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INTERFERÓN ALFA 2B: EL MEDICAMENTO CUBANO USADO EN CHINA Y OTROS PAÍSES CONTRA EL CORONAVIRUS

Jueves 7 de mayo de 2020 por CEPRID

COMITÉ INDEPENDENCIA Y SOBERANÍA PARA AMÉRICA LATINA (CISPAL)

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El gobierno del presidente Moreno de Ecuador, con el Ministerio de Salud y otros organismos relacionados, han efectuado un gran esfuerzo para establecer protocolos que controlen la expansión del coronavirus, COVID-19. Ha impuesto medidas radicales e inclusive ha decretado el estado de excepción y toque de queda en todo el Ecuador, pero existe incertidumbre sobre el uso de los kits de pruebas de diagnóstico importados de Estados Unidos. ¿Qué tan eficaces son? ¿En qué medida son confiables?

Una nota difundida por el Departamento de Relaciones con los Medios de Comunicación de los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades CDC 2019-nCoV Real Time RT-PCR), informaba que el “ kit de pruebas no ha sido autorizado ni aprobado por la FDA; sin embargo, su distribución y uso se hacen de acuerdo con la Autorización de Uso de Emergencia (EUA, por sus siglas en inglés) emitida el 4 de febrero del 2020 por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA)external icon. Las pruebas se están enviando por medio del International Reagent Resourceexternal icon (Recurso Internacional para Reactivos o IRR, por sus siglas en inglés), un mecanismo establecido por los CDC, que distribuye reactivos a los laboratorios en todo el país y el mundo”.

Por otro lado, Cuba ha colaborado eficazmente con China y lo hace con otros países en forma solidaria y sin costo, para combatir el coronavirus y sanar a los contagiados con el uso del medicamento Interferón Alfa 2B, desarrollado en 1986 por un equipo de investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB). El Interferón alfa 2B humano recombinante benefició a miles de pacientes.

El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel ha dicho que el medicamento cubano Interferón alfa 2B fue usado en China contra el coronavirus. Nuestro apoyo al Gobierno y pueblo chinos en sus esfuerzos por combatir el coronavirus», con lo cual destacó el uso de los productos de la biotecnología de la Mayor de las Antillas para solucionar problemas de salud del mundo. El medicamento es uno de los cerca de 30 fármacos escogidos por la Comisión Nacional de Salud de China, para curar la afección respiratoria y, de acuerdo con declaraciones a la televisión cubana del doctor Luis Herrera Martínez, asesor científico y comercial del Presidente de BioCubaFarma, su selección obedece a la efectividad mostrada con anterioridad frente a virus con características semejantes a este, expresaba.

Mientras Cuba colabora con gran eficacia y energía con sus medicinas y tecnologías para combatir el covid-19, desde Estados Unidos se informa que algunos kits para detectar coronavirus enviados al país y al exterior no funcionan como se esperaba, dicen los CDC en tanto que Faith Karimi y Jen Christensen en CNN afirmaban que algunos de los kits para detectar el coronavirus enviado a laboratorios de Estados Unidos no funcionan como deberían, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Como resultado, los CDC están rehaciendo partes de los kits de prueba después de que algunos produjeron resultados no concluyentes.

Los kits fueron enviados a los Estados que conforman la “Unión” para acelerar el proceso de detección, dijo Nancy Messonnier de los CDC a periodistas. Los estados descubrieron la falla durante el proceso de verificación. Para el control de calidad, cuando los estados obtienen cualquier kit de detección, primero verifican que funciona.

“Cuando algunos Estados estaban haciendo esto, recibimos comentarios de que no estaban funcionando, que no funcionaba como se esperaba, específicamente algunos laboratorios de salud pública en los estados estaban obteniendo resultados no concluyentes y lo que eso significa es que los resultados de las pruebas no estaban regresando como falsos positivos o falsos negativos, sino que estaban siendo leídos como no concluyentes”, dijo Messonnier.

Algunos estados notificaron a los CDC que no pudieron validar la prueba, y la agencia está rehaciendo un reactivo utilizado en la prueba que no funciona de manera consistente. El Departamento de Salud Pública de Illinois dijo que no ha tenido ningún problema con los kits y que continúa con sus pruebas para detectar el coronavirus.

Los laboratorios estatales que han logrado verificar que el kit funciona pueden continuar con las pruebas. Aquellos que no han tenido éxito tienen que esperar a que los CDC envíen los componentes de reemplazo. Los CDC no confirmaron cuántos estados se vieron afectados o cuándo recibirán los componentes de reemplazo.

“Tenemos múltiples niveles de control de calidad para detectar problemas como este”, dijo Messonnier. “Estamos investigando todos estos problemas para comprender qué salió mal y evitar que estas mismas cosas sucedan en el futuro”. Dado que era parte del proceso de verificación, las pruebas no se realizaron en muestras clínicas reales de pacientes potenciales, dijo.

El periodista Lioman Lima, en BBC News Mundo, señalaba otra gran diferencia entre el socialismo cubano y el capitalismo estadounidense cuando se trata de problemas de salud de las personas.

Informaba que un hombre que regresó a Estados Unidos de China en febrero pasado se sintió resfriado y fue a una sala de emergencias en Miami ante el temor de haberse contagiado de coronavirus durante su viaje. Tras un par de análisis, los médicos le dieron la buena noticia: era solo un catarro común. Le recetaron algunos medicamentos para el malestar y lo mandaron a casa.

Una carta que recibió un par de semanas después casi lo enferma de nuevo: le debía al hospital más de US$3.000 por los gastos de las pruebas que le habían hecho. A medida que el virus se esparce por el país y que los contagios aumentan, académicos, expertos en salud y organizaciones civiles temen que el caso -reportado primero por el Miami Herald- no sea el único. O peor: que la propia forma en la que está diseñado el sistema de salud estadounidense -el más caro del mundo- contribuya de forma indirecta a una mayor expansión del covid-19.

En Cuba todo el pueblo tiene acceso gratuito al sistema de salud. La medicina en Cuba es un servicio humanitario, en Estados Unidos es un gran negocio de médicos, enfermeras, auxiliares, hospitales, clínicas y farmacéuticas.

Por su parte, el doctor Anthony Fauci, jefe del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, admitió que el sistema de salud del país "está fracasando" en la forma en la que detecta nuevos casos de coronavirus. "El sistema (para confirmar nuevos casos) no está realmente orientado a lo que necesitamos en este momento, a lo que se está requiriendo. Eso es un fracaso. Admitámoslo", dijo la principal autoridad en infectología del país en una audiencia ante el Congreso.

Todos saben que Trump es un mentiroso contumaz. Engaña al pueblo estadounidense y pide miles de millones de dólares para combatir el coronavirus. Entre sus crasos errores designó a su vicepresidente, Mike Pence -sin ninguna experiencia en manejo de temas de salud- al frente de la "fuerza de choque" que dirigirá las tareas para combatir el virus en el país.

Sin embargo, aunque Trump anunció el veto a la llegada de extranjeros desde 26 países europeos y se han adelantado numerosas medidas económicas para intentar calmar los mercados y estabilizar la bolsa, se desconoce cuál es el plan concreto del gobierno para intentar lidiar con el virus desde su sistema de salud pública.

"Nunca se está preparado para un virus como este y creo que ningún país lo estaba. Pero es cierto que en el caso de Estados Unidos la respuesta no ha sido lo suficientemente rápida", le dijo a BBC Mundo Alex Greninger, experto en virología de la Universidad de Washington.

Advirtió que uno de los hechos que mayor desconcierto causa entre la comunidad científica estadounidense es el número de casos reportados oficialmente por las autoridades de salud. "Lo que pasa ahora es que, a ciencia cierta, no sabemos cuántos casos hay realmente en el país", le comenta a BBC Mundo el doctor William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la organización de salud pública estatal encargada del monitoreo del virus, hasta fines de marzo, los casos de coronavirus y fallecidos habían aumentado drásticamente en todos los Estados de la “Unión”.

Y si bien los expertos consultados por BBC Mundo consideran que las estadísticas de la organización son fiables, creen que los problemas que presentaron los CDC desde un inicio para monitorear los casos llevaron a que sus cifras no den cuenta actualmente de la verdadera expansión del virus por EE.UU.

"Los números que dan los CDC son precisos, pero la pregunta es si reflejan realmente la distribución del coronavirus por el país", señala Schaffner. Agrega: "Somos una nación enorme. ¿Todavía la enfermedad se muestra focal en solo unos pocos lugares como indican esos datos? ¿Se ha distribuido ampliamente por todo el país? Es algo que no sabemos con certeza".

EL PROBLEMA CON LAS PRUEBAS

Los expertos en salud consultados por BBC Mundo coinciden en que la principal causa por la que no se tienen estadísticas más fiables de la situación del coronavirus en EE.UU. está vinculada con la escasez de pruebas para detectar a los enfermos de covid-19.

"El primer elemento para la contención es tener disponibles los test que nos permitan aislar a la población enferma. Eso es algo en lo que nos hemos demorado mucho", considera Greninger.

Krys Johnson, profesora de Epidemiología de la Universidad de Temple, recuerda que el problema comenzó cuando los CDC decidieron que serían ellos quienes fabricarían los dispositivos para examinar a los potenciales enfermos.

"El resultado fue que cuando comenzaron a enviar los kits de las pruebas a los estados se encontró que no funcionaban bien, estaban defectuosos y tuvieron que cambiarlos. Fue un proceso que demoró y, por tanto, gran parte de los estados no pudo comenzar a hacer estas pruebas hasta hace muy poco", señala.

Durante más de un mes, cada estado debía enviar las muestras de posibles contagios por correo postal a la sede de los CDC en Atlanta, los únicos autorizados para realizar las pruebas. Así, no fue hasta esta semana que los 50 estados contaron con la capacidad técnica para realizar los exámenes, aunque el número es limitado.

Según cifras oficiales solo 79 laboratorios estatales o del sistema de salud pública contaban con capacidades para hacer las pruebas, en un país con más de 327 millones de habitantes.

Mientras, territorios de ultramar, como Puerto Rico, todavía no contaban con los dispositivos para ofrecer este servicio a su población.

INTERFERÓN ALFA 2B: EL MEDICAMENTO CUBANO USADO CONTRA EL CORONAVIRUS

El Presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en Twitter, escribió: «Interferón alfa 2B: El medicamento cubano usado en China contra el coronavirus. Añadió: “Nuestro apoyo al Gobierno y pueblo chinos en sus esfuerzos por combatir el coronavirus», con lo cual destacó el uso de los productos de la biotecnología de la Mayor de las Antillas para solucionar problemas de salud del mundo.

El medicamento es uno de los cerca de 30 fármacos escogidos por la Comisión Nacional de salud china para curar la afección respiratoria y, de acuerdo con declaraciones a la televisión cubana del doctor Luis Herrera Martínez, asesor científico y comercial del Presidente de BioCubaFarma, su selección obedece a la efectividad mostrada con anterioridad frente a virus con características semejantes a este.

«El Interferón tiene la ventaja de que ante situaciones como estas es un mecanismo para poder protegerse, su uso evita que los pacientes con posibilidades de agravarse y complicarse lleguen a ese estadio, y finalmente tengan como desenlace la muerte», explicó el especialista.

Herrera Martínez precisó que hace años se hizo una transferencia de tecnología a la provincia de Jilin, de lo cual surgió la planta chino-cubana ChangHeber, en la localidad de Changchun. En esta fábrica se realiza «el mismo producto que nosotros, exactamente con la misma tecnología, y que responde a los estándares de calidad que fueron aprobados por las autoridades regulatorias china y cubana». «La planta chino-cubana Changheber en Jilin produce desde el primer día del Año Nuevo Lunar, el Interferon alpha (IFNrec) con el uso de tecnología cubana. La Comisión de Salud de China ha seleccionado nuestro producto entre los utilizados en la lucha contra coronavirus», confirmó la Presidencia de Cuba en su cuenta de Twitter.

Según el embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira, la planta mixta Changheber inició la elaboración del fármaco cubano desde el pasado 25 enero, teniendo en cuenta «su potencial para curar la afección respiratoria».

Según especialistas, el IFNrec se aplica contra infecciones virales provocadas por el VIH, la papilomatosis respiratoria recurrente causada por el virus papiloma humano, el condiloma acuminado y la hepatitis tipos B y C, además de ser efectivo en las terapias contra distintos tipos de cáncer.

El 30 de enero, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó una emergencia internacional por la propagación del nuevo coronavirus.

El doctor Eulogio Pimentel Vázquez, director general del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, perteneciente al Grupo Empresarial BioCubaFarma, expresó a Granma que, en el transcurso de seis lustros, el producto mostró su eficacia y seguridad en la terapia de enfermedades virales

El interferón fue desarrollado en 1986 por un equipo de investigadores del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el Interferón alfa 2B humano recombinante benefició a miles de pacientes cubanos desde su introducción hace más de tres décadas en el sistema nacional de salud.

El doctor Eulogio Pimentel Vázquez, director general de la entidad perteneciente al Grupo Empresarial BioCubaFarma, expresó a Granma que en el transcurso de seis lustros el producto mostró su eficacia y seguridad en la terapia de enfermedades virales, como las Hepatitis B y C, el Herpes zóster (popularmente llamado culebrilla), VIH-Sida y Dengue.

Tiene la propiedad de interferir la multiplicación viral dentro de las células y también ha sido utilizado en el tratamiento de distintos tipos de carcinomas.

La elección de las autoridades médicas chinas para utilizarlo contra el coronavirus, aseveró el doctor Pimentel, obedece a que de manera general este virus disminuye la producción natural de interferón en el organismo humano y el fármaco cubano es capaz de suplir dicha deficiencia, fortaleciendo el sistema inmunológico de los pacientes aquejados por la contagiosa dolencia respiratoria que el mismo ocasiona.

A partir de una transferencia tecnológica hecha por el cigb al país asiático, en 2003 fue creada la empresa mixta chino cubana ChangHeber, con sede en la ciudad de Changchun. Diez años después se inauguró allí una moderna planta, que en la actualidad fabrica productos biotecnológicos creados en la Mayor de las Antillas, incluyendo el Interferón alfa 2b recombinante.

Resulta oportuno mencionar que el medicamento recibió en 2012 el Premio Nacional de Innovación Tecnológica, conferido por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y el Premio Nacional de Salud en 2013.

Como información adicional de interés vale destacar que en 2019 la institución terminó la fase de inclusión de pacientes en ensayos clínicos fase II con el candidato cigb-500, fármaco en desarrollo que muestra indicios cardioprotectores, y del candidato cigb-845, dirigido a la terapia de enfermedades cerebrovasculares.

Resalta, por su novedad, el inicio de un proyecto investigativo dedicado a la búsqueda de un candidato vacunal contra el Zika, así como la continuidad de los emprendidos con ese mismo objetivo para el dengue y el cáncer de próstata.

Luis Herrera: “El interferón fue la inspiración de la biotecnología cubana”

En días donde los ojos de la comunidad internacional se vuelven hacia China y su ingente lucha contra el 2019nCoV —un nuevo tipo de coronavirus que ha disparado las alarmas sanitarias internacionales y cobrado la vida de más de 1000 personas—, la ciencia cubana ha vuelto a ser noticia.

Lo ha sido allí, en medio del epicentro de la epidemia originada en la ciudad de Wuhan, en la provincia de Hubei, bajo el nombre de un producto esencial en la historia de la biotecnología de la isla caribeña: el interferón alfa-2b humano recombinante cubano, comercializado como Heberon® Alfa R, o IFNrec.

El pasado 25 de enero, la planta mixta chino-cubana Changeber, ubicada en Jilin, comenzaría a producir con el uso de tecnología cubana el IFNrec, pues la Comisión de Salud de China había seleccionado este producto entre un grupo de 30, para utilizarlo en su lucha contra el coronavirus. Los motivos fueron claros: su probada efectividad frente a virus con características similares y su potencial para ayudar a “curar” la afección respiratoria.

Lo cierto es que la producción, por primera vez en 1986, del interferón alfa-2b humano recombinante cubano dio inicio a la introducción y comercialización de diversos tipos y formulaciones de interferones por el entonces recién inaugurado Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, de La Habana, Cuba.

De acuerdo con el doctor Luis Herrera Martínez, los interferones se dividen en tres tipos: beta, alpha (que agrupa un amplio número de estos) y el gamma. “Interferón quiere decir que interfiere en la multiplicación viral. Es un compuesto natural cuya función va dirigida a crear un mecanismo de inhibición en el primer nivel de respuesta del organismo”, apunta el profesor Herrera.

Cuando se le administra el interferón a un individuo, este actúa de inmediato, y si no le genera mecanismos que le faciliten el anticuerpo. Si se logra mantener en sangre adecuadamente, por lo general se obtiene un nivel de respuesta muy efectivo ante los virus. Este principio logramos llevarlo a cabo, para que no desapareciera rápidamente del torrente sanguíneo, expuso el doctor Herrera.

No fue precisamente con la epidemia de coronavirus que el Heberon Alfa R llegó a China. Así lo confirma a Cubadebate Santiago Dueñas Carrera, Doctor en Ciencias Biológicas y vice-gerente general de la empresa mixta cubano china Changchun Heber Biological Technology Co. Ltd.

“La tecnología del interferón Alfa 2b humano recombinante fue transferida por el CIGB de Cuba a la empresa mixta cubano china Changchun Heber Biological Technology Co. Ltd, ubicada al noreste de China, en Changchun, provincia Jilin. Esta empresa se crea en diciembre del año 2003”, dijo.

Desde Estados Unidos, se ha tratado de perjudicar a China, inclusive el esperpéntico Trump llegó a decir que el coronavirus es “un virus chino”. El Embajador de Cuba en China, Carlos Miguel Pereira, dejó las cosas en claro al responder un artículo de James Palmer, Editor en Jefe de la revista Foreign Policy, publicado el pasado 2 de marzo, a pesar de su buena y premeditada redacción, no pasa de ser un buen ejemplo de esas conocidas técnicas de contra propaganda que aparecen en toda clase de manuales sobre el tema, y de las cuales, las redes sociales han devenido repositorio insuperable.

Ahora, cuando los papeles parecen invertirse y la realidad demuestra con creces que a pesar de su duro impacto el COVID-19 no colapsara a China, y su impronta se convierte cada vez más en pandemia internacional, aparece este artículo que, desde su título “Beijing sabe a quién culpar por el virus: EEUU”, pretende sentar cátedra sobre el asunto, o peor aún, colocar la tapa antes de que entre la gotera.

Como buen texto de contra propaganda, es imprescindible lograr la mezcla adecuada de manipulación y verdad, de verdades y medias verdades, de mentiras burdas y de fake news, y lo más importante, hilvanarlo todo para que encaje bien y el resultado sea creíble o al menos cumpla el objetivo de sembrar otro virus, aún más peligroso y letal, el de la incertidumbre. Conviene a ello comenzar por desvirtuar la realidad, enfatizar en sus contradicciones, sembrar la mayor duda posible, para poder pescar después en río revuelto.

El blanco escogido por el sr. Palmer es el libro “Una batalla contra la epidemia: China combatiendo el COVID-19 en 2020”, publicado recientemente por las autoridades chinas, en el que se compilan algunas de las experiencias vividas por estos días, las cuales, más allá del dolor y el desasosiego de una enfermedad que continúa siendo desconocida y altamente contagiosa, dan fe de una unidad y cohesión admirables. Para ello, el Editor en Jefe no repara en burlarse, con toda la ironía posible, de las verdades que encara, ridiculizándolo como un mero instrumento de propaganda china destinado a confundir al mundo. Todo, según el autor, responde a un premeditado y maravilloso plan diseñado y ejecutado por malévolos chinos para señalar al culpable final: EEUU.

Llama la atención que en su propia narrativa de los hechos el autor haya obviado hechos relevantes como las declaraciones del Secretario del Tesoro estadounidense que aseguró al mundo que la epidemia constituía una gran oportunidad para EEUU en su estratégica batalla económica con China. Para ello, el Sr. Palmer da por hecho que hubo una conducta dolosa de las autoridades chinas al inicio del brote epidémico para tratar de “encubrir” lo que sucedía, cuando es conocido que esta vez, a diferencia del SARS ocurrido en el 2003, esta vez la reacción fue inmediata, destacó la capacidad de manejo integral, de transparencia informativa, y también de mano dura para exigir responsabilidades a quienes pudieron haberlo hecho mejor. Es decir, la vieja y probada táctica de culpar al gobierno chino por eventos fuera de su control, especialmente a medida que los pacientes y las víctimas se acumulan.

Mucho bien le hubiera hecho al Sr.Palmer, haber admitido en su trabajo algunas verdades esenciales. Hace tan solo unos días, otro medio estadounidense, el Wall Street Journal, publicó otro artículo titulado: “China es el verdadero hombre enfermo de Asia” en el que abiertamente se culpa a la República Popular China por el brote del nuevo coronavirus, destilando un profundo sentimiento anti-chino que muchos creían olvidado.

La historia de estos días en las redes es harto conocida: miles de mensajes propagando rumores no fundamentados en la ciencia, xenófobos, anti solidarios, con el único propósito de generar y propagar el pánico en cada habitante del planeta. En pocas horas, los grandes medios convirtieron a China en una amenaza a la salud pública mundial, al señalar como “sospechoso” y “potencial portador” de la entonces denominada “Neumonía de Wuhan” (reseñada así por la prensa occidental) a cualquier individuo que tuviese rasgos asiáticos sin reconocer fronteras. Rápidamente, algunos países, con EEUU a la cabeza, decidieron emprenderla contra China restringiendo todo tipo de intercambios, presionando a sus aerolíneas a que suspendieran sus vuelos y, peor aún, adoptando el cierre de sus fronteras para viajeros chinos, en contra de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El embajador cubano sostenía: “Cazador, cazado, reza un viejo proverbio que cada cultura ha hecho suyo de muy diversas maneras. La verdad como siempre tiene patas muy cortas, podrá ser más o menos larga la distancia a recorrer, pero siempre terminará imponiéndose y saliendo a flote. En tiempos de la postverdad, no hay dudas de que, a la hora de hallar culpables, no hay más remedio que apuntar a la manipulación y a la mentira.

Correo electrónico: tribunalpazecuador@yahoo.com


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