Argentina.- El hambre, el desempleo y la represión como política de Estado
Lunes 21 de agosto de 2017 por CEPRID
Norma Estela Ferreyra
Barómetro Internacional
El gobierno argentino de Macri, nuevamente deja en claro sus prioridades, invirtiendo cifras astronómicas en armamento de guerra mientras cada día que pasa aumenta la cantidad de argentinos que tienen sus necesidades más básicas, insatisfechas. La industria armamentista de otros países colocan sus productos aquí, y así como las armas importan el narcotráfico y otros conflictos, porque no se trata de lo que necesita Argentina sino de lo que necesitan ellos, para hacer sus Meganegocios, si surge un conflicto armado con Venezuela o Bolivia, se pondrán a disposición dichas armas y soldados argentinos como lo hacen otros países lacayos en medio oriente, como son los de la Unión Europea. Turquía, Arabia Saudita, entre otros, como México y Colombia.
Mientras tanto, el gobierno argentino, que domina los tres poderes y hasta la Corte Suprema de Justicia, como a los traidores dirigentes de la CGT y ambiciosos gobernadores pseudo justicialistas como son Juan Manuel Urtubey, Sergio Uñac, Rosana Bertone, Lucía Corpacci, Sergio Casas, Mario Das Neves, Juan Schiaretti, Juan Manzur y Gustavo Bordet, , s está e preparando un fraude electoral con INDRA, que este año se encargará del escrutinio provisorio de las elecciones. Será así porque en el Correo Argentino preparan una licitación a medida de la firma, salpicada por un escándalo de corrupción en España y siempre sospechada de irregularidades en los comicios en los que interviene. Detrás de la maniobra está el ex director electoral kirchnerista Alejandro Tullio, que sobrevivió al cambio de gobierno pese a que era muy cuestionado por la oposición. Desde que se conoció el nuevo padrón electoral un detalle se volvió llamativo: en un 75% de consultas aparece modificado el lugar usual de votación. Esto podría deberse a una reorganización de datos, o también a un plan del gobierno para que la baja participación diluya los resultados catastróficos de las próximas elecciones. Cuando la semana pasada la Cámara Nacional Electoral habilitó el padrón electoral 2017 para las PASO, un dato llamó la atención de los votantes: de cada 10 consultas realizadas, entre 6 y 7 encontraban que votaban en diferentes establecimientos educativos a los ordinarios. El hecho de modificar los lugares habituales de votación es una herramienta eficaz para disminuir la participación ciudadana en el acto electoral y una manera efectiva de desligitimar una eventual derrota.
Al mejor estilo neo nazi, Mauricio Macri aseguró que el gobierno nacional se limitará a respetar la independencia del Poder Judicial de Jujuy, al referirse a la cautelar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) a favor del régimen de prisión domiciliaria para la dirigente social Milagro Sala. "Si todas las denuncias que pesan sobre esta señora (Milagro Sala) son verdad ella merece estar presa. No podemos permitir que los juicios duren diez o veinte años como nos tenían acostumbrados con los temas de corrupción", aseguró el presidente en dialogo con Canal 2 de Jujuy, siendo que la CIDH y la ONU no cuestionan las denuncias sino el proceso penal que tuvo Sala, arrestada en prisión preventiva desde enero de 2016. El presidente Macri dijo: "Respeto la independencia de las provincias y más la de sus sistemas judiciales. Yo predico y trabajo todos los días para que el federalismo sea una realidad y lo peor que puedo hacer si yo demando por una justicia independiente federal es no aceptar que no haya una en cada provincia". Mientras que los medios periodísticos, aseguran que planean intervenir el poder judicial de San Luis, por no aceptar la lista de Cambiemos para las próximas elecciones legislativas.
Por mi parte, comparto plenamente lo que hace un par de días, Leopoldo Moreau, de la línea alfonsinista, donde están los radicales auténticos, expresó: “En todo este tiempo -en el que marcamos nuestras profundas diferencias con los dirigentes de la UCR escudados en la sigla, por su decisión de sumarse a un proyecto de restauración conservadora y neoliberal- evitamos polemizar con ellos personalizando el debate. Esta vez, no podemos dejar de hacerlo. Gerardo Morales y Mario Negri han tirado a la basura la tradición latinoamericanista de Yrigoyen, Illia y Alfonsín, que -junto a la defensa de la educación pública- han sido pilares fundamentales e inconmovibles de la identidad radical. Morales dijo hoy que "la Comisión Interamericana de Derechos Humanos son burócratas que viven en Washington". Esos "burócratas" son los que vinieron en el año 1979 y desnudaron el genocidio que practicaba la dictadura militar. Morales desconoce que en ese tiempo militantes radicales hicieron cola frente a la sede de la OEA, en Avenida de Mayo, jugándose la vida, para llevar denuncias sobre la desaparición de personas y la existencia de campos de concentración. No es casual que los desaparecidos que tuvo el radicalismo fueron, precisamente, abogados que defendían los derechos humanos, como Sergio Karakachoff, Mario Abel Amaya, Angel Pisarello o Felipe Rodríguez Araya, cuya memoria con estas declaraciones, Gerardo Morales insulta. Por su parte, Mario Negri, motivado por llevar la campaña sucia a cualquier terreno, se sumó con un proyecto al desatino que practica el impresentable de Macri, tratando de poner en la agenda electoral una delicada cuestión de política regional. Nadie puede negar que en Venezuela se vive una crisis.
Un presidente de Argentina, frente a esa situación, tiene dos maneras de actuar: o hace de bombero o trabaja de incendiario. Cuando EEUU se preparaba para invadir Nicaragua, Hipólito Yrigoyen le dijo a Hoover, en una comunicación telefónica, que "los pueblos son sagrados para los pueblos como los hombres son sagrados para los hombres". Muchos años después, Arturo Illia -en 1965- se negó a enviar tropas argentinas a la invasión norteamericana a Santo Domingo, a pesar de las presiones de la OEA y del entonces comandante en jefe del ejército, Juan Carlos Onganía. Unos cuantos años después, Raúl Alfonsín tuvo que decidir sobre una crisis aún mucho más riesgosa que la que presenta hoy la situación de Venezuela. En ese entonces, el gobierno de Ronald Reagan había preparado una invasión a Nicaragua -gobernada por los sandinistas- que, de haberse producido, habría contagiado a toda Centroamérica en un baño de sangre incontrolable.
Qué hizo Alfonsín? Se puso al frente de un grupo denominado Contadora, que medió en el conflicto desembocando en un proceso electoral que evitó la invasión, pacificando así a toda la región. En una etapa más contemporánea, en su rol de Secretario General de la UNASUR, Néstor Kirchner logró superar una crisis que podría haber derivado en una guerra entre Venezuela y Colombia, sentando en una mesa, nada más y nada menos, que a Hugo Chávez y Alvaro Uribe, representantes de dos extremos en materia de mirada política. Sé que es una herejía comparar a Yrigoyen, Illia, Alfonsín y Kirchner con Mauricio Macri, quien ha decidido en el caso venezolano actuar como un piromaníaco que anda desparramando nafta irresponsablemente. Lo hace por dos razones, en primer lugar porque quiere servir a los intereses de la derecha norteamericana, y en segundo lugar porque quiere bastardear, incluyendo en la agenda electoral, un tema de política regional extremadamente delicado. Mario Negri y muchos radicales deberían reflexionar sobre la diferencia que hay entre estadistas y un mamarracho.
También deberían reflexionar sobre la tradición radical de no intervención ni injerencia en los asuntos de otros países hermanos. En realidad, estos horrores de política exterior del gobierno macrista -a falta de otras razones que sobran- deberían ser motivo suficiente para que abandonen Cambiemos. Pero no soy ingenuo, sé que es pedirle demasiado a ellos, aunque no a quienes abrazaron la causa del Yrigoyenismo y del Alfonsinismo.
normaef10@hotmail.com
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