
El
proyecto estadounidense de Oriente Medio ampliado (Al-Hayat,
11-06-04)
'Iniciativa para un Amplio Oriente Medio y Norte de África'
La Cumbre del G-8
aprueba un vasto plan estadounidense de transformación
política, económica, social y educativa de la región
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 14 de junio de 2004
Loles Oliván, Nota Informativa CSCA web, 13 de junio de
2004
"Es
precisamente la quiebra del proyecto estadounidense de control
unilateral de Iraq lo que ha exigido a la Administración
Bush integrar en la estrategia de dominación de ese nuevo
espacio ahora denominado "Amplio Oriente Medio y Norte de
África" a esos grandes bloques que ostentan cierto
poder en las estructuras económicas, financieras y también
militares internacionales"
El pasado 9 de junio EEUU presentó
en la Cumbre del G-8 celebrada en Sea Island (Georgia, EEUU),
y ante terceros representantes oficiales de Afganistán,
Argelia, Bahrein, Jordania, Túnez, Turquía, Yemen,
así como el recién designado nuevo presidente
de Iraq, la Asociación para el Progreso y el Futuro Común
con los países de un área geográfica definida
como un Amplio Oriente Medio y Norte de África (véase
columna de la izquierda) y cuyos objetivos son "[...]
avanzar en la libertad, la democracia y la prosperidad en la
región".
Esta propuesta estadounidense
se ha formalizado en el seno de la Cumbre del G-8 con la aprobación
por parte de sus miembros de la denominada Iniciativa para
un Amplio Oriente Medio y Norte de África, que establece
un basto Plan del G-8 de apoyo a la reforma para llevar
a cabo transformaciones internas en los ámbitos políticos,
económicos, sociales y educativos de los países
de la región [1].
La iniciativa es el resultado
modificado de una previa promovida igualmente por al Administración
Bush y presentada el pasado 9 de febrero en un ambicioso plan
lanzado por EEUU bajo el nombre de "Plan para el Gran Oriente
Medio" (Greater Middle East Plan), destinado a promover
un cambio sustancial -político, económico, social
e ideológico- a través de la implantación
de un "proceso de reformas" presentado en un formato
en el que en nombre de la "democracia", los "derechos
humanos", el "Estado de derecho", la "sociedad
civil" o el "avance de la mujer" en un espacio
que se define genérica y globalmente como "islámico"
y al cual se asocia con "inestabilidad", "terrorismo",
"armas de destrucción masiva", "pobreza"
y "subdesarrollo" [2].
Remodelar
un espacio regional desde el Iraq ocupado
El proyecto estadounidense,
ahora adoptado por el G-8, de remodelar política, económica,
social y culturalmente el conjunto de Oriente Medio y Norte de
África, y por extensión de la región árabe,
además de Pakistán, Afganistán, e Irán,
forma parte de un plan estratégico de largo alcance diseñado
para establecer un nuevo marco de dominación colonial
en el que la invasión y el mantenimiento del control de
Iraq a través de la ocupación militar extranjera
era una condición sine qua non, pues de la desestructuración
del Estado de Iraq y de la aniquilación de su proyecto
de soberanía e independencia nacional árabe dependía:
1) la reestructuración
de toda una región en la que se concentran no solo las
grandes reservas de petróleo del mundo sino el gran potencial
de más de dos millones de posibles consumidores cuya capacidad
de consumo reactivaría los engranajes de la producción
de la economía capitalista del mundo industrializado de
manera inigualable;
2) la consolidación
de la hegemonía regional militar, económica e ideológica
del sionismo a través de la normalización
política, económica y cultural del Estado de Israel
en la región; y,
3) la disolución progresiva
de los referentes de la arabidad en la zona a través de
la uniformización de sus sociedades mediante la transformación
de sus estructuras identitarias socio-económicas y culturales,
con el patrón del mundo globalizado en el que descansa
el sistema liberal contemporáneo en sus vertientes política,
económica e ideológica.
Establecido en el principio
de la aplicación de la fuerza militar para imponer los
cambios requeridos en las estructuras económicas, políticas
y socio-culturales tal y como exige su hegemonismo imperial,
EEUU se sirve a la vez de un discurso y un lenguaje articulado
en torno a los grandes principios universales que la práctica
del liberalismo ha pervertido, o a nuevos conceptos que ha inventado
como el de la denominada y nunca definida "sociedad civil":
así, la "democracia", los "derechos humanos",
el "desarrollo", la "educación" o
la "participación de las mujeres" y la propia
"sociedad civil" -ejes centrales que vertebran la Iniciativa
del G-8- se han transmutado en conceptos degradados por el uso
obsceno que el liberalismo ha hecho de ellos para justificar
políticas restrictivas que operando a favor de la exclusión,
atentan contra la verdadera democratización y la justicia
social de los pueblos en todos los escenarios internacionales
donde intervienen, incluido el propio "primer mundo"
del que parten.
Claves de
la Iniciativa
Desde una concepción
que exacerba los rasgos del nuevo imperialismo capitalista, la
Iniciativa se sirve de un proceso de "institucionalización
de la política del cambio en la región" que,
en contra de satisfacer las aspiraciones de cambio necesario
y desarrollo de los pueblos a los que afectará, contribuirá
a modificar sus estructuras identitarias [3] y moldeará,
en un ejercicio de ingeniería de la intervención
y a través de programas específicos de reforma
política, económica pero igualmente cultural e
ideológica, al conjunto de las sociedades que conforman
esa denominación por lo demás arbitraria y neocolonial
de Oriente Medio y Norte de África que sigue ocultando
el referente de identidad más extendido y caracterizador,
la arabidad [4].
Si bien la presentación
del borrador previo introducía la cuestión de la
"reforma" asociando a la comunidad internacional a
los principios de la paz y la estabilidad en la región,
a la resolución del conflicto palestino-israelí,
afirmando que éste no debe ser un obstáculo para
llevar a cabo las reformas, afirmando el compromiso del G-8 con
la estabilización de Iraq y a través del apoyo
al "proceso político" que ha asumido Naciones
Unidas (NNUU) [5], el Plan finalmente aprobado no incluye
ninguna referencia a todas estas cuestiones.
La Iniciativa establece la
creación de un Foro para el Futuro que estará integrado
por los dirigentes del G-8 y de gobiernos, empresas y una no
definida y aséptica "sociedad civil" para discutir
las cuestiones relativas al proceso de reformas globales que
se pretenden imponer por parte del G-8 a partir del otoño
de 2004. Igualmente, adopta un Plan de Apoyo para ofrecer "ayuda"
para que los gobiernos de la región pongan en marcha iniciativas
diseñadas para "promover instituciones democráticas"
así como "para proporcionar préstamos a las
empresas", "formar maestros para combatir el analfabetismo"
o "formar a mujeres emprendedoras".
Igualmente, la Iniciativa establece
un "Servicio de Desarrollo Empresarial Privado para un Amplio
Oriente Medio y Norte de África en la Corporación
Financiera Internacional para que ayude en los esfuerzos regionales
para mejorar el clima de negocios e inversiones y aumente las
opciones financieras de las pequeñas y medianas empresas
". Este Servicio estará dotado de 100.000 millones
de dólares. Asimismo, se creará una Fuerza Especial
sobre Inversión (Task Force on Investment),
integrada por empresas líderes del G-8 y de la región,
incluyendo del Consejo Empresarial Árabe, para favorecer
las inversiones de capital extranjero en la región.
Se trata de moldear globalmente
todos los sectores de cada país de la región con
el fin de asegurar que los resortes políticos, económicos
y sociales se adapten y avancen en el proceso de liberalización
conducido desde el exterior así como acompañen
los procesos políticos presentes y futuros que se abran
en la zona.
En lo político, se establece
el concepto de reforma para modificar los sistemas de gobierno
atendiendo al referente del modelo de la democracia parlamentaria
occidental. Igualmente, se propone modificar las administraciones
públicas y las legislaciones de los Estados en materia
económica y judicial.
Desde el punto de vista económico,
se prioriza al sector privado y con el fin de garantizar la inversión
de capital extranjero, se pretende favorecer sistemas financieros
fuertes en los que, demás de crear instrumentos para detectar
las prácticas anticorrupción, "de lavado de
dinero" y de "financiación del terrorismo"
puedan establecerse economías competitivas previa eliminación
de las barreras a las inversiones extranjeras; insertar las economías
nacionales en la economía internacional globalizada y
recompensar a quienes lo logren con el ingreso en la Organización
Mundial del Comercio (OMC).
Desde el punto de vista social,
se establece la reforma de los medios de comunicación
a través de la formación de medios y profesionales
del periodismo, se aboga por el fortalecimiento de la "sociedad
civil" especialmente a través de las ONG, y por un
nuevo sistema educativo que contempla junto a la adquisición
de la tecnología de la información, la edición
de nuevos libros de texto, la elaboración de nuevos programas
educativos y la formación del profesorado conforme a prácticas
y métodos proporcionados por los países del G-8.
A todo el proceso de reforma
se le une, en cada una de sus facetas, la inclusión de
la mujeres.
Reparto
de influencias en un nuevo orden colonial
A pesar de ser una estrategia
promovida en sus inicios unilateralmente por EEUU, la realidad
es que el callejón sin salida en el que la Administración
Bush se ha situado tras invadir y ocupar Iraq, ha dado al traste
con una iniciativa que pretendía obviar a las restantes
potencias económicas internacionales (Francia, Rusia,
China, Alemania y Japón) y que al final han resultado
necesarias para poder hacer frente a la primera constatación:
que EEUU no puede llevar a cabo su plan de control de Iraq ni
militar ni económicamente sin contar con el respaldo de
los instrumentos que el propio sistema de la globalización
liberal ha creado para su expansión: sin más efectivos
militares y sin más recursos económicos para apuntalar
la ocupación, la Administración Bush no será
capaz de contener a la resistencia armada y popular de Iraq que
presagia con su determinación un nuevo episodio histórico
de lucha ardua por la liberación nacional. Es por ello
que la Administración Bush se ha visto obligada a reclamar
la asistencia de otros sujetos internacionales, formalizando
su retorno al marco del Consejo de Seguridad de NNUU por medio
de la nueva resolución, la 1546 [6].
La coincidencia en el tiempo
de la nueva resolución del CS que legitima la ocupación
y el proceso de "transferencia de poder" en Iraq con
la presentación y aprobación de la Iniciativa para
un Amplio Oriente Medio y Norte de África no es casual
ni improvisada. Antes al contrario, es obvio que si en la primera
subyace la necesidad estadounidense de recibir apoyo de terceras
partes para la imprescindible ejecución del nuevo marco
de dominación de Iraq, con la segunda se trata de dar
solución a un contencioso competitivo que desde la década
de los 80 no ha podido resolverse entre las grandes potencias
económicas internacionales: el del reparto de influencias
de los grandes bloques económicos que representan EEUU,
la Unión Europea (UE) y Japón. Desde mitad de la
década de los años 80, tanto la UE como EEUU han
intentado establecer instrumentos de penetración económica
(Europa a través del marco de la Asociación Euro-Mediterránea,
y EEUU a través de la Asociación de Libre Comercio
con Oriente Medio) con la concurrencia de una tercera potencia,
Japón, en un espacio enorme en sus dimensiones geográficas
y económicas, y por ello sujeto a la influencia y a la
competitividad de los bloques económicos que dominan la
economía capitalista globalizada.
Es precisamente la quiebra
del proyecto estadounidense de control unilateral de Iraq lo
que ha exigido a la Administración Bush integrar en la
estrategia de dominación de ese nuevo espacio ahora denominado
"Amplio Oriente Medio y Norte de África" a esos
grandes bloques que ostentan cierto poder en las estructuras
económicas, financieras y también militares internacionales.
Que EEUU haya tenido que rebajar en contenido y forma su propuesta
de penetración global en el Mundo Árabe abriéndola
a la participación del grupo de países más
industrializados del mundo -al G-8 y no al marco de la UE, lo
cual demuestra la debilidad del proyecto europeo [7]-
no solo da cuenta de la interdependencia de las redes del capitalismo
globalizado sino de la necesidad de ceder espacio de intervención
a quienes tienen la capacidad, aunque sea subsidiariamente o
de manera negociada, de contribuir a la remodelación estratégica
de una zona del mundo en la que todos, EEUU y resto de G-8, confluyen
por idénticos intereses e idéntica pretensión
de rehabilitar la penetración colonial en la era del capitalismo
globalizado.
Iraq y la
OTAN, a la espera de la Cumbre de Estambul
Para afianzar la transformación
de la dominación capitalista en el mundo árabe
con un programa que requiere un firme control político,
económico, militar y social, EEUU, desde su posición
de fuerza hegemónica internacional, necesita el respaldo
internacional que no solo legitime la puesta en marcha
y desarrollo de este plan sino, fundamentalmente, que sustente
los medios militares y económicos que se necesitarán
para desarrollarlo y mantenerlo. La lección del desastre
de la ocupación iraquí es lo suficientemente elocuente
al demostrar las limitaciones del unilateralismo de la gran potencia.
Por ello, la perseguida vinculación
de la OTAN en el marco de la ocupación de Iraq, en primer
término, es esencial a este proyecto de uniformizar a
la fuerza que abriría las puertas, además, al establecimiento
de la intervención global de la estructura militar occidental
en todo el Mundo Árabe. Nicholas Burnt, representante
permanente de EEUU en el Consejo de la Alianza, ya puso en evidencia
hace unos meses la conexión directa entre la ocupación
de Iraq, "la amenaza del terrorismo global", "las
armas de destrucción masiva" con "la nueva misión"
de la OTAN del futuro en Oriente Medio [8].
La Administración Bush
ha intentado inútilmente por el momento (al menos hasta
esta última Cumbre del G-8) vincular a la OTAN en la ocupación
de Iraq. Incluso tras la aprobación de la última
resolución sobre Iraq, Francia y Alemania han descartado
el envío de tropas a Iraq, incluso bajo cobertura de la
OTAN. No obstante, no es descartable alguna implicación
de la Alianza en Iraq tras el 30 de junio o a medio plazo, especialmente
si, como está previsto, la próxima Cumbre de la
Alianza, a celebrarse en Estambul a finales de junio de 2004,
sea el escenario donde se formalice un nuevo plan de intervención
de la OTAN en la región (eufemísticamente denominado
Iniciativa de cooperación), justificado
-de nuevo-en el discurso antiterrorista.
El propio asesor del secretario
general de la Alianza para Asuntos Políticos y de Seguridad,
Altenburg lo expresaba así en Qatar: "Es absolutamente
posible adaptar nuestra cooperación a las circunstancias
específicas nacionales o regionales" [9].
Desde el 11-S, EEUU ha presionado a los aliados de la OTAN para
establecer una asociación con Israel y algunos países
árabes bajo el manto de la lucha contra el terrorismo
más allá de las fronteras y para ampliar las funciones
de la OTAN en las cuestiones de seguridad en toda la región
fundamentalmente a través del desarrollo del ya existente
Diálogo Mediterráneo de la OTAN [10].
La resolución del dilema
pudiera ser implicarse en la región centro-sur de Iraq,
donde se concentran los países de la Alianza presentes
en Iraq (la mayoría de la veintena con contingentes en
el país y que suman unos 20.000 efectivos en total), tras
el relevo del mando polaco.
Un nuevo
siglo de dominación
La Iniciativa para un Amplio
Oriente Medio y Norte de África no es sino una reedición
de lo que fueron los planes establecidos por las potencias coloniales
europeas para el Mundo Árabe a comienzos de los años
20 del siglo pasado.
Si el denominado Acuerdo Sykes-Pico
(1916) sentó las bases del reparto colonial entre Gran
Bretaña y Francia y la posterior aprobación de
la Declaración Balfour (1917) consintiendo en la creación
ilegal de "un Hogar judío en Palestina" a través
del sionismo y el Estado de Israel en el corazón del Mundo
Árabe, el Amplio Oriente Medio y Norte de África
que propugna EEUU con el respaldo del G-8 no es sino el relevo
de la imposición colonial a los pueblos árabes
en la nueva era del neoliberalismo hegemónico estadounidense,
impuesto a través de la fuerza militar, consolidando la
presencia de Israel y su proyecto de expansión sionista,
una vez neutralizado el principio de soberanía y habiendo
sometido a su dominación las estructuras nacionales árabes
poscoloniales que fundaron sus Estados [11]. Lejos de
avanzar hacia una transformación y democratización
reales que garantice sus derechos económicos, sociales
y de autodeterminación, a las sociedades árabes,
como a los demás pueblos de la zona, no les espera otra
futuro que no sea el del sometimiento o el de la resistencia
como los ejemplos de Iraq y Palestina indican.

Notas:
1. Véase
a continuación: 'Hoja informativa del Departamento de
Estado sobre la Iniciativa del G-8 para un Amplio Oriente Medio
y Norte de África'. El texto completo en castellano de
la iniciativa podrá verse en Nación Árabe,
núm. 52, Año XVII, Verano de 2004.
2. The Washington Post, 9 de febrero de 2004
3. Véase en CSCAweb: Ibrahim
Alloush: Jordania y la estrategia sionista en el Mundo Árabe
4. En una conferencia titulada "The United States Partnership
Initiative" en la Heritage Foundation el 12 de diciembre
de 2002, Colin Powell presentó los fundamentos para poner
en marcha un proyecto de reformas fundamentalmente en el Mundo
Árabe. Véase en inglés en: www.heritage.org
5. Véase: www.usatoday.com/news/world/sherpa.pdf
6. Véase en CSCAweb: El Consejo de Seguridad
aprueba en una nueva resolución el fraude de la "transferencia
de poder" en Iraq - Resolución 1546 del CS de NNUU
sobre Iraq aprobada el 8 de junio 2004
7. Merece la pena destacar en este punto que el gobierno alemán
conectó la aprobación de este Plan en el G-8, así
como su buena disposición hacia el plan de "transferencia
de poder" en Iraq que aprobó la resolución
1.546 del CS con la condición de que a finales de 2004
se reformule la composición del CS y Alemania pase a ser
miembro permanente del mismo.
8. Véase en CSCAweb: EEUU fuerza la aprobación
por el Consejo Gubernativo iraquí de un borrador de Constitución,
mientras alienta la implicación de NNUU y la OTAN en la
ocupación
9. Jordan Times, 20 de abril de 2004. En el curso de una
conferencia sobre "La transformación de la OTAN y
la seguridad del Golfo" celebrada en Qatar el 19 de abril,
el asistente del secretario general de la OTAN para asuntos políticos
y cuestiones de seguridad, Gunther Altenburg afirmó que
la organización militar está trabajando en una
nueva iniciativa de cooperación "entre la
Alianza Atlántica y Oriente Medio"que se hará
público en la Cumbre de Estambul de junio de 2004.
10. Véase: www.state.gov/p/eur/rls/rm/2003/25602.htm
11. Véase en CSCAweb: ¿Qué
es lo que realmente está en juego?: los planes de EEUU
para un nuevo mapa de Oriente Medio

'Hoja informativa del Departamento
de Estado sobre la Iniciativa del G-8 para un Amplio Oriente
Medio y Norte de África'
CSCAweb
(www.nodo50.org/csca), 14 de junio de 2004
Departamento de Estado de EEUU, 9 de junio de 2004
Traducción para CSCAweb de Loles Oliván
"[...]
EEUU ha adoptado una nueva política, una estrategia avanzada
de libertad para Oriente Medio. La estrategia requiere la misma
persistencia, energía e idealismo que hemos demostrado
anteriormente. Y conducirá a los mismos resultados. Como
en Europa, en Asia y en cada región del mundo, el avance
de la libertad conduce a la paz"
Presidente George B. Bush,
6 de noviembre de 2003, Washington D.C.
"Acción presidencial
Hoy el presidente Bush ha conducido
al G-8 al establecimiento de una histórica Asociación
para el Progreso y el Futuro Común con el Amplio Oriente
Medio y Norte de África con el fin de apoyar los esfuerzos
para avanzar en la libertad, la democracia y la prosperidad en
le región. Los dirigentes del G-8 se han reunido con los
dirigentes de Afganistán, Argelia, Bahrein, Jordania,
Turquía, Yemen y con el nuevo presidente de Iraq para
discutir los retos a los que la región hace frente.
Llamamiento a la reforma
En noviembre de 2003, el presidente
Bush anunció una "estrategia avanzada para la libertad"
para avanzar en la libertad y la democracia en el Gran Oriente
Medio. Desde entonces, el mundo ha sido testigo de un momento
de concurrencia para la reforma en la región: empresarios
y dirigentes de la sociedad civil han efectuado declaraciones
reforma en Acaba, Sana'a y Alejandría, donde han declarado
que "la reforma es necesaria y urgentemente requerida".
En la Cumbre de la Liga Árabe de 22 y 23 de mayo, los
dirigentes árabes han declarado su determinación
de "establecer firmemente las bases para la democracia".
Asociación para el
Progreso y el Futuro Común
El presidente Bush ha dirigido
a los líderes del G-8 para lanzar la histórica
Asociación para el Progreso y el Futuro Común con
el fin de apoyar la reforma política, económica
y social en el Amplio Oriente Medio y Norte de África.
Con ese fin, el G-8 ha acordado:
- Establecer un Foro para el
Futuro que "unirá en un mismo foro a ministros de
Asuntos Exteriores, de Economía y de otros ministerios
de [los países] del G-8 y de la región para [mantener]
discusiones regulares sobre la reforma con dirigentes empresariales
y de la sociedad civil que participarán en diálogos
paralelos". La reunión inaugural del Foro se celebrará
en otoño de 2004.
- Adoptar un Plan de Apoyo
que ofrecerá asistencia a través de nuevas iniciativas:
- El Diálogo para la
Ayudar a la Democracia, que unirá las bases de la democracia,
a los grupos de la sociedad civil y a los gobiernos del G-8,
de la región y de otros países, para promover y
fortalecer las instituciones democráticas, coordinar y
compartir información de programas sobre democracia, iniciar
nuevos programas de democracia y patrocinar intercambios. Turquía,
Yemen e Italia copatrocinarán el Diálogo para Ayudar
a la Democracia y coalojarán el primer encuentro en 2004.
- Iniciativa de Microfinanzas
para ayudar a que más de dos millones de emprendedores
escapen de la pobreza mediante préstamos de microfinanzas
durante los cinco próximos años. Jordania alojará
un Centro de Formación para Prácticas Óptimas
de Microfinanzas y Yemen alojará el primer proyecto piloto
de microfinanzas.
- Iniciativa de Alfabetización
para ayudar en los esfuerzos de la región para reducir
la mitad la tasa de analfabetismo en la próxima década,
incluyendo la formación de un cuerpo de 100.000 maestros
para 2009. Afganistán y Argelia copatrocinarán
esta iniciativa.
- Iniciativa de Formación
de Empresas y Empresariado para ayudar al menos a 250.000 jóvenes
empresarios, especialmente mujeres, a que amplíen sus
oportunidades de empleo. Bahrein y Marruecos copatrocinarán
esta iniciativa.
- Servicio para el Desarrollo
Empresarial Privado en la Corporación Financiera Internacional
(CFI) para invertir 100 millones de dólares en la financiación
de pequeñas y medianas empresas.
- Red de Foros para coordinar
el trabajo de desarrollo de instituciones e instituciones financieras
internacionales que trabajen en la región, y
- Fuerza Especial sobre Inversión
para ayudar a los esfuerzos de la región para mejorar
el clima de los negocios.
El Plan de Apoyo compromete
igualmente al G-8 a trabajar en asociación con los gobiernos,
dirigentes empresariales y sociedad civil de la región
para "intensificar y extender" los programas existentes
centrándose en promover la democracia, mejorar la educación
y crear empleo y crecimiento económico."

* Este texto
ha sido publicado el 9 de junio de 2004 en la página web
del Departamento de Estado bajo el título 'Fact Sheet: Broader Middle East and North Africa
Initiative'
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