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¿Qué pasa en la península Coreana?

Por: Alexander Lapin

No existe actualmente un punto clave más importante que el de la Península Coreana. En la última semana la confrontación entre Corea del Norte y del Sur ha alcanzado su punto crítico. Los acontecimientos se desarrollan tan rápidamente que cada hora aparecen nuevos mensajes de las agencias.

El principal portaaviones de Estados Unidos de América, el “George Washington”, con 75 aviones a bordo, se acerca a las orillas de Corea más rápido que lo que pueden registrar las máquinas de imprimir. Los mensajes de mesura de los líderes de los distintos países son desmentidos por la creciente escalada de tensión motivada por el duelo de artillería entre el Ejército de la República Popular de Corea y el Ejército del régimen Surcoreano, con bajas en las dos partes.

Ambos países se acusan mutuamente de la agresión. En Seúl hay manifestaciones inspiradas por el gobierno, con la exigencia de “castigar a los agresores norcoreanos comunistas”. En los comunicados de Pyongyang se confirma que “la República
Democrática Popular de Corea expresa una mesura sobrehumana, pero si sus fronteras son violadas así sea un milímetro, el Ejército golpeará el doble y hasta el triple al agresor”.

La tensión en la península Coreana, con diferente grado de intensidad, dura ya más de sesenta años. En 1905 Corea fue capturada por Japón y transformada en colonia. El pueblo coreano no cesó en la resistencia a los ocupantes, sin embargo, los primeros éxitos aparecieron sólo cuando se levantaron por el derrocamiento del imperialismo, cuando grupos armados con
la bandera roja comenzaron la guerra de guerrillas contra los ocupantes.

En 1945 llegó la coalición antihitleriana en ayuda del pueblo coreano. Mediante un tratado, el ejército soviético ocupó el norte del paralelo 38 y los americanos al sur. Después de dos años Corea debía ser unificada, mediando las elecciones.

Sin embargo EE.UU. apostó a la escisión de Corea, planteando para el sur un régimen de marionetas. En 1948 tuvieron lugar las
elecciones en las dos Coreas expresadas como una fiesta del pueblo, por primera vez en su milenaria historia ellos elegían su gobierno. En la votación tomaron parte 99,7%, de la población en Norcoreana y 77,5 % del sur. La mayoría aplastante
de los votantes se manifestaron por la proclamación de la República Popular de Corea. Apoyando en la voluntad popular, Kim Il Sum proclamó, el 9 de septiembre de 1948, la República Democracia Popular Socialista de Corea.

Sin embargo, EE.UU. y sus marionetas surcoreanas no quisieron reconocer la voluntad del pueblo. Habiendo instalado bases en el sur de Corea, el imperialismo en 1950 comenzó la guerra de agresión contra la República Democrática Popular de Corea. Del lado de Corea del Sur combatían contingentes militares de 18 países a más de EE.UU. y el ejército surcoreano. La guerra, que duró tres años, concluyó con la firma del acuerdo del armisticio, que conservó el statu quo de la preguerra.

Corea del Sur se convirtió en uno de los estados más reaccionarios del mundo, enviaba su ejército para apoyo al imperialismo en todas sus acciones agresivas, desde Vietnam del Sur hasta Afganistán. Su “constitución” proclama que su objetivo final es “la derrota del comunismo”.

Corea del Norte ha proclamado la construcción del socialismo bajo la consigna “el apoyo en las propias fuerzas”. Esto ha ayudado a Corea a mantenerse de pie incluso cuando a finales de los 80 y comienzos de los 90, la ola contrarrevolucionaria
y anticomunista dio vuelta por Europa del Este y la Unión Soviética.

Después de proclamada la “caída de Moscú”, parecía que los días de la República Democrática Popular de Corea eran contados. Cada año, la prensa burguesa escribía sobre “el hambre en Corea del Norte”, sobre la desorganización de su economía, que “el último baluarte del socialismo” espera una inminente y rápida quiebra.

Cada año EE.UU. ha blandido las armas cerca de sus fronteras a través de las maniobras militares americano- surcoreanas. Sin embargo el pueblo Norcoreano ha cerrado filas alrededor de la dirección del país con Kim Jong Il a la cabeza, que asumiera
después de la muerte Kim Il Sum en 1994.

Norcorea no ha seguido la vía china de “el desarrollo del socialismo con la inclusión de elementos del capitalismo“. El cuento sobre “el atraso técnico de la República Democrática Popular de Corea” ha sido desmentido con el lanzamiento del satélite artificial y otros logros técnicos y científicos.

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