CEPRID

Las Heridas de Gaza o la Desaparición del Criterio Editorial

Martes 3 de marzo de 2009 por CEPRID

Aaron Ciechanover, Yoram Blachar, Yehudah Shoenfeld y Joshua Shemer

The Lancet

El cinismo es una de las expresiones más características del sionismo, así como la manipulación del lenguaje y la mentira manifiesta que, según las mejores tesis goebbelianas, pretenden que termine convirtiéndose en verdad. Las matanzas de palestinos han sido constantes en la historia del Estado de Israel y están lo suficientemente documentadas como para no hacerse eco de ellas aquí: valga sólo mencionar Deir Yassin en los comienzos de la proclamación del Estado de Israel, o Sabra y Chatila en la invasión de Líbano de 1982 y aún impune o las relatadas en sus informes anuales, una y otra vez, por los Relatores de Derechos Humanos de la ONU. El último de estos informes, en 2007, se puede encontrar en la página de la ONU. Estos médicos no levantaron su voz cuando en la primera Intifada se dio orden y respaldo legal a los soldados sionistas para romper los huesos de brazos y piernas de los jóvenes palestinos que les lanzaban piedras, no levantaron su voz cuando su democrático sistema legal autorizó la tortura –tal vez médicos como ellos la supervisaban- y cuando en la antesala de la retirada del sur de Líbano tras la derrota de 2006 plagaron el terreno con más de un millón y medio de bombas de racimo que aún hoy siguen causando víctimas. Lo más sorprendente es que utilicen como fuentes sus propios medios de comunicación. Pero las pruebas del genocidio cometido por los sionistas en Gaza, y a lo largo de la historia, son irrefutables, tal y como han demostrado los médicos occidentales que trabajaron allí durante el ataque sionista.

El hecho de que Israel se retirase de Gaza de forma unilateral, sin que haya habido proclamación de Estado palestino alguno, no le inhibe de responsabilidad como ocupante según el derecho internacional y, de forma especial, la Convención de Ginebra de la que Israel es firmante. Un aspecto que muy hábilmente los sionistas eluden, y manipulan, una y otra vez. Y el hecho de que lloren por los colonos de Gaza “desarraigados de sus hogares y a día de hoy se encuentran sin trabajo, sin un hogar permanente y sin seguridad emocional” (no llegaron a los 6.000 en total) mientras no dedican ni una sola letra a los siete millones de refugiados palestinos que han sido “desarraigados de sus hogares y a día de hoy se encuentran sin trabajo, sin un hogar permanente y sin seguridad emocional” desde la creación del Estado de Israel en 1948 no es más que un brutal sarcasmo y la muestra de cómo, en la mejor tesis goebbeliana, la víctima (los palestinos) se ha convertido en verdugo y el verdugo (Israel) intenta aparecer como víctima. Eso por no hablar de los 50.000 niños palestinos que han muerto en los últimos cinco años asesinados y/o por desnutrición y enfermedades evitables como consecuencia del bloqueo israelí. El artículo que ofrecemos no merece más comentarios. Su sola lectura pone a las claras la característica del sionismo. Su lectura es muy instructiva para incautos y en la página del CEPRID (Territorio Oriente Medio) se pueden encontrar artículos y material suficiente para un cabal conocimiento de la realidad de la Palestina ocupada y de la responsabilidad de Israel. Uno de ellos es lo que dice la Cruz Roja Internacional de la situación en Gaza a un mes de la matanza y que ofrecemos a continuación de éste. (Comentario del CEPRID)

Algunos enlaces relacionados:

http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article411

http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article315

Las Heridas de Gaza o la Desaparición del Criterio Editorial

Aaron Ciechanover, Yoram Blachar, Yehudah Shoenfeld y Joshua Shemer

The Lancet

Traducido para el CEPRID por María Valdés

Leemos, con gran disgusto, su artículo del pasado 02 de febrero sobre la situación de Gaza, publicado en la Red Global Sanitaria de Lancet.

Disgusto, en verdad, por el sufrimiento de civiles inocentes. Pero no menos disgusto por la cínica utilización de la retórica política por parte de su revista, a partir de alegaciones sin fundamento y de directas mentiras. Como somos incapaces de abordar todas estas acusaciones en un espacio tan limitado, tan sólo lo haremos con algunas, aunque esto no signifique nuestra aquiescencia con las otras aseveraciones completamente escandalosas que presentan.

El artículo comienza por afirmar que Israel ejecutó a 35.000 prisioneros de guerra en 1967. Reclamar el asesinato de estos prisioneros surgió recientemente y de manera súbita debido a la divulgación de un documental israelí, al que le dio cobertura la prensa egipcia, que entonces reportó que Israel había matado a 250 prisioneros de guerra egipcios. Sin embargo, el productor de la película aduce que los medios de ese país distorsionaron los hechos presentados y que el incidente de 1967 no se refería a soldados desarmados, sino más bien a milicianos palestinos muertos en combate. Más aún, dos mediadores de paz de las Naciones Unidas -que presenciaron la guerra de 1967-, declararon abiertamente que si una unidad israelí hubiera matado a 250 prisioneros cerca de El-Arish, lo habrían sabido (2). No tenemos ni idea de dónde procede la cifra de 35.000 muertos, más que de la imaginación de aquellos que buscan difundir una moderna y sangrienta calumnia. El artículo prosigue exponiendo la utilización de armamento no convencional por parte de Israel. Algunas de las aseveraciones realizadas, tales como el uso de bombas silenciosas por las que “todos los objetos y seres vivientes son vaporizados sin dejar el mínimo rastro”, suenan como propias de las películas de ciencia ficción. Por supuesto, no se presenta ningún hecho que pueda apoyar ni tan remotamente una acusación tan absurda, más que lo alegado por “anónimos habitantes de Gaza” que supuestamente presenciaron tales eventos. Lo mismo pasa con las intencionadas ejecuciones de niños, ancianos y mujeres inocentes, que fueron supuestamente asesinados a sangre fría. Nada de esto ocurrió. Lo que sí sucedió -de acuerdo a un cirujano ortopédico especializado en rehabilitación de uno de los hospitales más avanzados de Israel-, fue que Hamas obligó a policías de la Autoridad Nacional Palestina y a otros a ponerse contra la pared, para luego dispararles en las piernas con pistolas automáticas y rematar el trabajo acuchillándoles las extremidades heridas. Muchos de estos palestinos fueron tratados en hospitales israelíes como Ichilov, Sheba y los Centros Médicos Barzilai, por lo que salvaron sus vidas y fueron tratados de sus fracturas, amputaciones y daños neurológicos.

Los autores del artículo pasan luego a afirmar que en los recientes enfrentamientos Israel atacó a las ambulancias. Les remitimos a un reciente artículo de la prensa australiana, en el que un conductor palestino de ambulancias admite que Hamas secuestraba los vehículos de la Luna Roja Creciente, llevándolos al centro de las batallas, para desde allí transportar a sus combatientes a lugares seguros. (3) Similarmente incomprensibles son las alegaciones de los autores en el sentido de que los túneles de Gaza no están siendo utilizados para introducir de manera subrepticia armamento en la Franja. Este hecho incontrovertido ha sido documentado por la prensa inglesa, al igual que por las más reputadas agencias de noticias. (4)

No disponemos de las cifras exactas del número de muertos o heridos, aunque no existen dudas de que civiles inocentes murieron de manera trágica y lamentable en los recientes enfrentamientos. No nos sentimos menos dolidos por esto que los autores. Sin embargo, resulta importante situar los acontecimientos en su contexto. Israel se retiró unilateralmente de Gaza hace dos años, a pesar del efecto deletéreo que esta medida tuvo sobre muchos de sus ciudadanos, que fueron desarraigados de sus hogares y a día de hoy se encuentran sin trabajo, sin un hogar permanente y sin seguridad emocional. A pesar de esta decisión o tal vez por ella, Hamas, una organización terrorista que tomó subsiguientemente el control de Gaza, continuó disparando cohetes y misiles sobre las ciudades israelíes. Estos ataques procedentes de Gaza han venido sucediéndose por espacio de ocho años, pero se intensificaron más recientemente a medida que esta organización obtenía armamento más sofisticado y el alcance de sus misiles se ampliaba hasta alcanzar a las ciudades israelíes más densamente pobladas. Por ocho años, Israel no respondió de ninguna forma, ni tan siquiera a gran escala, a estos ataques (que incluyeron el lanzamiento de 12.000 cohetes y proyectiles de mortero), debido a su preocupación por la población palestina. Sólo cuando la situación se volvió intolerable para los ciudadanos israelíes, incluyendo a miles de niños, fue que el Gobierno decidió entrar en acción. Estamos seguros que ustedes estarán de acuerdo con que cualquier Gobierno tiene la obligación de proteger a sus ciudadanos y cualquier otro habría actuado de manera similar –o incluso más duramente. A pesar de la actuación gubernamental, el Primer Ministro de Israel declaró el primer día de la operación militar que los residentes palestinos en la Franja no eran enemigos, sino vecinos y que el objetivo de ésta consistía en reestablecer la paz de los habitantes [israelíes] que hacen vida en la frontera con Gaza. Por eso es que Israel, lejos de atacar a civiles, realizó todos los esfuerzos por no dañarles, lo que incluyó, antes de llevar a cabo un ataque, el avisar a las personas que debían abandonar sus hogares.

Como profesionales de la salud, lamentamos profundamente que durante los combates en barrios sobrepoblados y en la medida que los combatientes de las milicias de Hamás operaban mezclados con la población, esta última se viera afectada. Encontramos incomprensible que Hamas utilice a los hogares, las escuelas, las ambulancias y a los niños como escudos (5) y a las mezquitas como almacenes para la munición y como lanzaderas de misiles y cohetes dirigidos a ciudades israelíes. Al mismo tiempo, Israel ha continuado permitiendo la llegada de suministros de medicinas, equipos médicos y comida para los palestinos a través del “corredor humanitario”, incluso decretando altos al fuego unilaterales, de forma de dejar pasar sin impedimentos tal ayuda. Tan sólo ahora es cuando la ONU admite que Hamas ha estado hurtando estos suministros destinados a la ayuda humanitaria (6). Israel también ofreció atender en sus hospitales a heridos civiles; sin embargo, este ofrecimiento fue rechazado y Hamas continúa prohibiendo a los enfermos y heridos palestinos su evacuación a Israel. Una clínica ambulatoria fue abierta por Israel en uno de los pasos de Gaza, pero Tony Laurence, jefe ejecutivo de la Oficina de la Organización Mundial de la Salud en la Franja y en Cisjordania, expresó que dudaba que los palestinos fueras autorizados por sus líderes a acceder a la clínica y de hecho, casi ninguno la ha utilizado (7). Enfatizamos que estos esfuerzos son adicionales al tratamiento que regularmente ofrecen los hospitales israelíes a miles de niños y adultos palestinos (8).

Como médicos, encontramos inconcebible que una publicación tan respetable como el Lancet pueda publicar una diatriba hasta tal punto imaginaria, improbable e incorroborable. Esto aparte de considerar si el Lancet, como publicación científica, debiera tan siquiera chapotear en el ámbito de la política. Antes de aceptar un artículo médico para su publicación, se debe insistir con toda razón en que contenga hechos probados y fidedignos. No se pensaría en publicar algo basado en las suposiciones caprichosas de un médico desconocido. ¿Por qué es este caso diferente?

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*Prof. Aaron Ciechanover, M.D. (Grado Médico), D.Sc. (Doctor en Ciencias) Nobel de Química 2004.

*Dr. Yoram Blachar, Presidente de la Asociación Médica Israelí

*Prof. Yehudah Shoenfeld, M.D. (Grado Médico), Editor de la Revista de la Asociación Médica Israelí

*Prof. Joshua Shemer, M.D. (Grado Médico), Jefe Ejecutivo del Servicio de Salud del Hospital Maccabi. General de Brigada (R), ex comandante del Cuerpo Médico de las Fuerzas de Defensa Israelíes (IDF).

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(1) Abu Sittah G, Ang S. Las Heridas de Gaza. Red Global Sanitaria de Lancet, asequible en www.thelancetglobalhealthnetwork.com/archives/608.

(2) Soldados de la ONU dudan de las ejecuciones de prisioneros de Guerra en 1967. Edición digital del Jerusalem Post, 29 de marzo de 2007. http://www.jpost.com/servlet/Satellite?cid=1173879208500&pagename=JPost%2FJPArticle%2FShowFull

(3) “Hamas intentó secuestrar ambulancias durante la Guerra de Gaza”. El Sydney Morning Herald, 26 de enero de 2009. http://www.smh.com.au/news/world/hamas-tried-to-hijack-ambulances-during-gaza-war/2009/01/25/1232818246374.html?page=fullpage#contentSwap1

(4) http://news.bbc.co.uk/1/shared/spl/hi/middle_east/04/gazas_tunnels/html/7.stm. “En la situación actual, se cree que los túneles son la principal ruta de abastecimiento de armas para los grupos de milicianos palestinos.”

(5) Véase, e.g., MFA

(6) ONU: Hamas asaltó depósito en Gaza, llevándose comidas y cobijas. Edición digital del Jerusalem Post.

(7) “Habitantes de Gaza se mantienen alejados de clínica israelí”, Edición digital del Jerusalem Post, 20 de enero de 2009. http://www.jpost.com

(8) Ver, e.g., Bebé de Gaza salvado por la cirugía del corazón practicada en Wolfson, 6 de enero de 2009, como un ejemplo de muchos. En 2007, 28.153 pacientes palestinos y sus acompañantes recibieron autorización de ingresar en Israel para recibir cuidados médicos.


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