Brasil.- De impedimentos, retrocesos y luchas
Martes 5 de enero de 2016 por CEPRID
Elaine Tavares
Adipal
La política brasileña viene revirándose por meses. Con un congreso nacional altamente conservador las pautas que interesan a los poderosos de siempre siguen siendo vencidas sin tropiezos. Cuestiones relacionadas con las llamadas bancadas de la bala (que defiende la liberación de las armas), de la biblia (los pentecostales) y del buey (los terratenientes), no encuentran obstáculos.
Los conservadores son mayoría y todo que les conviene es aprobado. Así, uno detrás del otro, los temas de interese de los trabajadores o de los movimientos sociales. son solapados, llevando mucha gente para protestas y paseatas.
El presidente de la casa, Eduardo Cunha (PMDB), ha protagonizado cenas típicas de una casa grande, en la cual el señor, resentido porque le sacaran los dulces, vengase, perversamente. Al no conseguir el apoyo del PT - partido de la presidenta - para evitar su queda, por cuenta de participación en casos de corrupción, ha decidido pedir el impedimento de Dilma.
Todo eso fue el ápice de un proceso de intrigas que ya estaba se desarrollando en los bastidores de la política, en el ámbito de un gobierno que ha escogido esas personas como aliadas, además de toda crítica recibida por parte de sus partidarios y analistas.
La cosa ha llegado a un tal nivel de grotesco que el propio vice-presidente, que camina con Dilma desde el primer mandato, ha mandado una carta - inmediatamente divulgada para los medios - que podría ser considerada risible si no fuera, en verdad, un paso más de esa forma vil de hacer política.
Satisfecho por la posibilidad de un impedimento, que o colocaría en la cadera presidencial, Michel Temer ha tratado de lavar su ropa sucia, hablando de maguas y resentimientos con una presidenta que - según él - lo tenía como un artefacto decorativo sin importancia. Sentimiento que, increíblemente ya estaba sintiendo desde el primer mandato, pero que solo ahora había decidido expresar.
La comedia palaciana de venganzas y maguas podría servir a un bueno guión de novela de la Televisa, pero, en verdad, lo que hizo fue promover nueva ola de ocupación de las calles por dos tipos de movimiento.
Uno de ellos, ya conocido desde 2013, de los anti-PT. Bajo la bandera de "impedimento ya", intentaran fomentar marchas y actos públicos por el país. Y, tal y cual las acciones de los ya citados Eduardo e Temer, fue un rotundo fracaso. Con un propagandista conocido del público, el actor Alexandre Frota, las manifestaciones no han conseguido decolar, juntando muy poca gente, incluso en São Paulo, donde siempre fueran más expresivos. Pero aun en el fracaso tuvieran amplia cobertura de los medios.
Por otro lado, los partidarios de la presidenta y los preocupados con la no ruptura del proceso democrático también han llamado actos - que fueran muy masivos - en todo el país. Por las calles se levantaran os carteles con la consigna "Fuera Cunha" y el grito de "no habrá golpe". La militancia petista, que andaba muy desaparecida retornó a la calle, intentando movilizar la populación para el apoyo a la presidenta.
Así, lo que se ha visto fue el mismo viejo paradojo que ya estaba se expresando desde ha meses: el apoyo a Dilma, contra el golpe, pero al mismo tiempo también la protesta contra el ajuste fiscal y la pérdida de derechos promovidos por la misma presidenta que estaban a defender.
El hecho es que el impedimento de la presidenta no cambiaría nada substancialmente en Brasil. Por si acaso él que asumiera fuese Temer, el gobierno seguiría su caminada conservadora tal y cual ahora.
Todavía, lo que parece es que el movimiento que grita en contra de Dilma poco se importa con las políticas que están en curso. El foco es únicamente el PT, partido que ellos identifican como "de izquierda" o "comunista" aún que no haga casi ningún trazo de izquierda en las acciones del gobierno petista.
Lo que la clase dominante brasileña no tolera, bien como aquellos que a siguen en el mejor estilo de la servidumbre voluntaria - y que no es un numero despreciable - es la atención a los más empobrecidos que el gobierno ha dado desde el mandato de Luis Inácio, con los programas de Hambre Cero Y el Bolsa Familia, que han sacado de la pobreza extrema más de 40 millones de personas. Eses tampoco son datos despreciables, aún que el volumen de recursos que han sido dirigido para esos programas sea ínfimo, poco más de 25 mil millones.
Piensen en un presupuesto que ultrapasa un millón de billones y que manda 45% para pagamiento de interés de la deuda. Pero, aun así, hay quien crea ser un absurdo el gobierno ter aumentado los gastos con las políticas sociales - dirigidas a los pobres - que fueran de 3,2% en 2004 para 9,2% en 2012.
Las políticas sociales mal han dado cuenta de mantener las gentes en un nivel mínimo de supervivencia y aun así perturban demasiado a los dominantes. Por otro lado no se nota esa turba que grita "fuera PT" protestar contra el mando de más de 900 mil millones de reales para la banca, en el pagamento de una deuda que por supuesto es ilegal. Ese grito - paradoxalmente - está en el lado del grupo que ha salido a las calles defendiendo el gobierno.
Ya para la clase dominante - aliada de los grandes capitalistas internacionales - todo lo que recibe de privilegios del gobierno no es suficiente. Y cuanto más el gobierno concede, más insaciable se queda.
Al curso del gobierno petista el sector agrario, el latifundio, bien dicho, ha sido uno de los más beneficiados. La ministra de agricultura es la representante-mor de ese grupo. Han sido invertidos muchos mil millones en infraestructura de carreteras, irrigación, hidroeléctricas. Ya para los pequeños productores lo que tiene son las migas.
La reforma agraria ha parado totalmente. En el campo de la demarcación de tierras indígenas lo que se ha visto es el abandono. Los indígenas están siendo asesinados por todos los cantos del país sin que el gobierno haga cualquier movimiento.Silencio total en el palacio del gobierno.
Ya para los trabajadores lo que hay es la pérdida de derechos. Todo las recetas neoliberales siguen aplicándose sin piedad. En los últimos meses el ajuste fiscal ha apretado el cinturón de millones y los que protestaban gritaban "fuera Levy" - que era el ministro - como se él no fuera nombrado por Dilma.
Por fin, las calles han pedido la cabeza de Levy y la presidenta tramó su demisión. Golpe maestro. Haz la voluntad de los apoyadores, pero mantiene todo como está.
El nuevo ministro ya ha anunciado que seguirá con el ajuste fiscal y que hará la nueva reforma en las pensiones. Pues, Y Bueno, ¿Como defender un gobierno que insiste en pasar el bruto de la cuenta para los trabajadores, en cuanto sigue pagando religiosamente la banca y la deuda odiosa?
En el descampado del planalto central la trama de maguas y intrigas parece estar se acabando. Eduardo Cunha, debilitado, tiene grandes chances de perder la mano. Dilma, animada con las marchas en su favor, ha jugado para la torcida y gana un poco más de tiempo hasta que todos perciban que nada ha cambiado de hecho.
Y así seguirá el Brasil, profundizando la crisis, repasando el daño para los trabajadores. Es un hecho que los programas de combate a la pobreza seguirán y ellos son muy importantes para los que son dependientes de esa mínima posibilidad de vida, pero eso no puede ser suficiente.
El gobierno del PT no ha cumplido con lo que ha prometido. El gobierno del PT no se importa con las demandas populares. Actúa como todos. Concede un rato acá, otro allá, pero sin tocar en la estructura.
Dilma debe permanecer, pero hasta al final de su mandato nada de nuevo pasará. Por lo menos nada que represente un gran cambio estructural. Pequeños pasos que por veces nos alegran y provocan esperanzas. Pequeños pasos que nos obscurecen la vista. Pequeños pasos que nos llevan a pensar que se quedaría peor sin ellos en el poder.
Pero, logo adelante, una buena amartelada abre los ojos y muestra que todo sigue como antes. A los trabajadores nada resta a no ser seguir con la lucha reñida por derechos, por las reformas, por la transformación. Ningún paso atrás, es verdad. Pero, ningún engaño. Vámonos con lo que tenemos, es cierto, pero con la comprensión de que eso no es suficiente. Hay un largo camino de construcción de una alternativa efectivamente popular e revolucionaria. Un largo camino...
Elaine Tavares es Periodista en Instituto de Estudios Latinoamericanos/UFSC
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