CEPRID

Los prisioneros políticos y la persecución de los líderes palestinos, ciudadanos de Israel

Viernes 3 de diciembre de 2010 por CEPRID

Hatim Kanaaneh

AIC

 Traducido al castellano por Aitana Pascual Buitrago para el Centro de información alternativa (aic) en Jerusalén

En primer lugar permitan que me presente y que les explique mi especial relación con Ameer Makhoul: Soy un ciudadano palestino de Israel y un médico de la sanidad pública retirado. En 1970, una vez finalizada mi carrera de medicina y mi tesis doctoral en Harvard, volví a mi pueblo, Arrabeh, en Galilea, donde he trabajado y vivido hasta el día de hoy.

Con el paso del tiempo me di cuenta de que mi comunidad necesitaba una organización para la sociedad civil en el área de la sanidad pública y fundé la Sociedad de Galilea para la Investigación de la Salud y de Servicios, que en el presente sigue siendo una ONG líder y activa centrada en la sanidad y en el desarrollo de la comunidad de los habitantes árabes de Israel. Durante mi jubilación me mantengo ocupado escribiendo, cuidando de mi jardín y viajando. Hace aproximadamente treinta años inicié un proyecto bajo el patrocinio de la Sociedad de Galilea y con la financiación de la Fundación Ford para establecer un nexo entre las organizaciones dedicadas a los servicios sociales que trabajaban en las ciudades y en los pueblos árabes en Israel. A este proyecto le dimos el nombre de ITTIJAH. Para dirigir el proyecto empleamos a un activista de la comunidad de Haifa llamado Ameer Makhoul. Ameer se tomó su tarea muy en serio, y convirtió este proyecto en una ONG independiente. Durante su labor social se ha convertido en un defensor de los derechos humanos y de la sociedad civil muy destacado y ha abogado por nuestra igualdad como ciudadanos de Israel. Como tal se convirtió en un portavoz destacado para nuestra comunidad en los círculos internacionales y obtuvo el rango de acreditación por el Consejo Económico y Social de la ONU (ECOSOC, por sus siglas en inglés). El hecho de que se encuentren aquí a día de hoy es un testimonio de ello: Éste es uno de los frutos de su activismo internacional. Con el reciente giro hacia la derecha de la política israelí y el ascenso de personas como Avigdor Lieberman al poder, los planes para transferir a las minorías árabes fuera de Israel han ganado legitimidad. El papel de Ameer se ha convertido en una amenaza para tales planes. Ameer fue arrestado y acusado de espionaje sin una sola prueba más que las declaraciones que fue forzado a firmar bajo coacción y después de días de tortura. Creo firmemente que esto es lo que yace detrás del caso de Ameer y de otros casos de destacados activistas de nuestra comunidad. Las cosas han alcanzado un punto en el cual la policía israelí se está instruyendo en cómo implementar nuestra detención y transferencia fuera de Israel.

Recientemente fui nombrado para encabezar el Comité Popular de Defensa del prisionero político palestino Ameer Makhoul. Decidí aceptarlo y he dejado de ser un jubilado para hacerme cargo de esta ardua tarea. Esta causa es la que hoy me trae ante ustedes.

El ambiente general:

Soy un médico, no un político. En caso de haber sido un político probablemente estaría en la cama curándome las heridas. Aquí tienen un fragmento publicado ayer en la Prensa Asociada (AP, por sus siglas en inglés) para que entiendan el por qué: UMM EL-FAHM, Israel: Docenas de judíos extremistas alzando banderas israelíes marchaban desafiantes por esta ciudad árabe-israelí el miércoles, coreando “muerte a los terroristas” y provocando enfrentamientos entre los residentes locales que lanzaban piedras y la policía que les sofocaban con gases lacrimógenos. Mientras ocurrían estos disturbios, un juzgado israelí condenaba a un destacado activista árabe-israelí por espiar para el grupo militar libanés Hezbolá en una declaración negociada que lo mantendrá en prisión durante 10 años. Varios políticos palestinos de la zona, incluidos dos miembros del parlamento, fueron heridos con las granadas de gas lacrimógeno y las balas de goma usadas por la policía. Según cuenta AP sobre estos eventos, dos ejemplos del aumento del fascismo en Israel se ilustran con claridad: El primero es que la banda de colonos decidió corroborar su determinación a poner en práctica las enseñanzas racistas de Meir Kahane marchando en el corazón de la ciudad Palestina de Umm El-Fahm, la mayor de las comunidades árabes y el principal objetivo del ministro del exterior isralí, Avigdor Lieberman, para sacarles de Israel. La Corte Suprema, que en el pasado declaró ilegal el partido de Kahane en Israel, ahora permitía la marcha provocadora de sus actuales seguidores al coste de 1.300 policías utilizados para reforzar su decisión.

El segundo ejemplo está ilustrado en el artículo de AP mediante una foto que muestra a un joven árabe reducido por tres agentes de seguridad con sus armas desenfundadas. Uno de estos tres todavía lleva una kufiya a cuadros enrollada en su cabeza. Al-Jazeera ha transmitido unas secuencias tomadas por su equipo en la escena de los acontecimientos donde se ve cómo estos agentes de seguridad, conocidos en Israel como mista’arivi, camuflados como jóvenes árabes infiltrados en la muchedumbre local, lanzaban piedras a la policía para iniciar la revuelta y entonces se volvían para atacar a los ciudadanos locales que, emulándoles, empezaban a lanzar piedras. Esta provocación, planeada oficialmente, asume que los ciudadanos árabes de Israel son “el enemigo”. Tales tácticas fueron en su día reservadas para tratar con los palestinos en los territorios ocupados.

Lo que encuentro especialmente significativo es el hecho de que el reportero del AP asume que sus lectores darán por sentado que estos dos sucesos, la violencia en Umm El-Fahm y la acusación de Ameer Makhoul están relacionados. Yo, personalmente, no necesito que me convenzan sobre este asunto. Creo que la abducción de Ameer de su propia casa, los malos tratos, la tortura y los cargos que se presentaron sobre él, son signos de los tiempos en los que vivimos. Cuando mi hija me llamó para preguntarme sobre el arresto de Ameer y descubrió los detalles se alarmó: “¡Papá, podrías haber sido tu!” Mi única explicación fue que yo estaba activo en un campo cívico, antes de que Israel hubiera empezado su rápido descenso por la resbaladiza pendiente del fascismo.

Mi punto de vista profesional

Dejen que intente ilustrarles lo corrosivo que es el efecto del deseo israelí de entregarse a las políticas extremistas y racistas. Les ofreceré mi punto de vista profesional como un experto en la salud pública.

He distribuido un informe con las cifras comparativas que seleccioné unos años atrás de las publicaciones del Departamento de Estadística de Israel. Hoy me gustaría centrarme solamente en una cifra, la tasa de mortalidad infantil (TMI) de los árabes en Israel comparada con la de los judíos a lo largo de un tiempo. Para enfatizar lo significativo de esta cifra, dejen que les explique nuestra interpretación desde el área de la salud pública: la TMI es el número de defunciones de niños en una población de cada mil nacimientos vivos registrados, durante el primer año de su vida. Esta cifra no depende demasiado del número de doctores o enfermeras o de la disponibilidad de hospitales en la comunidad, ésta es una de mis primeras suposiciones. Más bien, está relacionada con otros tres factores independientes: el nivel de ingresos del padre, el nivel de educación de la madre y la limpieza del suministro de agua. Como tal, la TMI se considera el índice más preciso del bienestar general de una comunidad.

Desde el establecimiento del Estado de Israel, la TMI de la minoría de ciudadanos palestinos ha sido el doble que el de la TMI de la mayoría judía. Es asombroso lo cerca que este índice relativo se encontraba de la cifra exacta de dos. Esto implica que, por supuesto, nuestro bienestar general representaba la mitad del de nuestros conciudadanos judíos. Esto se repitió hasta 1990, cuando los dos índices de TMI empezaron a estar cada vez más alejados. Ahora se encuentra aproximadamente al 2.6.

¿Qué tiene esto que ver con Ameer Makhoul y los prisioneros políticos? Se preguntarán. Mucho más de lo que un observador casual pueda pensar de entrada. El crecimiento de este índice relativo de la TMI entre las dos comunidades es un reflejo auténtico de la creciente polarización entre las dos comunidades y el aumento del nivel de discriminación oficial y política contra nuestra comunidad. Raro es el día en el que en el Knesset israelí no se proponga una nueva ley dirigida a nuestra comunidad en Israel para la privación de nuestros derechos: Existen nuevas e ingeniosas variaciones y correcciones en las leyes de ciudadanía que anulan nuestro derecho a la unificación familiar; existen manipulaciones y nuevos cambios en las normas para la prevención del terrorismo; existe la peculiar ley de juramento de lealtad que esencialmente requiere que neguemos nuestra propia identidad por medio de un juramento a una entidad que nos excluye por definición; y existe una ley que nos prohíbe conmemorar nuestro Nakba, nuestra catástrofe en 1948, sólo por mencionar unas pocas.

En paralelo con la marcha de todos los organismos políticos israelíes hacia el racismo extremo, con la excepción de unos pocos grupos marginales que parecen haber perdido empuje, el ambiente general en las calles israelíes está cada vez más envenenado, con gritos de ‘muerte a los árabes’, un eslogan aceptado en el área deportiva y nuestros líderes políticos forzados a abandonar el país (Dr. Azmi Bishara), encarcelados (Sheikh Raed Salah), o sujetos a agresiones físicas (Dr. Afu Ighbarieyh y Haneen Zu’aby ayer).

El caso de Ameer Makhoul

En este ambiente envenenado es en el que tenemos que dirigir nuestra atención hacia la abducción de Ameer, su encarcelamiento y su coacción para aceptar las acusaciones a la fuerza. Estos son los hechos que los expertos legales que nos aconsejaron la declaración negociada por parte de Ameer Makhoul tuvieron en cuenta para tomar esta decisión:

a. El ambiente envenenado del país y el aumento del fascismo en Israel, incluyendo a los líderes y a los legisladores. Creemos que esto afectaría la decisión del tribunal.

b. El índice de condena en los casos de violación de la seguridad es casi del 100%. Esto se cumple principalmente si el acusado es palestino; la postura general adoptada en todas las ramas del gobierno parece ser que los árabes tienen que mantenerse al margen de los asuntos de seguridad, incluso en las conversaciones informales.

c. La prominencia de Ameer en el activismo civil a nivel internacional no tiene precedentes en nuestra comunidad. Su extensa red de contactos en el campo internacional no excluía los derechos humanos de los activistas de todos los sectores del colectivo palestino. Por el contrario, todos compartimos una afinidad común por otros palestinos y árabes en el mundo. Es muy probable que el tribunal reaccione a esto de un modo negativo y que trate de darles una lección a los líderes de nuestra otra sociedad civil.

d. Ameer ha sido acusado de pasar información a un agente enemigo: El contenido de esta información está disponible para todo el que le interese en Google Hearth y todo el mundo en Israel lo conoce. Aún así, la marchita letra de la ley en Israel lo considera espionaje y su castigo puede ser la cadena perpetua.

El reto de continuar con el caso de Ameer:

Dejen que termine en un tono optimista, por difícil que esto resulte un día después de que nuestras manos hayan sido forzadas a aceptar la derrota en forma de una declaración negociada por parte de Ameer: Lo quiero hacer porque creo que a estas alturas, más que nunca, necesitamos su solidaridad:

A pesar de su admisión forzosa, no creemos que Ameer haya cometido ningún crimen. Está pagando por su firme postura ante el racismo. Figura en artículos publicados haciendo un llamamiento a la juventud palestina de Israel para que haga frente al racismo usando todos los medios legales posibles. En esto todos estamos de acuerdo con Ameer. Desafiamos al sistema jurídico israelí y a los jueces en el caso de Ameer para que se sobrepongan a la sinrazón del racismo de las calles y las artimañas de los servicios de seguridad y que lo sentencien al periodo mínimo de encarcelamiento.

Aprovecho esta oportunidad para hacer una llamada personal a todos los miembros de las organizaciones comunitarias en Ittijah para continuar con la lucha de Ameer contra el racismo y para el pleno desarrollo de nuestra comunidad. Del mismo modo, solicito a todos los colaboradores internacionales de Ittijah que nos apoyen en este reto inminente. Desde el Comité Popular de Defensa del prisionero político palestino Ameer Makhoul lucharemos con ahínco para tratar su caso como el de un defensor de los derechos humanos y un prisionero político.  Le daremos a su caso la mayor difusión posible y captaremos la atención de las audiencias internacionales, tales como los foros de Aministía Internacional y CIVICUS.

El artículo es un resumen de la charla dada por el Dr. Hatim Kanaaneh, presidente del Comité Popular de Defensa del prisionero político palestino Ameer Makhoul, para los participantes internacionales en el Foro Mundial de la Educación. Esta charla tuvo lugar en Palestina, en un taller organizado por Baladna, la Asociación de Jóvenes Palestinos en el Estado de Israel, el 28.10.10.


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