Así es la vida guambras, unas de sal y otras de dulce. Da mismo miedo salir a la calle pues la delincuencia está en marcha. En estos tiempos del socialismo del Siglo XXI, ni en la caleta de uno se está a buen recaudo, a pesar de asegurarla bajo siete llaves o poner alarmas.

Los ecuatorianos nos hemos convertido en prisioneros en nuestra misma house, desconfiados hasta de los vecinos, no sea que sean campanas de los choros y se lleven en peso los pocos tereques que uno tiene. Ni farrear tranquilo se puede, toca temprano meterse al sobre, no sea que uno vaya a ser víctima de los dulces sueños.

¿Quiénes son los responsables de que no podamos ni siquiera salir a la tienda a comprar un pan con plátano so pena de que
algún dueño de lo ajeno nos ponga el brazo? Nada más ni menos que los mismos que violan sistemáticamente la Constitución de Montecristi con pretexto del Sumac Kausay. Aquellos que tuvieron la genial idea de dejar entrar al país al perro y al gato sin pedir visa, hechos los defensores de la ciudadanía universal. Elé ahí está, toma tu dulce, de un país de tránsito de la droga nos hemos convertido en lugar floreciente del crimen organizado, del narcotráfico y el secuestro express.

Los de PAIS (Patria Atada y Sobornada) son los verdaderos criminales por propiciar la salida de violadores, criminales y ladronesen complicidad con jueces y fiscales mientras socapan la corrupción de los pipones de la Asamblea Constituyente
junto con los alzamanos y pulsatimbres como el Corcho Cordero, Betty Carrillo, Betty Amores, entre otros borregos que no
dan ni para atrás ni para adelante, que hacen leyes al susto y a la carrera y que al cuarto de hora de haberlas aprobado ya están pensando en reformarlas. Elé, ahí está, toma tu dulce, por votar con dolor como el Asambleísta Paco Velasco.

Criminales son aquellos que han otorgado contratos a dedo a sus amigobios para la construcción de las carreteras, los créditos del Banco de Fomento y dizque la reconstrucción de escuelas y colegios que aún siguen en estado deplorable.

Criminales y traidores son aquellos que mangonearon a su gusto y a su antojo por intereses electorales a los movimientos sociales y al movimiento indígena hasta encaramarse en el poder y luego, igualito que en los tiempos del Dictócrata Lucio Gutiérrez, les dijeron: “Indio comido, indio ido”.

Criminales son aquellos que provocaron los sucesos del 30-S y luego salieron a decir que el descontento policial era un golpe de estado, que el Rafico Correa estaba secuestrado mientras celular en mano seguía gobernando, y que dispusieron que las balas que asesinaron a policías y civiles (presumiblemente balas de dotación militar como en el caso del policía Froilán Jiménez) desaparezcan de sus cuerpos al ver que su show mediático se les iba cayendo a pedazos.

Criminales son aquellos de mentes deslucidas, corazones ardientes para convertirse en nuevos ricos y manos listas para el tapiñe, que, por orden del mayoral de Carondelet persiguen diligentemente a dirigentes y luchadores populares por el delito de desenmascararlos y ponerles los cueros al sol, revelando que no son más que derechosos disfrazados de revolucionarios,
mientras en las calles mueren niños inocentes víctimas de la delincuencia, como el hijo del periodista Rómulo Barco.

Y aura, y aura ¿cómo nos zafamos de los choros que están en las altas esferas gubernamentales del estado ecuatoriano, de los pillos de boina verde fosforescente? ¡Criminales, mil veces criminales los que han dejado desprotegido y a merced de los asaltantes al pueblo ecuatoriano!