Ante las nuevas mociones pro-autonomía leonesa

Este 27 de diciembre se debatirá en el Pleno del Ayuntamiento de León, a petición del grupo municipal de UPL, una moción para que se inicien los trámites de constitución de una comunidad autónoma compuesta por las provincias de León, Zamora y Salamanca; si bien no será la única que se haga por estas fechas, ya que un día antes, en tierras maragatas, el Ayuntamiento de San Justo de la Vega también debatirá la creación de «una nueva autonomía que comprenda las actuales provincias de León, Zamora y Salamanca con la denominación de Región Leonesa o País Leonés», a iniciativa de la agrupación de electores Concejo de la Vega, e igualmente, el grupo municipal de Podemos en el Ayuntamiento de Cuadros ha registrado estos días una moción para crear una autonomía específica para las provincias leonesas, así como Ciudadanos Rurales Agrupados en el Ayuntamiento de Valderrey y la UPL en otros municipios.

Aunque este debate ha estado presente en el seno de la sociedad leonesa desde la época preautonómica, estas iniciativas autonomistas recientes han prendido a raíz de las declaraciones del alcalde de León y miembro del PSOE, José Antonio Díez, en el programa La Brújula de Onda Cero, donde afirmó que «el Reino de León tiene todo el derecho del mundo a su autonomía», mostrando la falsedad de ese discurso interesado que pretende reducir tanto el leonesismo como el autonomismo leonés a los votos de partidos políticos como UPL o PREPAL, marcas electorales que ni aglutinan todo el leonesismo, ni desde luego representan al soberanismo leonés, feminista, social y de izquierdas. La sensibilidad leonesista y sobre todo el autonomismo leonés son transversales, pudiendo encontrarse en militantes y simpatizantes de todos los partidos políticos.

Ahora bien, no podemos eludir que el Movimiento Leonesista, en especial el que fluctúa en torno a la UPL, ha derivado en un discurso reduccionista que culpa a Valladolid y a la Junta de Castilla y León de todos los males que perjudican al País Llionés. Este tipo de afirmaciones muestran una irracional ausencia de análisis, las cuales, aunque a veces puedan ser efectivas a nivel electoral tapando otras carencias propias, ignoran que nuestra situación actual de falta de soberanía y de sufrimiento del centralismo más exacerbado no se producen porque los habitantes de la provincia de Valladolid así lo hayan determinado, ni siquiera por voluntad del partido político españolista que gobierne en cada legislatura tal o cual institución, sino porque debajo fluyen los intereses oligárquicos de una burguesía territorial que desde hace bastante más de 40 años ya buscaba esta configuración territorial o una muy similar.

Los quejumbrosos argumentos y las buenas intenciones del autonomismo leonés son y serán ineficaces para modificar esta situación que padecemos sino se tiene la valentía para poner el dedo en la llaga de las “razones de Estado” e iniciar un camino que nos convierta en sujetos de nuestro destino, porque, con o sin autonomía específica, la falta de soberanía popular nos condenaría a un bucle sin salida, siempre a merced de los intereses ajenos pergeñados por el gran capital, del cual los grandes partidos políticos actúan como mera correa de transmisión. Mientras el País Llionés siga bajo ese yugo, como bien están comprobando en las comunidades autónomas vecinas, se nos seguirá ninguneando eternamente y estaremos en la situación socio-económica que esos intereses han decidido (desde Madrid, Bruselas, Washington o donde sea) para nuestro Pueblo.

Por todo esto, AGORA País Llionés estará presente este próximo viernes 27 de diciembre en la concentración de apoyo a la moción del Pleno del Ayuntamiento de León, convocada desde el Movimiento Leonesista, para recordar que la tan deseada consecución de una comunidad autónoma para las provincias leonesas no será más que un paso nimio en la solución de los problemas del Pueblo Leonés, y que el único camino válido para que nuestra tierra y nuestra gente tengan futuro pasa de forma inexorable por el Autogobierno y el Socialismo.