Nos parece muy bien que en condiciones complicadas la ONU eche una mano para paliarlas; en éste caso concreto nos estamos refiriendo al acuerdo firmado con Venezuela Bolivariana en materia alimentaria.
Lo que sucede es que, antes de llegar a estas complicadas situaciones, la ONU debería haber hecho algo que nunca hace en ninguna parte del planeta.
Todo el mundo sabe que en la patria de Bolívar el problema con los alimentos, medicinas y un largo etcétera ha sido provocado por el ilegal y genocida bloqueo del gobierno imperialista yanqui (lo mismo que en Cuba). ¿Por qué la ONU, en lugar de aplicar tiritas, no se dedica a evitar que se abran las heridas? ¿Por qué la ONU permite a Estados Unidos hacer lo que hace contra el pueblo Bolivariano? ¿No debería haber sido sancionado hace rato el gobierno yanqui por sus repetidos ninguneos de las normas de la ONU? Si ésta organización no es capaz de hacerlas cumplir, ¿por qué no le expulsa?
Con Venezuela, la ONU no va a hacer otra cosa que poner una tirita en una herida sangrante y profunda que nunca, nunca debería haber existido.
El delegado permanente de Venezuela ante la Unesco, Héctor Constant, denunció hoy en el Consejo Ejecutivo de la organización el impacto en el desarrollo de su país de las sanciones unilaterales impuestas por Estados Unidos.
Al intervenir en la primera de las dos jornadas del debate general de la sesión 207 del Consejo, precisó que la agresividad de Washington golpea los esfuerzos de Venezuela para el alcance de los objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de la ONU, cuyo seguimiento a su materialización constituye una de las prioridades de la Unesco.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas reconoció el último jueves de septiembre el impacto negativo de las medidas coercitivas tomadas contra Venezuela. Y reafirmó los principios universales de soberanía, no intervención ni injerencia, de los Estados
En un documento de prensa publicado el jueves 26, el máximo organismo de derechos humanos expresa que las “medidas coercitivas extraterritoriales unilaterales” impuestas al país sudamericano “han agravado todavía más los efectos de la crisis económica, y, en consecuencia, la situación humanitaria del pueblo venezolano”.
Hay que recordar, que ya en mayo pasado, Idriss Jazairy, Relator Especial de la ONU sobre el impacto negativo de las provisiones coercitivas unilaterales, había subrayado las consecuencias negativas de las sanciones que en ese momento había impuesto Estados Unidos contra Venezuela (y otros países) y que se acentuaron en las últimas semanas.
“Los códigos de conducta de las relaciones internacionales nunca han aceptado los cambios de gobierno mediante medidas económicas que provocan la negación de los derechos humanos y pueden llegar a causar hambre en la población”, expresó entonces Jazairy. Subrayando que esas sanciones económicas contra Venezuela (Cuba e Irán) violan “los derechos humanos y las normas de comportamiento internacional ya que pueden precipitar catástrofes humanitarias de proporciones enormes”. Crítica de principio sobre las presiones económicas a Venezuela que el mismo Jazairy había expresado, anteriormente, en enero del 2019.
El embajador de Venezuela en España, Mario Isea, ha criticado este viernes que el dirigente opositor, Leopoldo López, utilice la Embajada de España en Caracas, en la que se encuentra tras la orden de busca captura, como "base de operaciones" para "alentar un golpe".
El escuálido ha obtenido ésta semana el reconocimiento de varios gobiernos europeos, cipayos todos ellos del imperialismo yanqui, y está el vendepatrias individuo que no mea de henchido que se ha puesto. Pero ¿puede ir de Lobo el Caperucita? Está claro que no.
La ONU está compuesta por 194 países. Sólo el 34 de ellos reconocen a Juan Guaidó. Es decir, 160 lo hacen a Nicolás Maduro como presidente legítimo de Venezuela Bolivariana.
Dicho de otra manera, Guaidó tiene el apoyo del 17% de los países del mundo y Maduro el 83%. La diferencia, creemos, es más que grande
Lo anunció ayer jueves Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres. No tuvo ninguna duda en confirmar que los Estados de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) reconocen únicamente a Nicolás Maduro como presidente constitucional y legítimo de Venezuela.
Ese es el motivo por el que el funcionario rechazó posicionarse a favor de los intereses autoproclamadores del diputado de la Asamblea Nacional (AN) —en desacato—, Juan Guaidó.
El pasado lunes 10 de diciembre arribó a Venezuela una cuadrilla de aviones rusos, encabezada por dos aviones Tupolev 160 (Tu-160) conocidos como “Cisne blanco”, legendarios en la aviación por tratarse de diseños soviéticos de bombarderos pesados supersónicos, capaces de portar armamento nuclear.
Las maniobras militares conjuntas entre Venezuela y Rusia, de la cual se deriva la visita de esta cuadrilla que estaría hasta el jueves 13 en tierras venezolanas, fue definida por el Comando Estratégico Operacional de Venezuela vía Twitter, indicando que “tienen el objetivo de elevar el nivel de operatividad en los medios aéreos de ambas naciones, en términos de cooperación técnico militar y el intercambio de experiencias”.
Junto a los aviones llegó un centenar de efectivos militares rusos que participarán junto a efectivos venezolanos en las maniobras.
El cancieller Jorge Arreaza en nombre del Movimiento de Países No Alineados (Mnoal) en el Evento de Alto Nivel de la Asamblea General de la ONU para la Construcción y Mantenimiento de la Paz.
Cabe recordar que, recientemente, el presidente Nicolás Maduro expresó: “¿Quién es dictador? ¿Nicolás Maduro o Rajoy, que ha optado por la sangre, el garrote y el porrazo contra un pueblo noble?”, en referencia a la golpiza llevada a cabo por la policía española contra la población indefensa del pueblo de Catalunya.
China cree que el Gobierno y el pueblo de Venezuela pueden resolver sus problemas dentro de un marco legal y mantener la estabilidad nacional, dijo el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, a su par venezolano en Naciones Unidas.
En una cena el lunes con presidentes de la región en el marco de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que quiere una pronta “restauración” de la democracia en el país petrolero, que a su juicio está colapsando.
China, un buen amigo de Venezuela, ha rechazado la condena generalizada de Estados Unidos, Europa y otros sobre la situación en la nación petrolera. Wang dijo el martes al canciller venezolano, Jorge Arreaza, en el marco de una reunión de la ONU que ambos países tienen una alianza estratégica integral, reportó el miércoles la agencia de noticias estatal china Xinhua. “La política de China respecto a Venezuela no cambiará”, dijo Wang, según una cita difundida en el reporte.