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CON LA AYUDA DE ESTADOS UNIDOS, LOS JUDÍOS SE CONVIRTIERON EN NAZIS PARA ENCARCELAR, TORTURAR Y ASESINAR A PALESTINOS

Viernes 22 de octubre de 2021 por CEPRID

TRIBUNAL DIGNIDAD, SOBERANÍA, PAZ CONTRA LA GUERRA

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Hay analistas especializados que aseveran que, durante el Holocausto impulsado por la ideología racista y supremacista aria, liderada por Adolf Hitler y sus secuaces que crearon el III Reich, encarcelaron, torturaron, asesinaros, masacraron y redujeron a cenizas, en hornos crematorios de los campos de concentración, a seis millones de seres humanos: ancianos, hombres, mujeres, niños, niñas, adolescentes, en su gran mayoría judíos. Sin duda, se trató de torturas y asesinatos en masa de “indeseables parásitos” como solían calificar a sus víctimas judías. A ese monstruoso genocidio se le llama Holocausto.

Al terminar la II Guerra Mundial, miles de judíos sobrevivientes de Europa y de otros países viajaron a Medio Oriente y se asentaron en la Franja de Gaza y Cisjordania, territorios que durante 700 años habían ocupado los árabes-palestinos. Judíos migrantes sobrevivientes que vivían “en áreas de Europa no ocupadas por Alemania durante la guerra: áreas del este de la Unión Soviética, Gran Bretaña, Bulgaria y estados neutrales como España, Portugal, Suiza y Suecia. Decenas de miles de judíos también sobrevivieron en la Europa bajo ocupación alemana escondidos o como prisioneros en campos de concentración hasta la liberación,” llegaron a territorios palestinos. Siempre se deberá destacar que los alemanes y sus colaboradores eran implacables a la hora de capturar y matar a los judíos en las áreas de Europa que controlaban.

Después de la II Guerra Mundial, el 14 de mayo de 1948, se proclamó el Estados de Israel, amparada en la resolución del 29 de noviembre de 1947 de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), con los horrores del Holocausto muy recientes y un acelerado proceso de descolonización de Oriente Medio. En un intento de encontrar una solución salomónica a la división política y cultural de la región, la Asamblea General –que ya acogía a Israel como Estado fundador de la organización que sustituyó a la inoperante Liga de Naciones– aprobó el Plan de Partición de Palestina.

Mucho se ha escrito sobre lo que ocurrió durante la era del Holocausto y sobre dónde, cuándo y cómo los nazis llevaron adelante sus planes homicidas, pero callan sobre la historia de Estados Unidos en su apoyo incondicional a Israel, tanto en lo económico, político y en la dotación permanente de armamento de todo tipo que, según algunos especialistas, ha entregado, también, armas atómicas.

En Estados Unidos radican los judíos más ricos del mundo. Son banqueros, prestamistas, comerciantes, políticos. En esta realidad se fundamenta el por qué Estados Unidos en su calidad de imperio, concede toda la ayuda que Israel necesita para someter, encarcelar y asesinar a los palestinos. Es también un asunto racista-proteccionista.

Estos son los estadounidenses multimillonarios que ayudan a los judíos de Israel:

Larry Ellison, el judío más rico del mundo, hizo su fortuna al fundar el gigante de software de base de datos Oracle Corporation. Junto a su esposa han donado millones de dólares a diversas causas en Israel. Más notablemente, donaron 9 millones en una suma global a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel a través de Amigos de las FDI (FIDF). Además, en una visita de Israel en 2007, tras recorrer un centro comunitario en la sureña ciudad de Sderot prometió inmediatamente 500 mil dólares para reforzar el centro contra los cohetes.

Michael Bloomberg Patrimonio neto: 38,6 mil millones de dólares. El ex alcalde de Nueva York es el segundo judío más rico de la lista y famoso pro-Israel. Durante la Operación Protective Edge del verano pasado, voló a Israel para expresar su apoyo: “Israel tiene el derecho de defender a su gente y está haciendo exactamente lo que debería hacer”.

Sheldon Adelson. Patrimonio Neto: 26 mil millones de dólares. Es uno de los mayores donantes de Israel en el mundo. Una cumbre auspiciada por Adelson recaudó 20 millones de dólares para organizarse contra los boicots y actividades anti-israelíes en los campus estadounidenses. Aliado cercano del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Adelson ha defendido fuertemente el partido conservador Likud de Israel.

Michael Dell. Patrimonio Neto: 19,1 mil millones de dólares. Ha utilizado su riqueza para reforzar las causas filantrópicas en Estados Unidos e Israel. En 2014, donó 1,8 millones de dólares a los Amigos de las Fuerzas de Defensa de Israel, que proporciona apoyo general a los miembros del ejército de Israel. Ha visitado Israel varias veces.

Leslie Wexner. Patrimonio neto: 7.6 mil millones de dólares. Apoya ellos planes para “fortalecer el liderazgo público de Israel” y construir puentes entre los responsables políticos de Israel y Estados Unidos.

David Green. Patrimonio neto: 5,4 mil millones de dólares. Apoya incondicionalmente a los judíos. Financia los viajes de estudiantes estadounidense a Israel y creó una plataforma fundamental a partir de la cual pueden convertirse en embajadores de buena voluntad para Israel y el pueblo judío.

Sam Zell. Patrimonio neto: 4900 millones de dólares. Fundó Equity Group Investments,

Robert Kraft. Patrimonio neto: 4.800 millones de dólares. Ha entregado más de $ 100 millones de su fortuna a diversas causas filantrópicas, incluyendo muchos programas y organizaciones judías e israelíes.

Ira Rennert. Patrimonio neto: 4.800 millones de dólares. La familia Rennert, cuya fortuna proviene de las inversiones, ha contribuido con millones de personas a una serie de causas en Israel. y en el barrio Sheikh Jarrah de Jerusalem Este.

Donald Trump. Patrimonio neto: 4.500 millones de dólares, Apoyo incondicional de Israel. Ha servido como gran mariscal en el Salute anual de Nueva York a Israel Parade. Trump apoyó a Benjamin Netanyahu durante las elecciones israelíes de 2013, publicando un anuncio en el que dijo: “Realmente tienes un gran primer ministro en Benjamin Netanyahu.

Estos personajes y otros que permanecen en la sombra, influyen en los gobiernos que llegan a la Casa Blanca, para que impulsen y mantengan el apoyo irrestricto e incondicional a Israel en todos los aspectos, incluyendo la persecución, despojos de casas y tierras a los palestinos y, si hay matanzas colectivas o genocidios, Estados Unidos, también, respaldan y protegen a los judíos. Trump motivó, respaldó y apoyó a Israel para que declarara a Jerusalén, como capital del Estado de Israel. Nada dijo sobre matanzas colectivas y despojos que sufrieron los palestinos.

Los judíos fueron perseguidos, torturados, masacrados y expulsados de varios países de Europa con la aplicación de los famosos pogromos y bajo el yugo de los nazis en Alemania, sufrieron toda clase de martirios, torturas, asesinatos y cremaciones.

Desde hace unos 50 años o más, los judíos hacen lo mismo que los nazis les hicieron a ellos, es decir actúan como lo nazis, pero contra los palestinos. Sus víctimas son los palestino-árabes.

El antisemitismo que sufrían los judíos en Europa, fortaleció a los sionistas que son los radicales religiosos y políticos de Israel. El movimiento sionista impulsó la creación de un Estado para los judíos. ¿Y el territorio?

Para eso estaba la región de Palestina, entre el río Jordán y el mar Mediterráneo, considerada sagrada para musulmanes, judíos y católicos. La fuerte inmigración judía, fomentada por las aspiraciones sionistas, comenzaba a generar resistencia entre las comunidades árabes.

En los orígenes del Estado judío, intervino, poderosamente, el Reino Unido que había ocupado los territorios árabes. Durante la II Guerra Mundial, “los británicos habían hecho diversas promesas a los árabes y a los judíos que luego no cumplieron, entre otros motivos porque ya se habían dividido el Medio Oriente con Francia. Esto provocó un clima de tensión entre nacionalistas árabes y sionistas que desencadenó enfrentamientos entre grupos paramilitares judíos y comunidades árabes”.

“Luego de la Segunda Guerra Mundial y tras el Holocausto, aumentó la presión por establecer un Estado judío. El plan original contemplaba la partición del territorio controlado por la potencia europea entre judíos y palestinos”. El Reino Unido en calidad de potencia colonizadora “se encargó de administrar el territorio de Palestina”.

Tras la fundación de Israel el 14 de mayo de 1948, la tensión pasó de ser un tema local a un asunto regional. Al día siguiente, Egipto, Jordania, Siria e Irak invadieron este territorio. Fue la primera guerra árabe-israelí, también conocida por los judíos como guerra de la independencia o de la liberación. Tras el conflicto, el territorio inicialmente previsto por las Naciones Unidas para un Estado árabe se redujo a la mitad.

Para los palestinos, comenzó la Nakba, la llamada "destrucción" o "catástrofe": el inicio de la tragedia nacional. 750.000 palestinos huyeron a países vecinos o fueron expulsados por tropas judías.

Pero 1948 no sería el último enfrentamiento entre árabes y judíos. En 1956, una crisis por el Canal de Suez enfrentaría al Estado de Israel con Egipto, que no sería definida en el terreno de combate sino por la presión internacional sobre Israel, Francia e Inglaterra.

Pero los combates sí tendrían la última palabra en 1967 en la Guerra de los Seis Días. Lo que ocurrió entre el 5 el 10 de junio de ese año tuvo consecuencias profundas y duraderas a distintos niveles. Fue una victoria aplastante de Israel frente a una coalición árabe. Israel capturó la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto, Cisjordania (incluida Jerusalén Oriental) a Jordania y los Altos del Golán a Siria. Medio millón de palestinos huyeron.

“El último conflicto árabe-israelí será la guerra de Yom Kipur en 1973, que enfrentó a Egipto y Siria contra Israel y le permitió a El Cairo recuperar el Sinaí (entregado completamente por Israel en 1982), pero no Gaza. Seis años después, Egipto se convierte en el primer país árabe en firmar la paz con Israel, un ejemplo solo seguido por Jordania.

Los dos territorios palestinos son Cisjordania (que incluye Jerusalén Oriental) y la Franja de Gaza, que se encuentran a unos 45 km de distancia. Tienen un área de 5.970 km2 y 365 km2, respectivamente.

Cisjordania se encuentra entre Jerusalén, reclamada como capital tanto por palestinos como por israelíes, y Jordania hacia el este, mientras que Gaza es una franja de 41 km de largo y entre 6 y 12 km de ancho.

Gaza tiene una frontera de 51 km con Israel, 7 km con Egipto y 40 km de costa sobre el Mar Mediterráneo.

Originalmente ocupada por israelíes que aún mantienen el control de su frontera sur, la Franja de Gaza fue capturada por Israel en la guerra de 1967 y recién la desocupó en 2005, aunque mantiene un bloqueo por aire, mar y tierra que restringe el movimiento de bienes, servicios y gente.

Actualmente la Franja está controlada por Hamás, el principal grupo islámico palestino que nunca ha reconocido los acuerdos firmados entre otras facciones palestinas e Israel.

Cisjordania, en cambio, está regida por la Autoridad Nacional Palestina, el gobierno palestino reconocido internacionalmente, cuya principal facción, Fatah, no es islámica sino secular.

Tras la creación del Estado de Israel y el desplazamiento de miles de personas que perdieron sus hogares, el movimiento nacionalista palestino comenzó a reagruparse en Cisjordania y Gaza, controlados respectivamente por Jordania y Egipto, y en los campos de refugiados creados en otros estados árabes.

Poco antes de la guerra de 1967, organizaciones palestinas como Fatah —liderada por Yasser Arafat— conformaron la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y lanzaron operaciones contra Israel primero desde Jordania y luego desde Líbano.

La demora para el establecimiento de un Estado palestino independiente, la construcción de asentamientos de colonos judíos en Cisjordania y la barrera de seguridad en torno a ese territorio —condenada por la Corte Internacional de Justicia de La Haya— han complicado el avance de un proceso de paz.

“El conflicto es permanente ya que, como fuente de discordia, esta Jerusalén. Israel reclama soberanía sobre la ciudad (sagrada para judíos, musulmanes y cristianos) y asegura que es su capital tras tomar Jerusalén Oriental en 1967. Eso no es reconocido internacionalmente. Los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea su capital.

Por otra parte, los palestinos demandan que su futuro Estado se conforme de acuerdo a los límites previos al 4 de junio de 1967, antes del comienzo de la Guerra de los Seis Días, algo que Israel rechaza.

Los israelíes agreden continuamente a los palestinos. Practican la teoría del despojo criminal y crean asentamientos judíos en tierras, legítimamente palestinas. Si no roban las viviendas y terrenos, los israelitas construyen viviendas de carácter ilegal, de acuerdo al derecho internacional, porque son construidas por el gobierno israelí en los territorios ocupados por Israel tras la guerra de 1967. En Cisjordania y Jerusalén Oriental hay más de medio millón de colonos judíos; es decir, hay más de medio millón de despojos.

Los asesinatos, el robo de viviendas y territorios ocasionó que alrededor de 10.6 millones de palestinos tengan, ahora, el estatus de refugiados, la mitad de ellos están registrados en la ONU que, además, reconoció a Palestina como "Estado observador no miembro" a fines de 2012 y dejó de ser una "entidad observadora".

“El cambio les permitió a los palestinos participar en los debates de la Asamblea General y mejorar las posibilidades de ser miembro de agencias de la ONU y otros organismos. Pero el voto no creó al Estado palestino. Un año antes, los palestinos lo intentaron, pero no consiguieron apoyo suficiente en el Consejo de Seguridad, debido a la negativa de Estados Unidos y sus obedientes aliados.

Más del 70% de los miembros de la Asamblea General de ONU (138 de 193) reconoce a Palestina como Estado.

Es tan alta dependencia israelí de Estados Unidos que es el mayor receptor mundial de “ayuda” económica y política en la ONU y en todo el mundo y, en el campo militar el imperio le entrega armamento de toda naturaleza.

Cabe recordar que, en diciembre de 2016, “bajo la presidencia de Barack Obama se dio un paso inusual en la política de Estados Unidos hacia Israel: no vetar la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que condena la política de asentamientos de Israel.

“Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca dio nuevos bríos a la relación entre Estados Unidos e Israel, que se plasmó con el traslado de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, convirtiendo a Estados Unidos en el primer país del mundo en reconocer a esa ciudad como capital de Israel”.

El sucesor de Trump, el demócrata Joe Biden, asumió el poder con la intención de evadir el riesgoso conflicto israelí-palestino, además de verlo como un problema que requiere gran capital político con un retorno muy moderado.

El gobierno de Biden continúa apoyando el reconocimiento de Israel, pero ha adoptado una diplomacia más cautelosa. Sin embargo, los enfrentamientos violentos de mayo 2021, podrían poner al presidente en aprietos con el ala más izquierdista de su partido que es más vociferante en su crítica contra el estado judío”.

Pero, allá en Palestina, los judíos continúan con la práctica del despojo, el robo descarado de viviendas y tierras, “Gran parte de la escalada de violencia en mayo de 2021 se debe a la amenaza de desalojar a varias familias palestinas de sus hogares en el distrito de Sheij Jarrah, en Jerusalén Oriental, para abrir paso a colonos judíos. Pero quizás el tema más complicado por su simbolismo es Jerusalén, la capital tanto para palestinos como para israelíes.

“Tanto la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna Cisjordania, como el grupo Hamás, en Gaza, reclaman la parte oriental como su capital pese a que Israel la ocupó en 1967. La llamada Marcha de la Bandera, que conmemora esa captura de la parte oriental de la ciudad, también es un gatillo para los enfrentamientos.

Yurany Arciniegas, informaba que, para detener la nueva agresión israelí se realizó una reunión de emergencia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la que participaron los 15 países que actualmente son miembros, fuentes diplomáticas indicaron que el Gobierno de Estados Unidos frenó una declaración. Según AFP, ese fue el único de los 15 países que no votó a favor y esto ocasionó que la reunión terminara sin una propuesta sobre el nuevo capítulo del conflicto israelí - palestino. Washington habría considerado lo sugerido por las partes reunidas como insuficiente para mitigar las acciones de contraataque entre los involucrados.

“A falta de una resolución desde la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, pidió convocar con urgencia al denominado Cuarteto de Medio Oriente, para intervenir en la crisis. Así lo expresó durante una reunión con el secretario general de la ONU, António Guterres.

"Hoy hemos coincidido en que la tarea más urgente es la convocatoria del Cuarteto de mediadores internacionales: Rusia, EE. UU., la ONU y la Unión Europea", dijo Lavrov durante una rueda de prensa conjunta.

El canciller ruso y Guterres coincidieron en respaldar una reanudación de negociaciones para alcanzar la solución de dos Estados, Israel y Palestina, que puedan coexistir sin violencia.

Lavrov afirmó:"Soy un verdadero creyente de que necesitamos promover una solución de dos estados, que vivan en paz y armonía entre los dos, con relaciones normalizadas con la región y la plena participación de los países vecinos y de la comunidad internacional", señaló el secretario general de la ONU.

Además, durante una llamada telefónica, los presidentes de Rusia, Vladimir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, instaron a los palestinos y a Israel a rebajar los enfrentamientos, los peores desde su último gran conflicto en 2014.

También solicitaron la intervención del Cuarteto de Medio Oriente y pidieron el cumplimiento de las normas reconocidas del derecho internacional, según un comunicado difundido por el Kremlin.

Las matanzas y violencias judías no cesan. El periodista Eduardo Rothe informaba que los aviones israelíes bombardearon una región al este de la ciudad de Beit Lahia, ubicada al norte de la Franja de Gaza. La zona quedó destruida y sucedieron varios incendios además de daños a casas cercanas.

Igualmente, bombardearon un sitio al este de la ciudad de Rafah, situada al sur de la Franja de Gaza, dejándolo destruido y causando daños a las propiedades cercanas.

El Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) advirtió antes a las autoridades de ocupación que tomaría acciones ante la represión en las cárceles contra los miles de palestinos encerrados.

Ahmad Gharabli/AFP/ decía a lo largo de medio siglo, la ocupación de Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental, y la Franja de Gaza por Israel ha dado lugar a violaciones sistemáticas de derechos humanos contra su población palestina.

Desde que comenzó la ocupación en junio de 1967, las implacables políticas israelíes de confiscación de tierras, asentamiento ilegal y desposesión, sumadas a la discriminación generalizada, han infligido un sufrimiento inmenso a la población palestina despojándola de sus derechos fundamentales.

El régimen militar de Israel altera la vida diaria de los Territorios Palestinos Ocupados en todos sus aspectos. Sigue afectando a cómo y cuándo los palestinos pueden -y si pueden- desplazarse al trabajo o a la escuela, viajar al extranjero, visitar a familiares, ganarse la vida, asistir a un acto de protesta y acceder a sus tierras de cultivo o incluso al suministro de electricidad o de agua potable. Todo ello implica sufrir humillación, miedo y represión a diario. En la práctica, Israel ha tomado como rehenes las vidas completas de estas personas.

Además, ha adoptado un complejo entramado de leyes militares para reprimir la expresión del desacuerdo con sus políticas, y altos cargos públicos han tachado de “traidores” a los israelíes que abogan por los derechos de la población palestina.

“Lo peor es la sensación de ser extranjero en tu propia tierra, y sentir que ni una sola parte de ella es tuya, sostenía Raja Shehadeh, abogado y escritor palestino. Añadía que la política israelí de construir y expandir asentamientos ilegales en tierras palestinas ocupadas es una de las principales fuerzas impulsoras de las violaciones generalizadas de derechos humanos resultantes de la ocupación. A lo largo de los últimos 50 años, Israel ha demolido decenas de miles de propiedades palestinas y ha forzado el desplazamiento de grandes grupos de población para construir viviendas e infraestructuras destinadas al asentamiento ilegal de su propia población en los territorios ocupados. Además, ha desviado recursos naturales palestinos -como agua y tierras de cultivo- para uso de los asentamientos.

La existencia misma de los asentamientos en los Territorios Palestinos Ocupados viola el derecho internacional humanitario y constituye un crimen de guerra. A pesar de múltiples resoluciones de la ONU, Israel ha seguido apropiándose de tierras palestinas y apoyando a los al menos 600.000 colonos que viven en la Cisjordania ocupada, incluida Jerusalén Oriental.

Las fuerzas israelíes tienen un largo historial de uso de fuerza excesiva, y a menudo letal, contra palestinos -hombres, mujeres, niños y niñas-, entre otras cosas como medida de represalia contra manifestantes y para reprimir la disidencia. Como consecuencia, miles han perdido la vida y muchos más han resultado heridos. Las autoridades, al no llevar a cabo investigaciones exhaustivas, imparciales e independientes que rompan el ciclo de impunidad, han propiciado que estas violaciones de derechos humanos continúen a lo largo de medio siglo.

Desde 1987 se ha dado muerte a más de 10.200 palestinos; en muchos casos, las circunstancias apuntan a que fueron homicidios ilegítimos y pueden constituir crímenes de guerra.

Israel ha asesinado a más de 2.100 niños palestinos desde septiembre del año 2000 Uno de los mayores problemas que enfrentan los niños palestinos es la detención arbitraria. Al menos 140 menores están detenidos en las cárceles israelíes.

Mustafa Deveci señala que Israel ha asesinado a más de 2.100 niños palestinos desde septiembre del año 2000 "La tragedia de los niños de Palestina es el resultado de la ocupación israelí".

Según B’Tselem, 1673 niños palestinos en Gaza y 430 en Cisjordania y Jerusalén Este murieron en ataques de las fuerzas israelíes desde el año 2000.

Más recientemente, las fuerzas de seguridad israelíes provocaron la muerte de 43 niños palestinos en la Gran Marcha del Retorno, una protesta semanal que comenzó en Gaza el 30 de marzo de 2018 y terminó en junio de 2019.

Los israelíes deben ser acusados ante la ONU y ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y genocidio. En cada hora, en cada día, Palestina es víctima y mártir de los judíos convertidos en nazi-fascistas.

Correo electrónico:tribunalpazecuador@yahoo.com


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