Filipinas: Giro hacia China mientras se aleja de EEUU
Lunes 14 de noviembre de 2016 por CEPRID
Andrei Akulov
Fundación de la Cultura Estratégica
Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés
Desde el final de la II Guerra Mundial la estructura de poder en la región Asia-Pacífico ha sido dominada principalmente por Estados Unidos. A comienzos del siglo XXI el centro de gravedad del equilibrio global de poder ha cambiado desde Europa hacia la región Asia-Pacífico, causado principalmente por el crecimiento de China. La vieja influencia estadounidense en la región se ha enfrentado a un grave desafío. El pivote Asia-Pacífico de EEUU pareciera haber fallado en tanto que su influencia en la región disminuye. Filipinas es un buen ejemplo para ilustrar esta tendencia.
Filipinas ha sido considerada como un aliado incondicional de EEUU y lo ha apoyado en muchos puntos de la política exterior. EEUU y Filipinas son aliados por tratados pero, bajo el anterior gobierno de Aquino, Washington y Manila firmaron un nuevo pacto bilateral de defensa en el año 2014 para hacer que la asistencia estadounidense a la seguridad de las Filipinas fuese aumentada de forma notable.
Eso está cambiando ahora.. Dentro de la todavía robusta relación con EEUU, la política exterior de Filipinas ha estado manifestando algunos cambios desde que el presidente Rodrigo Duterte llegó al poder el pasado mes de junio. Existen fuertes razones para esperar cambios potenciales drásticos en la política exterior de Filipinas bajo el nuevo gobierno, que ha enfatizado su preferencia por una política exterior más independiente con menos ligazón con EEUU. Tras haber ganado la campaña electoral, Duterte dijo: “voy a trazar un nuevo rumbo para Filipinas, propio y no dependiente de EEUU".
El enfoque del Duterte hacia EEUU, con certeza ha producido cierta preocupación en Washington porque ha puesto en duda que Estados Unidos venga en ayuda de Filipinas en caso de un conflicto en el Mar del Sur de China y ha demostrado su desagrado con la notoria falta de apoyo militar estadounidense en medio de las disputas marítimas.
El presidente filipino ha insultado públicamente al embajador de EEUU y ha abordado el asunto de introducir nuevas restricciones a la circulación del personal militar estadounidense desplegado en el país.
Al mismo tiempo ha extendido una rama de olivo hacia China, destacando al ex presidente Fidel Ramos para llevar a cabo negociaciones secretas con la potencia asiática. Ambos países están discutiendo un acuerdo conjunto sobre empresas pesqueras en Scarborough Shoal, lo cual coincide con el fallo del Tribunal de La Haya y que sería un avance potencial para incrementar la cooperación económica. China ha ofrecido inversiones a gran escala en la infraestructura de las Filipinas.
Se espera que el presidente filipino visite China luego este año. Con Rodrigo Duterte en el poder, Filipinas está realizando una reevaluación gradual de sus relaciones con EEUU y China.
Filipinas no es único país regional con el que EEUU tiene problemas. Por ejemplo, las relaciones con Tailandia, viejo aliado de EEUU, han sido casi nulas desde que los militares tailandeses tomaron el poder en un golpe de estado el año 2014. Desde entonces a Washington le ha faltado palanca para influir en los estados miembros de la ASEAN y lograr que apoyen su postura anti-China.
De acuerdo con un sondeo reciente, realizado por el Centro de Estudios sobre Estados Unidos de la Universidad de Sidney, la población de la región Asia-Pacífico piensa que la influencia norteamericana está disminuyendo y que China va a dominar la región en la próxima década. En otro sondeo en Japón se señala que seis de cada diez japoneses (61%) sostienen que EEUU ha perdido importancia en los últimos diez años. Al mismo tiempo, el entusiasmo por un fuerte papel de EEUU en la región Asia-Pacífico es bajo en Australia.
Los planes del gobierno de EEUU para ratificar la Asociación Trans-Pacífico, (TPP sigla en inglés) durante en mandato de Obama están encontrando graves inconvenientes en el camino. Las posibilidades de ratificar el acuerdo antes de la elección presidencial son escasas. Es improbable que posteriormente haya una posibilidad puesto que el acuerdo cuenta con la oposición de los candidatos demócrata y republicano. El fracaso será un fuerte retroceso para la credibilidad norteamericana en la región. Como dijo el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Long, "para los socios y amigos de EEUU, la ratificación del acuerdo comercial constituye una prueba de fuego para su credibilidad y seriedad de propósitos".
Por su parte, China, país excluido del TPP, está ofreciendo otro pacto. La Asociación Económica Regional Integral (RCEP sigla en inglés) un acuerdo de libre comercio similar al TPP pero encabezado por Beijing. El RECEP no incluye a EEUU. Por otra parte, China también está ofreciendo más préstamos regionales a través del Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII) y ya ha destinado 40.000 millones de dólares del Fondo de la Ruta de la Seda. Sin el TPP, las naciones de la región mirarán hacia Beijing en busca de comercio internacional e inversiones.
La Unión Económica Euroasiática (UEE) encabezada por Rusia se está expandiendo hacia la región Asia-Pacífico. Moscú y Beijíng están trabajando en un acuerdo económico y comercial entre la UEE y China.
Las partes están manteniendo conversaciones sobre la participación de la UEE en el proyecto chino Ruta de la Seda. La creación de un espacio económico común ha sido definido como el objetivo clave de todo ello.
La región de Asia-Pacífico está presenciando un cambio hacia un orden emergente multipolar que ocasionará nuevos alineamientos en cuanto a seguridad y realineamientos entre los países de la región. La influencia norteamericana en la región está irremediablemente declinando mientras otros actores están ganando fuerza.