Declaración ante el 8 de marzo 2020

Afrontamos este 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, como una nueva jornada de visibilidad de las luchas diarias contra la opresión, en diferentes planos, sufrida por las mujeres de todo el planeta, convertidas por el patriarcado y el capitalismo en el sujeto de explotación por excelencia y, por ende, en la principal oportunidad para la superación de todos los obstáculos que impiden una sociedad soberana.

Mal haría la sociedad leonesa, inmersa en una fase de cambio autonomista, en no incorporar la lucha de las mujeres a su necesario proceso transformador. La «Mesa por el futuro de León» de nuestra provincia norteña es una evidencia de que los discursos igualitarios están todavía lejos de la realidad y de que la transversalidad de género es obviada, tanto en la teoría como en la práctica, en una situación de la que pocas organizaciones sociales leonesas podrían escapar.

Por otra parte, cierto discurso reaccionario va calando en la sociedad, en una situación ante la cual el movimiento feminista no permanece indiferente, con el patente riesgo de enfrentamiento y fracción, en contraste con las posiciones de unidad de los últimos años. Desde nuestro punto de vista, nunca la lucha por la igualdad podrá caber en una estrecha idea de libertad. Asimismo, algunos partidos políticos o sindicatos que siempre recelaron del feminismo, ahora tratan de subirse al carro, solo durante este día, para no perder su espacio. Frente a ello, es necesario recordar que la única bandera de la que se nutre el movimiento feminista es de la fuerza de las mujeres, demostrada día a día en todos los rincones del planeta, y que en este 8 de marzo llamamos a que se haga bien visible, pese a quien pese.