La "Opción jordana",
¿de nuevo?
Marc Lynch*
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca) 23 de junio de 2004
'Middle East Report Online', el 21 de junio de 2004
Traducción para CSCAweb de Loles Oliván
"Los
rumores sobre la 'Opción jordana' persisten. El 19 de
junio, el principal asesor político de Hosni Mubarak,
Usama al-Baz declaró al diario árabe 'al-Hayat':
'[...] Egipto no se opone a un papel de Jordania en la seguridad.
Damos la bienvenida a un papel para Jordania'. Tales declaraciones
alimentan las sospechas de que el forzado rechazo [oficial] de
Jordania a los rumores es únicamente para consumo público
[interno]. La Opción jordana ha resurgido por su utilidad
para el plan de Sharon de 'desconexión' unilateral de
partes seleccionadas de los Territorios Ocupados, no por las
ambiciones jordanas ni por intereses palestinos. La idea no tiene
mayor potencial para mitigar el conflicto que el que tuvo en
el pasado"
¿Podría el plan
de desconexión"de la Franja de Gaza del primer
ministro israelí Sharon [1] "incluir una presencia
jordana" en Cisjordania? Eso es lo que Sharon afirmó
a su gabinete el 1 de junio según el diario israelí
Ha'aretz. Desde entonces los rumores acerca de ese papel
para Jordania, tan inverosímil como pueda parecer, se
han extendido como la pólvora en círculos políticos
israelíes y árabes.
Tratando de calmar los temores
de que Hamas dominaría los territorios palestinos de los
que las fuerzas israelíes se retirasen, Israel y EEUU
se han dirigido a Egipto para que proporcionen asistencia [en
materia] de seguridad en Gaza. El 17 de junio, el presidente
egipcio Hosni Mubarak se reunió con el director de la
CIA, George Tenet, supuestamente para discutir los detalles.
Ciertos informes relativos a que un equipo de seguridad jordano
visitó Cisjordania a mediados de junio sin notificarlo
al presidente palestino Yaser Arafat, han encendido las especulaciones
de que Jordania se habría dejado convencer para [aceptar]
un acuerdo similar al de Egipto. La perspectiva de un retorno
de Jordania al territorio que ocupó desde 1948 hasta 1967
[2] ha sido tan seriamente tomada que el 14 de junio la
portavoz del gobierno jordano, Asma Jader, consideró necesario
reiterar la oposición total de su gobierno a tal idea.
Dos días después, se dijo que el rey Abdellah II
había manifestado a George W. Bush su preocupación
acerca de que el primer ministro israelí pudiera estar
intentando revivir la denominada "Opción jordana".
¿El
retorno de Jordania?
Un renovado establecimiento
de Jordania en Cisjordania es altamente improbable. Cerca de
cuatro años de intensificadas políticas de ocupación
por parte de Israel han devastado la economía palestina
y radicalizado a su población, reduciendo de hecho cualquier
interés que los responsables jordanos pudieran tener en
coger de las manos de Israel un cáliz envenenado. El territorio
nominalmente en oferta, por supuesto, sería mucho menor
en su área que el que Jordania controló anteriormente,
ya que el gobierno israelí está determinado a mantener
(con la aprobación de EEUU) la mayoría de las colonias
de Cisjordania y todos los asentamientos que rodean Jerusalén
Oriental. Desde que ascendió al trono en 1999, Abdallah
ha priorizado con insistencia el desarrollo económico
sobre la política regional [3] y sus recientes
llamamientos para un Plan Marshall destinado a Oriente
Medio parecen dejarle poco tiempo ni energías para gestionar
una arriesgada aventura en Cisjordania. Un retorno de Jordania
a Cisjordania desembocaría en una feroz crítica
árabe y palestina, haciendo del rey Abdallah -a quien
ya se considera sospechoso por sus cercanos vínculos con
Washington- un encendido faro para la creciente ira de la opinión
pública árabe. La Administración Bush, percibida
cada vez más como un fracaso, no estaría dispuesta
o no sería capaz de proporcionar la compensación
financiera o política que convirtiera esa estrategia tan
peligrosa en algo útil para el joven monarca.
Otra razón menos apreciada
por la que el rey no podría contemplar el envío
de tropas de nuevo más allá del río [Jordán]
es la enorme transformación que ha tenido lugar en la
política identitaria jordana en el curso de la década
de los 90. La gente de origen palestino -muchos de ellos descendientes
de refugiados que llegaron a Jordania en 1948- constituyen más
de la mitad de la ciudadanía jordana, superando el número
de los [habitantes] de origen en la parte oriental del río
Jordán, [Jordania]. Durante la década anterior,
el régimen hachemí ha tratado de formar un consenso
de identidad nacional que incluye a los ciudadanos de origen
palestino sin transgredir las prerrogativas de los jordanos de
origen que componen su principal base de poder. En medio de este
precario equilibrio de fuerzas e identidades, hablar de la Opción
jordana es dinamita política. Para la actual generación
de nacionalistas jordanos, constituye un axioma que cualquier
papel en Cisjordania sería el primer paso en la pendiente
resbaladiza hacia una silenciosa toma de posesión palestina
del poder real dentro del reino.
Las
maniobras de Husein
La así llamada Opción
jordana tiene una historia larga y tortuosa. En 1948, el primer
rey Abdallah se benefició de la guerra árabe-israelí
reclamando Cisjordania y partes de Jerusalén. Anexó
esos territorios a su reino (entonces conocido como Transjordania)
y garantizó a sus residentes plena ciudadanía.
A mediados de 1960, la OLP, que afirmaba representar a todos
los palestinos, emergió amenazando a Jordania tanto como
a Israel. Cuando Jordania perdió Cisjordania y Jerusalén
en 1967, se halló a si misma bloqueada entre una amarga
lucha con la OLP por el derecho de soberanía en esos territorios
- lucha que culminaría en una sangrienta e inolvidable
guerra de Septiembre Negro en 1970.
Jordania aceptó contra
su voluntad al consenso de la Cumbre de la Liga Árabe
de 1974 en Rabat por la que se declaró que la OLP era
"la única representante legítima del pueblo
palestino", aunque el Estado jordano permaneció ampliamente
convencido de la legitimidad de su propia autoridad sobre los
territorios perdidos y sobre sus habitantes. El rey Husein maniobró
para mantener viva la Opción jordana tanto como una cuestión
de principio como por sus propios intereses.
Con anterioridad al invento
del "proceso de paz" palestino-israelí de Oslo
en 1993, Israel y EEUU temían a la OLP y por ello respaldaron
la opción más flexible de la reivindicación
de Husein de ser el interlocutor apropiado de los palestinos
de Cisjordania. Ariel Sharon y el ala derecha del Likud, sin
embargo, tenían una concepción diferente de la
Opción jordana. Según ellos, no había necesidad
de crear un Estado para los palestinos en Cisjordania y Gaza
porque ya existía un Estado palestino en Jordania
[4]. De manera opuesta a EEUU y a los gobiernos israelíes,
Sharon veía a la monarquía jordana como un obstáculo
más que como un aliado, y abogó por el derrocamiento
de Husein y el establecimiento de un Estado palestino en Jordania.
El régimen jordano contempló con gran agitación
como los gobiernos del Likud de los años 80 establecían
asentamientos velozmente en Cisjordania (creando lo que Sharon
llamó "hechos [consumados] sobre el terreno"[5]
) y promoviendo un silencioso éxodo palestino a través
del Puente Allenby hacia Jordania. Muchos jordanos temieron que
Israel resolvería su problema palestino a costa de Jordania.
"Restricción
de vínculos"
Cuando estalló la primera
Intifada palestina a finales de 1987, el régimen jordano
estaba luchando con la economía e incrementando la represión
política. En 1988 Husein sorprendió a casi todo
el mundo cuando declaró un "restricción de
vínculos" con Cisjordania. Quizá incluso para
su propia sorpresa, su movimiento pasó a ser algo más
que simplemente otra táctica para ganar ventajas temporales.
En septiembre de 1989, los arrestos masivos en todo el país
acuciaron al régimen a iniciar un proceso de liberalización
que incluyó elecciones parlamentarias así como
una espectacular apertura de la libertad de prensa y de la actividad
política. Del resultante debate público sobre las
relaciones jordano-palestinas surgió un nuevo consenso
recogido en la Carta Nacional de 1991: Jordania es Jordania y
Palestina es Palestina.
Una cuidadosa y firme distinción
ente la Transjordania jordana y la Cisjordania palestina llegó
a ser considerada como clave para la supervivencia de Jordania
en tanto que entidad independiente así como una vía
para resolver las mutuas sospechas jordano-palestinas que se
habían enconado desde 1948. El Centro Palestino para la
Investigación Política y el Estudio ubicado en
Nablus [Cisjordania ocupada] en colaboración con el Centro
de Estudios Estratégicos de la Universidad de Jordania
llevaron a cabo una serie de talleres y encuestas de opinión
a mediados de los años 90 que confirmaron la gran sensibilidad
en ambas partes y que dejaron constancia clara de que el tiempo
para un retorno de Jordania a Cisjordania había pasado.
El tratado de paz con Israel
de 1994 [6] fue tomado ampliamente como una ratificación
de esta distinción de la identidad nacional jordana. Uno
de los argumentos decisivos del tratado a favor de Jordania era
que finalmente disiparía la visión de Sharon de
que "Jordania es Palestina". En relación a esta
parte, Sharon se abstuvo de votar el tratado en el parlamento
israelí. El nuevo consenso de identidad en Jordania había
tenido fuertes implicaciones para la política del reino.
El régimen de Husein mantuvo un discurso de identidad
nacional exclusivista que enfatizaba la tolerancia y la coexistencia.
Los ciudadanos palestinos del país se abstuvieron de [llevar
cabo] abiertas actividades políticas de desafío
al régimen a cambio del apoyo del Estado a la OLP en los
tratos con Israel. Los movimientos políticos islamistas,
aunque tiraban mucho de los ciudadanos palestinos para buscar
miembros, aumentaron su popularidad entre los jordanos de origen
evitando la invocación explícita de una identidad
palestina.
"Jordania
primero"
Los más envalentonados
por la "restricción de vínculos" con
Cisjordania fueron un grupo de abiertos nacionalistas jordanos
-muchos de los cuales eran pilares del régimen hachemí-
para los que Jordania solo podría "ser jordana"
si estaba dominada por los jordanos de origen. Para esas figuras,
incluido el popular columnista Fahd al-Fanik y el poderoso político
Abd al-Hadi al-Mayali, así como intelectuales radicales
como Nahid Hattar, cualquier signo de actividad política
palestina en el reino resultaba ipso facto amenazante
para la identidad jordana. Hoy, los nuevos nacionalistas conservadores
jordanos vigilan agresivamente la vida pública en busca
de tales signos, a menudo inflamando las controversias étnicas
para ganar puntos políticos. En cuestiones tan dispares
como si Hamas debería tener oficina política en
Amán y los planes de desarrollo económico, estos
nacionalistas conservadores -conocidos en Jordania por su regionalismo
(iqlimiyya)- intimidan a la oposición asignándole
un rostro palestino. Más aún que la derecha israelí,
estos nacionalistas han mantenido viva la idea del "Hogar
alternativo" como un comodín para todos los argumentos
políticos.
En octubre de 2002, Abdellah
II lanzó una campaña para movilizar el país
bajo el slogan "Jordania primero", tomando sin ambigüedades
el nuevo consenso de la identidad como punto de partida. El desarrollo
económico, la modernización y el incremento de
la reforma política serían prioritarios sobre las
preocupaciones externas, como Palestina que había
recorrido el reinado de su padre. Esa campaña ha brindado
ambiguos resultados para los jordanos de origen palestino. Por
un lado, el origen palestino de la hermosa y ampliamente admirada
esposa del rey, Rania (que ha sido recientemente nombrada coronel
de las fuerzas armadas jordanas) ofrece una fuente de orgullo
y esperanza para una mayor integración en el orden político
y económico. Por otro lado, la ley electoral que fue laboriosamente
tramada antes de las elecciones de junio de 2003 [7] produjo
un parlamento que solo contiene 18 miembros de origen palestino
de un total de 108 escaños. A pesar del nuevo consenso,
las relaciones jordano-palestinas siguen siendo una herida abierta.
Ariel Sharon y el "Hogar alternativo" flotan en el
aire como un espectro sobre ese delicado asunto político
interno. Una implicación incluso de relativo bajo perfil
en los cuerdos de seguridad de Cisjordania provocará probablemente
fieras disputas sobre la identidad nacional del reino.
Viejos temores,
nuevos tiempos
Tal distracción pudiera
no ser bienvenida por el régimen. Tras la fachada de confianza
y progreso ofrecida en el Foro Económico Mundial en el
Mar Muerto [8] y en la Cumbre del G-8 [9] en Georgia,
Jordania sigue siendo un país económica y políticamente
problemático. Las falsificadas elecciones parlamentarias
de junio de 2003 generaron muy pocas ilusiones y el cuerpo sin
inspiración que fue elegido ha hecho muy poco para mejorar
las percepciones de la ciudadanía [10].
El primer ministro Faisal al-Fayes
y su gobierno de tecnócratas evocan poco entusiasmo comparativamente.
Pocas de las restrictivas "leyes temporales" aprobadas
por autorización ejecutiva una vez que Abdallah disolvió
la legislatura en 2001 han sido rescindidas y muchas han sido
de hecho ratificadas por el nuevo parlamento pro-gubernamental.
A pesar de la generosa asistencia económica de EEUU [11]
incluido un acuerdo de libre comercio, y de un programa de
ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional rigurosamente
ejecutado, la economía jordana sigue estancada, con la
pobreza aumentando y extendiéndose la distancia entre
los ricos y los pobres. En la primavera de 2004, la detención
del periodista de la oposición Fahd Rimawi (posteriormente
liberado tras un aluvión de publicidad negativa) y la
condena de la política feminista Tujan Faisal [12]
por difamar al primer ministro, simbolizan la continuidad
de las sensibilidades autoritarias del régimen. Pocos
jordanos hoy comparten el común punto de vista estadounidense
del reino como un oasis de democratización y de sentimientos
pro-EEUU.
El colapso del proceso de paz
palestino-israelí y la grave espiral de miseria in Palestina
han generado dudas sobre la estabilidad de las relaciones jordano-israelíes.
En una reunión en el Desierto del Negev en marzo de 2004,
se informó que Abdallah llamó la atención
de Sharon al respecto de que el muro de la separación
de Israel en Cisjordania amenaza la supervivencia de Jordania
como Estado y urgió al primer ministro israelí
para que no hablase de la Opción jordana. De hecho, en
2003, el criticismo jordano sobre los múltiples muros
y vayas hicieron que un número de prominentes representantes
oficiales israelíes describiesen a Jordania como "un
enemigo".
La opinión pública
jordana -y no solo los de origen palestino-se identifica profundamente
con los palestinos más allá del río y la
hostilidad hacia Israel sigue al rojo vivo. A pesar de los esfuerzos
del gobierno por prohibir el activismo antinormalización
[13] las asociaciones profesionales y otros órganos
de la sociedad civil siguen agitando contra las relaciones "normales"
con Israel. A mediados de junio, el parlamento jordano se halló
asimismo incapaz de aprobar una ley relativa a un Centro Nacional
de Derechos Humanos debido a la intensa controversia sobre una
cláusula que prohibía al centro relaciones con
"la entidad sionista" [Israel]. El horror jordano ante
las imágenes del sufrimiento palestino emitido en los
medios panárabes ha profundizado la furia contra Israel,
EEUU y, lo que es más alarmante para el régimen,
contra los dirigentes árabes no hacen nada para acabar
con los cierres y las invasiones [de Israel en Palestina]. La
calle jordana está enfadada, movilizada y frustrada con
su gobierno.
En tal clima, la reacción del público jordano a
los rumores de un papel de Jordania en Cisjordania ha sido como
era de esperar de unánime oposición. Los partidos
de la oposición han alertado contra la participación
en una "conspiración contra el pueblo palestino".
Los críticos al retorno [de Jordania] a Cisjordania utilizan
las palabras del propio régimen contra la idea, mientras
que la portavoz del gobierno ha corrido para repetir la línea
establecida de que Jordania solo jugaría un papel de apoyo
a la Autoridad Palestina (AP).
Mientras tanto, la especulación
sobre una nueva Opción jordana viene como un regalo del
cielo a los nacionalistas conservadores que han dominado los
recientes gobiernos jordanos. Han encabezado las críticas
sobre un papel en la seguridad de Cisjordania, repitiendo su
frecuentemente aireado mantra de que tal retorno significaría
el "suicidio nacional" para Jordania. Durante el último
mes, los nacionalistas [conservadores] han agitado una tormenta
de fuego por la designación de un periodista de origen
palestino, Omar al-Kullab, como asesor de medios del ministro
de Interior Samir al-Habashneh, quien ya ha sido criticado por
sus esfuerzos para mejorar las condiciones de los palestinos
al cruzar el puente [desde Palestina] hacia Jordania. Las historias
sobre el acoso de una delegación de medios de comunicación
jordanos a manos de los oficiales de la seguridad palestina en
Cisjordania han proporcionado más leña al fuego,
como lo hicieron las informaciones (negadas por el gobierno jordano)
de la visita de la delegación de seguridad jordana a Cisjordania.
Como Nahid Hattar advirtió abiertamente, "[...] cualquier
papel de Jordania en Cisjordania, sea de seguridad o práctico,
es imposible porque no es políticamente posible".
Para el columnista israelí
Ehud Yaari, todo esto empalidece ante la absoluta dependencia
jordana de EEUU, combinada con las potenciales recompensas económicas
asociadas a la compensación por [asimilar] refugiados
[palestinos] y con la asistencia económica. Pero ningún
argumento es convincente. EEUU reconoce la fragilidad del sistema
político jordano, y difícilmente puede ansiar ver
cómo su modelo favorito de reforma árabe colapsa
en un enfrentamiento étnico [jordano-palestino]. Las grandes
compensaciones para los refugiados palestinos y la reconstrucción
parecen castillos en el aire y estarían más que
compensados por el masivo gasto requerido para recuperar siquiera
una rudimentaria vida económica para los sitiados palestinos
de Cisjordania.
Difícil
dependencia
El rey Abdallah ha situado
la más alta prioridad en mantener relaciones cercanas
con EEUU y ha sido premiado con frecuentes reuniones con George
Bush. Bush, al igual que los dólares de ayuda y el pacto
de libre comercio. Abdallah ha sido uno de los dirigente árabes
más abiertos en su respaldo a los llamamientos de EEUU
para la reforma política y económica en la región,
al igual que en la Cumbre del G-8 a comienzos de junio. Los servicios
de inteligencia jordanos han cooperado muy de cerca con EEUU
en la lucha contra los extremistas islámicos, cooperación
que se hizo incluso más estrecha tras el supuesto complot
de al-Qaeda de usar armas químicas contra objetivos estadounidenses
y jordanos en Amán. Jordania jugó un discreto pero
activo papel de apoyo durante la guerra contra Iraq y sigue entrenando
reclutas para la fuerza de policía iraquí (aunque
haya rechazado enviar tropas para unirse a la fuerzas multinacional
liderada por EEUU).
Sin embargo, la dependencia
jordana de EEUU no ha sido fácil en el reino. La ocupación
estadounidense de Iraq ha sido extremadamente impopular, con
muchos jordanos que la equiparan a la ocupación de Israel
en Cisjordania. Más aún, para su dolor, a Abdallah
le ha salido un cayo repetidamente con la Administración
Bush. El ferviente apoyo de Bush a Ariel Sharon ha sido lo más
devastador. La conferencia de prensa de 14 de abril de 2004 en
la que Bush entregó a Sharon una carta expresando su apoyo
al plan de desconexión humilló al rey jordano
hasta el punto de que pospuso su propio viaje a Washington. Las
declaraciones de Bush durante la conferencia de prensa acerca
de que el Derecho al Retorno de los refugiados palestinos "no
era sagrado"[14] causaron temblores dentro de Jordania.
El consenso de identidad que marca a la nueva Jordania depende
de mantener la ficción de que los palestinos podrían
algún día tener la oportunidad de retornar a sus
hogares en lo que hoy es Israel -incluso aunque pocos ejercieran
ese derecho. Esos cambios de política únicamente
pueden haber amargado las actitudes medidas en marzo de 2004
en la Encuesta sobre Actitudes Globales Pew [Pew Global Attitudes
Survey], en la que se revela que solo el 12% de los jordanos
apoya la "Guerra contra el terrorismo" de EEUU; solo
el 5% tiene una posición favorable hacia EEUU y solo un
3% tiene una opinión favorable de Bush.
Los rumores sobre la Opción jordana persisten. El 19 de
junio, el principal asesor político de Hosni Mubarak,
Usama al-Baz declaró al diario árabe al-Hayat:
"[...] Egipto no se opone a un papel de Jordania en la seguridad
[...]. Damos la bienvenida a un papel para Jordania". Tales
declaraciones alimentan las sospechas de que el forzado rechazo
[oficial] de Jordania a los rumores es únicamente para
consumo público. Claramente, sin embargo, la Opción
jordana ha resurgido por su utilidad para el plan de Sharon de
desconexión unilateral de partes seleccionadas de los
Territorios Ocupados, no por las ambiciones jordanas ni por intereses
palestinos. La idea no tiene mayor potencial para mitigar el
conflicto que el que tuvo en el pasado. Pocos palestinos aceptarían
un retorno de Jordania, y los grupos armados principales ya han
descartado su apoyo. Como informaba el Financial Times
en su edición de 18 de junio, un dirigente de las Brigadas
de los Mártires de al-Aqsa, rama de la línea principal
de la organización Fatah, dijo a la delegación
de seguridad jordana visitante que su organización rechazaría
una presencia militar árabe con el objetivo de acabar
con la Intifada. El público jordano está casi universalmente
opuesto a ninguna presencia en Cisjordania, viendo poco que ganar
y mucho que perder. Mientras nuevas ideas son ciertamente necesarias
para romper el punto muerto entre Israel y los palestinos, la
Opción jordana sigue siendo una elusiva fantasía
que solo puede oscurecer opciones reales y difíciles.

Notas de
CSCAweb:
1. Véase
en CSCAweb: Aprobado
el Plan Sharon para Gaza. Egipto controlará militarmente
Gaza tras la retirada formal de Israel de la Franja - 'Plan de
desconexión en cuatro fases'
2. Jordania administró directamente los territorios palestinos
de Cisjordania y Egipto los de la Franja de Gaza desde 1948 (año
de la creación del Estado de Israel) hasta 1967. En ese
año y una vez ocupados dichos territorios por el ejército
israelí (además de Gaza y los altos del Golán
de Egipto) tras la guerra de "los Seis días",
la administración de Cisjordania y Gaza además
del Golán sirio, pasó directamente a las autoridades
de ocupación militar israelíes. Jordania mantuvo
desde esa fecha una posición ambigua sobre la soberanía
de Cisjordania como explica posteriormente este artículo.
En diciembre de 1988, el régimen jordano por boca del
rey Husein, hizo pública su renuncia oficial a los derechos
de administración de Cisjordania reconociendo los derechos
legítimos de representatividad de la OLP en la Palestina
ocupada en 1967.
3. Véase en CSCAweb: Abdallah: Un nuevo
rey para el antiguo régimen
4. Contrariamente a lo que afirma el autor, la idea de un Estado
palestino en Jordania conocida bajo el lema sionista de "Palestina
es Jordania" forma parte de la tradición del Likud
tanto como del laborismo israelí al menos desde los años
70 habiendo sido el propio Simon Peres un propagador de tal solución
para la cuestión palestina hasta los Acuerdos de Oslo
de 1993 que sentarían las bases para una formulación
tácita de que cualquier Estado palestino surgido de un
acuerdo negociado con Israel y con los dirigentes e la Autoridad
Palestina no se establecería ni sobre todos los territorios
ocupados en 1967 ni tendría independencia ni plena soberanía
palestina.
5. Merece la pena señalar que la construcción ilegal
de asentamientos intensificada durante los años 80 en
Cisjordania bajo los gobiernos del Likud, fueron más que
doblados desde 1993 hasta 2000 precisamente en el marco de los
Acuerdos de Oslo y bajo gobiernos del partido Laborista israelí.
6. Sobre el tratado jordano-israelí, véase en CSCAweb:
Loles Oliván:
El movimiento antinormalización en Jordania
7. Véase en CSCAweb: Marc Lynch:
El Rey Abdallah de Jordania en Washington y El
régimen jordano se prepara para la guerra de EEUU contra
Iraq reprimiendo el activismo político mediante la represión
- Hisham Bustani: Los sucesos de Ma'an
8. Tras una primera Cumbre de Davos en Jordania en junio de 2003,
el Foro Económico Mundial volvía a reunirse este
año también en Jordania. Véase en CSCAweb:
Comienza
en Jordania la reunión del Foro de Davos, marcada por
el fracaso de la ocupación de Iraq - Movilizaciones en
Jordania contra el Foro de Davos y la inserción capitalista
de la región árabe | Conferencia
Árabe Antigobalización en Amán contra la
reunión del Foro Económico Mundial de Davos. Davos
en Jordania: Israel, eje del Área de Libre Comercio EEUU-Mundo
Árabe Hisham Bustani | Ibrahim
Alloush: Jordania y la estrategia sionista en el Mundo Árabe
9. Véase en CSCAweb: Loles Oliván: La Cumbre del
G-8 aprueba un vasto plan estadounidense de transformación
política, económica, social y educativa de la región
10. Véase en CSCAweb: Sana Abdallah:
Elecciones en Jordania: mantener el 'status quo'
11. Tras la invasión de Iraq, EEUU a través de
su secretario de Estado Powell agradeció al rey Abdallah
de Jordania su respaldo y asistencia prestada con el anuncio
de una donación de 700 millones de dólares
por parte de la Administración Bush al gobierno jordano
en concepto de ayuda económica. A los 700 millones donados
hay que añadir otro paquete de 400 millones de dólares
en concepto de ayuda militar. En total, Jordania ha recibido
de EEUU 1.100 millones de dólares en pago a su acatamiento
al dictado de Washington en la estrategia de la guerra ilegal
contra Iraq. Esta entrega forma parte del paquete de "ayuda
suplementaria" de 8.800 millones de dólares que EEUU
decidió otorgar antes de invadir a Iraq a ciertos países
de la región, entre ellos, además de Jordania,
a Israel, Egipto, Afganistán y Pakistán, a fin
de comprar su apoyo. Además, Jordania recibe anualmente
450 millones de dólares desde 1994 (cuando el régimen
aceptó reconocer el Estado de Israel y firmar el "Acuerdo
de Araba" y como reconocimiento a la política de
normalización con Israel que tales acuerdos instituyeron.
Véase en CSCAweb: Gira de Powell
a Oriente Medio: a cada cual lo que le corresponde
12. Véase en CSCAweb: Campaña
internacional de apoyo a Toujan Faisal, ex parlamentaria y opositora
jordana
13. Véase en CSCA web:
Loles
Oliván: El movimiento antinormalización en Jordania, ob. cit. e Hisham
Bustani: Represión bajo el 'Imperio de la Ley': reflexiones
sobre el proyecto imperialista y las libertades en Jordania tras
el 11 de septiembre | Se intensifica
la represión en Jordania | El régimen
jordano, contra su población y al servicio de los intereses
de Israel
| Llamamiento
desde Jordania en apoyo a la UPA y a los activistas antinormalizacion
encarcelados por el régimen
14. Véase en CSCAweb: No a una nueva Declaración
Balfour: Respuesta internacional a la declaración de Bush
sobre el Derecho al Retorno de los palestinos y 'Arco
iris en las nubes', o hacer de Gaza una prisión: el asalto
de Israel contra Rafah - Historia de la demolición de
viviendas palestinas desde el periodo del Mandato Británico
hasta mayo de 2004 bajo la ocupación israelí
|