CEPRID

El Imperio contra Irán y Siria: ¿Una Nueva Guerra Mundial para un Nuevo Orden Mundial?

Sábado 12 de mayo de 2012 por CEPRID

Jooneed Khan

Global Research

Traducido para el CEPRID (www.nodo50.org/ceprid) por María Valdés

Frente a un orden mundial en declive que ya no puede controlar, ¿Occidente desea reafirmar su voluntad a través de una nueva guerra mundial, que esta vez sería realmente global?

Un escenario aterrador surge de la escalada incesante de presiones y amenazas contra Siria e Irán por parte del imperio de la OTAN pero, por primera vez desde que la OCDE ganó la Guerra Fría hace dos décadas, el trio occidental que forma parte del club de veto en la ONU (EEUU, Reino Unido y Francia) se ha encontrado con el dúo no occidental (Rusia y China).

Estad dos últimas superpotencias, jugadores clave de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) que atraviesa el megacontinente euroasiático, han bloqueado los planes del trío para llevar a cabo una Libia-II, en Siria, y para ahogar a Irán con una serie de sanciones que incluyen cortar sus exportaciones de petróleo mientras mantiene “sobre la mesa” la opción de ataque militar.

Esta es la primera vez que los rusos y los chinos, en conjunto, han presentado obstáculos en el camino de la aparentemente imparable marcha de los vencedores de la Guerra Fría y los destructores del antiguo imperio soviético.

Pero la marcha del Imperio entre la OTAN y la OCDE se está volviendo menos y menos triunfal. Con el apoyo de la mayoría de los países no occidentales del Movimiento de Países No Alineados y el G77, Rusia y China están reafirmando la primacía del derecho internacional y la diplomacia de las Naciones Unidas en la lucha contra la Siria y el tema de Irán, debilitando aún más la tendencia occidental de ahogar todas las crisis, reales o fabricadas, bajo una alfombra de bombas, misiles y botas [militares] sobre el terreno con nefastas consecuencias no deseadas por todos.

De la euforia al atolladero

Aún disfrutando de su victoria sobre el imperio ex-soviético, el imperio de la OTAN y la OCDE desmembró la antigua Yugoslavia en la década de 1990 y se extendió la OTAN a los límites europeos de Rusia, que no reaccionó militarmente. Moscú reaccionó sólo cuando la OTAN trató de afianzarse en el Cáucaso, a través de Georgia y Azerbaiyán. A pesar del episodio “lobo solitario” francés en Ruanda, el Imperio también reforzó su hegemonía sobre la región de los Grandes Lagos de África como compensación por la caída del apartheid en el Sur del continente. Ni Rusia ni China se movieron. Y China asume con frialdad las reiteradas provocaciones del imperio a lo largo de sus fronteras a través de Tíbet, Xinjiang, Birmania, Taiwán, Corea del Norte. Pero a medida que se adentra el siglo XXI el imperio comienza a tambalearse. Los ataques del 11 de septiembre 2001 precipitaron la implementación de un Nuevo Orden Mundial según el Proyecto para el Nuevo Siglo Americano de George W. Bush : "O estás con nosotros o contra nosotros".

Por primera vez en su historia, la OTAN invocó el artículo 5 de la Carta para atacar y ocupar Afganistán sin pasar por la ONU. Dos años más tarde, de nuevo sin la aprobación de las Naciones Unidas, el Imperio atacó y ocupó Irak.

Pero muy pronto se encontró en un lodazal. En 2012, estas guerras han costado 4 billones de dólares, según el Instituto Oakland , mientras que las economías de la OCDE se estancan o disminuyen. En todo Occidente las crisis no se detiene, el empleo se ha terminado, la deuda crece como un globo mientras que el peso y la influencia del "Resto" ( China, India, Brasil, Irán, Sudáfrica y otros) siguen creciendo a nivel mundial.

Este cambio en el equilibrio de poder ha obligado a los países del G7 a contar con el G20 para gestionar la economía mundial. Pero el G-7 mantiene estancada la reforma tanto de la ONU como la ampliación del Consejo de Seguridad, ya que se aferra a su supremacía política menguante.

Más decididamente, el G-7 sigue impulsando su superioridad militar: 21 de los 34 Estados de la OCDE son miembros de la OTAN, lo que ha empujado los límites del "Atlántico Norte" hacia el Océano Índico, Asia Central y África (con Africom) además de apuntar a Australasia y el Pacífico.

Dado que la productividad real de migra fuera de Occidente, las economías inestables del imperio de la OTAN y la OCDE dependen más que nunca del "Complejo Militar-Industrial" contra el que nos advirtió Dwight Eisenhower. De acuerdo con el Instituto Sueco del SIPRI, los países de la OTAN han dedicado más de un billón de dólares el año pasado a los gastos militares.

Con aliados como Arabia Saudita (42.000 millones de dólares, un 11% del PIB, el 8 º lugar), Australia (20.000 millones, un 1,9%, 14) e Israel (13.000 millones, un 6,3%, 18), la OTAN y sus amigos representan más las dos terceras partes de los gastos militares a nivel mundial. Con 698.000 millones de dólares (4,8% del PIB, 1er lugar), los EEUU por sí solos representan el 43% del gasto mundial de defensa.

En comparación, China gastó 120.000 millones (2,1% del PIB, 2 º lugar), Rusia 58.000 millones (4%, 5 º), India 41.000 millones dólares (2,7% , 10), Brasil 30.000 millones (1,6%, 11), Irán 7.700 millones (1,8%, 25) y Siria 2.200 millones (4%, 53).

El imperio y el eje Israel-Emiratos petrolíferos-Turquía

Este es el telón de fondo de las incesantes amenazas de la OTAN y los tambores de guerra de la OCDE contra Siria e Irán. Las crisis gemelas están inseparablemente unidas: a través de Siria, su aliado árabe clave, y su puente hacia el Hezbolá (chií) del Líbano y el Hamas (sunita) palestino, se llega a Irán, que es el objetivo. El Irán que se liberó del imperio hace más de 30 años.

Los motivos abundan:

1. El eje Siria-Hezbollah-Hamas-Irán pone a Israel bajo control;

2. El despertar chií, árabe y persa, y republicano sin ambigüedades, pone en peligro las monarquías feudales suníes del Golfo, comenzando por Arabia Saudita y su puritana marca wahabita del fundamentalismo islámico;

3. Después de la destrucción del secular y anti-monárquico régimen de Saddam Hussein (e Irak junto con él), el Imperio, con el respaldo de los Emiratos petrolíferos, Israel y Turquía, está desesperadamente tratando de dirigir, incluso secuestrar, la primavera árabe;

4. Turquía, miembro de la OTAN y la OCDE, se ve como un rival republicano suní de Irán sobre la base de su nuevo régimen islamista “moderado” y en su pasado otomano como gobernante de los árabes durante casi 700 años;

5. Siria tiene su propio régimen laico del Baath, que ha sido presionado por la primavera árabe y sus aliados para abrirse hacia el pluralismo y la celebración de elecciones generales el 7 de mayo, pero el Imperio sigue golpeando sin piedad porque lo que quiere es "el cambio de régimen ";

6. Mientras tanto, el imperio está haciendo todo lo posible para mantener el status quo en el Yemen, y en Bahrein, sede de la quinta flota de EEU. en el Golfo, donde gobierna una minoría sunita enraizada en la familia real en contra de una mayoría chiíta;

7. El emirato petrolero de Qatar, sunita, continúa la guerra de propaganda para el Imperio a través de Al Jazeera TV, a pesar de que los periodistas clave están abandonando y acusando a la red de la elaboración de informes falsos de vídeo en Libia y Siria. Qatar comparte el cuartel general del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM) en el atolón de Diego García, en el Océano Índico.

¿Una victoria militar de un Nuevo Orden Mundial?

La campaña en los EEUU que lleva a las elecciones presidenciales de noviembre y del Congreso, ahora enfrenta a Mitt Romney, en contra de Barack Obama, es un factor adicional que aumenta la amenaza de una nueva guerra mundial, en el contexto del declive inexorable del imperio de la OTAN y la OCDE.

Romney y sus rivales republicanos han pedido públicamente que "hacer todo lo que, secretamente sea posible para aislar, asfixiar y desestabilizar a Irán, para matar a sus científicos nucleares, para destruir sus instalacione, y para derrocar al régimen". A falta de declarar la guerra a Irán, el demócrata Obama está haciendo todo eso, pero cree junto a Romney, con Israel y el campo de línea dura en Washington, que sólo va a funcionar la guerra.

Algunos halcones sionistas son evangélicos que pontifican en la televisión EEUU sobre las profecías bíblicas y piden el apoyo de EEUU para el "rey del norte" (Israel) en el Armagedón necesario contra el "rey del sur" (Irán) a pesar de que, según mis lecturas de los puntos del mapa es Arabia Saudita el "rey del sur". Para ellos, esta guerra es absolutamente esencial para la Segunda Venida de Cristo. Estos halcones piensan que una guerra victoriosa contra el eje Irán-Siria proporcionará al Oeste la posibilidad de imponer un orden (sancionado por la divinidad) de Nuevo Mundo adaptado a los intereses del imperio de la OTAN y la OCDE.

El bando contrario teme otro pantano costoso, como en Afganistán e Irak y Pakistán, y una mayor disminución del Imperio. Sin embargo, los EEUU, Gran Bretaña y Francia también se encuentran con la tentación de la opción de la guerra, al recordar la forma en que impusieron sus propios designios después de las Guerras Mundiales I y II. Ellos ganaron la Guerra Fría, pero no tienen los medios que no sean una "guerra caliente" para establecer un Diktat que es universalmente despreciado.

Después de demostrar su superioridad militar y conseguir un dominio real sobre el petróleo árabe y el persa, el Imperio obligaría a los países como China, India, Japón, Indonesia y Sudáfrica, entre otros, a depender de su benevolencia para un suministro estable y seguro para sus cruciales necesidades energéticas. La ONU podría ser reformada y ampliado el Consejo de Seguridad, pero de una manera que permita al imperio mantener su poder político decisivo dentro de la arquitectura del sistema mundial.

A medida que continúa alejándose de un sistema unipolar a un mundo multipolar, las cosas, obviamente, se ven de manera diferente. El Imperio "simplemente no lo entiende", dice el resto. Pero Occidente sigue haciendo todo lo posible para provocar un más grande enfrentamiento global, que el resto del mundo no quiere y está decidido a evitar.

Congelar las conversaciones, sanciones y guerras terroristas Tales son los planes oscuros que se ciernen sobre la crisis de Irán y Siria. Irán sólo se reunió con el P5 +1 (los cinco miembros del Consejo de Seguridad de la ONU "permanentes", además de Alemania) en Estambul para explicar y defender su programa nuclear, una vez más. Irán se apresuró a reafirmar sus derechos nucleares con fines pacíficos en el marco del Tratado de no Proliferación (TNP) y respondió a sus inquisidores pidiendo el desarme nuclear mundial. El trío P3 consideró la reunión "positiva". Las discusiones se reanudarán en Bagdad en mayo. Pero sobre el terreno dentro de Irán, que ya ha sufrido una guerra de ocho años llevada a cabo por Saddam Hussein en nombre del Imperio (1980-1988), los grupos terroristas vinculados a Occidente siguen funcionando sin descanso. Son, en general, el MEK (Moujahidine-e-Khalq), el kurdo Komoleh (PJAK) y el sunita Jundallah, con sede en Pakistán. Los científicos nucleares están siendo asesinados. La vecina Azerbaiyán también tiene un ojo en el territorio de 16 millones de azeríes que viven en Irán.

Los activos de Irán y las cuentas están congeladas y el Occidente se niega a vender todo tipo de mercancías, incluidos los repuestos críticos para la seguridad de sus líneas aéreas civiles. Una campaña hay de ahora en adelante para obtener un boicot a nivel mundial de sus exportaciones de petróleo. Irán cortó el suministro de petróleo, de forma preventiva, a algunos países europeos, lo que provocó un aumento de los precios y del desempleo.

Sin embargo, la India y China continuará comprando el petróleo iraní. Se niegan a ceder a lo que ellos llaman "las normas internas de los Estados Unidos" y argumentan que el petróleo iraní es esencial para su desarrollo. El Imperio está empujando a la India contra China, dando acceso a Nueva Delhi a su tecnología nuclear, y apretando a Pakistán, que parece que valora su amistad con China más que su antigua dependencia de Occidente. India, mirando su propio interés, ha firmado un acuerdo con Irán para resolver el comercio bilateral en riales y rupias. Sin embargo, la India no puede resistirse a los cantos de sirena de Occidente si el imperio de la OTAN y la OCDE se hacen cargo, o desactivan, el espantajo del poder nuclear de Pakistán en la niebla de la guerra.

Preparativos de guerra de Siria a la región del Cáucaso

India e Irán, junto con Pakistán y Afganistán, tienen estatuto de observador en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), que se está preparado para reconocerles su membresía plena. Y la OCS se alinea sólidamente detrás de Irán, junto con América Latina, donde el Tío Sam está en retirada, y con muchos países asiáticos africanos y otros. La entrada de la India y Pakistán, junto con Irán, como miembros de pleno derecho de la OCS, una potencia emergente para la cooperación, el comercio y la seguridad bajo la dirección conjunta de Rusia y China, es una pesadilla demasiado grande como para que la OTAN y la OCDE vean disminuir su imperio.

Los movimientos de tropas rusas se han reportado en el Cáucaso a lo largo de las fronteras de Georgia y Azerbaiyán. Los miembros de la oposición en Georgia dicen que los nuevos hospitales construidos en el país con la ayuda de los EEUU son parte de las contingencias de la guerra. Azerbaiyán ha comprado armas por valor de 1.600 mil millones de dólares a Israel, que importa un tercio de sus necesidades de petróleo de Bakú. Los riesgos de una conflagración generalizada son altos, y sólo se levantará con el enfoque de las elecciones en Estados Unidos; de ahí que la mayoría de las miradas estarán puestas en la “retirada” de los EEUU de Afganistán.

En Siria, el imperio dice que apoya los esfuerzos de mediación de Kofi Annan como enviado especial de la ONU y la Liga Árabe. Sin embargo, el Imperio ha declarado también que se trata de financiar y armar a las fuerzas que están llevando a cabo las operaciones de guerra en el interior de la vecina Siria, del Líbano y Turquía. El Imperio está alimentando una guerra civil en Siria y no tolerará ningún compromiso. La opción de un ataque militar contra Irán y Siria ha sido frenéticamente promovido por Israel, por sí misma una potencia nuclear, aunque no declarada, que se niega a firmar el TNP y someter sus instalaciones nucleares a la inspección del OIEA. Las repeticiones de los Estados Unidos de que la opción militar contra Irán "siguen sobre la mesa" cuelgan como una espada de Damocles sobre el Medio Oriente y el mundo.

Con Al Jazeera y Al Arabiyya, los medios occidentales insisten en demonizar a Irán y Siria para una próxima guerra abierta liderada por la OTAN y sus aliados :"esto suena igual que la propaganda de antes del ataque a Irak", dijo Ron Paul, el garbanzo negro de los aspirantes republicanos.

Estos mismos medios de comunicación en tanto no se pronuncian sobre la creciente tendencia dentro del Imperio hacia las medidas típicas de los estados policiales como los ataques a los derechos y libertades o la militarización de la policía como se ve en la brutal represión del Ocupy Wall Street, junto a la “legitimidad” para arrestar, torturar, detener, e incluso matar a los ciudadanos con la "sospecha de terrorismo". Todo en nombre de la “seguridad nacional”.

El escritor alemán y premio Nobel Günter Grass se vio afectado por la censura generalizada en Occidente por su poema criticando al nuclear de Israel “que clama por la guerra contra Irán, donde la existencia / de una sola bomba atómica no ha sido probada", y por poner en peligro "la ya frágil paz en el mundo." Israel rápidamente lo declaró persona non grata. A medida que el resto se niega a morder el anzuelo de Occidente sobre Irán, sin embargo, puede evitar la guerra. Pero si la nueva guerra llega a pasar, los que se oponen a ella dentro de la misma OTAN o de la OCDE ya sabe qué tipo de tratamiento pueden esperar.


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