplible.
En estas definiciones se ha tomado en cuenta –en primer lugar- la coyuntura económica internacional, donde se observa que la economía mundial debe crecer 3,5%, cifra inferior al estimado del 2018, que fue de 3,7%. Adicionalmente, todos los países capitalistas desarrollados –excepto Japón-, así como las economías emergentes y en desarrollo presentan cifras de crecimiento inferiores a las del pasado año.
Igualmente se pronostica que los precios del petróleo desciendan un 14,1% y los de otras materias primas un 2,7%. En síntesis, todo indica que este año la economía mundial enfrentará una situación más compleja aún que la que estuvo presente en el 2018.
En tal sentido y como se ha explicado anteriormente, esta situación también incidirá en el desempeño económico de nuestro país, a lo que se añade el previsible incremento del impacto negativo del bloqueo de EEUU, tomando en cuenta las nuevas medidas adoptadas por el gobierno de Donald Trump ya en los primeros meses de este año, incluyendo la aplicación del Título III de la Ley Helms Burton.
Las líneas principales de trabajo para el 2019 se han resumido en los siguientes seis puntos, dados a conocer también al cierre del pasado año.
1.- Incrementar y diversificar las exportaciones de bienes y servicios. 2.- Elevar la eficiencia de las inversiones y la participación de la inversión extranjera directa. 3.- Analizar integralmente la ejecución de las importaciones y los créditos externos. 4.- Incrementar en lo posible la sustitución de importaciones. 5.- Potenciar la gestión de cuentas por cobrar en el exterior. 6.- Mejorar la gestión de los inventarios.
En cuanto a estas líneas fundamentales de trabajo, se prevé que las exportaciones de bienes crezcan un 6%, mientras que los ingresos turísticos deben crecer un 17,6%; las inversiones totales se planifica que aumenten un 20,1% (11 300 MMP), en tanto que la inversión extranjera directa se estima sea el 6,2% de ese total (700 MMP), aunque algunos estimados extranjeros calculan una cifra superior; las importaciones serán un 11,2% menores que lo planificado para el 2018 y se ha orientado no crecer en el endeudamiento externo del país, lo que representa pagar los créditos atrasados y no contratar nuevos créditos que resulten impagables después; se planifica un total de 160 millones de pesos en sustitución de importaciones y reducir los inventarios ociosos un 2%, lo que puede inyectar 400 millones de pesos a la producción nacional.
Estos incrementos estratégicos deben lograrse partiendo de cuatro encadenamientos básicos con la IED referidos al crecimiento de la producción; al turismo; las exportaciones y con el sector no estatal, que se ha estimado aporta alrededor del 20% del PIB, aunque en sectores de baja productividad, pero que ya absorbe el 31% de la ocupación.
De tal modo, un plan que contemplara objetivamente la coyuntura restrictiva del presente año se propuso un crecimiento del PIB de solo 1,5% y también tasas modestas de incremento en el resto de los indicadores que se han dado a conocer públicamente.
En los datos que se reflejan en la tabla anterior, se aprecia como los mayores esfuerzos se concentran en el crecimiento del 20,5% en las inversiones, con un estimado del 9% de incremento en la inversión extranjera directa neta, que supera ligeramente los mil millones de dólares; la recuperación de la producción agrícola luego del decrecimiento registrado el pasado año; el aumento de la producción de azúcar, que se sitúa a niveles similares al 2017; y la expansión del turismo con unos 368 mil visitantes más este año y una cifra superior en los ingresos brutos.
Un elemento clave que no debe pasarse por alto en la proyección del 2019 es la necesidad de asegurar los recursos en divisas indispensables para garantizar los niveles de actividad previstos.
Para ello se ha diseñado un proceso de ajuste macroeconómico que supone:
–Incrementar las exportaciones un 6% buscando la mayor diversificación posible en bienes y servicios, así como en mercados. –Reducir las importaciones directas de bienes en un estimado que se calcula en torno al 7%, en tanto que se lleva a cabo la sustitución de importaciones por una valor de 160 millones de dólares. –La gestión del comercio exterior el presente año debe incrementar el saldo positivo de la balanza comercial discretamente. –Reducir los inventarios ociosos un 2%, lo que potencialmente representa 400 millones de dólares para apoyar la producción de bienes y servicios. –Reducir el déficit presupuestario de un 9% en relación al PIB en el 2018, a 6,1% este año, lo que representa una disminución de 3 060 millones de pesos, sin afectar los servicios sociales básicos de salud pública, educación, seguridad y asistencia social. Adicionalmente se prevé financiar la construcción de 32 000 viviendas, para un crecimiento del 9,5% en relación al 2018. –Finalmente se estima que este año se reducirá un 2,8% el servicio de la deuda externa y un 1,5% el monto de la deuda total, según cálculos del EIU.
A pesar de que el plan diseñado para el presente año resulta objetivo y razonable, con posibilidades de cumplirlo en medio de todas las dificultades, se requiere adoptar nuevas medidas que permitan avanzar en la solución urgente de los problemas más acuciantes que enfrenta el país, en particular, lo referido a la falta de liquidez en moneda convertible.
Para alcanzar ese objetivo, se pueden implementar un conjunto de medidas a corto plazo que se resumen de la forma siguiente:
Resulta indispensable renegociar la deuda de corto plazo en USD –que se estimaba en 1 500 millones al cierre del 2018, tanto de adeudos comerciales como de dividendos retenidos- hasta normalizar los pagos a 360 días mediante operaciones que permitan su conversión en CUC -a tasas de cambio más favorables que la tasa oficial vigente- para inversiones, pago de la fuerza de trabajo u otras obligaciones en el país.
Pasar gradualmente a un proceso de titularización de la deuda en moneda convertible, mediante la emisión de bonos y la creación de un mercado financiero, de manera que la misma se pueda descontar en el mismo, brindando más opciones a los acreedores. Existen experiencias de titularización de la deuda llevadas a cabo por el Banco Central de Cuba en la Bolsa de Londres, en tanto que en el 2007 se hicieron dos emisiones de bonos de 150 y 50 millones de euros, con tasas de interés entre 8,5 y 9,0% a dos años vista, con resultados a tomar en consideración.
Crear un fondo conjunto de inversiones a partir de parte de las remesas que se envían al país asociando a los remitentes, los receptores y el gobierno cubano en un emprendimiento conjunto, pudiendo dirigirse a objetivos específicos tales como construcción de viviendas, o el fomento de pequeños negocios de propiedad cooperativa o privada en la esfera de la producción. Existen experiencias de este tipo en países latinoamericanos con buenos resultados.
Desarrollar las importaciones en consignación –ante la ausencia por el momento de un mercado mayorista- que permitan abastecer de equipamiento y materias primas los negocios del sector cooperativo y privado, así como determinados segmentos de propiedad estatal como puede ser el caso del turismo. En esta variante las compras se realizarían directamente en moneda libremente convertible para asegurar la retroalimentación de los abastecimientos de la consignación.
En relación a la inversión extranjera, es necesario impulsar la captación de proyectos mediante el apropiado reconocimiento del riesgo del inversor en las negociaciones. Adicionalmente se puede incrementar la cartera de oportunidad de negocios con el capital extranjero en sectores como el turismo mediante nuevos proyectos para inversiones extra hoteleras de no alto costo y rápida recuperación como aquellos referidos a parques de diversiones, turismo de salud, turismo de naturaleza, turismo cultural y de entretenimiento, entre otros proyectos que permitan elevar el gasto del turista en Cuba a precios competitivos internacionalmente.
Adicionalmente es preciso y posible aplicar otras medidas tendentes a lograr un entorno más favorable en la economía nacional. Entre ellas pueden examinarse:
La venta de bonos de deuda pública con tasas de interés estimulantes en pesos cubanos y a personas naturales, asociados a objetivos específicos o no y descontables en el mercado financiero. Esta medida permite reducir la presión inflacionaria interna y proveer de fondos adicionales al presupuesto del Estado en el corto plazo.
Crear asociaciones de pequeñas empresas para actividades productivas entre el sector estatal y el no estatal, apoyadas por entidades financieras como un Banco de Fomento Agrícola e Industrial con prestaciones específicas para este tipo de negocios que faciliten su financiamiento.
Incrementar la política de estimulación salarial gradual en sectores que presentan una fuerte erosión y que resultan claves para el desarrollo, tales como la educación y la ciencia. Todo indica que resulta indispensable frenar el éxodo laboral de estos sectores con medidas que valoricen el trabajo que se realiza en los mismos, tomando en cuenta el alto costo de su reposición.
En esta valoración preliminar de la economía cubana para el 2019 puede destacarse que se cuenta con un plan mejor y más realistamente diseñado para enfrentar los desequilibrios macroeconómicos que se agravaron en el pasado año cuando se creció un 1,2% solamente. Las medidas que se vienen adoptando permiten asumir los riesgos y costos del ajuste con diferentes alternativas de solución para los problemas más urgentes, con vistas a elevar la capacidad de captar ingresos en moneda libremente convertible a corto plazo que sirvan de base para elevar el nivel de inversiones e incrementar la productividad del trabajo.
Todo ello se viene complementando con un reforzamiento de la gobernabilidad del país, donde se aprecia un aumento en el nivel de atención del gobierno central a los territorios y a sectores de producción y servicios, con gestiones más ágiles a problemas urgentes –como se ha apreciado en la respuesta frente a los daños del tornado que azotó La Habana en enero- y un nivel de información y participación que apunta a mejorar el consenso logrado en el país en apoyo al proyecto socialista, puesto de relieve también en el referendo que aprobó la nueva Constitución recientemente.
Finalmente, no debe perderse de vista que las medidas que deben adoptarse en lo inmediato imponen costos, que deberán mitigarse todo lo que se pueda con medidas que alivien en lo inmediato las tensiones a que ha estado sometida la población desde el Período especial, poniendo en práctica programas dirigidos a solucionar paulatinamente los cuatro problemas que más han preocupado al pueblo en los últimos años: insuficiencia de ingresos, alimentación, vivienda y transporte, donde el peso de los factores subjetivos y las dificultades del cambio de mentalidad frente a la realidad económica inmediata imponen flexibilidad táctica y firmeza estratégica para el avance en la solución de los problemas.
Nota
¹En el 2017 las inversiones ejecutadas en la agricultura fueron solo de 423 millones de pesos, lo que representa el 5,2% del total.
Fuentes: ONEI Anuario Estadístico de Cuba 2017, www.onei.cu; Intervención del ministro de Economía y Planificación en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 21 de diciembre del 2017, periódico Juventud Rebelde, 22 de diciembre del 2017; Miguel Díaz Canel: La batalla fundamental de Cuba es la economía, diciembre 16 del 2018, www.cubadebate.cu; Consejo de Estado Fragmentos de la versión taquigráfica del informe presentado a la Asamblea Nacional por Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, periódico Granma, diciembre 22 del 2018 www.internet.granma; The Economist Intelligence Unit Country Report Cuba, January 19th 2019 www.eiu.com
José Luis Rodríguez es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM). Fue Ministro de Economía de Cuba.
CEPRID
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