Por: José Villarroel Yanchapaxi..
¡Oirás con las orejas! Yo te advertí, elé por porfiado, anda viendo lo que te sucede guambra sordopenco, decía mi abuelo cuando nos daba sus consejos para no irnos por el mal camino o llevarnos con malas juntas.
Hoy que están de moda los
juicios, hay que cuidarse como
se utilizan los términos, so pena
de que te demanden por daño
moral, no vaya a ser que el mandamás
del gobierno de la involución
ciudadana, el socialcretino
Alexis Mera, vaya a decir que estoy
atentando contra la manipulación
de la información de los
canales públicos, de las cadenas
nacionales y las sabatinas.
Zopenco, es un adjetivo del
español referido a la persona de
inteligencia escasa, alguien torpe
o alguien con una conducta
poco pertinente. También es
aplicado a personas que hacen
tonterías, haciéndose uso en
este caso de forma despectiva.
Significa también tonto, falto de
inteligencia y cultura.
Sordo penco en la cultura
popular (más culta que la de algunitos asesores del Ministerio
de Cultura del Ecuador) significa:
Dícese de aquel individuo
necio que está oyendo y no oye,
que por una oreja le entra y por
la otra le sale, tal como el Sujeto
Político Rafael Correa, que imbuido
de aires triunfalistas, luego
del exit poll del Piche Pérez,
del conteo rápido y de los resultados
oficiales del CNE todavía
anda diciendo que ha ganado
10 a 0 en la consulta popular.
Allá él con su delirio de
grandeza y su chaupi triunfalismo,
tampoco voy a tratar de
convencerlo de que la mitad
más uno del pueblo ecuatoriano
le dijo: “Esta vez No, prepotente”.
Cada gallo en su gallinero y
mejores pasen el sombrero para
hacer vaca y comprarle unas
maracas nuevas al Omar Simon
para que le siga acompañando a
su jefecito en el próximo gabinete
itinerante.
Aura dizque para aparar
la derrota en al menos 12 provincias
no se le ha ocurrido
nada más que erigir al polígrafo
como arante de la democracia.
Estrictamente hablando, polígrafo
no es nada más ni nada
menos que: “Escritor que domina
varios géneros y escribe
sobre diversas materias”, o sea,
hablando en oro como decían
los antiguos, hablando la plena
como dicen los guambras: ¿No
será un sicario de tinta, miembro
de la prensa corrupta?
El polígrafo, llamado también
detector de mentiras máquina
de la verdad es un tipo
particular de instrumento de
medición utilizado para el registro
de respuestas fisiológicas.
Registra las variaciones de la presión arterial, el ritmo cardíaco, la frecuencia respiratoria y la respuesta galvánica o conductancia de la piel, que se generan ante determinadas preguntas que se realizan al sujeto sometido a la prueba. También posee la capacidad de medir parámetros como el movimiento del interrogado, de cara a evitar posibles contramedidas durante el interrogatorio. El polígrafo tiene su uso más amplio en los organismos de inteligencia y de policía, sobre todo en los Estados Unidos y otros países de su área de influencia, donde se ha utilizado para determinar si una persona miente o no. En este caso se sustenta en la hipótesis de que las respuestas fisiológicas de una persona cambian de forma medible cuando miente.
Quizás sí, quizás no, lo más
seguro es quién sabe, lo cierto
es que la mitad del país no confía
en Rafael Correa y paradójicamente
el Ministro del Interior
ha manifestado que la prueba
del polígrafo es solo una prueba
de confianza para los chapitas.
Elé, bonita es la cosa, ahora
resulta y pasa que ante la
desinstitucionalización principalmente
de la policía y de la
función judicial después de los
sucesos del 30-S, hoy la confianza
de los ecuatorianos se ve
supeditada a un aparatejo que
por más tecnología de punta
que tenga siempre nos va a jugar
Barcelona.
Pregunta.- Sr. Presidente
Rafael Correa, ¿Usted es de izquierda?
Respuesta.- ¡Hasta la Victoria
siempre!
Poligrafo.- Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
Mentiroooso.