CEPRID

AMÉRICA LATINA AMENAZADA POR EL TERRORISMO BACTERIOLÓGICO DE ESTADOS UNIDOS

Lunes 17 de agosto de 2015 por CEPRID

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA, PAZ CONTRA LA GUERRA/COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA (CISPAL)

CEPRID

Un laboratorio en que científicos estadounidense y peruanos juegan a Dios al crear, mutar, transformar o volverlos inmunes a virus y bacterias está en Lima. El proyecto de investigación se llama Namru-6. Como siempre, el Pentágono y sus expertos dicen que está ahí para encontrar vacunas o medicamentos que sirvan para combatir las enfermedades tropicales, pero en realidad sirven para buscar nuevos patógenos que incrementen al mortífero y horrendo arsenal de armas bacteriológicas destinadas a destruir la vida humana de pueblos enteros y quizá de toda la especie humana.

¿Para qué sirven o qué hacen la Unsur y la Celac frente a esas bárbaras amenazas, y mucho más cuando el Presidente de Cuba, Raúl Castro, en su calidad de Presidente pro témpore de la Celac declaró a América Latina y el Caribe como zona de paz? El presidente Rafael Correa del Ecuador, en su calidad de Presidente pro témpore de la Celac, será capaz de emular a su homólogo cubano Raúl Castro y proclamar a América Latina y el Caribe, zona de paz, libre de armas de destrucción masiva como las nucleares y las químico bacteriológicas? Este es el reto histórico.

Otro laboratorio para el desarrollo de la guerra bacteriológica y de la misma naturaleza del denominado Namru-6 de Lima; es decir con objetivos similares, se encontraría instalado en Iquitos (Perú) a orillas del río Amazona y quizá otros ultrasecretos en otros lugares de la Amazonía, en Centro América y en el Caribe, a más de los que están en los mismos Estados Unidos en los que se han producido accidentes y errores que han ocasionado víctimas mortales, e incluso en países lejanos como algunos de África o Corea del Sur y Oceanía.

Accidentes y errores se producen en esos terroríficos laboratorios en los que se efectúan experimentos mortales. A fines del pasado mes de mayo, el Pentágono informaba que desde la base militar de Estados Unidos ubicada en el Estado de Utah, unas muestras de ántrax, es decir carbunco vivo, han sido enviadas por equivocación e inadvertidamente a laboratorios privados estadounidense y que por el mismo sistema de correo ordinario se enviaron muestras similares a laboratorios ubicados en bases militares allende las fronteras hasta Corea del Sur y Australia, según informaba Daily Mail, pero un vocero del Departamento de Defensa sostenía que la salud pública no está en peligro. Como resultado de esa equivocación, 22 trabajadores de la base OSAN en Corea del Sur se vieron infectados y obligados a tratamientos médicos.

Militares estadounidenses han enviado por error muestras vivas de ántrax a laboratorios privados de nueve Estados de Estados Unidos y a una base militar en Corea del Sur, según ha informado la cadena CNN y ha confirmado el Departamento de Defensa. ¿Cuántos miles o millones de personas estuvieron en peligro de muerte debido a esa “equivocaciones?

Al parecer, los envíos salieron del laboratorio militar de Dugway, en el Estado de Utah, que habría incumplido así el protocolo de seguridad que obliga a enviar muestras muertas para evitar contagios.

“El portavoz del Pentágono, el coronel Steve Warren, ha reconocido que, además de los laboratorios en Estados Unidos, la muestra llegó a una base aérea del Ejército norteamericano en el Océano Pacífico, si bien ha aclarado que el personal no ha mostrado ningún signo de una posible exposición. "La muestra fue destruida de acuerdo con los protocolos establecidos", ha dicho.

Sin embargo, trabajadores de los nueve Estados que recibieron estos envíos se encontraban recibiendo un tratamiento preventivo previsto para después de una exposición al virus, ya que manejaron algunas de las muestras, tal y como ha informado a la CNN un funcionario de Defensa, que ha matizado que el riesgo es "mínimo".

Asimismo, el Pentágono ha indicado que toda instalación militar y del gobierno, así como laboratorios comerciales que hayan podido recibir muestras de carbunco vivo, "están revisando su inventario de ántrax".

Los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC) ya están investigando lo ocurrido -de manera conjunta con el Departamento de Defensa-, pero de lo que se conoce es que de las 26 personas afectadas por el envío de ántrax que hizo el Ejército, 22 han sido tratadas en la base de Corea del Sur.

El periodista W.J. Hennigan de los Ángeles Times informaba que por lo menos 26 personas están siendo atendidas por una posible exposición al mortal virus del ántrax, luego de que una instalación de armas bioquímicas en Utah, por equivocación enviara un cargamento del virus vivo a laboratorios privados y militares ubicados en nueve Estados, incluyendo California y Corea del Sur, según informaron las autoridades; sin embargo descartaron error humano en el envío de ántrax a diferentes laboratorios, pero insisten en afirmar que no ha sido reportado ningún caso de infección. Funcionarios del Pentágono, expresaron que el cargamento de esporas de Bacillus anthracis por todo el país y Corea del Sur, no constituyen un peligro para la población en general. ¿Si no hay peligro alguno, por qué tanta insistencia en negarlo? Se sabe de infectados, ¿pero han reportado fallecidos?

Sólo dicen que otras 22 personas están siendo tratadas en un laboratorio militar en la base aérea de Osan, en Corea del Sur, donde un equipo de respuesta de emergencia destruyó las muestras de ántrax. Un programa conjunto entre Corea del Sur y la base militar de Osan, se encuentra trabajando en tecnología para fortalecer las capacidades de defensa biológica en la península coreana. Dicen de defensa, pero es harto conocido que a los estadounidenses más les interesan armas biológicas de ataque.

El Centro para el Control de Enfermedades (CDC) dijo que está trabajando con el gobierno federal y con diferentes agencias del gobierno para investigar cómo fue que las muestras de ántrax fueron enviadas por Dugway Proving Ground, una instalación de gran tamaño ubicada en la región sureste de Utah, donde los investigadores tratan de construir y probar un sistema de defensa en contra de agentes biológicos, incluyendo virus y bacterias.

El CDC indicó que había iniciado una investigación luego de que un laboratorio comercial de Maryland les indicó que había recibido esporas vivas de ántrax. Normalmente el ántrax es expuesto a radiación gamma para desactivarlo.

El CDC señaló también que había enviado investigadores a todos los laboratorios y estaba tratando de determinar si todos ellos habían recibido las muestras vivas. Los funcionarios de esa dependencia dijeron que habían visitado laboratorios en California, Delaware, Maryland, New Jersey, New York, Tennessee, Texas, Virginia y Wisconsin. No especificaron cuáles laboratorios visitaron.

En el 2011, Dugway fue cerrado repentinamente, cuando una muestra del agente VX se extravió. La muestra fue localizada posteriormente, pero se supo que se había etiquetado incorrectamente.

El peor ataque biológico que ha sufrido Estados Unidos que involucra al ántrax, fue creado también en una instalación del Ejército estadounidense lo que indica que no les importa la vida humana con tal de inculpar a “enemigos terroristas” para sembrar xenofobia y miedo entre los mismos estadounidenses.

Es digno de recordar que a menos de un mes de los ataques a las Torres Gemelas, el 11 de septiembre del 2001, cinco sobres con ántrax fueron enviados a miembros del Congreso y a los medios de comunicación, creando una ola de pánico. Diversos informes científicos han dicho que el ataque a las Torres Gemelas fue obra de la CIA y de otras agencias como el Mossad israelí. El fin fue declarar la guerra a Irak y Afganistán, desestabilizar el Medio Oriente para explotar el petróleo para beneficio estadounidense. Es que el imperio desconoce los límites de la moral.

En los hechos arriba señalados, al menos 22 personas enfermaron y cinco murieron por la infección. El ataque provocó el cierre de las instalaciones de correo, mientras que un equipo de expertos luchó para descontaminar 35 oficinas postales, así como varios edificios en el Capitol Hill. Luego de varios años investigando, en el 2008, el FBI llegó a la conclusión de que el doctor Bruce Ivins, un investigador del Ejército estadounidense, era el responsable de ese ataque. El doctor se suicidó antes de ser acusado.

Coincidencia o no, luego del error que permitió el escape del virus vivo de carbunco o ántrax hasta unan base militar en Corea del Sur, desde ese mismo país comenzó a generarse informaciones de una serie de fallecimientos a causa del síndrome respiratorio de Oriente Medio (SROM). El Ministerio surcoreano de Salud y Bienestar informó que en pocos días se produjeron 182 casos. Además, 2.638 personas permanecieron aisladas en cuarentena, ante la posibilidad de que hayan contraído la enfermedad por haber estado en contacto directo con afectados.

El SROM, que tiene un periodo de incubación máximo de 14 días, apareció por primera vez en 2012 en Arabia Saudí, donde se han registrado más de mil casos desde entonces y la tasa de mortalidad se ha situado en torno al 40 por ciento.

La Agencia EFE informaba que el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (SROM) afectó por lo menos a 169. Dijo que un total de 3,833 personas están sometidas a cuarentena para evitar nuevos contagios, mientras se ha sometido a algún tipo de aislamiento preventivo a 9. 300 personas.

El impacto del brote del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS, por sus siglas en inglés) en Corea del Sur es tal, que ha disparado las compras online por el miedo de la gente a acudir a lugares concurridos como los supermercados, según datos divulgados por la agencia local Yonhap.

La alarma generada provocó el cierre de miles de colegios, mientras muchos espacios públicos como cines, salas de conciertos y supermercados se mostraron visiblemente más vacíos. Las aerolíneas chinas redujeron su demanda de viajes a la República de Corea.

Esta situación ha generado el temor a que el descenso del consumo y el turismo contribuyan a desacelerar el crecimiento de la cuarta economía de Asia, lo que llevó al Gobierno a tomar medidas, entre otras, recortar los tipos de interés de referencia un cuarto de punto hasta el 1,5 por ciento.

Corea del Sur es el segundo país más afectado por el brote detrás de Arabia Saudí, donde se contagió el primer surcoreano que contrajo la enfermedad el 20 de mayo pasado. El hombre de 68 años propagó la enfermedad tras visitar cuatro centros médicos en los que se infectaron otros pacientes y también personal médico, lo que generó fuertes críticas de la opinión pública a las autoridades. Arabia Saudí es el principal aliado de Estados Unidos en el Oriente Medio y está ocupada por bases militares estadounidenses.

Según un equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que visitó Seúl, el brote supone un reto “largo y complejo” y se espera que haya más casos.

Para el coronavirus no existe tratamiento ni vacuna, y presenta una tasa de mortalidad de un 35%, según la OMS. El brote es el mayor fuera de Arabia Saudita, donde la enfermedad fue identificada por primera vez en humanos en el 2012, y ha desatado temores en Asia de una nueva amenaza como la del 2002-2003, cuando el Síndrome Respiratorio Agudo (SARS) o simplemente coronavirus mató a alrededor de 800 personas.

En la actualidad se tiene la certeza de que son nuevos virus que salieron de algún laboratorio estadounidense que investiga virus y bacterias para incrementar el arsenal de la guerra químico-bacteriológica que monopoliza Estados Unidos.

Es preciso recordar que Estados Unidos invadió a Irak acusándolo de poseer armas de destrucción masiva. Ocasionó más de un millón de muertos y la destrucción de ciudades, e inclusive de valiosos monumentos que fueron patrimonio cultural de la humanidad. Jamás encontraron esas armas de la guerra químico-bacteriológica muy propias del Centro de Bioseguridad Nacional de Estados Unidos. La invasión estadounidense a Irak y Afganistán es el antecedente del actual Estado Islámico que, en otras palabras, es creación del imperio estadounidense.

Según los diarios ’Los Angeles Times’ y ’The New York Times’, los informes científicos determinaron que se habría producido la posible fuga de diferentes cepas biológicas a Irak y Corea del Norte en la década de 1990, datos que sirvieron a Bill Clinton y George W. Bush para activar los programas de protección biológica. Según ’Los Angeles Times’, el director de ese centro de apellido Alibekov estaba absolutamente convencido de que Irak estaba desarrollando armas biológicas. Alibekov fue despedido de la Universidad George Mason, Virginia, donde trabajaba como profesor, cuando no se encontraron armas de este tipo en el país árabe.

En julio de 2007, ’Los Angeles Times’ publicó una investigación de seis páginas sobre Alibekov con el titular ‘EL vendedor del miedo de bioterrorismo’ que sería Alibekov.

En 2014, en referencia a las historias de Alibekov sobre el virus del Ébola, los periódicos ’Die Welt’ y ’Washington Post’ publicaron artículos sobre una posible nueva forma de armas biológicas basada en el virus de la fiebre hemorrágica. Más aún, detrás del brote del ébola en África estaría el Centro de Investigación Biológica de Estados Unidos ubicado en el famoso Fort Detrick,

La corresponsal de RT Káren Méndez investiga qué relación tiene el centro de investigaciones biológicas estadounidense Fort Detrick con el reciente brote de ébola en África y a quién ha beneficiado las pandemias a lo largo de la historia.

El concepto de "arma inhumana" a veces parece absurdo, por el mismo carácter de las guerras. Sin embargo, la historia conoce varios ejemplos de que ciertas armas están bajo parcial o incluso total prohibición de uso, de tan desastrosas que son.

La mayoría de las armas de guerra, desde pistolas a aviones de combate, son generalmente consideradas legítimas y, teniendo en cuenta que están diseñadas para matar, son herramientas humanas de la guerra.

Pero además de estas ’herramientas’ existen armas que son asesinos indiscriminados e inhumanos y son capaces de afectar a la civilización humana a escala mundial. Algunas de estas armas de guerra son tan terribles que nunca deben ser utilizadas y la mayoría de ellas han sido prohibidas por la comunidad internacional.

Aun así, varias siguen existiendo y las presenta la página web de la revista estadounidense ’The National Interest’. Allí se encuentran datos terribles sobre armas químicas y bacteriológicas. ¨Por ejemplo, actualmente solo disponible en el arsenal de EE.UU., el VX es particularmente peligroso porque es un agente muy estable: una vez expulsado a la atmósfera tarda mucho en evaporarse. En condiciones climáticas normales, el VX puede persistir durante días en las superficies, mientras que en condiciones muy frías puede conservar su poder letal incluso meses.

Al igual que otros agresivos químicos nerviosos, el gas VX pertenece a compuestos organofosforados (porque afecta a la transmisión de los impulsos nerviosos dentro del sistema nervioso) y se manifiesta en convulsiones, pasando a la parálisis general.

Fue desarrollado en el Reino Unido en 1952 como pesticida a partir del amitón. Debido a su extrema toxicidad fue prohibido en la agricultura, pero atrajo la atención de los militares estadounidenses. VX mata con una enzima que regula el sistema nervioso. La producción y el almacenamiento de VX fue prohibida para la Convención sobre Armas Químicas de 1993, pero eso nada le importa al imperio.

El VX no tiene olor ni sabor, es un líquido oleoso e incoloro que, gracias a su baja volatilidad y viscosidad, se mantiene adherido a las superficies. Es sumamente mortal en estado líquido y aún más mortal si llega a un estado gaseoso/aerosol.

VX es una de las sustancias más letales en la Tierra: apenas diez miligramos matan a un ser humano. Una persona puede entrar en contacto con VX por inhalación, ingesta o absorción por la piel. Los síntomas se manifiestan en cuestión de segundos si se inhala, pero pueden retrasarse hasta 18 horas si penetra por vía cutánea.

El uso del gas VX en tiempos de guerra nunca ha sido confirmado y su uso está prohibido a los signatarios de la Convención sobre Armas Químicas.

El sarín es un agente nervioso similar al VX. Aunque es igualmente mortal, existen diferencias fundamentales entre las dos armas químicas que justifican la existencia de ambas.

Como el VX, el sarín no se encuentra de forma natural en el medio ambiente y también fue desarrollado originalmente para ser un pesticida en 1938 por científicos nazis alemanes.

Aunque el sarín también mata de una manera similar al VX, se considera un agente nervioso no persistente, que se degrada con mayor rapidez y facilidad en el medio ambiente que el VX. Un ejército puede ocupar más rápidamente una zona contaminada con sarín que el terreno expuesto a VX.

El gas sarín no es difícil de sintetizar: a mediados de la década de 1990, la secta japonesa Aum Shinrikyo fabricó sarín y lo utilizó en dos ataques. El primer ataque ocurrió en 1994 en Matsumoto, Japón, y mató a siete personas, dejando contaminadas otras 600 personas. El segundo y ampliamente conocido ataque fue lanzado en el metro de Tokio y mató a 13 personas, contagiando a otras 6.000.

El sarín también se prohibió a los signatarios de la Convención sobre Armas Químicas que Estados Unidos parece desconocer.

LAS TERRIBLES ARMAS BIOLÓGICAS

Los analistas y expertos coinciden en afirmar que la clase más temible de armas de exterminio son las llamadas ’armas biológicas’: armas invisibles que propagan indiscriminadamente la enfermedad y la muerte.

Las armas biológicas consisten de microorganismos y toxinas dirigidas contra las personas, animales y cultivos. Desplegadas contra los seres humanos, las armas biológicas enferman y matan, reduciendo la eficacia de los ejércitos y aterrorizando a la población civil. Una vez usadas contra ganado y cultivos, los elementos tóxicos reducen el suministro de alimentos del enemigo.

Como su nombre indica, las armas biológicas son de naturaleza orgánica y están desarrolladas a partir de microorganismos que incluyen la peste bubónica y el ántrax.

Las armas biológicas están prohibidas por la Convención de Armas Biológicas firmada en 1972 por Estados Unidos, la Unión Soviética y más de 100 países.

Los medios de la guerra biológica son escogidos entre microorganismos que producen alrededor de 160 enfermedades infecciosas. Sin embargo, como esos agentes existen en diferentes variaciones naturales (la peste, por ejemplo, en más de 140) y que, además pueden ser modificados en los laboratorios, el número de microorganismos empleables contra un blanco es extremadamente alto.

Conforme a la lógica de guerra, expresada en los respectivos textos militares, «buenos microorganismos militares» tienen que cumplir con seis requisitos: a) la virulencia, es decir, el daño causado por el agente patógeno tiene que ser severo; b) la infectividad, i.e., la dosis requerida para iniciar una infección prolongada debe ser pequeña; c) la estabilidad, i.e., la capacidad del microorganismo de resistir el viaje hacia el blanco (huésped); d) el grado de inmunidad natural que tiene la población escogida; e) la disponibilidad de vacunas; debe haber vacunas, porque no se puede excluir la posibilidad de que el agente regrese al agresor; f) la facilidad de curación.

La diseminación de los microorganismos se realiza esencialmente por dos vías: mediante un intermediario animal, generalmente roedores o insectos, como el mosquito Aedes Aegypti que transmite el dengue, o un líquido bajo presión, como un aerosol. El mosquito Aedes Aegypti fue utilizado por el ejército estadounidense en 1958 en pruebas de campo en La Florida, y la CIA realizó experimentos con el Bacillus subtilia Van Niger en el metro de Nueva York en junio de 1966, diseminando la bacteria mediante aparatos disfrazados de cámaras fotográficas. Existen razones fundamentadas para considerar que el mosquito aedes aegypti fue lanzado en Cuba y desde la Isla de la Libertad se propagó posteriormente a otros países de América Latina y el Caribe, ocasionando centenas de muertos entre hombres, mujeres y niños.

Las armas biológicas son, junto con las termonucleares, probablemente las más devastadoras que la mente humana ha inventado. La destrucción de sus arsenales en los ejércitos de Estados Unidos y Rusia y la prohibición estricta del desarrollo de este tipo de materiales, son, por lo tanto, una necesidad imperiosa para la comunidad internacional como muestran los acontecimientos en Estados Unidos. Sin embargo, las élites del grupo G-7 que determinan la política de la sociedad global han mostrado una enorme frivolidad en el tratamiento de los problemas existenciales de la humanidad, tal como demuestran los convenios internacionales rechazados por Bush II y el bloqueo de la clase política estadounidense de los tratados de no-proliferación nuclear (1999), de las minas terrestres (1997) y de la biodiversidad (1992).

Guinea, Sierra Leona, Nigeria y Liberia en África son los países afectados con más de 1700 enfermos con una mortalidad cercana al 50%, la situación aparentemente es complicada, debido a que en algunos hospitales de la zona, ha fallecido bastante personal médico infectado así como las consiguientes huidas de buena parte de ese personal tratando de no contagiarse. Se tiene el convencimiento de que el virus del ébola, contra el que no existen vacunas ni medicinas, salió de laboratorios estadounidenses.

Existen cuatro variantes del ébola y la cepa actual es la más agresiva y virulenta, curiosamente esa cepa solo se daba en el Zaire, y aparecía esporádicamente en aldeas, lo que no entendemos es como ha podido saltar 4000 km hasta África occidental sin dejar un rastro de enfermos en su recorrido, asimismo, la aparición de este brote surge en una ciudad como Meliandou, en Guinea, sostenía un analista científico de España.

El investigador español expresa que hay un par de curiosidades sobre el ébola que le dejan preocupado. En la zona, dice, desde el año 2009, personal militar norteamericano (Fort Detrick) junto con la universidad de Tulane, están investigando nuevas pruebas de las fiebres hemorrágicas (como el ébola), curiosamente EN LA ZONA DONDE HA SURGIDO EL ACTUAL BROTE epidemiológico.

En 2009 estos investigadores recibieron un contrato por parte del Instituto Nacional de Salud Norteamericano de más de 7 millones de dólares. Estos investigadores están trabajando con otras instituciones, siendo una de ellas el Instituto de Investigaciones médicas de enfermedades infecciosas del Ejército de los EE.UU. (USAMRIID) que corresponden a un conocido centro de investigación de guerra bacteriológica localizado en Fort Detrick (Maryland).

El 23 de julio de 2014, a la 13:35 el Ministro de Salud y Sanidad de Sierra Leona, solicitó a la universidad de Tulane que pare las investigaciones sobre el Ébola durante el estallido de este brote.

La Portavoz de la Casa Blanca, Marie Harf, durante una conferencia de prensa, se le escaparon las palabras “ataque de ébola”, quizás traicionada por su subconsciente…

Por otra parte, la guerra biológica o bacteriológica es una forma singular de combate, en la cual se emplean armas de diferentes tipos que contienen virus o bacterias capaces de infligir daño masivo sobre fuerzas militares y/o civiles.

El uso de armas biológicas está terminantemente prohibido por las Naciones Unidas; sin embargo, algunos países (potencias militares, especialmente Estados Unidos) cuentan con este tipo de arsenal en forma no sólo de bombas, sino de otro tipo de agentes de esparcimiento menos convencionales.

Los Estados Unidos usan su conocimiento y el conocimiento de sabios de todo el mundo llevados a Estados Unidos para mantener la primacía en el ámbito bacteriológico lo que le permite, a su vez, intervenir en los asuntos internos de otros países bajo condiciones de chantaje o con el uso de presiones diversas. El consabido pretexto es el peligro de la existencia de enfermedades infecto-contagiosas que pueden desarrollarse y afectar a las poblaciones de naciones “amigas”, enfermedades que pueden y de hecho parece que son controladas por Estados Unidos a fin de evitar o prevenir que las enfermedades infecto-contagiosas se propaguen a otras regiones, lo que supondría que afectaría o pondría en peligro la vida de estadounidense y, eventualmente, podría significar poner en peligro la propia seguridad del imperio. En consecuencia, los países no tienen otra opción que agachar la cabeza y aceptar “la generosa ayuda estadounidense”.

En tales circunstancias, Estados Unidos obtiene ventajas y elevadas ganancias de la venta o distribución de infraestructura biomedicinal, de medicinas producidas en farmacéuticas estadounidenses, o pagos diversos a especialistas médicos encargados de controlar brotes epidemiológico. La ganancia es doble o triple si se considera que Estados Unidos pasa a ejercer el control del país que acepta la “generosa ayuda” porque el imperio pasa “también” a controlar- construir las obras de infraestructura sanitaria-epidemiológica a grandes costos para la nación “beneficiaria” que, además, pierde su soberanía en tema tan estratégico como es la salud pública.

El uso de armas biológicas ha sido practicado por Estados Unidos. a través de la historia. Antes del siglo XX, el uso de agentes biológicos tomó tres formas principales: Envenenamiento deliberado de comida y agua con material infeccioso. Uso de microorganismos, toxinas o animales, vivos o muertos, en sistemas de armas. Uso de productos inoculados biológicamente.

Las armas biológicas son tan letales que un gramo de toxina botulínica pura, puede matar a 10 millones de personas. Está claro que es 3 millones de veces más letal que el gas sarín.

Mientras Estados Unidos, en su papel de imperio del terror, continúa con sus mortales investigaciones sobre armas bacteriológicas y con la manipulación de biomateriales de alta peligrosidad, la seguridad mundial o global frente a ataques con armas bacteriológicas no existe. La guerra bacteriológica es una grave amenaza para la especie humana que se encuentra en total indefensión frente a tan funestas armas que pueden ser usadas silenciosamente o que pueden desatar una hecatombe por accidente, como los múltiples hasta ahora registrados y reconocidos por el propio imperio.

Esta afirmación, dolorosa y lamentablemente es corroborada por el brote del virus del ébola en África o por el brote de MERRS o coronavirus en Corea del Sur.

Por estas razones y otros argumentos, el Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Marina de los EE.UU y sus socios del Pentágono que firmaron un acuerdo con la Universidad Peruana Cayetano Heredia en el que también intervino el tristemente célebre “Uniformed Services University” debe darse por concluido y denunciado por el gobierno peruano, precisamente para proteger a su población de la manipulación de patógenos mortales.

El Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Marina de los Estados Unidos (NAMRU 6 ), en colaboración con investigadores del Instituto de Medicina Tropical “Alexander von Humboldt” de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y de la “Uniformed Services University” en Maryland, es un peligro y una amenaza mortal por las investigaciones que allí se realizan bajo el pretexto de estudiar los mejores tratamientos para las infecciones crónicas, como por ejemplo para combatir el Bartonella conocida en el Perú como la enfermedad de Carrión aparecida en ) en el Departamento de Ancash en el 2003.

“El NAMRU -6 se estableció como un centro de investigación en 1983 a través de un acuerdo entre las Direcciones de Salud de la Marina de los EE.UU. y de la Marina de Guerra del Perú, con la participación del Departamento de Estado de los EE.UU. y el Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú.

El acuerdo estableció un programa de cooperación en investigación médica en el Perú para estudiar enfermedades infecciosas de interés mutuo.

El NAMRU -6 de hoy es una organización de científicos, médicos y técnicos, dedicados a la investigación en enfermedades tropicales que amenazan la salud humana en América Latina y en todo el planeta. En realidad es un Centro de Investigaciones bacteriológicas que, sin duda, contribuirá con alta efectividad a incrementar el mortal arsenal de armas bacteriológicas de Estados Unidos.

¿Cuánto más deben esperar el Perú y los países latinoamericanos para que no ocurra un brote de virus tan mortales como el ébola o que surjan nuevas y peligrosas enfermedades como el dengue hemorrágico, o la fiebre chikungunya que es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos infectados o por mortales contagios de nuevas cepas de gripe como la porcina o aviar? ¿Hay que esperar una tragedia, para recién expulsar a los laboratorios de investigación de virus y bacterias estadounidenses que posiblemente están diseminados por América Latina y el Caribe?

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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